Saltar al contenido

Era mi primera vez, tenía mucho tiempo queriendo hacerlo

Era mi primera vez, tenía mucho tiempo queriendo hacerlo. Empecé a ver porno gracias a que uno de mis primos me prestó su laptop para hacer unas tareas, había un sinfín de páginas porno y así empecé a ver porno, y como fui viendo videos me fui imaginando que esa mujer que estaba ahí era yo. De esa misma forma imaginaba que era mi primo el hombre que estaba en esos videos y así pasó mucho tiempo disfrutando de un rico porno y conforme iba viendo más videos más eran las ganas de que alguien me hiciera el amor. Pero pasaba y pasaba el tiempo y nada y mientras más pasa el tiempo y yo no podía hacer otra cosa que no fuera ver porno y veía videos de chicas amarradas y que las amordazaban y más me calentaba hasta que decidí buscar a alguien para que me hiciera de todo lo que le hacían a esas chicas mientras las amarraban y así fue como todo esto empezó.

Decidí buscar en una de esas páginas para conseguir ligues y así fue que encontré a algunos hombres que me pedían citas y más, pero la gran mayoría eran nada interesantes. Unos muy mayores y ese no era problema si no que no eran tan guapos, hasta que encontré a un chico que me llamó la atención, no era el más guapo de todos, pero se veía bien, no muy alto y delgado, en su perfil decía que tenía 23 años y me interesó mucho ya que eran pocos años de diferencia y mientras más platicábamos más me interesaba.

Y llegó el momento en el que le dije la verdad que si buscaba un encuentro sexual y que me gustaría que me amarraran y me hicieran de todo lo que se pudiera, él me dijo que él con gusto lo haría y quedamos en vernos el fin de semana en su casa ya que él vive solo. Pasaron los días y yo con muchos nervios, pero emocionada así que seguí con esto adelante, y se llegó el día, me pasó la dirección y con miedo y deseo fui.

Cuando llegué me dijo que él no estaba en la casa, pero que dejó abierto así que podía pasar y me dejó una nota en la mesa:

“Linda, prepárate para lo mejor que te pasara, aquí te dejo esta vestimenta que quiero que te pongas y ve al cuarto ahí está todo listo, ponte la mordaza de boca y las esposas que dejé ya listas para hacerte el sexo más duro y apasionado”

Me llego un mensaje al teléfono diciendo “en 10 minutos estoy en casa, espero que estés lista porque hoy yo seré tu amo” así que me apresuré porque ahora él mandaba y me puse bien caliente y no quería desobedecer a mi dueño.

Entre al cuarto, me cambié y me puse la mordaza en la boca como él dijo y a como pude las esposas (Con mucho miedo, pero ya mojada) y vi a un lado algunos objetos que vi en algunos videos y más me calentó.

Cuando ya estaba todo listo se escuchó que alguien entró y me dijo “espero que estés lista para tu primer sorpresa”.

Cuando él entró al cuarto me sorprendió muchísimo ya que no era el hombre con el que había platicado.

Era un hombre de 45 años, de casi 2 metros de altura, con un cuerpo muy grande y brazos muy fuertes que a decir verdad no era necesario tenerme esposada a la cama ya que con esa fuerza no iba a ser necesario, tenía mucho miedo y me quería soltar, pero era imposible ya que yo misma me puse en esa situación y con la mordaza pues no podía decir nada.

Me dijo que era el mismo con el que había estado platicando, pero no quería que supieran quien era, así que hizo un perfil falso y empezó a hacer a lo que venía, empezó a tocarme las piernas y yo no quería porque me imaginaba con otro, pero no podía hacer nada.

Tomó unas sogas y amarró mis piernas a la cama así que ya no podía hacer nada y agarró un objeto con varios tiras de baqueta para empezar a golpear mis piernas y era un poco doloroso y yo estaba sufriendo a cada golpe, pero más porque ya no quería estar ahí, pero no podía decírselo porque estaba con la mordaza en la boca.

Puso en mi vagina sin quitarme la tanga un vibrador encendido y eso hacía que me mojara mucho, mucho y me empezó a calentar hasta que el vibrador hizo que me mojara, terminé como nunca había terminado.

Después de eso de un tirón arranco mi bra y quedaron mis bubis al aire, puso unos ganchos en mis pezones y eso fue doloroso y excitante tanto que solo podía gemir y gemir y arrancó mi tanga quitando el vibrador y pensé que dejaría descansar mi vagina, pero solo quitó eso para empezar a chupar mi vagina de una manera tan rica, muy rica que solo me retorcía.

