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Mi novia me masturba delante de una amiga en el trabajo

A Pamela (mi ex novia) la conocí cuando empezó a trabajar en un kiosco en frente de mi casa. Ella es muy hermosa, grandes tetas, cintura chica y un culazo.

Un día veo que estaba afuera del kiosco con una amiga, entonces saco mi moto a la vereda para lavarla. Yo tenía puesto solo un pantalón cortito por el tremendo calor que hacía, ella estaba con un vestidito increíble. Mientras lavaba la moto me di cuenta que ella no dejaba de mirarme, riéndose con la amiga y haciendo todo tipo de poses, yo ya me estaba empalmando un poco, pero me hacía el distraído.

Termino con la moto y la guardo, y me cruzo al kiosco con la excusa de comprar alguna pavada. Como me había mojado un poco el pantalón, y encima era bastante finito de tela, se me notaba mucho el contorno de la verga media dura, cosa que ambas notaron cuando pasé por al lado de ellas y entré al kiosco. Algo murmuraban y se reían sobre esa situación, mientras entraban atrás mío.

La amiga se sienta en una mesa y Pamela pasa atrás del mostrador a atenderme. Mientras yo me hacía el desentendido y miraba algo para comprar, de reojo la miraba y veía que no paraba de mirarme el bulto duro y le hacía señas a la amiga sobre eso. Entonces disimuladamente me agarrando la pija y hago que me acomodo moviéndola un poco, a lo que Pamela dice: “ah bueeeno llegó mi regalo amiga!”

Yo me seguía haciendo el desentendido como que no la escuchaba, voy hacia donde estaba ella y le doy las cosas para comprar, a lo que ella me pregunta: “todo eso es tuyo papi?” Yo con cara de póker le contesto de que estaba hablando, me mira el pantalón y dice: “justo que quería comer algo rico…”

En ese momento hago fuerza con la pija y la muevo dos o tres veces, y las dos abrieron los ojos y la boca de asombro, una mirándome a la izquierda como a dos metros, y Pame enfrente de mí detrás del mostrador. Empezaron a hacer todo tipo de comentarios y a reírse diciendo que se había cumplido lo que pidieron, que no podían dejar ir eso, y demás pavadas.

Entonces pasa lo que nunca me imaginé: sale Pamela de detrás del mostrador y se para delante mío, me mira a los ojos y con la mano me agarra toda la pija sobre fuera del pantalón, y me dice: “me puedo comer todo esto, vecino?”

Yo no lo podía creer que había llegado todo el juego a ese punto, me había quedado sin palabras y con cara de idiotizado. Entonces Pamela me suelta, va hacia la puerta y la cierra con traba, vuelve a mi y me agarra la mano, y me lleva hasta la mesa donde estaba su amiga. Me agarra el pantalón de los costados y de un tirón me los baja hasta los tobillos, saltándome la verga dura y moviéndose para todos lados. Cada vez se ponía mejor. Pamela se para al lado mío, me agarra la pija que estaba ya bien grande, y le dice a la amiga: “mira lo que me trajo Santa Claus!”

Yo estaba parado ahí con la pija súper dura, a pocos centímetros de la cara de la amiga que estaba sentada a mi izquierda, y del otro lado Pamela que no me la soltaba, mientras seguían hablando de cuánto les gustaba mi pedazo de carne. En eso Pamela se me pone muy cerca de mi cara y me dice: “que le pasa a este chico que se quedó mudo? Como hago para que entre en confianza?”. Mientras empieza a pajearme muy de a poco.

La situación era súper caliente, yo miraba la mano pajeándome, luego la cara de Pamela casi pegada a la mía, y luego miraba a la amiga sentada muy cerca de mi pija. No pasó ni un minuto que empecé a sentir que iba a acabar, y apenas me salió la voz para decir casi sin fuerzas: “pará porque me vengo…”, pero al contrario Pamela me siguió masturbando mucho más rápido y fuerte, y empecé a largar enormes chorros de leche arriba de la mesa, mientras me venían olas de placer por todo el cuerpo en cada empujada. Ensucié todo lo que estaba ahí arriba: celulares, mate, galletas, cigarrillos, todo. Fue tremendo todo lo que eyaculé, ellas no paraban de comentar lo sucedido y reírse. Fue el momento más excitante que había vivido hasta ese momento.

Cuando Pamela al fin me soltó la pija, sin decir ni una palabra me levanté el pantalón y me guardé la verga como pude porque estaba durísima todavía y me fui del kiosco.

Ese fue mi segundo relato, les dejo el primero que también viví con Pamela:

A mi novia le gusta masturbarme mientras paseamos en moto

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