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Carla: La tercera vez con su tío

Es la tercera venida del tío de Carla les daré un breve resumen para que los amigos/lectores entiendan como venía la cosa.

Primera visita y concreción.

Hasta los 21 años, ahora casi 33, Carla vivió en la misma ciudad del interior que sus tíos, no con ellos. Siempre sintió que su tío la miraba con deseo, mas bien con mucho deseo, pero respetaba que ella tenía novio y nunca pasó nada de nada mas que miradas plenas de calentura.

Carla se vino a estudiar de traductora a Montevideo, y cosas de la vida, nunca volvió a ver a esos tíos, pero las familias sí siguieron en contacto sobre todo telefónico con la tía.

A comienzos de julio, llamada de la tía; “tu tío tiene que ir a Montevideo por un trámite importante, puede quedarse en tu casa? Así se ahorra el hotel”. – Claro que sí tía, anote la dirección…

Dicho y hecho llega el tío (creo que 60 y pocos años actualmente) una tarde, para dos días. Antes de eso, Carla me había puesto al tanto de todo lo de hace unos 12 años y me dijo que hago? Y si me dice algo?

-Y hoy en día que harías? Que te gustaría?

-Cogérmelo! Pero vos que opinas! Y yo lleno de morbo…

-Adelante si se da, me encantaría verlos y me calienta desde ya. Calentalo despacio.

Así fue, resumiendo. Llegó, charla, cena, ella detecta alguna mirada.

-Mire tío, le tengo su cuarto listo, puede ducharse si quiere antes de dormir, despues vengo a ver si está todo bien.

-Gracias Carla.

Al rato ya para dormir se le aparece de babydoll cortito y tanga. “Todo bien tío?”

Él ya estaba acostado, ella le dice buenas noches y la da un beso en la mejilla… ”Que descanse”.

Se va, deja la puerta abierta del dormitorio de él y de ella… y la muy perversa deja pasar un rato, se masturba y gemía descaradamente…

“Y sabés Sergio? Estoy segura de haber visto una sombra moverse cerca de mi puerta, pero nada mas.

Desayunaron, él se fue a hacer su trámite y quedaron de que yo iría de tarde y charlábamos. Así fue, con el tío debiendo volver a terminar el trámite al otro día.

Carla me puso al tanto de todo por celular en la mañana, y planificamos la tarde.

Llegué, ellos ya estaban, nos pusimos a tomar café y charlar… y Carla fue retrocediendo en el tiempo y me dice: “No sabes como me miraba el tío hace unos doce años… me quería comer! Y creo que alguna mirada me ha tirado ahora también!

—Yooo? Nooo!!! Como decís eso.

-Ves? Parece que no le gustás…

-Ahhh no? Y de quien era la sombra que vi anoche cerca de la puerta de mi dormitorio?

-Que pícaro! Dije yo.

-Mas que pícaro dijo Carla y se fue.

Para abreviar este prólogo digamos que él me juraba que no que nunca…

Y yo le digo “Mire que les pasa a muchos”.

Reaparece Carla de babydoll y tanga, con tacos altos… ves así lo saludé anoche, y el me miró desesperado… hay algo raro?

-Una ropa perfecta para dormir dije.

Él no se aguantó… —Pero si está casi en bolas, siempre provocando. Ahí cayó en la trampa ja ja.

-Ves? Reconoce que siempre sintió atracción y me culpa… ji ji…. – Tío… estar en bolas es esto!!! Y se desnuda. Se queda parada a dos metros de él.

—No por favor…

-Amigo, ya le conté, muchos la han deseado igual que usted, y varios la han tenido. Aproveche si le gusta.

Carla se acercó a centímetros de él, que seguía sentado. -Ahora le sigo gustando?

—Sí, sí, siempre me gustaste, perdónenme… dijo casi sollozando.

-Hace años te hubiera rechazado tío, pero ahora… y le arrimó la concha a la boca.

No habló mas él, le pasó suavemente la lengua por la concha y dijo…”En serio?”.

La respuesta de Carla fue tomarle la cabeza en sus manos y apretarle la cara contra la concha.

Ahí, de acuerdo a lo habladocin Carla, les dije “Los dejo tranquilos, mañana de tarde temprano vuelvo”.