Sin poder moverme casi nada, me entró una desesperación en mi cuerpo por no poder moverme y de tanto que pasó su lengua por mi clítoris hizo que me viniera nuevamente, algo nuevo para mi que una lengua hiciera eso y cuando terminé empezó a desvestirse y yo pensé que me iba a coger, pero no fue así.

Sacó un pene muy muy grande, algo así como los de algunos videos que había visto era muy grande casi proporcional a su tamaño, estaba enorme y bien dura así que me dio tanto miedo y yo seguía chorreando tanto y empezó a quitarme la mordaza de la boca y se puso cerca de mi y cuando quitó la mordaza iba a decirle que si me podía soltar, pero antes de que yo dijera nada abrió mi boca y metió su pene en mi boca que apenas entraba ya que no soy de boca grande, y me hizo que se la chupara y casi no entraba en mi boca y aun así empujaba tanto que me ahogaba cada que la metía hasta mi garganta.

Después de eso me dijo que sacaría su pene, pero que yo no podía hablar para nada porque él era mi amo y esto me agradó tanto y solo moví mi cabeza lo que pude diciendo que sí, él sacó su pene y me dijo “ahora vas a pedirme que te folle” y con voz entre ahogada le pedí que si me podía coger porque lo deseaba tanto y él me dijo, “no puta no te voy a coger cuando tú me digas, lo voy a hacer cuando yo quiero” a lo que solo asentí con la cabeza.

Él me soltó de las piernas y manos y me dijo “ahora si ven perrita baja de la cama” y me puso un collarín con una cadena y me hizo caminar a gatas al baño, ahí sacó un poco de lubricante y me lo dio en la boca para que lo agarrara se dio media vuelta y me jaló muy fuerte para que saliera del baño y eso hizo que se me cayera el lubricante y él se molestó y me pegó una nalgada tan fuerte que quedó su mano enorme marcada en mi nalga y yo grité y él me dijo que no me había dado permiso de gritar, a lo que pregunto que si iba a gritar otra vez y le digo con la cabeza agachada que no.

Después me dio otra nalgada igual de fuerte y yo aguanté y le dije “gracias amo”, él me hizo levantar el lubricante con la boca y me dijo que me subiera a la cama y me hincara y quedé justo donde estaba su pene, me dio una cachetada y me dijo que abriera la boca y me metió su verga nuevamente y seguía metiéndola hasta donde podía.

Me dio la vuelta y me puso de perrito y me puso la mordaza, ya no podía decir nada, cuando de repente pasó su dedo por mi vagina y metió su dedo y eso me excitó tanto y estaba un poco grande el dedo que quedó un poco apretado y me quitó la mordaza y me dijo “habla putita”, a lo que le dije “amo me puedes coger” y cuando eso dije me metió su pene tan fuerte en la vagina que grité del dolor y me tiré al frente de la cama y eso le molestó y me jaló fuerte de la cadena que aún no me quitaba y lo único que pude decir “perdóneme amo perdóneme no me di cuenta” y el me dio una cachetada y le pedí “castígueme por favor”.

Me puso en cuatro otra vez y me dio nalgadas muy fuertes y yo solo decía gracias “amo gracias amo” y cuando dejó de darme nalgadas descansé un poco.

De repente otra vez el pene hasta adentro y ya no me quise mover y ahí estuvo cogiéndome tan duro y doloroso al principio hasta que mi vagina se acostumbró a eso y después solo era disfrutar. Mientras lo hacía me hizo terminar un par de veces antes de que él terminara y mientras me seguía cogiendo me puso lubricante en mi ano y ahí me dio tanto miedo, pero no quise decir nada y me cogía.

Me empezó a masajear el ano y de repente me metió su dedo y eso me dolió, pero no tanto porque solo era un dedo y así siguió cogiéndome y con un dedo de él en mi ano hasta que terminamos los dos.

Después de eso me dijo “ahora si puta, puedes hablar” y yo imaginé lo que él quería escuchar y le pedí “Amo ¿por favor me puedes coger por el ano?”.

Él solo rio un poco fuerte y me dijo, “no puta hoy no será ese día, te puedes largar yo te diré cuando regresaras”.

Cuando salí del cuarto agarré mi ropa que estaba en la sala y me iba a empezar a cambiar y me preguntó “¿te dije que te pusieras ropa?”.

A lo que con la mirada hacia abajo solo moví la cabeza diciendo que no y él solo me agarró de un brazo y me llevó a la puerta y abrió y me sacó de la casa diciendo “ahora si te puedes cambiar”, afortunadamente no había nadie por la calle.

Deja un comentario