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Unas vacaciones con mis tías (Partes 7-8): Algo de morbo

Parte 7: Un rato en la terraza.

Me levanté de la toalla y miré a mi madre y mis tías, se habían sentado de frente al agua y charlaban animadamente. Eche a correr mientras mi hermana se reía a mandíbula abierta y me lancé contra la primera ola. Note el frescor del agua y en unos segundos mi miembro volvió a su estado de hibernación. Di una brazadas hacia dentro y volví a la zona donde solo me cubría hasta el pecho. Mi mente giraba como una batidora donde el ingrediente principal era el sexo. Vi a mi madre que se metía en el agua de nuevo en dirección hacia mí. Cuando estaba cerca alargué mi mano como la vez anterior.

-Que tal mamá? Has tomado mucho el sol?

-Si, ya sentía bastante calor!

Volvió a hacer la misma maniobra dando con sus tetas contra mi pecho.

-Hay que bien! Súbeme como antes!

Volví va sentir como sus piernas se enroscaban en mi cintura y sus tetas se aplastaba cerca de mi cara. La subí varias veces aunque ahora las olas eran más suaves.

-Te he visto hablando con tu hermana!

Sentí un latigazo que recorrió todo mi cuerpo. Pensé que podría haber visto nuestros manoseos.

-Me alegro de veros hablar con tranquilidad, sin tiraros los trastos a la cabeza! Me dijo con la mejilla pegada a la mía.

-Pues si! La verdad es que nos hemos reído un rato contándonos cosas.

-Hasta os habéis dado crema, jajaja! Río alegremente.

-Bueno, tampoco tenía a nadie más que se la diera! Ahora reímos a la vez.

-Pues si, eso me pasa a mi! Dijo ahora algo compungida.

-Yo te la daré si quieres!

-Mejor las manos de un hombretón como tú que las de tus tías! Jajaja! Rió de nuevo y sentí que se abrazaba más a mi.

Creo que debió notar como se endurecía mi miembro bajo sus muslos pero no dijo nada.

Mis tías comenzaron a hacer señas para que regresáramos. Dejé a mi madre donde no le cubría y me fui a dar una brazadas para que se me bajara la erección antes de salir.

Regresamos a casa de mis tías y prepararon la comida, yo parecía el rey de la casa pues apenas hacía nada, y si lo intentaba, ahí estaban ellas para pararme.

Comimos manteniendo una animada conversación, mis tías contaban cosas de cuando yo iba de pequeño y reíamos los cinco. Al terminar vi que mis tías estaban muy atentas mirándome, supongo que esperarían alguna señal por mi parte. Yo sonreía pero no hacía ninguna señal, creo que disfrutaba de esa situación. Recogimos los cacharros y en las idas y venidas aprovecharon las dos para darme algún azote en el culo cuando no las veían. Mi madre dijo que se iba a echar la siesta y mis tías decidieron hacer lo mismo. Yo ya me había preparado una copa y mi hermana me pidió que le preparara otra. Cuando llegue mi hermana me miraba con cara interrogante, me quedé mirándola y me dijo.

– Por qué no nos subimos a la terraza a tomarlas? Acepté de buen grado, me apetecía seguir la conversación que habíamos empezado en la playa y supuse que a ella también.

Nos sentamos en el amplio sofá que estaba cubierto por un toldo. Hacía calor, pero soportable. Me quite la camiseta y me quedé solo con el bañador. Mi hermana me imitó quitándose la camisola y volví a ver su delicioso y prieto culo mientras lo hacía. Se sentó a mi lado con su muslo pegado al mío y me miró como esperando algo. Yo también la miraba esperando algo pero parecía que ninguno nos decidíamos a hablar. Finalmente ella con sonrisa pícara dio el primer paso.

-Por qué no me cuentas tu aventura en la caseta con tía Sole?

Me quedé algo pillado ¡Joder, también nos había visto! Pensé que era imposible, que tan solo lo debía de haber imaginado. Como veía que yo no contestaba decidió proseguir.

-Vi lo contenta que iba la tía tirando de tu mano! Estoy segura que allí pasó algo!

Me debí de empezar a poner colorado porque intentó tranquilizarme.

-Ya te he dicho que no le voy a decir nada a nadie, pero la curiosidad me corroe! Dijo con una leve sonrisa algo siniestra.

