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Fui su presa

Nunca he contado esto antes y la verdad no pensaba hacerlo… un cambio de roles cuando eres heterosexual no se acepta a la primera, de hecho estuvo un rato largo diciéndome que me iba a gustar, que lo había hecho más veces, que sabía lo que hacía y que la ponía súper cachonda.

Yo tenía los sentimientos encontrados, por un lado no quería oír hablar de ello por otro lado me estaba excitando muchísimo. Entre la insistencia y mi excitación, reconozco que me puso muy cachondo, cedí, pero que lo hiciera con cariño… ella dio un suspiro al cielo y enseguida cogió las riendas, me cogió la cara me empujo a la cama y me quitó el calzoncillo, yo intentaba disimular lo cachondo que estaba, pero tenía la polla tiesa como un garrote, “qué cachondo estás cabrón” me dijo mientras lubricada un rabo color carne adosado a un arnés.

Abrió mis piernas violentamente con las tetas al aire y su cara entre la excitación y la posesión. Yo estaba empalmado y muy cachondo, cuándo empezó a frotar el rabo en mi culo no aguanté y me corrí como un aspersor.

No me la había metido, ni siquiera me había tocado la polla pero había tenido una intensa eyaculación con gemido incluido, la notaba escurriendo caliente por mí cuello y mi pecho. Ella gimió y se mordió el labio, se mojó los dedos con mi corrida y me lubrico el culo, mientras lo hacía me metió el dedo de golpe y yo grite, me quedé rígido mientras lo sacaba despacio.

Volvió a mojarlo con la corrida de mi pecho y se lo llevo a la boca mirándome con cara de viciosa, era guarra, era erótica me excitaba, me sentía muy vulnerable y me ponía cachondísimo no saber qué iba a hacer conmigo.

Mirándome a los ojos separó mis piernas y metió la puntita, se movía muy despacio mientras arañaba mis muslos, me gustaba, pensé que ya no había marcha atrás y me relajé. Siguió poco a poco penetrándome muy despacito mientras gemía, bueno gemíamos, sobre todo yo cuando mi culo se la trago entera y noté sus muslos chocando contra mis glúteos, grité, pero me mandó callar chistando: “cállate esclavo” me dijo.

Juntó mis rodillas las llevo a mi cara y empezó a bombear mi culo despacito pero largo, me excite muchísimo al sentirme usado, violado y me corrí otra vez gritando de placer, ella estaba encantada gemía y seguía embistiendo más fuerte mientras miraba como me corría. Estuvo un rato follando mi culo bombeando cada vez más deprisa y sujetando mis piernas por los tobillos, le miraba como la votaban las tetas con cada embestida, me sentía sucio, pensarlo me ponía cachondísimo.

Mientras aceleraba las embestidas volvió a agarrar mi cara y me dijo que me diera la vuelta, antes de hacerlo me agarró de las rodillas y empezó a embestir más fuerte, fueron cinco embestidas que me hicieron gritar y gemir. Me di la vuelta sin rechistar.

Con el culo en pompa empezó a metérmela despacito, entraba perfectamente y volví a sentir su cuerpo golpeando contra mis glúteos, estaba disfrutando, yo también, gritaba cuando la embestida me dolía, gemía cuando me gustaba.

Agarró mis brazos, los inmovilizó detrás de la espalda y empujo mi cabeza contra la almohada, ya no había cariño y las embestidas eran muy fuertes, me volví a sentir muy sucio, me ponía muy cachondo cuando pensaba que estaban usando mi culo y una vez más me corrí como la primera vez, jadeando como un cabrón con la cabeza pegada a la almohada y recibiendo embestidas sin parar, bien sometido.

Poco a poco empezó a frenar, sin sacarla de mi culo me puso las tetas en la espalda se acercó a mí oreja y me dijo: “ves como te gusta, a todos os gusta”, me dio una fuerte embestida, un azote y la sacó de mi culo… mientras ella se refrescaba yo me quedé ahí tirado con la cara pegada a la cama, agotado y cubierto de mis corridas, me sentí como una puta y me excitaba.

El día continuó, esto no acababa más que empezar…

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