La verdad me fui admirando esa desesperación de él con la cara pegada a su concha.

Lo que siguió, según me contó Carla, y también algo él, fue un festival de cosas hechas de parados, acostados, sentados en un sofá y bajo la ducha.

-Te juro amor, nunca sentí chorros de leche como me largó el tío (aclaro yo, obviamente ni hablar de forro ja ja) ese hombre no cogía desde no se sabe cuánto tiempo, y como me gustó, quedé chorreando con el primero y el segundo. Durmieron juntos a gusto, a cada rato la despertaba chupándole la concha o las tetas o besándola. Ella le chupaba un rato la verga y dormían otro ratito.

Al otro día, una novedad… el tío había logrado dejar el trámite incompleto de manera de tener que volver una semana después.

Pero esa tarde, antes de que él, llamémosle T en el futuro, se fuera, hicimos siesta los tres, la motivamos a mil la acariciamos y chuponeamos a muerte y quedó sellado el pacto de que T tiene libre acceso y será siempre bienvenido con todos, todos, los derechos. La cogimos uno tras otro disfrutando yo del segundo lugar y de tenerla llena de la leche de él.

Segunda visita.

A la semana, a completar el trámite y ni que hablar a parar a casa de Carla.

Ahora sí seré breve, y su alguien quiere saber mas puede escribirnos y le contaré con gusto.

Llegó de tarde, pasaron la noche juntos, volvieron a hacer de todo.

A la tarde siguiente, con Carla que se había hecho tratamiento anal, según le había propuesto yo a Carla, fui, nos hizo striptease, se paseó largo rato desnuda delante de nosotros que de vez en cuando le acariciábamos las tetas o el culo, o nos prendíamos como sanguijuelas a besarla, enroscando las lenguas.

Nos fuimos a la cama, grandes orales entre todos, y una propuesta… T te animas a hacerle cucharita? —Claro que sí, me gusta.

Carla en pose, él detrás, y se la mete… y ahí (ya lo hemos hecho varias veces con nuestro amigazo Pedro) me acuesto de frente a ella y de a poquito se la voy metiendo también hasta lograr una hermosa doble vaginal.

-Entre gemidos y resoplidos le pregunté a T si le molestaba, y dijo que al contrario, que le gustaba. Carla en el cielo.

Llegó el momento en que acabé y el sintió mi chorro dijo Opaaa. Y al ratito, yo logré mantenerla adentro medio dura, se acabó él.

Nos salimos de ella, que se puso boca arriba, y le chorreaba aquella mezcla de licores hacia el chiquito.

Verla y que al tío se le parara, fue todo uno… después confesó pastilla azul ja ja… y dijo —Puedo? -Un poquito dijo Carla, y levantó las piernas y me dijo agarrame las piernas bien arriba.

Le apuntó y solamente lubricado con semen la empezó a meter, despacito, yo miraba embelesado y T también… lento lento nunca paró de entrarle, hasta los huevos, pero bien hasta los huevos… el culito impresionantemente apretado alrededor del miembro

Nada de “un poquito”. La serruchada fue continua y larga, con Carla tan caliente que tuvo uno de sus pocos orgasmos vaginales… al final nueva acabada, de unas gotas, de T y a jugar, a besarnos, nos chupaba ella, la chupábamos nosotros.

Ducha de a tres, divina, y partida de T.

Lógicamente ya quedamos que es bienvenido cuando pueda y quiera escaparse, pero con un pedido especial de Carla: “quiero que deje pasar unos cuantos días, así viene super cargado como la primera vez, y me llena, o me super llenan los dos juntos como hoy”.

—Fuaaa la verdad nunca había hecho eso, es medio raro pero me gustó!

Tercera visita.

Ésta fue la visita de este finde pasado. El motivo? “Me voy a un torneo de pesca con Sergio, es por equipos y a él le viene bien uno mas”.

Y así fue, llegó el sábado de tarde, yo me sumé y di en mi casa el mismo pretexto, torneo de pesca sábado y domingo. Lo fuimos a buscar a la terminal de buses, fuimos a almorzar liviano, ja ja… Y Carla le dijo que suerte que dejaste pasar como veintiseis días, los iba contando ja ja. Y pienso calentarte bien.

