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Josy Prostituta. Hace debutar a un pendejo, será su putita. Cap 8

Para entender y comprender mejor la historia de Josy, deberían ira Josy prostituta parte 1 y parte 2 para conocer la génesis de las motivaciones de la protagonista, somos amigos y puedo dar fe de todo lo que cuenta por haber tenido entre mis manos a esa mujer tan exuberante en cuerpo como excelente en sus habilidades en el sexo.

La parte 1 publicada el 10-6 en categoría intercambios, la 2,3,4,5,6 y 7 en categoría amor filial.

Relatar la historia de Josy es poner en secuencia la auténtica realidad, sin concesiones y sin culpas, enfrentó la realidad con su cuerpo, exuberante y voluptuoso, placer a cambio de dinero, pero al entregarse había descubierto el disfrute del sexo como nunca, variedad y cantidad conseguían llevarla a niveles de placer inéditos.  En este capítulo cuenta algunas experiencias del trabajo de prostituta. En esta entrega tenemos a Josy haciendo debutar a un joven.

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Josy hace debutar a un joven

Para los que no han leído la primera parte, les recuerdo que Josy es una joven mujer de 27, bueno para esta parte ya está en 28, igualmente gloriosos años, trigueña, con bonita sonrisa y cuerpo exuberante, enormes tetotas, caderas deseables, rellenita, pero sin excesos. Esta voluptuosa mujer ejerce el oficio más viejo del mundo, (prostituta) pero lo hace con la honestidad de no esconder su placer con el cliente, demuestra el órgano cuando se presente en el juego sexual, también rompe el molde del estereotipo que tenemos de la prosti, Josy, besa en la boca, beso húmedo y con lengua. No responde a casi ninguno de los paradigmas de las prostis, ella lo hace con la naturalidad y autenticidad de quien entendió el ejercicio de la prostitución como una forma de conseguir dinero, disfruta dando y recibiendo placer de los hombres que compran sus servicios sexuales.

Este relato simple y auténtico como la satisfacción personal de ser ella quien compró el momento de sexo. Se dio el gusto de vivir este momento donde entregó algo más que lo habitual: Su ternura. ¿Un cuento de hadas?

Había una vez…

Sucedió una tarde de ese caluroso verano que se encontraba Josy y su amiga asoleándose, para tener ese tono bronceado caribe que tan lucía en su piel al bailar en el bar, casi nada de ropitas, para despertar el deseo y la lujuria en los clientes, mostrarse para vender momentos de disfrute sexual.

Retomando el relato, decía que estaba ella y una amiga disfrutando del relax mientras se toman todo el sol. Entangadas, asoleándose sin otra preocupación que disfrutar de broncearse, hasta que llegó un conocido de su amiga y se la llevó a coger.

Quedó solita tomando todo el sol para ella sola y de pronto sucedió algo fuera de programa. A corta distancia podía observar a un jovencito que estaba absorto viéndola asolearse, volvió a mirar hacia donde está, volvió a pescarlo mirándola, obvio que no se perdía ni uno solo de sus movimientos.  

Quedó complacida sabiendo que había robado la atención de este muchachito, entonces decidió jugar a darle algo más de gusto, se tendió boca abajo, para ofrecerle el mejor plano de sus generosas nalgas, el cola less las hacía aún más imponentes. De reojo seguía viendo como el muchacho se las ingeniaba para devorarla con los ojos simulando que no miraba.

El juego del gato y el ratón, ella decidió jugar de ratón, dejarle el protagónico al joven. Volvió a girar, ahora boca arriba, pero lo observa como él está totalmente arrobado en seguirla devorando con los ojos, fue el momento de incitar al gato, sacó el bra haciendo topless, para conocer sus intenciones.

De la hielera sacó un refresco y lo invita para ver que sucedía… Aceptó, con la botella en la mano se la quedó mirando como si el mundo se hubiera detenido, la visión de sus tetotas totalmente expuestas, llenaron el campo visual y embotaron los sentidos del joven que aún no podía salir de su asombro, tamaña invitación lo dejó descolocado sin poder de reacción.

Para salir de ese momento donde el muchacho quedó flotando en una nube, le preguntó cosas sin importancia como para romper ese silencio de admiración, darle un relax a la notable calentura.

—¿Quieres nadar un poco?  – asintió, se le atoraron las palabras.

El joven era, delgado, un poco desgarbado, pero de facciones delicadas, sobre todo la mirada decía de una persona despierta y al mismo tiempo con la inocencia de sus jóvenes años, ahora apabullados por la exuberancia y voluptuosidad de Josy.  

