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Mi cuñada me da el culo mientras mi hermano ve fútbol

Me gusta el futbol, aunque prefiero el tenis. Disfruto yendo al estadio a ver algún partido que me interese. Por allí ver en tv algún otro partido que me llame la atención. Pero poco, muy poco, me llama la atención la selección. Hoy que hay un partido eliminatorio me vino a la mente un grato y caliente recuerdo.

Hace muchos años, en los tiempos que me cogía a mi cuñada, jugaba la selección peruana un partido de eliminatorias. En casa de mis padres organizaron un almuerzo previo y empezó la gran juerga. El partido era hacia las 4 o 5 pm. Almorcé con todos, tomé unas cervezas, me reí y me retiré a mi cuarto a descansar un rato, para luego avanzar un reporte del trabajo. No tenía tiempo para ver el partido, de una selección ya eliminada, por cierto.

Mientras dormía sentí que alguien me cogía la mejilla. Desperté y vi a mi cuñada en mi habitación. Me sorprendí. Le pregunté qué había pasado, me dijo que había empezado el partido y “si quería bajar a verlo”.

Sus palabras no tenían correlato con lo que su cara de mamona decía. Me resultó obvio que, estando todos concentrados en el partido, encontró un momento de escaparse y subir a mi habitación. Tenía unas cervezas encima y le habían dado el valor necesario para hacer algo así, de tanto riesgo.

No lo dude, tenía que actuar rápido. Mientras menos tiempo usáramos, menos riesgo corríamos. La bese y me respondió sin chistar. Le cogí el culo mientras la besaba. Me acerqué a la puerta y le puse seguro. Cogí su cabeza y la empuje hacia el piso. Ella entendió y se arrodilló, desabrochó mi pantalón, sacó mi verga y en una mamada genial la puso dura y lista en instantes.

La acomodé al borde de la cama. En 4 patas. Le desabroché el jean y se lo bajé a mitad de la pierna. Se quedó solo con la tanga. Me dieron ganas de no sacársela, para sumar el morbo de lo rápido y urgente. Me arrodillé detrás de ella, puse la tanga de costado y sin más le lamí el culo. Ella ahogaba sus gemidos y sentí que su culo estaba dispuesto. La excitación del riesgo y del alcohol la había puesto lista en unos instantes.

Me acomodé detrás de ella y se la metí en el coño. No lo había estimulado, pero estaba ya muy jugoso. Sentí como su respiración se aceleraba y empezaba a venirle un orgasmo.

En ese instante tocaron la puerta. Me separé de ella y me quedé de pie, con la verga tiesa y al aire. Ella con el culo levantado en 4 patas. Se me heló la sangre. Sentí que mi mundo se iba al diablo. Escuche a mi madre decir “Alonso, no vas a ver el futbol”. Con voz que intenté pareciera somnolienta le dije “no mamá, descansaré y luego trabajaré”. Me respondió “ok hijo, luego bajas a cenar”.

Por un instante no supe que hacer. Mi cuñada tampoco. Se había quedado en 4 patas petrificada sobre la cama. Nos miramos. Me puse detrás de ella. La volví a meter un instante en su coño y tras una rápida remojada se la metí al culo.

Su culo estaba dilatado. Entré libremente. Ella gemía y tuvo un orgasmo. Yo seguí y seguí. Le pedí que se diera la vuelta. Se acostó boca arriba, al borde de la cama. Puse sus piernas sobre mis hombros y seguí cogiéndola por el culo. Cuando sentí que volvía a llegar, sus contracciones me aceleraron también y le llené la cola de semen mientras ella gemía con un nuevo orgasmo.

Boté todo el semen dentro. Espere unos segundos. La saqué. Ella se acomodó la tanga y el jean mientras yo me subía el pantalón. Cuando estuvimos listos, ella se puso a un costado de la puerta. La abrí y miré hacia afuera, no había nadie. Ella salió raudamente.

No recuerdo si Perú ganó o perdió esa tarde. Yo campeoné.

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