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Encuentro improvisado

Una pequeña dedicatoria a ella, la lectora especial.

Eran pasadas las 10 pm, fue un día bastante relajado, poco trabajo y pocas cosas que hacer, buscando en la red algo en que entretenerme encontré este sitio, donde mucha gente suele contar historias de contenido erótico, algunas reales y otras no tanto, lo cierto es que después de haber leído algunas de esas historias me animé a escribir algo.

Escribí la primera, y luego dos más, sin saber que estabas ahí, leyendo cada una de mis palabras, que entraban por tus ojos llegando a lo más profundo de tus sensaciones.

Intentaba acariciarte con cada frase, sin conocerte, sin haberte visto nunca, pero procurando que cada palabra que leías pudieras sentirla, y así lograr hacer volar tu imaginación.

De pronto me vi imaginándote, estabas en frente de mi con un largo vestido blanco, sandalias altas de correas transparentes, tu rostro cubierto por un antifaz de color negro brillante, a través del cual solo podía ver tu mirada, ojos negros ¿o color café? la verdad no lo sé, yo solo seguía escribiendo, y a cada palabra imaginaba una caricia para ti, sin dejar de mirar tus ojos.

Escribí una frase con la cual el vestido que imaginaba en ti se dejaba caer por la acción de la gravedad, dejando a la vista tus pechos cubiertos solo por un brasier también color blanco, te imaginaba acariciando la parte descubierta de tus senos mientras leías, y con el pasar de los segundos también comenzaba a humedecerse tu lugar más íntimo, y yo en mi lugar, escuchando como tu respiración comenzaba a acelerar.

Ya estaba por terminar el párrafo con el que te imaginé caminando hacia mi hasta quedar muy cerca, tan cerca que podía sentir tu aliento, anhelando ese encuentro entre nuestros labios.

Ya era un hecho, cada una de mis palabras estaban penetrando en lo más profundo de ti, haciéndote gemir de placer, e imaginaba tu respiración agitada, la cual se exaltaba con cada embestida de las frases que escribía, hasta que finalmente culminó el texto con el punto final que daba fin a nuestra cita improvisada, hasta que me vuelvas a leer y nos volvamos a encontrar.

A ti lectora especial, que lees cada una de mis frases, espero con ansia nuestra próxima cita, y te prometo que cada encuentro será único.

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