Poesía Erótica

Hace unos días fue mi cumple y una de mis mejores amigas me regaló un libro de Haruki Murakami, Quería emprender mi lectura cuanto antes y al mirar la dedicatoria encontré un poema a la… Leer más »A una verga perfecta

Te encontré en grandes con la vecina. Me prendió mucho ver cómo se devoraban sus vaginas.    Se besan con mucha sensualidad, las caricias aparecían  con mucha espontaneidad.    Por un momento quise intervenir, pero… Leer más »Mi esposa en grandes con la vecina

Llevo varias noches sin poder dormir. Tu voz era mi canción de cuna, tu mirada mi razón de ser feliz, tus besos mi fortuna. Mis días son siempre los mismos, no hago más allá de… Leer más »Mi lado oscuro

Acqua alta Las gaviotas… La luz de la tarde que cae -horizonte de llamas efímeras-… El susurro de un amante enciende una sangre, El acqua alta invade la piazza de San Marcos. Venid a Venecia,… Leer más »Acqua alta

Mujer de piel oscura, me vuelvo loco al admirar la belleza de tu figura.    Mujer de chocolate, que me hipnotizas con tus caderas de 40 quilates.    Mujer de canela, me encantaría acariciarte para… Leer más »Mujer de chocolate

Para mí novia, esposa, y amante. para esa mujer a la que he decidido amar a cada instante.   Quiero irme de viaje, pero para visitarte y en la intimidad poder amarte. Recorrer tus peligrosas… Leer más »El país de mi esposa

Adiós Amor. Extrañaré tu cuerpo pegado al mío. Tus manos acariciando mi cuerpo. Y los míos el tuyo. Nuestros sexos cuando se encontraban danzaban al compás de las melodías que emitían las estrellas y la… Leer más »Adiós amor

Jessica, nombre de diosa romana poesia que adorna tu cabello cubierta en maple arte de mano genio. Piel de angel, belleza incomparable amor que se hace eterno. ¡Posa!, mi musa que en el recuerdo tendre… Leer más »Musa de la recreación

Mi cama está vacía Deseo tus manos en mi cuerpo Acariciar yo todo de ti Nuestros sexos uniéndose cada noche Mi cielo a donde fuiste estas sábanas Necesidad de cariño, besos y suspiros Esos orgasmos… Leer más »Mi cama está vacía

Rosa, era el color de sus labios los de arriba y los de abajo, también lo era de su tanga, pequeño, minúsculo. Sólo asomaba por detrás, un poco al agacharse, nada propio de alguien tan… Leer más »Mójame la cara, sacia mi sed