Entiende y comprende la turbación, disfruta esa admiración que se había transformado en adoración, arrobado por no poder disimular esa situación que se apoderó de asalto de su mente y repercutía en su sensible humanidad de macho joven, el pantalón de baño, holgado, no podía ocultar el tamaño de su “admiración”.

Se metieron en el agua, ella manejaba las acciones porque él estaba disfrutando su proximidad, minutos antes inalcanzable y tan cercana. 

Inquieto y nervioso, se le dificulta articular dos palabras seguidas sin que se notara su inexperiencia, precisamente eso es lo que le cautiva de él. Josy, está totalmente seducida por inexperto, auténtico en su delirante admiración, inocultable a los ojos de una mujer ducha en entender las reacciones de los hombres que terminan sucumbiendo antes sus encantos.

Se dejó estar delante del muchacho, de tal modo que sus tetotas quedaran a la altura de su cara, él se quedó paralizado por la emoción, sentir tan cerca toda esa carne turgente, acariciarlas con su aliento.

—¿Te gustan?  -se le atragantó la palabra en la sorpresa.  –tímida sonrisa.  -¿Te gustan?

—Sí… sí… mucho…mucho…

Se las arrimó, más cercana, el gesto le da carta blanca para tocarlas, la sorpresa limita sus movimientos, la torpeza en las manos se convierte en calentura, ella bajó el sostén, las pone en sus manos.  

—Anda, puedes tocarlas, todo lo que quieras.

El deseo sube por el ascensor, la timidez de novato lo hace ir por la escalera, peldaño a peldaño, aprende a sentir el calor de un pecho de mujer que intimida tanto como lo excita.

—Me las besas… por favor…

No hacía falta repetirlo, aprende rápido y bien, el beso rápido, abrió el camino a otro más cálido y con la boca abierta para hacerle sentir la humedad de su boca y el goloso deseo. De inmediato fue por la frutillita del postre, el pezón, que chupó y lamió con fruición hasta que la prudencia de Josy le escamoteó el objeto de deseo.

Había aprobado el primer examen, ahora le prepara un nuevo desafío.   Se coloca el sostén volviendo el “tetamen” a su sitio y le llevó las manos del muchacho para que le acariciara las nalgas…  Sus manos se llenaron de carne y deseo hasta convertirse en abrazo, y éste los deslizó hasta besarse. Sin ninguna duda fue su primer beso con una mujer de verdad, su primera experiencia con una puta.

La sensación de sentir en sus labios esa sensación desconocida, diría que una mezcla de timidez, deseo y salvaje calentura, se transmitía en la torpeza del contacto, pero la maestra enseña cómo colocar la lengua dentro de la boca, de qué modo, el alumno aplicado entiende y devuelve atenciones. El beso húmedo, ese que se da con la lengua, donde ponemos todo es precisamente un grado de intimidad tanto o más intenso que el contacto de los sexos, el acto de besar tiene una connotación más emotiva y profunda que trasciende la genitalidad.

El besó terminó por despertar los instintos naturales del muchacho que está gestando su ingreso como hombre, esperando desde hace tiempo el momento de su graduación, ensayado a “mano propia” en las noches afiebradas por todo lo que hay para ver de ese mundo al que aún no pudo escalar. 

Solo falta un último asalto, para derribar la timidez que viene con la falta de roce femenino, sobre todo con esta voluptuosa que solo existe en revistas eróticas, si hasta le parece una foto de una de las tetonas que ha recibido alguna “salpicadita” cuando se masturba en el baño y luego se la lleva, escondida bajo su cama, por si necesita una repetición.

Ese beso fue el sésamo ábrete, la llave mágica que abre su horizonte sexual a un mundo desconocido, primerizo en casi todo, con los ojos abiertos como platos, la mente y el sexo dispuestos a ser fertilizados por todo este nuevo conocimiento, la realidad en carne viva.  Su único miedo era que todo esto no fuera tan real, que aún estuviera dentro de ese “sueño”, las palabras de Josy lo vuelven al mundo real:

—¿Quieres tener sexo con esta puta? 

Los rubores tímidos del pudor y la sorpresa encendieron las mejillas del joven, que no atinó a decir palabra, tanto así que la mujer debió repetir: 

—¿Quieres tener sexo con esta puta? 