Yo seguía sin hablar, no sabía que decir, o mejor dicho, cómo decirlo. En ese momento puso una pierna sobre la mía y sentí su robusto muslo posado sobre mi piel. Estaba sentada de lado, mirando hacia mi y se acercó a mi oído.

-Venga cuenta, que quiero ponerme cachonda!

Y después de susurrarme me mordió el lóbulo de la oreja. Yo no necesitaba mucho para ponerme caliente y eso había sido suficiente. Noté como mi bañador, pegado a su muslo, comenzaba a aumentar de tamaño.

-Bueno, pues sí, algo pasó! Pude decir intentando controlar la situación.

-Seguro que le tocaste bien esas grandes tetas que tiene! Dijo volviendo a morderme la oreja.

-Me pidió que se las tocará y no me pude negar!

-Negar? Jajaja, pero si estarías deseando! Rio entre divertida y lasciva.

Comenzó a sobarme el pecho con su fina mano de largos dedos.

-Te pondrías muy cachondo, verdad!

-Me puse como un verraco! Contesté casi en automático.

-Y seguro que ella te tocaría la polla a ver cómo se te había puesto! Dijo bajando su mano desde el pecho hasta mi bañador.

Sentí como me la sobaba por encima de la tela que ya formaba una tienda de campaña. Tardé unos segundos en contestar, pero viendo la situación, ya no me corté.

-Se me había puesto más dura que una columna de mármol, y no te puedes imaginar con que ganas me la sobó!

Dije de corrido sin pensarlo demasiado. Sentí como mi hermana metía la mano bajo mi bañador y me agarraba el miembro ya muy endurecido.

-Te la sobó así? Me dijo mientras subía y bajaba el terso pellejo de mi polla en plena erección.

Noté como apretaba sus muslos y me volvía a morder la oreja y opte por poner mi mano sobre uno de ellos, si ella me iba a pajear yo no me iba a quedar quieto. Comencé a acariciarle el muslo y continúe hablando.

-No sólo me la sobó, se agachó y me la chupo con ansia! Le dije exagerando un poco, mejor dicho, no exageré casi nada.

-Joder, que guarra! Dijo pajeándome bajo el bañador.

Notaba como se iba excitando a cada frase que le decía y eso me ponía más cachondo, si es que podía ponerme más. Decidí darle detalles para ver hasta dónde llegaba en su calentón.

-Me dijo que le encantaba mi capullo, tan duro y brillante y le dio varios lametazos!

Mi hermana subió su mano libre y pellizco uno de su gordos pezones por encima del bikini.

-Diosss! Sigue! Sigue!

-Después abrió su rica boca, con esos labios carnosos y sensuales que tiene y sorbió mi capullo como si fuera la bola de un helado.

Mi hermana ya se había bajado el bikini y manoseaba su gordo pezón que había dejado a la vista. Yo tire de mi bañador hacia abajo y descubrí su mano agarrando mi polla con cierta presión.

-Madre mía! Tan guarra es?

-Más que guarra! Contesté para aumentar su excitación.

-No te vas a creer lo que vino después!

-Joder! Cuenta! Cuenta!

Miraba sus ojos y parecían saltar chispas de ellos, en un momento se había puesto más caliente que una estufa de leña. Miraba su pezón, tan grande y duro, y sentí unas ganas feroces de comérmelo.

-Que bien sabe! Me dijo y abrió la boca y se metió toda mi polla! No sé cómo lo hizo, pero pude sentir como tragaba hasta hacer que atravesará su garganta!

-Diosss, como me hubiera gustado haberlo visto! Casi gritó mi hermana con mirada endiablada.

Estaba tan excitada que decidí aprovechar el momento. Acerqué mi boca hasta su desnudo pezón y lo chupé con delicadeza. Ella retiró su mano y me dejó hacer.

-Ufff, sí, sí!! Susurró apretando mi cabeza contra su teta.

Me dejó chupar unos segundos hasta que volvió a susurrar.

–Chupa más! Más fuerte!

Mi mano se había colado entre sus muslos y noté como los abría dejándome más espacio. Toqué con los dedos el pequeño triángulo de tela y su cuerpo dio un pequeño estertor. Retiré la tela mientras seguía chupando su gordo pezón y pase dos dedos sobre los gruesos labios genitales perfectamente depilados, al sentirlos apretó todavía más mi cara contra su teta como si necesitara sentir más mis succiones. Mordisquee su duro y gordo pezón haciendo que su cuerpo temblará.

