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Mi comienzo en el incesto

Me llamo Cristina y tengo 19 años. Soy rubia y mido 1.65. Mis medidas son 98-100-110, debido a esto me suelen mirar bastante de forma lasciva y eso siempre me excita. Mi hermano se llama Juan, tiene 21 y mide 1.78, es bastante musculoso y en la universidad siempre hay alguna chica que se le insinúa, eso siempre me ha puesto algo celosa, pero siempre de modo fraternal ya que somos muy unidos y él también ha tenido ataques de celos.

Las clases se pasaron rápido, estaba esperando a mi hermano y él cuando llega me pasa el brazo por los hombros y vamos a su coche para ir a casa. Notaba que él me veía, pero no le tomaba mucha importancia. Una vez ya en el coche estuvimos hablando un poco aunque lo notaba algo enojado y no sabía porque. Cuando llegamos él se iba a ir sin decir nada, pero le pude coger la mano antes a lo que él me miro.

– ¿Qué te pasa? Se nota que estás enojado y no se la razón, que yo sepa no he hecho nada malo. –Dije algo frustrada por no saber que le pasaba. Él se dio cuenta de eso y se relajó un poco.

– Vamos a mi habitación y te digo que es lo que pasó. –Le hice caso y fuimos a su habitación aun sin soltarnos las manos. Al llegar él cerró la puerta y nos sentamos en su cama. – Lo que me pasa es que uno de mis amigos empezó a hablar sobre ti y me estaba diciendo lo buena que estabas y que quería estar un rato contigo, eso me enojó mucho, así que le golpeé y le dije que como se te acercara le iría peor. – Me pareció muy linda su forma de protegerme y me senté en sus piernas para poder abrazarlo mejor a lo que él me correspondió.

– Muchas gracias hermano por cuidarme.

– No es nada, tú eres mi hermanita y no pienso dejar que anden diciendo cosas así de ti y menos delante de mí. – Después de eso estuvimos hablando y yo seguía abrazada a él hasta que llegó a casa papa y fuimos a saludarlo.

Papa es un poco mas alto que mi hermano 1.83 y él es castaño como mi hermano. Se llama Carlos y es muy cariñoson con nosotros, trabaja bastante para poder mantenernos, pero siempre que puede pasar tiempo con nosotros y me mima mucho. Yo tengo el pelo rubio de mi madre Sara, ella también es de cadera más grande que pechos. Mis padres están separados y en el verano mi hermano y yo vamos un tiempo con ella, es bastante cariñosa y mide 1.60, ella se volvió a casar después de dos años del divorcio y mi hermano y yo no nos llevamos mal con él, pero si con su hijo Luis, tiene 18 y es muy egocéntrico y muy pesado, se cree el mejor cuando no lo es. A la noche estábamos cenando y mi hermano estaba algo extraño, pero me imagine que sería debido a lo de esta mañana asi que no le tomé importancia. Luego le di las buenas noches a los dos y me fui a duchar para después ir a dormir.

Al día siguiente me sentía algo rara ya que había soñado como si alguien me estuviese tocando y me había excitado. Bajé abajo e hice el desayuno para los tres. Desayunamos tranquilos y luego nos fuimos al sofa a ver una película, me senté apoyada en mi hermano y él me estuvo acariciando la pierna toda la película. Noté que a veces rozaba cerca de mi vagina pero no le tomé mucha importancia ya que me gustaba. Luego papa se fue a su despacho a trabajar un poco y nosotros seguimos viendo la tele. Después de un rato siento a mi hermano rozar mi vagina y le miré y no dijo nada, seguía mirando la televisión así que pensé que había sido un accidente y lo deje pasar. No volvió a hacerlo, pero si sentía su mano cerca de mi vagina. Pasada una semana sentí que cada vez que podía me abrazaba y rozaba mis nalgas o mis tetas así que decidí hablar con el hoy.

– Hermano puedes venir a mi cuarto un momento ¿porfi?

– Ahora voy hermanita. – Cuando llegó nos sentamos en la cama y me separé un poco y él lo notó, pero no dijo nada.

– Quiero saber qué te pasa, esta semana has estado actuando algo raro conmigo y quiero saber la razón. – Cuando dije eso él se puso algo tenso, pero sé que me lo iba a decir.