— ¡Sí!  Sí, sí… sí señora… síii.  Pero… pero… nunca lo hice… -enrojecen sus mejillas, baja la mirada…

El instinto, maternal, afloró en la mujer experimentada en el manejo de situaciones similares, tomó las riendas del diálogo para derribar de una vez las prevenciones del joven y dejarlo ser él mismo:

—Si quieres… yo te puedo enseñar… 

—La tierna sonrisa y el brillo de los ojos, dar el afirmativo.

Saliendo del lugar, Josy advierte que el joven no puede salir en esas condiciones, con la verga tan enhiesta, parada como mástil de bandera en desfile, se detuvo un poco hablándole de cualquier cosa para distraer la incontenible erección. Este hecho tan natural fue un gesto que terminó por sumarle ternura a este encuentro con el desgarbado e inexperto jovencito, que había generado esa excitante ternura cuando lo descubrió esa mirada lujuriosa tratando de ver sus carnes.

De la mano, condujo hasta el hotel de la playa. Pidió una habitación.   La “parejita” no pasó desapercibida ante los ojos expertos del recepcionista, la respuesta de ella tampoco lo fue.

— Es mi hijo.   – lo convenció tanto como si dijera que había aterrizado un ovni en la playa…

La privacidad de la habitación era otra cosa…  Primero tomé la toalla para dejarla sobre la cama, luego bajó su pantalón de baño.   La verga respondió como un resorte, se elevó apuntándome como cañón, con una leve inclinación hacia, arriba, se la quedó mirando, regodeándose con la visión de esa carne virgen que pronto dejaría de serlo dentro suyo.   Ese cañón pronto tendría su bautismo de fuego, cuatro andanadas de leche descargaría en su primer encuentro cuerpo a cuerpo con una puta.

Se quitó la tanga y se mostró ante el muchacho.  Su primera mujer desnuda, su primera puta, todo por ver, todo por descubrir.  Arrodillada, adorando ese falo, lo miro a los ojos. 

— Mamarte como lo voy a hacer es lo que deben hacerte las putas, aprende, disfruta, goza y pide que te lo hagan así…

Tomó la verga súper erecta en sus manos y la besó, sin dejar de mirarlo, se le salían los ojos cuando su boca cubrió la cabeza del pene recién descorrido el prepucio. Entrecerró los ojos, quizás para poder disfrutar todo ese calor que la boca de Josy transmite a su sexo.   Una segunda, una tercera y otra entrada en su boca lo van poniendo en clima, la pelvis adquiere el control, se mueve hacia delante y atrás, acompaña el movimiento de la boca de su puta.

Disfruta el sabor joven de la verga, jala para despertar las sensaciones maravillosas de una buena mamada en este hombre, lleva sus manos hacia su nuca para que acompañe el vaivén de la pelvis en su primera cogida bucal. Gratamente sorprendida de lo que este muchacho podía aguantar, otros hombres experimentados no habían podido tanto sin acabarle, agradeció ese momento de no haberse venido, tenía reservado más situaciones excitantes, estaba bueno que pudiera aprovechar todas las instancias sin venirse tan de prisa.

Desnudita se tendió sobre el lecho, las piernas flexionadas, abiertas de par en par, exhibiendo toda la belleza y sexualidad de una hembra dispuesta para su hombre.

—Mírala, es tuya, toda tuya. Toda para ti, disfrútala. Puedes tocar, anda, tócala, es toda para ti. En este momento soy tu puta, toda tu puta. Tú eres mi dueño, mi señor, el que ordena y manda…

Le indica como acercarse, besarla, lamerla.  

—Anda, acerca tu boca a mi chepa, siente el aroma de una concha caliente, excitada, como se abre para que te la comas toda.  Cómela, lame y disfruta de tu primera mujer caliente, cómete esta concha que te desea…

Una mamada sin técnica, pero con mucha pasión, la dejaron vibrando como pocas veces, excitada y entusiasmada con este amante, que un momento más tarde estaría metido, colocando esa poronga de considerable tamaño dentro de su concha.  

Me voy a colocar en perrita para que puedas hacerlo mejor, te favorecerá esta posición para ejercer el dominio del hombre sobre su puta, manejarte con más y mejor libertad para hacerte más hombre.

Tan caliente y tan lubricados, se fue deslizando, sin pausa, hasta meterla toda dentro de su vagina.

La pausa obliga para sentir como su sexo se desliza en el estuche de Josy, sentir por vez primera como es estar dentro de una vagina, agradecer el cumplido de una puta alabando el buen grosor de su miembro, disfruta el metisaca silencioso y vehemente. Disfruta de las delicias de sentirse viajar por dentro de una hembra, navegar en los mares del placer de sexo, mucho más de lo que su escasa y pobre experiencia de lectura pudiera acercar a esta realidad sensorial que la habilidad de esta mujer produce en su sexo, contrayendo y aflojando la presión de los labios vaginales sobre la verga de él. 