-Que bien lo haces cabron! Susurró contra mi cabeza.

Unos de mis dedos se había colado entre sus labios genitales sintiendo la humedad que ya manaba de ellos. No me costó encontrar el clítoris, de buen tamaño y muy duro, y eso provocó que sus piernas temblaran notoriamente. Tiró de mi pelo para separarme la boca de su pezón y

-Sigue contándome! Me dijo mientras movía su culo como para acoplarse mejor en el sofá.

Realmente ya no recordaba bien lo ocurrido y me limité a seguir contándole lo que se me iba ocurriendo.

-Comenzó a chuparme la polla con grandes succiones como si fuera una aspiradora mientras masajeaba mis huevos y no tardé en soltarle un buen chorro de leche! Después vino otro, y otro y otro.

-Joder, y se lo tragó todo?

-No dejó ni una gota! Estuvo chupando y tragando hasta que me dejó la polla seca!

-Ah! Ahhh! Sigue! Méteme más los dedos! Diosss! Ah!

Mi hermana se estaba corriendo y me estaba poniendo la mano pérdida de flujo, seguí moviendo dos de mis dedos en el interior de su vagina haciéndola temblar como un flan. Soltó mi polla para poner sus dos manos sobre la mía y apretármela con fuerza hasta que acabó de correrse. Su cuerpo fue dejando de temblar y su respiración amainó

-Dios, que guarra me has puesto!

-Pues tú a mí me has dejado la polla más dura que un poste de la luz!

-Joder, y que quieres, que te haga una paja y me pongas perdida!

-Podrías chupármela!

-Aquí! Venga ya! Estás loco? Imagina que sube mamá y nos ve, que podría pensar? Que somos unos degenerados?

-Joder, pues no decías nada cuando te estaba pajeando!

-Es que… me has puesto muy guarra y no podía parar!

-Vale, vale! Pues ya me dirás qué te cuente más cosas, que te las va a contar la vecina!

-Veeenga! No te pongas así! Te prometo que te compensaré!

Parte 8: Buscando algo de morbo

Dicho esto, se marchó y se metió en su habitación. Yo esperé a que me disminuyera la erección y bajé hasta la cocina, estaba bastante cabreado y me apetecía un buen copazo, seguro que con eso se me pasaría. Según me lo estaba sirviendo apareció mi tía Candi.

-Te estás poniendo otra copa?

-Si, hace algo de calor arriba y he bajado con sed!

-Ponme a mí otra! Si te apetece que te acompañe!

-Por supuesto tía! Como no me va a apetecer!

-Quieres que salgamos al jardín? Por la puerta de la cocina hay una zona que ahora da la sombra y tenemos una mesa con un par de sillas.

-Perfecto!

Salimos por donde había dicho, que era la pared lateral de la casa y había un árbol bastante frondoso que daba bastante sombra. Tan solo se veía una pequeña parte del jardín trasero. Nos sentamos y vi como miraba el bulto que todavía se notaba en mi bañador.

-Que tal en la terraza con tu hermana?

Me sorprendió la pregunta, no sabía si sospechaba algo de lo que había pasado pues su sonrisa era algo interrogante.

-Bien, hemos estado charlando un rato, es algo que no hacemos habitualmente.

-Me ha parecido verla algo preocupada durante la comida!

-Tengo confianza contigo, así que te lo contaré. Parece que lo ha dejado con su novio y está un poco jodida.

-Vaya, a esa edad estas cosas pasan! Me dijo sonriendo, aunque la siguiente pregunta me desconcertó.

-La has consolado?

La miré a sus ojos felinos intentando adivinar lo que pensaba. ¿Era una pregunta trampa? Tardé varios segundos en reaccionar pues no sabía que decir exactamente hasta que me decidí por una respuesta ambigua.

-He hecho lo que he podido!

-Estoy segura que te lo habrá agradecido! Dijo manteniendo esa mirada penetrante.

Sonreí pensando en lo que me había prometido mi hermana y contesté sin pensar.

-Bueno, me ha dicho que me compensaría! Dije casi riéndome.

Mi tía era bastante lista, y supongo que algo se imaginaba. Parecía que daba por hecho que algo había pasado y estaba dispuesta a sonsacármelo.

-Y crees que lo hará?

