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Reencuentro casi perfecto

Y llegó el día,  sí, ese día que lo volvería a ver después de mucho tiempo. Gozosa y alegre por probar otra vez sus labios aunque era consciente de que sería la última vez.

Era las 8 pm, llegaba de un viaje, cansada pero muy feliz, timbraba mi celular y era Javier, mi mejor amigo, diciendo: “¿ya estás lista?” y sonriendo le dije, “sí, ya estoy”, aunque no era una respuesta verdadera. 8:30 pm, pensé que Javier vendría pronto, pero no fue así, daba igual, sabía que la fiesta aun no comenzaba y aproveche en ponerme más guapa y sí, era para él. 9 pm llego Javier, mi mejor amigo, nos abrazamos por todo el tiempo perdido entre viajes y otras cosas más. Nos fuimos caminando y llegamos a la dichosa fiesta, estaban todos ahí, mis amigos, amigas y demás, pero aún no lo veía, fue raro.

Entre tantas carcajadas, alcohol y una que otra confesión, lo vi, tan bello, grande y sonriente, joder, sentí otra vez la misma conexión de hace un año, pero no podía hacer ni decir nada, porque no hablábamos hace 5 meses. Éramos dos extraños con un pasado fuerte. Dejamos pasar la noche él por su lado y yo por el mío.

1 am ya todos se estaban yendo, pero algo me decía quédate y sí, me quedé. Estaba ya un poco aburrida en eso él se acerca, sentí como aceleraba mi corazón.

-Hey ¿tomamos? dijo…

-Okey, fue mi respuesta.

Nos fuimos a un rinconcito, fue muy gracioso entre tanta gente borracha, no hablábamos, pero el ambiente en nuestro alrededor quemaba, sentía esa necesidad de escapar, pero no podía y él sabía porque, nos amábamos en silencio y en secreto y aunque no decíamos nada nuestros cuerpos mostraban lo contario, no podía más, y fui al baño, llegue y sentí que alguien estaba detrás mío y era él, nos quedamos viendo, mierda, eran los 10 segundos más largos de mi vida, y no pude y el tampoco, nos besamos como esas veces en el campo, fue el beso más rico y entrañable de mi vida, esperaba tanto eso que decidimos seguir en su cuarto.

Nos escapamos de la fiesta, no me importaba nada, ni Javier, solo él. Llegamos a su cuarto dejamos las llaves a un costado, me arrimo a la pared, empezó a besarme en el cuello, jadeaba de placer, después, pasó por mis pequeños pechos mientras sus manos me agarraban fuertemente las nalgas, mierda, me cargó entre sus brazos, me llevó a su cama, me tumbo y lentamente me desvistió, aun así sentía su lengua muy dentro de mí, me levanto e hizo que me arrodillara, empecé a chuparlo y sentí como se ponía gorda y grande para mí, me levanto e hizo que me volteara, abrió mis piernas y me la metió, Dios, amaba sus movimientos suaves y al mismo tiempo bruscos, en ese instante vi el paraíso, sabia como hacerlo, sabia por dónde empezar, estábamos muy calientes, nos extrañábamos, me jalaba el cabello y me nalgueaba tan fuerte que le pedía no parar, “sí, sí, así ah, siii no pares.

Entre gemidos y sudor de placer, me agarro del cabello y me voltea, nos miramos fijamente, algo perverso decían nuestras miradas, baje… y se vino en mi boca, la disfrute tanto que tenía que succionarlo todo. Me pare, nos miramos otra vez, deseosos de volver a repetirlo, pero sabíamos que no se podía, aun así, sentí esa necesidad de volver a estar con él, nuestros cuerpos desnudos y sudorientos afirmaban eso. 4 am desperté al lado suyo. Mientras me vestía, sentí su mirada perversa y al mismo tiempo tierna, no cambio.

Se puso de pie, me agarro la cara y fijamente me dijo:

-te extrañé, te extraño y te extrañaré.

Nos besamos y sentí algo húmedo en mi cara, sabía que era el final, me ayudo a ponerme la chamarra, fuimos a su puerta, recibe una llamada, era ella, sonreí y me fui.

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