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Una máscara dice más que mil palabras

La invitación seguía en la mesa de noche de Claudia, era ya 31 de Octubre, el perezoso de su novio seguía acostado mientras ella se colocaba su disfraz de campanita, le miraba con enojo, seguía ahí echado en la cama sin hacer nada, llevaba ya 2 semanas que él no le prestaba suficiente atención, ni siquiera había vuelto a tocarle, algo pasaba pero ella aún no sabía que, quizás problemas de nuevo en su trabajo, temía preguntar, 5 minutos más tarde llamó a Julián, le despertó diciendo:

— Amor despiértate, la fiesta es a las 10 y ya son las 9:00.

— Mmmm está bien, ya me levanto vale, pero me pondré sólo el antifaz, nada de esa mariquera de disfrazarme, no estoy de humor.

— Sí, lo sé, estaré en la sala, ahí te espero.

Claudia salió de su cuarto para no perder el control y no formar una escena, no necesitaba eso por los momentos —por suerte no vivimos juntos— pensó para sí resoplando. 

Finalmente, Julián salió vestido y con el antifaz en su mano, se montaron en su carro y fueron a la fiesta, al llegar su amiga Catalina les recibió afuera del club con un caluroso abrazo a ambos, les invitó a pasar. El lugar estaba lleno de gente, la mayoría gente joven, se celebraba la promoción de futuros ingenieros y el ambiente estaba ya bastante encendido, Julián pidió 2 tragos se sentaron a tratar de hablar, tomaron, bailaron un rato, pero ella aún notaba cierta indiferencia, por suerte se consiguieron con un grupo de amigos de la facultad y lograron animarlos un poco, Catalina se acercó al rato a la mesa y le pidió a Claudia que le acompañara al baño. Catalina estaba claramente afectada por el alcohol: 

— Cata amiga, ¡estás muy mal!, ¿te llamo un taxi o algo?

— Noooo Clau, la estamos pasando chévere, tu ¡shhhh!¡ shhh!! además, ¿no sabes lo del cuarto?

— no Cata, no sé de qué cuarto me hablas… mejor ven y te llamo de una vez el taxi

— Jajaja, ¿y a qué viniste?, ¿por qué crees que acá hay tanta gente?, ¡es por el cuartoooo!!

— ya Cata, estás ebria, yo vine… pues a tratar de mejorar las cosas con Julián, a tener una noche diferente con él, pero nada de eso ha pasado, y ya deja de alucinar con ese dichoso cuarto, mejor ven y te acompaño afuera.

— ¡Nooo Clau!!, el cuarto es real, sé que estoy un poco ebria… pero es cierto, detrás del muro de globos al lado de la barra hay un ascensor…  subes ¡y ahí está el cuartoo! jajaja, yo quiero subir, pero no me siento bien Clau.

— Ven conmigo, te llevaré a buscar el taxi. 

Claudia llevó a Catalina afuera del club, estuvieron esperando aproximadamente 20 minutos esperando el dichoso taxi, por suerte Claudia ya se sentía mejor, se despidieron con un abrazo y Claudia volvió a entrar. Pasó una media hora aproximadamente desde que dejó a Julián dentro con sus amigos, le buscó en la mesa donde estaban inicialmente y no lo encontró, algunos de sus compañeros estaban bailando, otros estaban emparejados besándose y otro grupo estaban ocupados revisando su celular, Claudia siguió su búsqueda, hasta que algo llamó su atención, efectivamente detrás de los globos que Claudia mencionó había un ascensor… sintió un poco de curiosidad y pensó en acercarse —quizás Julián haya subido— pensó… hasta que algo nuevo llamó su atención, la máscara de Julián estaba tirada en el suelo, se dirigió a ella y la recogió, al alzar la mirada vio algo que la perturbó..  Julián cerca de la entrada del baño de hombres se besaba con una muchacha. 

Se fue en dirección contraria, no podía verlos más, ¡lo sabía!, lo sabía!, tanto tiempo, no estaba triste, pero sí molesta, ardida, dolida… sólo quería alejarse de todos ellos, aún con la máscara en la mano se topó con el ascensor y sin pensarlo dos veces apretó el botón, entró en él, sólo quería alejarse, al llegar al segundo piso se abrieron las puertas, pensaba en encontrar un lugar solitario para pensar en qué hacer, no era del tipo de persona de hacer escándalo… pero sí de vengarse. 