En los recorridos en coche le fue acariciando levemente la pistola, pero sin dejarse tocar… “No, no… quiero calentarlos bien antes de empezar”.

Almorzamos en un restaurante de Punta Carretas a donde vamos mucho, y a Carla y a mi nos pareció reconocer a un Sr muy mayor, que vive en el edificio frente al Golf donde vamos a veces con nuestros amigos high level digamos ja ja. Pero cero problemas, nada malo dos señores y una chica almorzando. Él también nos miró como reconociéndonos.

En fin, nada malo si Carla no hubiera hecho lo que después nos contó. “Un par de veces me abrí de piernas un poquito, no mucho, no se si habrá vislumbrado algo, igual no mucho, si es que se dio cuenta.”

Nos fuimos al apartamento de ella a tomar café. La idea ésta vez era calentarlo a full, que se desesperara por cogerla, e incitarlo a uno o dos placeres nuevos.

Ya estamos a plena confianza… fue llegar y T dijo: —Que ganas de cogerte!!!

Y nosotros algo así como: Naaa que apuro hay? Si vino a pescar tenga paciencia.

Trajo el café, lo tomamos… Ella de mini y camiseta, por la calefacción en el apartamento le dijo: -Mirá como estoy. Se levanta la mini, y abajo… nada, se acerca a él, se pone de espaldas, dobla un poquito el cuerpo y le muestra toda su intimidad… él la va a acariciar, y en cuanto la toca, ella dice ‘No no, espere, Sr. impaciente!

Se viene hacia mi, hace lo mismo, la acaricio, le toco el culito y la concha, de frente a él le mostramos bien los pelitos crecidos que se está dejando para la despedida al embajador amigo. No paro de acariciarle los pendejos (aclaración si alguien no sabe, son los vellos púbicos), le beso los cachetes del culo y ella se va.

Lo miro el bulto a mil, la cara colorada, le digo si quiere nos alivianamos de ropa… acepta y quedamos en boxer.

Cuatro o cinco minutos y vuelve Carla, tacos altísimos, parece mentira que los domine, medias de puño elastizado, tanga hilo atada en cada cadera, queda divino y corpiño media copa, todo blanco.

En la mano derecha, una pequeña cartera que deja en la mesita de café.

Pasa entre ambos, gira, luce todo es un sueño, de verdad. Le pasa rozando, se detiene un segundo, se pone de frente a T y se arrodilla, la alfombra es mullida y no molesta arrodillarse.

Me mira, nos entendemos, y me dice vení amor… Ud. mire tío a ver si le gusta!

T mira encantado el vientre de Carla, los pendejos en una tirita prolija sobresalen por encima de la tanga. Yo, detras de ella, paso mis manos hacia adelante, le acaricio el pubis y me aseguro de que la tanga se meta dentro de su concha, a la vista de T uno de los espectáculos mas hermosos, los labios se tragan la tanga, los pelitos, sedosos y cuidados, un poema, comienzo a refregarle todo, y lentamente subo mis manos y desato los lazos de la tanga, parte de ella cae pero un trocito queda retenido, ya mojado, entre los labios mayores. Retiro la tanga y se la doy al tío, la huele y saca la pija del boxer.

Advertencia de Carla: -No te apures T!

—Me voy a tocar despacito.

-No, no, esperá!

Subo mis manos, le saco el corpiño y dejo los senos al descubierto. Vuelvo a pasar mis dedos por la concha ya húmeda y entro a masajearle los pechos, los pezones duros, divinos.

Refregámela atrás pide Carla, me saco el boxer, y le sigo masajeando las tetas mientras comienzo a deslizarle mi miembro por la raya de la cola.

T está en trance mirando, cuando Carla saca de su cartera un hermoso strap on de última generación.

Todo de silicona, color rosado, no es anatómico con símil glande, sino liso, de lindo tamaño mediano, y en su parte de atrás, dos promontorios el delantero mas largo, el último un poco menos… para calce vaginal y anal.

Lo moja chupando como si fuera de verdad, lo desliza en sus pelitos y se lo mete despacio en la concha, lo mueve entrando y saliendo y enciende el modo vibrador.