Su fina bata se había abierto y ahora podía ver parte de sus tetas desnudas. Tan solo llevaba puesto debajo un pequeño tanga azul, a juego con la bata, que apenas podía ver cuándo cruzó las piernas. Mis ojos miraron su cuerpo con deseo y a la vez volví la vista hacia el pequeño espacio que se veía del jardín trasero.

-Tranquilo, esta parte no se ve desde la piscina! Me dijo con mirada felina y una sonrisa perversa.

Realmente yo llevaba con la polla dura desde por la mañana en la playa y todavía no había descargado una buena dosis de leche que se me acumulaba como el agua de una presa. Se levantó de la silla y ahora pude ver sus bonitas tetas al completo. Como de costumbre sus pezones destacaban duros y altivos, casi amenazantes. Se acercó hasta mi y mientras mantenía el vaso en una mano puso la otra sobre mi pecho y lo acarició por encima de la camiseta. Sus tetas estaban tan cerca que no pude reprimir levantar la mano y acariciarlas. Roce con mis dedos los grandes pezones sintiendo como se ponían más duros mientras los miraba ensimismado. Ella volvió al ataque.

-He visto como la miras el culo y me da que ya te has hecho alguna paja soñando como la embestías por detrás!

Madre mía! Está mujer parecía una pitonisa, leía mi mente como el que lee un libro. Acercó más sus tetas a mi cara inclinándose levemente y reaccioné de inmediato llevando mi boca hasta uno de sus pezones. Comencé a chuparlo y a sorberlo con suavidad refrendando mis impulsos hormonales. Quería parecer tranquilo y controlado aunque mis deseos eran de follármela al instante. El comentario que había hecho era una afirmación que parecía no necesitar respuesta pero en el fondo me apetecía dársela.

-Pues sí, han caído unas cuantas pensando en su culo, a una media de seis pajas diarias me da para visualizar muchos culos!

Dije intentando parecer natural. Pero mi tía fue más allá.

-También pensando en el de tu madre?

-Joder tía, vaya pregunta!

-Bueno, yo soy tu tía, y me has follado con ganas y deseo. Tu madre está muy bien y seguro que algún sueño has tenido con ella!

Como os decía anteriormente, está mujer debía de ser vidente. Su mano libre ya acariciaba mi miembro por encima del bañador, se había endurecido totalmente y el bulto que formaba ya era apabullante. Dejó el vaso sobre la mesa y sin cortarse se arrodilló sobre el césped a la vez que sacaba mi polla del bañador. No tardé en sentir su larga lengua lamiendo mi capullo, ya estaba hinchado y duro como el pedernal, y sus labios lo envolvieron con rapidez. Mientras sentía como engullía mi capullo introduciéndolo en su cálida boca, decidí contestar a su pregunta morbosa.

-Pues si, mi madre me parece una mujer estupenda y para mi gusto está buenísima, y sí, algunos sueños plácidos he tenido pensando en ella.

Noté como engullía mi polla avanzando con sus rojos labios por el duro y venoso tronco hasta que mi capullo chocó contra su garganta. Lo succiono varía veces haciendo que mi cuerpo se tensara y puse una mano sobre su cabeza para seguir el movimiento. Que manera de chupar, diossss! Era realmente delicioso. En ese momento oí hablar a mi madre y a mí otra tía.

-Tía! Tía! Creo que han salido al jardín! Dije retirándome la cabeza de mi regazo. Ella levantó sus ojos con mirada felina y sonriendo me preguntó.

-No te gusta el morbo?

-Joder, si, pero y si vienen para acá?

-No lo creo. Sole mantendrá a tu madre entretenida y aunque vaya a la cocina no nos verá! Y sin darme opciones volvió a engullir mi polla.

Ahora profundizó más y la introdujo en su garganta hasta tragársela entera. Mi cuerpo volvió a tensarse mientras escuchaba a mi tía y a mi madre hablar. Realmente ese morbo me empezaba a gustar y creo que aumentaba mi excitación. Volví a agarrar su cabeza y la moví al ritmo que me apetecía. Ella se dejaba llevar tragándose la polla a cada tirón que le daba.

-Joder tía Candi! Como me la chupas de bien, dios! Le susurré mirando como se cimbreaba su cuerpo a cada chupada.

El morbo de oírlas tan cerca me había animado a susurrarle cosas. Estaba tan excitado que me apetecía decirle burradas.

-Como me gusta follarte la boca! Me encanta que te pongas muy guarra para follarte por todos lados!

No sé si era morbo o nerviosismo pero parecía que me habían dado cuerda y no paraba de hablar.

