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El extraño y placentero regalo

Corría el mes de septiembre, me preparaba para festejar mi cumpleaños, para ese entonces me proponía prepararme, por lo que fui de shopping a comprar ropa nueva.

Llevaba puesto mi mejor y cómodo vestido suelto, el cual debido a la temperatura era la mejor opción para ese momento.

Estando en el shopping no paraba de probarme vestidos y ropa interior para mi gran evento de año, cuando de repente por la puerta del local paso una figura masculina la cual me llamo la atención ya que ese mismo hombre me lo cruce varias veces dentro del mismo shopping, cruzamos miradas y sonrisas y esto empezó a generar un cosquilleo dentro de mi triángulo amoroso, pasado un rato nos volvimos a encontrar dentro de un local, y no sé por qué lo salude, eso genero una rápida respuesta de el a lo cual me correspondió el saludo y me dijo si quería tomar algo con él, le respondo que si tímidamente que no había ningún problema.

Nos fuimos a un café y empezamos a entablar una conversación la cual se basó en preguntar sobre ambos a fin de poder conocernos un poco más, en eso empezamos a llevar la charla para el lado del sexo lo cual me empezó a generar mucho calor dentro mío, en un momento de la charla me pregunto que me gusta que me haga un hombre, a lo cual yo algo nerviosa respondí “Eso lo tendrás que averiguar”, en ese instante y sin titubear llamo a la mesera y le pidió la cuenta sin decirme una sola palabra, me tomo sorpresivamente de la mano y me dijo, acompáñame.

Me llevo a unas de la salidas de emergencia del centro comercial, la cual estaba vacía, y empezó a besarme de una manera frenética, la cual, correspondí de la misma forma, ese beso hizo que todo mi ser estuviera en llamas y al unísono toda en mi interior estuviera mojada, subiendo mi temperatura a niveles explosivos, en esos momentos nuestras lenguas se entrelazaban y sus manos empezaron a recorrer mi cuerpo, mi vestido comenzó a elevarse entre sus manos los cuales encontraron mi cola.

Mi más maravillosa tanga hilo no fueron obstáculo para sus manos, el me acariciaba y en un acto reflejo mis manos ya estabas sobre su bragueta acariciando por fuera una pija la cual se encontraba dura y pedía que la saquen de la jaula. Empecé una masturbación suave y poderosa con mis manos ya mojada en mi saliva, no espere mucho tiempo para poder bajar y meterme esa hermosa pija en la boca la cual empecé a degustar con tremenda excitación, mi concha estaba empapada una de mis manos acariciaba mi clítoris, la otra estaba sobre esa pija que no paraba de entrar y salir de mi boca, la chupaba le pasaba la lengua como si fuera un helado succionaba y miraba al rostro de mi amante el cual reflejaba un grado de excitación muy grande, pero por dentro no quería que el acabara sin antes poder sentir en pija dentro mío, me acerque a él y le dije al oído, “metemela toda”, el me coloco sobre la escalera con las piernas abiertas me saco la tanga, su cara estaba metida dentro de mi entrepierna, mis jugos inundaron su cara ni bien su lengua rozo mi clítoris.

Ese atrevido y maravilloso sexo oral que me estaba haciendo me provocaba acceder a varios orgasmos de mucha intensidad los cuales a saber que estábamos en un lugar público lo hacía más perverso, una vez que mis piernas no paraban de temblar, mi amante se levantó me apoyo de frente a la pared y comenzó a introducir su pija dentro mío, la verdad que al estar tan mojada entro sin pedir permiso, el ritmo fue estremecedor, rápido, despacio, golpeteo hasta que un fuerte e intenso orgasmos ingreso dentro mío.

La respiración de mi amante se aceleró, en ese momento dije bueno esto ya se terminó habría obtenido mi regalo de cumpleaños, pero estaba equivocada. La cosa recién empezaba me dijo, y comenzó a devolver mi vestido en su lugar, mi tanga en su bolsillo y me tomo del brazo… Nos vamos sin decir nada, lo seguí, nos dirigíamos al estacionamiento y de ahí nos fuimos a su casa, en el viaje me recosté sobre sus piernas le baje el cierre de su tan ajustado jean y chupándosela lo prepare hasta que llegamos a su casa, entramos y en un segundo ya estaba completamente desnuda tirada en la cama y mi amante haciéndome un sexo oral impresionante lo cual me hizo tener orgasmos increíbles.

Una vez que me recompuse lo tire en la cama, me subí y empecé a cabalgarlo hasta que me llene de semen por dentro, era un vaivén hermoso hasta que de pronto sentí su temblar dentro mío, me recosté al lado de él y nos miramos como no sabiendo que hacíamos en ese momento juntos, nos reímos y nos besamos… paso un rato y sin decir palabra alguna me empecé a vestir y me fui de su casa mirándolo a los ojos sin decir ninguna palabra le agradecí este extraño y placentero regalo.

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