Al llegar al segundo piso le llamó la atención ver un pasillo largo con muchas puertas, y una luz azul tenue alumbraba todo. Seguía ardida… su cabeza daba vueltas aun cuando comenzó a recorrer el pasillo… y a escuchar voces de cada puerta, las voces se convertían en gemidos y en gritos de placer — hace mucho que no tengo uno de esos pensó Claudia—  siguió andando un poco. el lugar tenía un aire atrayente, terminó de recorrer el pasillo y vislumbró que más adelante había un salón pequeño, se escuchaba música y risas, se asomó un poco para observar quienes estaban ahí, logró ver un grupo de personas todas usando máscara, la mayoría eran hombres de traje, de no más de 35 años, con un porte elegante y atrayente y las chicas usaban vestidos cortos, muy sexys, acompañado de una máscara, todas con un aire de femme fatale… de pronto observó que una de las chicas se excusaba con el resto y se dirigió en dirección al pasillo donde ella estaba, Claudia se quedó petrificada, y si esta era una reunión privada?, ¡qué vergüenza!… la chica se topó con ella de frente y se sorprendió claramente de ver a alguien en ese lugar, Claudia pudo observarla mejor, era una chica rubia, con un vestido negro de detalles llamativos y una máscara parecida a las de las sex shop: 

— Ehh… disculpa, me perdí subiendo en el ascensor, no sabía que acá había una reunión privada.

— Tranquila!, ¡no hay problema!, esto no es privado, creo que no sabes bien que es… aunque… ¡veo que trajiste tu máscara!

— Eh. disculpa no te entiendo.

— La máscara!, es la única condición para participar en el jueguito de acá linda.

— Eh… ¿juego? — analizando todo esto, las máscaras, los gemidos… el comentario de Cata, este debe ser un club de encuentros sexuales, pensó para sí—… ah okay ya veo… 

— Si, este es un sitio de encuentros… ¿que no sabías nada de esto? 

— Algo me habían comentado… pero vengo de la fiesta de abajo… por eso el disfraz

— Mmmm ya veo linda, bueno si quieres pasa y quédate, yo me tengo que retirar… quédate con el disfraz… eso los enciende jajaja, ah y ponte la máscara reina… acá puedes jugar todo lo que quieras y si tu identidad es importante para ti mantenla puesta siempre.

— Eh sí muchas gracias…

— De nada, ah, por cierto, esa habitación de tu derecha es el baño… y para las chicas la barra es libre, acepta los tragos que quieras, acá estás segura… folla como la reina que eres… ¡Adiós!

La chica se marchó bajando por el ascensor, se veía tan libre y tan segura, tan sensual… — me gustaría sentirme así, aunque sea una sola noche dijo Claudia— miró a su alrededor… entró al tocador, se miró al espejo, se compuso, se colocó la máscara, se acomodó el disfraz se retocó un poco se miró al espejo y se sintió poderosa, y nerviosa por lo que pensaba hacer, pero esa noche moría la mujer engañada y nacía la femme fatal. 

Al sentarse a la barra sintió murmullos de la gente, seguía nerviosa en el interior, alzó la vista y vio que quien atendía la barra era una mujer. 

— Primera vez? — susurró la chica

— Así es, asintió Claudia… ¿me recomiendas algo?

— Sí, elige uno de esos guapetones que están allá atrás, mira… viene uno, ignórame, te irá muy bien… Dijo la chica mientras le guiñaba un ojo. 

Efectivamente, al cabo de un rato estaba rodeada por un grupo de hombres y mujeres que charlaban entre sí, todos eran muy atractivos y muy alegres, se había ganado el apodo de campanita, el alcohol le empezó a surtir efecto… las luces se fueron atenuando a un color rojo, la música comenzó a subir de volumen… empezaron a bailar.. Claudia se subió a un pooldance.. se movía eróticamente, veía como la observaban, como se sentía tan poderosa, sensual.. como una reina, dos de los hombres se le acercaron y empezaron a bailar con ella, los tenía a sus pies, sintió como la deseaban.. y los tomó a ambos de las corbatas y se los llevó a una de las habitaciones que estaban vacías..

Ella los dominaba, se quitó el vestido y se quedó en lencería.. una sorpresita que le tenía a Julián y ahora dos hombres afortunados son capaces de ver.. les ordenó quitarse la chaqueta y la corbata.. lo hicieron.. ella entusiasmada con el efecto que provocaba en los hombres decidió tomar a uno y decirle.. espera tu afuera.. que voy de uno por uno.. — ella misma no podía creer lo zorra que era, pero le encantaba ser la dominante—… el hombre en vez de replicar con un guiño salió y dejó la corbata puesta en el pomo de la puerta… vuelvo enseguida preciosa, dijo él y cerró la puerta tras de sí.