-Vamos perra! Chupa, chupa! Que estás a punto de sacarme la leche! Te gusta mi leche, eh, cerda! Te voy a llenar la boca con ella!!

Metí las manos por debajo y comencé a sobarle las tetas. Las amasaba, las apretaba y tiraba de los gordos pezones. Ella seguía chupando a la velocidad que le había marcado y mi cuerpo se tensó al sentir como llegaba el primer chorretón. Pude oír su garganta tragando cuando llegó el segundo y el tercero, supongo que salieron algunos más pero con menos cantidad. Se lo intentó tragar todo aunque al final acabo rezumando entre sus rojos labios una leve cantidad. Mi cabeza estaba en dos sitios y el morbo y el nerviosismo se turnaban. Podía oír a mi madre y a mi tía, aunque no me llegaba con nitidez, y a la vez se mezclaba con las sonoras chupadas que me estaba dando tía Candi, todo esto era algo nuevo para mí e intentaba asimilarlo aunque no podía, iba demasiado rápido.

Había sido mi primera corrida del día y tía Candi parecía estar dispuesta a sacarme la segunda. Siguió chupando hasta dejar mi polla reluciente, además de mantenerla erguida. Levantó su mirada sin dejar de masajear con la mano y con sonrisa lasciva me preguntó.

-No te gustaría follarme contra la pared mientras escuchas a Sole y a tu madre?

Tía Candi estaba dispuesta a introducir el morbo en mi mente, un aderezo más al traqueteo de mis hormonas. Para mi ese morbo real era nuevo, mi mente era morbosa pero tan solo en la imaginación, pero ahora estaba ocurriendo allí mismo. La ayude a incorporarse y la puse contra la pared. Mi polla seguía en plena erección como un ariete a punto de derribar la puerta del castillo. La agarré con la mano y la oriente entre los húmedos labios genitales que asomaban entre sus bonitos muslos, y con una leve presión se introdujo hasta la mitad. El morbo se había apoderado de mi mente y mi madre apareció en mis depravados pensamientos. No pude evitar imaginar que era a ella a la que tenía contra esa pared blanca bañada por el sol, y comencé a bombear mi polla. El culo de tía Candi se aplastaba contra la pared a cada una de mis embestidas y ella ahogaba sus gemidos aferrada a mi cuello.

-Las oyes? Están hablando de ti! Susurró con los labios pegados a mi oreja.

Yo las oía hablar aunque no percibía lo que decían, creo que tía Candi tampoco podía entenderlas, pero sabía que eso era más condimento para la olla de morbo que hervía en mi cabeza. Puse mis manos bajo su culo y ella enroscó sus piernas en mi cuerpo. Se quedó en el aire, tan solo sujeta con la espalda contra la pared y comencé a bombear con más fuerza. Podía sentir sus jadeos contra mi oreja, eran unos jadeos sedientos de deseo y pasión. Mi polla entraba hasta el fondo de su vagina y volvía a salir como un pistón bien engrasado. Su culo se aplastaba contra la pared a cada empujón mientras mi mente divagaba mezclando a mi madre. A cada embestida aumentaba más el deseo de follarme a mi madre, podía verla en mis pensamientos con su delicioso cuerpo pegado al mío cómo había hecho en la playa a la vez que me repetía – Siiii! Siiii! Más fuerte Pedrito! – Pero eso había sido la voz de tía Candi que llenaba mi oído con sus deseos. Sus jadeos aumentaron y sentí como se corría a la vez que clavaba sus uñas en mi espalda. Seguí embistiendo y en pocos segundos volví a soltar una buena ración de semen. Mi mente estaba desquiciada y mi boca volvió a vomitar guarradas.

– Toma perra! Tomaaa! Te voy a llenar de leche! Le grité en forma de susurro mientras me corría.

Solté una buena cantidad y comenzó a chorrear entre sus muslos.

-Dios! Que corrida! Como me gusta ver esa leche chorreando entre mis piernas! Me susurró con cara de satisfacción

-Ufff! Haces que me ponga como un toro cuando te follo!

-Es lo que pretendo! Y que sepas… que me pone muy zorra que me digas todas esas guarradas! Me dijo con la lascivia dibujándose en su cara.

-Voy a limpiarme esta delicia, aunque me encantaría salir así y contárselo! Jajaja! Dijo riéndose y metiéndose en la cocina.

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