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Sexo de chocolate

4El hecho de cocinar con ganas no es tan raro, no es que Daniela tuviera un fetiche con la harina, azúcar o chocolate, pero después de una noche de sexo placentero y de poder por fin quedarse con su novio para celebrar el día de los enamorados juntos, y, el hecho de poder después de 3 meses verse justificaba esa exquisita sensación que estaba sintiendo mientras hacía la mezcla para los hot cakes. Medidas de azúcar y gránulos de ésta regados en el mesón, acompañadas de fresas cortadas en una tabla de picar sazonaban el ambiente de festividad y lujuria de la pareja. Terminadas y doradas de cada lado, emplatadas y mientras eran bañadas en sirope de chocolate y coronadas con fresas, una dulce y táctil sensación se llevó sus pensamientos, sintió la mano de su novio tomándola rodeándole la cintura y sus labios acariciándole el cuello… seguido de unos “Buenos días” espolvoreado con un beso en los labios.

Él se encontraba en ropa interior aún, su cuerpo tonificado por sus días metidos en el gimnasio le recordaban a una tableta de chocolate, sus manos rozándole y acariciando su cuerpo sazonando con besos hizo de esa receta una entrada deliciosa, ella se volteó con su bata blanca de dormir para admirarle y dejarse caer en sus brazos a comérselo a besos él le respondió acercándola y apretujándola a su cuerpo, tan juntos como pan y mermelada, ella notó que su desayuno tendría que esperar, sintió el miembro de su chico a punto de nieve , y para ser sinceros sus ganas empezaron a punto de caramelo. Habrían llegado a hornear su acto en la habitación, pero desafortunadamente para la marca de colchones Daniela rozó con su mano el miembro de su hambriento novio con cierta gracia y con cierta picardía…. que éste no tardó en desmoldar su bata y dejarla sólo en pantis, tomándola de su cintura la levantó y ella le rodeó con sus piernas, su cuerpo suspendido en el aire y sus labios mezclando placeres.

En la segunda parte de la receta necesitaron fresas, chocolate… azúcar y lujuria, ya que Daniela terminó sobre el mesón de la cocina, sentada rodeando con sus piernas a su novio, mientras éste le daba de comer una fresa colocándosela dentro de la boca, urgiendo sus ganas, y decorando sus senos con sirope dejándolos a punto de paleta, un beso de cereza en cada uno, lluvia de succiones excitantes… el chocolate fluía por su abdomen… y como entremés de sobremesa… su novio decidió comérselo… haciendo muy excitante cada movimiento. Tal receta se aderezó con la sensación que Daniela percibía cada vez que su novio rozaba su miembro con su panti, su vagina leudó lo suficiente como para dejar de precalentar el horno, apresuró la cocción retirando el pene de su envoltorio y procedió a darle forma con sus pies esto motivó que su tanga fuera retirada y almacenada para después en el suelo de la cocina, una vez libre su novio procedió a untar chocolate al ojo porciento sin medida, y media fresa en su rajita… que fue devorada en cuestión de segundos… las miradas lascivas, lujuriosas, los gemidos de la cocina acallaron los sonidos provenientes de la lengua jugando con los labios menores, y el batido de 3 minutos que recibió su clítoris… y ahí desmoldada, servida y picado el pastel su novio procedió a penetrarle deliciosamente, marcas de harina dejaban sus posaderas sobre el mesón de la cocina que se tambaleaba sólo un poco en relación a la considerable fuerza, su vagina seguía untada de chocolate pero horneada de placer en cada orgasmo, cada tanto su novio revisaba el hervor dándole una acariciadita deliciosa a su clítoris, bajándola del mesón siguió la receta en el suelo.. ella arriba deleitándose con su firmeza y él con el rebote de sus senos. el calor se disipó cuando llegó el tercer orgasmo… y la sensación de que su novio también había acabado de cocinar.

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