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Dar algo en prenda

Este relato tiene muchas verdades pero también mucha fantasía. Una verdad es que la economía que teníamos mi esposa y yo era muy buena. El problema empezó cuando ella regreso una noche y me comento: “fíjate que Sandro presta dinero” a las muchachas les presta muy seguido “ya sabes como ellas le pagan a el” mi esposa me platico que su jefe tenia un sofá grande en su oficina. La verdad es que yo me imaginaba a mi esposa pagándole a su jefe en ese sofá. Desde ese día nació el deseo en mi corazón que su jefe se la cogiera.  Pedí a mi jefe que me diera menos horas de trabajo. Me enfermaba de adrede para que mi economía se viniera abajo. Para que mi esposa se le ocurriera pedirle prestado a su jefe. In plan perfecto.

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