– ¿Te acuerdas que te dije que mi amigo había dicho que estabas buena? – Yo asentí. – Pues desde hay ese comentario no dejó de sonar en mi cabeza y al salir estuve fijándome un poco en tu cuerpo, pero intente dejar de pensar en eso y lo conseguí hasta que me abrazaste y sentí como se aplastaban tus pechos en mi pecho, desde ahí deje de verte solo como a mi hermana y te empecé a ver como a una mujer. No lo pude evitar y empecé a tener sueños húmedos contigo, también el lunes después de que te duchaste yo fui a hacerlo y vi tu tanga y no pude evitar olerla y me empecé a masturbar con ella. He estado toda esta semana corriéndome en tus braguitas y tangas. Lo siento no lo puedo evitar y aunque puede que ahora me odies o sientas asco de mí, no puedo evitar hacer esto.

No me dio tiempo a reaccionar cuando me empezó a besar y a tocar las tetas a lo que no pude evitar gemir, ya que tengo mis tetas algo sensibles y no sé porque pero le seguí el beso. Eso debió entusiasmarlo porque siguió apretando una de mis tetas con algo de fuerza y me empezó a tocar el culo y apretar las nalgas provocando que me excitara más.

– Dios hermanita que buena estás, mi amigo tenía razón, pero el que va a disfrutar de ti voy a ser yo. – Me quito la camiseta y el sujetador y empezó a besarme el cuello y fue bajando hasta mis pechos que empezó a besar y chupar, luego me chupo el pezón y a morderlo un poco provocando que yo gimiese y le apretase más a mi pecho. – Me encanta como gimes y que ricas tetas y culo tienes, ahora veamos qué tan húmeda está tu vagina. – Eso me excitó más y cuando me puso a un lado el tanga y empezó a meter un dedo no pude evitar gemir más alto. – Hermanita que húmeda y todo por tocarte aun no has visto mi pene ese si que te va a enloquecer y no querrás que te deje nunca, pero baja la voz o papa te oirá y vendrá a ver que pasa. Le hice caso y seguí gimiendo bajo, luego lleve mi mano a su pantalón y empecé a tocárselo por encima de él haciendo que gruñera, eso me encantó y le apreté un poco su pene.

Esto debió enloquecerlo porque se quitó rápido los pantalones y la ropa interior, dejándome ver su gran pedazo de pene, debía medir 27 cm, me puso más cachonda y le quite su camisa y me levante para quitarme la falda y el tanga. Me puse delante de él y me di la vuelta para que viese como lentamente me quitaba la falda y luego el tanga, esto le debió gustar porque vi que se apretó un poco el pene y cuando me quité todo y quedé desnuda le hice tumbarse y me monté encima de él poniendo mi vagina delante de su cara y yo empecé a chupar su pene, que rico estaba. El me apretó el culo y empezó a chupar mi vagina haciendo que gimiera mientras seguía chupando su pene. Me quedaba un poco de su pene fuera de mi boca y yo intentaba que me entrara todo, después de un rato llegué al orgasmo gimiendo con su pene en mi boca y conseguí meterme su pene entero en la boca, ya que me di un poco para delante por el orgasmo.

– Que rico mamas hermanita y que rica vagina tienes, te la podría estar comiendo todo el día, pero ahora vamos a cambiar de posición y te la pienso meter, te voy a hacer delirar. Yo sonreí y me solté de su pene y cambiamos de posiciones, él encima y yo debajo. Me la metió de una y eso produjo que gimiera bastante alto, pero él me beso consiguiendo que no se oyera tan alto, se quedó un momento quieto para que mi vagina se acostumbrara a su tamaño.

– Hermano que rico se siente tu pene dentro mío, cógeme duro. – Él acepto y se empezó a mover rápido y duro, yo gemía y él gruñía un poco, puse mis piernas alrededor de su cadera para que la cogida fuese más profunda.

Seguimos cogiendo hasta que papa nos llamó para cenar, a ese punto yo me había corrido varias veces y él dos, además de que hicimos varias posiciones. Me volvió loca. Al final nos besamos y vestimos, al bajar hicimos como si no hubiese pasado nada, pero sabíamos que iba a ver muchas más veces.

Continuará…

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