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La Navidad en familia

Esto que les voy a contar sucedió unas navidades en mi casa.

Yo había organizado una cena familiar en Nochebuena esperando la Navidad. Habían venido mis padres y mi hermano con sus hijas. Tenía una sobrina que estaba a punto caramelo, como se suele decir. Ella tenía 18 años y ese día había ido con un hermoso vestido veraniego que no le llegaba a las rodillas.

Recuerdo que me vestí de papa Noel y cuando llegó las 12 de la noche empecé a entregarles regalos a mis hijos y a mis sobrinas. Mi sobrina de 18 años me hablaba como si fuese una niña pidiéndome un regalo, en ese momento quise meterle la pija en la boca. Luego toda mi familia subió a la terraza para ver los fuegos artificiales menos mi sobrina que se había quedado adentro. Yo regrese para ir a buscarla y llevarla con toda la familia. Al entrar en mi casa no la encontraba, entre a mi dormitorio y la vi sentada en mi cama hablando por teléfono.

—Yo también quiero estar con vos, pero mis padres no me dejaron —decía mi sobrina.

—Quizás para año nuevo me dejen —decía mi sobrina.

—Qué cosas me querés hacer?

Mientras ella escuchaba lo que le decían se empezó a tocar las tetitas por encima del vestido.

—Hmm que guarro, yo también tengo ganas de hacerte cositas.

A mí se me paró la pija al escuchar a mi sobrina hablar de esa manera.

—Tengo ganas de tomar tu lechecita.

No sabía que mi sobrina era tan guarra, nunca la había escuchado hablar de ese modo.

—Yo también te quiero, chau mi amor.

—Con quien estabas hablando?

—TÍO, me vas a matar de un susto.

—Perdón.

—Estaba hablando con un amigo.

—Parecía más que un amigo.

—Escuchaste la conversación?

—Algo.

—Uhh que vergüenza.

En ese momento cerré la puerta y me senté a su lado.

—No pasa nada, no voy a contar nada a nadie.

—Confío en ti —dijo mi sobrina.

—Claro, pero decime si era tu novio?

—No es mi novio, él es un hombre casado.

—Sos la amante?

—Algo así.

—Mira vos, no te tenía así.

—De esto ninguna palabra a mis padres.

—Sí, confía en mí.

A continuación le hago una pregunta bastante subida de tono y en tono de risas.

—Escuche que querías tomarle la lechecita.

—No te rías.

—Perdón ¿te gusta chupar pollas?

—Algo.

—Me hubieras dicho y yo te hubiera dado algo de la mía.

—Las cosas que dices tío.

Ocurrió que me baje el pantalón rojo de papá Noel y le mostré mi pija media erecta.

—Seguís teniendo ganas de tomar la leche?

Ella empezó a morderse los labios, dándome a entender que tenía ganas de chupármela. Entonces con su mano empezó a pajearme y luego de unos minutos a chupármela. Cuando sentí mi pija dentro de su boca sentí una satisfacción bárbara. Luego me recosté en la cama y deje que me la siga chupando.

—Hmm que rica que este tío.

—Te gusta?

—Esta deliciosa.

Coloque una almohada debajo de mi cabeza para ver mejor como me la chupaba. Tuve que correrle el cabello porque no me dejaba ver cómo mi pija entraba en su boca. Luego ella sin que le diga nada se levantó el vestido y se subió arriba mío. Acomodo mi pija en su coño y empezó a saltar hacia arriba y hacia abajo. Después se bajó hasta la cintura el vestido, agarró mis manos y las llevo a sus tetitas. Empecé a tocar esos pequeños pechos mientras ella seguía moviéndose arriba mío. Después hice que baje un poco su cuerpo para poder chupar sus tetas a la vez que le tocaba la cola.

Los gemidos de mi sobrina me volvieron loco, era lo más hermoso que había escuchado en años. Sus tetas aunque eran pequeñas eran preciosas y luego de probarlas eran las más ricas de toda las que he probado.

Ella no me dejo acabar dentro de su coño, quería chupármela y exprimirme hasta la última gota. Fue entonces que luego de cabalgar encima de mí me empezó a pajear y a chupar mi pija hasta que le avisé que me venía. Abrió su boca y luego de meterse mi pija acabe dentro de ella.

—Gracias tío, por hoy ya estoy satisfecha.

—De nada, linda.

Luego regresamos con toda la familia y nos pusimos a ver los fuegos artificiales todos juntos.

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