Yo la sigo masajeando y la beso, le refrego la pija en la cola, ella gime y gime, T no da mas…

Decidimos parar. —Que es eso pregunta el tío?

-Un strap on, dice Carla, mire… lo ensaliva en los promontorios, se lo calza en concha y culo… Ve? Quedo hecha un varoncito. Y realmente lo parece, un hermoso varón de buena pija, bien firme por los dos calces…

-Alguien va a disfrutarlo dice Carla, se lo saca, mira la pija de T… -Ayyy tío! La tiene morada pobrecito, vamos a la cama!

Y allá vamos.

-Quiere chuparme un poquito tío? Yo se la chupo también y Sergio me acaricia.

Así lo hicimos, yo me dediqué a sus tetas y a besarla, y ellos a chuparse, poco rato por si T no aguantaba mas.

Métala ya tío. Ella boca arriba, levantó y abrió las piernas, yo se las sostuve y T arrimó la verga, como piedra, y la comenzó a refregar por fuera, dos o tres pasadas y la empezó a meter despacio despacio.

-Sí sí tío así despacito, yo también estoy caliente, siga siga. Cuando los pelos de él tocaron la concha, con toda adentro, comenzó a moverse y moverse, despacio, pero con ritmo.

-Siga siga… y se dobló la espalda, levantó la pelvis, obvio orgasmo… -Mas mas… ahhh siii que chorros, mas tío mas… el tío, desesperado y agitado cayó hacia un lado… la leche desbordaba de la concha… Carla jadeaba quiero mas! Se la metí en aquel mar tibio y viscoso, le daba desesperado hasta acabar y también caí de lado, pero le pedí subite, quiero chuparte.

Lo hizo y mientras yo le chupaba la concha ella limpiaba la pija exhausta del tío.

Descansados, duchados, me fui y los dejé hasta el domingo. Sé que se divirtieron, pasearon un poco, cenaron y de nuevo sexo nocturno. -No sabés Sergio, me desea en serio, está eufórico. Me deja inundada, tremendo lechero. Y le encanta que vengas.

Ni decirlo, el domingo estaba allí con ellos para la supuesta segunda jornada del torneo de pesca.

Fui temprano. T ya en piyama, se ve que con ganas de seguir, y Carla en la ducha. Charla de confidencias mientras ella se duchaba y se preparaba. —Que divina es y como coge! Sos afortunado! La cogen mucho? Con lo que le gusta!

-Y sí, fijate, soy re afortunado, y se debe compartir je je es un ángel, nunca de mal humor. La cogen todo y todos lo que ella quiere, gente que sabe apreciar lo excelente. Varios se desesperan por ella, le han regalado lo que no te imaginás, dos vienen de Brasil. Fijate que realmente ellos disfrutan, no sabes, y ella también, es cogedora de alma!

—Vivo pensando en ella y en verla de nuevo.

-Sabes que cuando quieras, pero le gusta, ya viste, que vengas lleno de leche.

Y llega Carla, fresca, agitando su cabellera rubia, tacos (infaltables), deshabillé rosa transparente, todo ribeteado de puntillas de encaje, largo hasta el piso. Nada de nada debajo, salvo un precioso colgante de tres vueltas de cuentas negras, que resalta por debajo del deshabillé, y también por debajo del deshabillé, a la cintura un cinturón negro, de cuerda de terciopelo, anudado a la espalda con un trozo de cuerda colgando en la raya del culo.

-Buen día amor! Te extrañamos, pasamos re lindo creo que el tío no se arrepiente de haber tenido que esperar tantos años! Te gusta como me puse para recibirte?

-A ver, a ver, girá un poquito quiero apreciar todo. Que linda estás! Anoche pensé mucho en lo lindo que lo habrán pasado… sé bien como se divierten!

— Sí Sergio, esto que ha surgido despues de tantos años, ya ni me lo esperaba… siempre me calentaste Carla!

-Bueno tío, encantada de que recupere su tiempo perdido. En serio le gusto tanto? O es solamente falta de sexo?

—Fíjate sobrina… y saca la verga casi dura nuevamente… Perdón Sergio… pero en serio es que la deseo…

-Tranquilo T… a tantos les pasa!