El otro hombre le besaba el cuello al ritmo que ella le ordenaba, se sentía tan bien poder disfrutar, los besos las caricias que recibía eran tan lujuriosas que empezó a mojarse, el hombre ya estaba bastante excitado también y comenzó a rozar su paquete contra su cuerpo, ella lo sintió grande y le ordenó que se quitara el pantalón, el hombre de antifaz procedió a desabotonarse el pantalón, ella ordenó que se acercara sintió su paquete, era grande, quería eso para ella, pero necesitaba ponerse más cómoda..

—Te ordeno.. que comas todo mi cuerpo.

— Como usted ordene mi señora, dijo con una sonrisa picaresca.

 El hombre se acercó a una mesa de noche que había al lado de la cama y sacó una lata de crema batida, Claudia se estremeció al pensar en lo que seguiría a continuación, el caballero le colocó un poco de crema en los labios, ella lo saboreó, estaba rico, —quiero más! —exclamó, el hombre jugueteó con la lata.. le besó en los labios apasionadamente, tomó la lata y le puso un poco en el cuello, se lo comió todo.. la sensación turbó a Claudia.. necesitaba excitarlo más.. 

— sabes algo?, pon un poco más de eso acá.. Claudia se sacó el sostén y le exhibió sus senos turgentes y firmes. El hombre se aproximó a ellos, los sostuvo a cada uno con una mano, los masajeó. Les colocó crema batida y procedió a chupar cada uno, era un experto en eso, pronto sus pezones se levantaron y él los halaba con sus labios y jugaba con ellos con su lengua, volvía a hacerlo una y otra vez, tenía los ojos cerrados cuando empezó a sentir que halaba su tanga, dejó que lo hiciera ya que deseaba sentir esos labios allá abajo, el caballero palpaba su vagina y jugaba con sus labios llena de placer Claudia le ordenó.. quítate la ropa interior.. él se acercó a ella le puso sus manos en su paquete, estaba grande y firme.. y poco a poco le dejó observar un pene de buen tamaño, grueso y erecto.. Claudia se saboreó y lo masajeó con sus manos.. le ordenó que se acostara.. puso crema batida en su miembro y colocó una cantidad generosa en su vagina.. se acomodó sobre él en dirección a su miembro e hicieron el 69.. ella chupaba con placer la dureza de su falo, mientras sentía como los labios del caballero se deleitaban con la crema batida, halaba sus labios menores con pasión, chupaba con ritmo su clítoris y su lengua se desplazaba recorriendo la anatomía de su rajita, su vagina se contraía de placer, llena de jugos que el hombre disfrutaba y estimulaba, Claudia estaba en éxtasis, gemía de placer jugaba con las bolas, las chupaba para recompensar por tan buen sexo oral, y eso sólo hacía que el caballero enmascarado mejorar su técnica de su lengua y su clítoris.. penétrame exclamó Claudia con toda la pasión que sentía.. el hombre la puso en cuatro en la cama, sacó un preservativo de la mesa de noche… lo siguiente que Claudia sintió fue un pene enorme que la penetraba en su posición favorita, el roce en su vagina empezó suavemente y con ritmo hasta aumentar, sentía como le halaba el cabello, lo cual le excitó bastante, ¡MAS DURO! pedía ella, y fue complacida, sentía ese miembro dentro de sí, llenando toda su vagina a toda máquina.. sintió su primer orgasmo, un grito invadió el cuarto.. y su hombre.. cambió de posición, se acostaron de lado y la penetró así fue aún más delicioso, sus manos jugaban con su clítoris, tanto placer, la llenaba todo su cuerpo se estremecía cuanto más duro sentía que le daba más sentía que iba a acabar.. y llegó el segundo!!, dos deliciosos orgasmos y ella iría por el tercero… cambiaron de posición por orden suya.. ahora ella lo cabalgaba, estaba sobre él y se movía a todo placer, de arriba a abajo asentando en dónde mejor se sentía, se movió de adelante hacia arriba, se sentía una Diosa del sexo.. dominando a un hombre que sentía placer por ser dominado por ella, degustaba del placer que sentía en ese momento gemía y se movía cada vez más rápido, se apoyaba en el pecho del hombre para seguir se movía en círculos.. y sintió un glorioso Orgasmo.. el mejor de los tres.. nunca un hombre le había dado 3 delicioso orgasmos.. el hombre sacó su pene.. pero ella le ordenó.. ven dámelo todo.. introdujo el pene en su boca y sintió el cálido líquido blanco en su boca y lo tragó.

La semana siguiente Campanita volvió al segundo piso tenía ya cierta fama de dominatrix, su sola presencia impactaba el lugar.. una mujer empoderada y segura de sí misma había nacido en ese lugar.. hay más historias de ella, pero serán para otra noche.

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