Aguantó mucho, según Josy, antes de venirse dentro de ella. De pronto, comenzó a experimentar el prólogo de su primera venida en una mujer, ese latido desde el fondo de sus riñones sabía que era cuando el semen inicia el camino hacia la libertad. Luego ese latido en el tronco del pene cuando la tropilla de semen busca escaparse, nuevamente, más intenso late el glande, expande el “cíclope” para dejar escapar las “lágrimas de hombre”, gruesas y espesas, gelatinosas, con la fuerza de su primer polvo dentro de una mujer.  El primer chorro, casi doloroso, latiendo en todo su cuerpo, expandiendo sus conductos hasta liberar la carga seminal en la profundidad del sexo de ella.

— ¡Ah, ah, ah!. ¡Ahí… voyyyyy…! –y se derramó dentro de Josy.

Pausa mínima para ahora el aullido del Tarzán dominador de la bestia, una nueva andanada de semen y luego otras terminaron por agotar sus gemidos, la venida intensa y brutal de su debut sexual. La calma que deviene de la tormenta pasional, fue el certificado de bienvenida al mundo del macho.

Le dio desde atrás, dos polvos “al hilo, sin sacar”. La jodió con la vehemencia del primer disfrute, se quedó dentro disfrutando ambos de los latidos que devienen de una profusa acabada. Sigue estrujándole la verga con entre los labios vaginales hasta sentir como recuperaba su erección. Sin solución de continuidad comenzó a moverse dentro de la vagina, y todo volvió como al principio.

Nuevamente estaba el metisaca, como si nada hubiera pasado. ¡Oh, gloriosa juventud! La calentura y la vitalidad de sus pocos años y sus muchas ganas hacían que todo este momento fuera en concurso ideal de ganas y deseos. La siguió jodiendo, hasta con más ímpetus que el primer polvo, y luego de un buen momento de “meta y ponga” volvió a bufar ese gruñido del macho cuando se entrega en alma y vida en un polvo que se lleva una parte de su vida y deja exhausta el alma.

Cuando el guerrero retiró su lanza de carne descargada, ella se levantó y colocó delante de su hombre, para que las piernas abiertas permitieran escurrirse la abundante enlechada de este joven semental había descargado en ella.   Se abre bien los labios para dejarla escurrirse, con un dedo toma un poco de esa leche y lame mientras dice:

— Mira, corazón, es tuya esta leche, así la dejas dentro de la puta que te cojas.  “Siempre recuerda que una puta solo es para usar y nada más que para eso”.

Casi era como un doble orgasmo ver como su leche se escurría de la mujer que había recibido su cogida. Arrobado en la visión su esperma salida del manantial de Josy, siente como la boca de su hembra viene a limpiar su “herramienta” de macho, mamando los restos del naufragio de una doble acabada.

Poco tardó la calma, tan solo tocársela y ya está listo para otro round, ahora se coloca entre las piernas de Josy, y todo comienza nuevamente, ella va comenzando a rodearlo con sus piernas, colocando sus talones sobre la cintura del joven que se acomoda más y mejor en ella. Entra con la fuerza y vigor de sus primeros momentos, con menos ansiedad, pero con más ganas. Ahora sabe dónde y cómo está el goce.

Las descargas de semen previas no menguan sus ganas de ir por más, cogía fuerte y sostenido, adecuando el ritmo, este polvo es más compartido, más jugado entre ambos, permite que ella juegue el rol de partenaire haciéndolo gozar con sus apretadas vaginales. Este fue un polvo más tranqui, pero igualmente gemido por ambos, más compartido y con menos egoísmo del macho, entregando más de su sentimiento y placer para el gusto de la puta. En este momento el joven está descubriendo ese sentimiento que seguramente experimentó siendo creación de su Pigmalión y está enamorándose de su creadora.  

La cogida se hace intensa, caliente al máximo, goloso se prende de sus tetotas, exprime con intensidad, mama y muerde los pezones cuando está a punto de venirse, produce dolor que Josy aguanta con el placer de comprender que ese dolor de ella enriquece el pacer de su posesivo hombre que está por volver a regarse dentro de su intimidad. 

La urgencia de la venida cortó ese momento de inspiración emocional, el deseo emerge de su miembro y la leche vuelve a derramarse dentro de la vagina de su puta.