-Me encanta como lo pasamos los tres dijo Carla, pasando nuevamente frente a nosotros, mostrándose a través de la nube rosa la bata de noche. Se da todo, el cariño familiar, el amor con Sergio, mis deseos… mmmm… me parece que quieren verme mejor verdad?

Lentamente se paró entre nosotros, abrió el deshabillé, dejando todo su frente a la vista.

Se acarició los pechos, mojó un par de dedos con saliva y se tocaba la entrepierna… hacía como que peinaba la tira de pelitos.

-Y si nos sentamos?

Ella al centro, su frente desnudo pero aún puesto el deshabillé. Comenzamos una hermosa sesión de besos de lengua, nos lamía la cara a ambos, nos turnábamos en acariciar sus tetas y su entrepierna. Me encanta particularmente acariciar los pliegues inguinales depilados al costado de la landing strip de pelitos.

Le besábamos todo, el pecho brillaba cubierto de saliva, le quitamos el collar.

El tío se desvistió, la siguió besando y me desvestí yo. Ella se puso en cuatro sobre el sofá y nos turnábamos a mordisquearle y lamerle la concha a través de la delgada tela de la bata.

Carla se paró, se alejó dos pasos, y lentamente, bailoteando, fue descalzando el deshabillé de sus hombros hasta dejarlo caer al piso…

El tío se sacó el boxer, yo también… la abrazamos uno delante y otro detrás.

Yo detrás con mi miembro le empujaba la cuerda de terciopelo dentro de la raya del culo, finalmente lo desaté y dejamos caer la cuerda.

A veces la teníamos de espaldas, a veces de frente, besos, mordiscos en la nuca, le chupábamos las tetas, le frotamos la concha.

De pronto Carla se arrodilló y comenzó a chuparnos alternadamente. Es un arte lo de ella, lamidas de tronco, mordisquitos al glande, chupada a fondo, chupada y caricias a las bolas.

Despues de un ratito de chuparnos, pasamos a disfrutar nuevamente de sus besos y a chuparle esa deliciosa concha. Nos encanta hacerlo tanto. A T como a mi.

Finalmente, En un mensaje mas que obvio, Carla se dobló sobre un apoyabrazos del sofá, apoyando sus manos en el asiento y con las piernas bien abiertas. La conchita rosada, semi abierta, en todo su esplendor.

T se acercó primero, apoyó el glande en la concha y comenzó un pequeño juego de roce, hasta empezar a meterla… Sííí… suspiró Carla mientras le entraba a fondo.

Con la calentura imperante, T no demoró en acabarle, adentro por supuesto, y fue mi turno de metérsela… un placer, lubricada, excitada, en familia.

Tampoco yo demoré mucho en dejarle adentro todo mi cariño. Y ella con premura nos la limpió a los dos. Una vez mas no me importó nada y mientras ellos se besaban, yo le lamía todo, concha, pelitos, culo… nada me quedo pendiente.

No podíamos parar de mimarla, de besarla y tocarla, hasta que al final, ducha de los tres juntos y a prepararnos para llevar al tío a tomar su bus de regreso.

Hicimos el trayecto hasta la terminal de buses comentando cuanto nos excita este descubrimiento de sexo en familia, intercambiando ideas de como puede hacer para tener motivo de volver a Montevideo.

Al llegar a la terminal de buses, se mataron a besos en el coche y T emprendió su regreso.

-Que lindo esto amor! Verdad que es excitante? Es algo diferente, se siente muy diferente de otros hombres… igual. Sabes que me gusta con todos ja ja.

-Me encanta, me pone a mil, y viste él? Parece un jovencito. Volvamos a tu casa. Quiero tenerte de nuevo, ver ese cuerpo… me encantas.

-Sííí.

Y así fue, disfrutamos un rato mas, solos, admirando ese cuerpo hermoso, sus piernas largas, sus tetas, chicas pero perfectas para mi, esos pelitos tan cuidados y elegantes que quiero que se deje para siempre ja ja… y esa conchita sabrosa.

Después, lo de siempre, planificar alguna otra cosa, la despedida del embajador y algo más.

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