Otra pausa y luego la ducha reparadora, ella lo baña con total dedicación, recorriendo cada músculo de su hombre, para memorizarlos y llevarse ese recuerdo tatuado en su carne y en su piel de ese momento único e irrepetible, de este muchacho devenido en hombre por obra y gracia de esta puta que sintió el llamado de la ternura y la pasión dentro suyo.

Luego de secar las últimas gotas de agua, fue a recoger las mieles del deseo en el miembro de su macho. Fue tan sólo tocarlo para que reconociera a la creadora de sus fantasías hechas realidad un momento antes. La súbita erección agradecía las caricias y el beso húmedo, mucho más húmedo cuando se lo dio desde dentro de la boca, con la lengua haciendo las delicias de muchacho que comenzó a estremecer.

Sabía cómo se sentía esta caricia bucal, pero lo que no pudo adivinar fue que dentro de la boca de su amada mujer quedaría este polvo que se va gestando dentro suyo. Josy, lo va llevando con su boca, haciendo las veces de una vagina celestial, manejando y controlando los movimientos del muchacho.  Las manos de él en la nuca de ella, la pelvis moviéndose a ritmo de polvo, no tarda en fabricar otra dosis de leche que ella consiente se venga dentro de su boca. La tensión en las nalgas del hombre y el vaivén de la boca de ella mamando era el pedido de que necesitaba sentir el final feliz dentro de boca.

—Qué delicioso se siente, ¡de puta madre qué rico se siente!  ¡Me gustas amor!

—Estás buena, eres encantadora.  Ahí ¡voyyyyyyyyyy!…

Los chorros de semen regaron la caliente boca de Josy, alguno fue a dar directo en la garganta. Se la quedó dentro hasta la última emisión de semen. Mostró la leche largada, quería que viera bien como es la leche dentro de una boca de su puta, tragó, con gesto ampuloso, mostrarle como una puta se traga la leche de su hombre. Una última gota asomó del glande, recogió con delicadeza en la punta de su lengua, luego una “repasada” por toda la superficie de la verga para dejársela “bien limpita”

Antes de dejar la habitación quería echarle otra mirada para llevarse en sus retinas esta imagen, un joven hecho hombre por ella y en ella. Sentía el pecho henchido de ternura por haberlo hecho hombre, demostrarle que el sexo es bueno, que él debe ser quien mande y ordene a las putas que les toque utilizar para su placer y disfrute.

—Ya te lo he dicho, pero quiero repetirlo otra vez para que no te olvides. Soy una puta y que está solo para darte el gusto y que puedas largarme toda tu calentura, ¡que te quede bien en claro! A Josy le pareció que el muchacho había entendido y comprendido el mensaje.

Cuántas cosas pueden atravesar la mente y el sentimiento en un instante, ahí mismo mientras se vestía estaba recorriendo los momentos previos, como ese deseo de este muchacho tan lejos de hacerlo realidad cuando se llegó a la playa y luego verla y sumarle más deseo y fantasía, cómo de pronto el destino movió sus hilos y esa magia hace que el pensamiento fantasioso sea realidad, como al toque de una varita mágica. 

Ella pagó el hotel, se robó ese momento mágico para sí, guardarlo en ese íntimo lugar, que no compartiría ni comentarlo con su marido, porque este no había sido un cliente, había sido un momento de recreo espiritual, había comprado un momento de felicidad interior, un viaje inesperado al mundo espiritual que trascendía las fronteras del goce sexual.

No le dio su nombre, tampoco le pidió el de él, Josy ha vuelto otra vez con la secreta esperanza de volvérselo a encontrar, sabiendo de hallarlo terminarían en la cama. También se lo imaginó contando a sus amigos este encuentro, descontando que se le deben de haber reído incrédulos, quizás hasta la burla por pensar que él había inventado todo eso o era producto de un sueño erótico.

Esta historia fue totalmente real, como todo lo que vino relatando Josy, decisión y vocación de prostituta, la presencia de este muchacho en su vida, parece un deseo pedido al genio de la lámpara, que su fantasía se hace tan real como increíble. Pero quien le quita lo bailado a este afortunado joven que esa tarde de playa no necesitó frotar ninguna lámpara mágica para que su erótico sueño se hiciera real…

Me dirijo a ti mujer que has sentido fantasías por sentir esto mismo que me relató la Josy de la historia, que me compartas esas sensaciones al leer este relato, el Lobo Feroz está en [email protected] esperándote, no seas cobarde, anímate.

 

Lobo Feroz

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