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Encerrón de cumpleaños con mi ex suegro

¡Hola de nuevo!

Es difícil volver a compartir con extraños la montaña rusa de emociones que ha sido mi vida los últimos meses, y como tal vez tontamente espero que con el inicio de año las cosas vuelvan a tomar su rumbo.

Si has leído mis relatos anteriores, sabrás que mantengo, gracias a mi travestismo de clóset, una relación casual con el padre de mi ahora ex novia, quien me ha follado de todas las maneras que ha querido, que me ha hecho sentir toda una mujer y que decidimos ser amantes en secreto. (Si no los has leído, ¿qué esperas?).

Pues bien; como era de esperarse la relación con mi ahora ex novia se fue enfriando, tanto que pasamos meses sin hablarnos ni textear, con una actitud hostil más que indiferente y decidimos terminar. Parece que desde el comienzo de la pandemia, ella comenzó a frecuentar con diferentes chicos que conoció por redes sociales y con alguno hizo click, primero con likes y charlas, hasta después enviar y recibir nudes. Esto lo supe por una de sus mejores amigas con quien me llevo increíble y quien me hizo tomar la decisión de hablar con ella para que las cosas sucedieran de la mejor manera posible.

En contraste mis encuentros con su padre venían siendo cada vez más intensos, con bellas sorpresas como lencería que él conseguía para mí y accesorios para que estuviera cada vez más producida en mi versión femenina.

Pese a que no fue muy dramático el rompimiento con su hija, debo confesar que tanto él como yo, nos quitamos mucha culpa de encima. Las últimas veces que hemos estado juntos me besa apasionadamente en la boca. También besa mi cuerpo y acaricia delicadamente mis curvas antes de meterme dulcemente la verga.

A veces siento que hacemos el amor más que simplemente coger por morbo, calentura o placer, o al menos eso quiero pensar.

Este fin de semana él cumple 61 años y lo pasará con su familia (incluida mi ex novia) fuera de la ciudad. En la casa donde tuvimos nuestro primer encuentro; donde probé su miembro por primera vez y donde estuvo dentro de mí casi en cada habitación.

Decidí que debíamos vernos antes para festejar, así que reservé una habitación en un hotel al cual ambos le traíamos ganas porque las habitaciones tienen tina caliente y pensamos que sería muy rico estar un rato manoseándonos ahí.

Para la ocasión conseguí unas zapatillas negras y un baby doll negro con moños rosados. También estrené una larga peluca negra con flequillo. Mis labios rojos como a él le gustan y el maquillaje muy cargado, como el de una zorra, además de mi loción de vainilla.

Yo esperaba en la cama cuando él llegó. Se acercó y me preguntó si yo era su regalo, a lo que juguetonamente respondí que sí. Me levantó de la cama y comenzamos a besarnos despacio. Me acarició suavemente la espalda hasta llegar a mis nalgas. Yo desabotoné su camisa y comencé a besar su pecho mientras me bajaba para aflojar su cinturón y poder bajarle el pantalón. Una vez ahí abajo lo acaricié por encima. Puedo notar de inmediato cuánto lo excitan mis caricias y mis besos porque su verga se pone muy dura, palpitante y húmeda de la punta. Así que le quité todo, me puse de rodillas y despacio la llevé a mi boca.

¡Las primeras lamidas me encantan!, su sabor en mi lengua me hace mojarme también y conforme la empiezo a meter y sacar, puedo sentir sus venas y pliegues dentro de mi boca que me hacen desear que explote adentro ese tremendo trozo de carne.

Después de estar un rato lamiendo su caramelo, pasamos a la cama, donde me puso de espaldas y lentamente comenzó a acariciarme el ano. Le pedí que escupiera y muy despacito introdujera su dedo.

“Me gusta que me des todo”, “¿Eres mía?”, “Me la pones muy dura, amor”, todas esas cosas me las dijo el hombre mientras con una mano metía su dedo y con la otra agarraba mi nalga. “Sí amor, soy tuya, toda tuya…” Era lo único que mi cerebro me dejaba responder hasta que tuve que pedirle: “¡Por favor métemela ya!”, “Ya cógeme, amor, no aguanto más”, “Métemela por favor”. No tardó nada en empujar su verga dentro de mí. El dolor de la primera embestida pasó pronto y se convirtió en un enorme placer para ambos. Por un espejo que estaba al costado podía verme empinada recibiendo verga de mi hombre. Esa imagen tan sexy me hizo masturbarme hasta terminar y él no tardó mucho en sacármela para terminar afuera, dejándome su leche en ambas nalgas y parte de mi espalda baja.

El primer “round” estuvo delicioso pero nada como el segundo, ya que nos metimos en la tina. Estar calientes en el agua fue de lo más íntimo y lindo que hemos hecho, porque jugábamos como novios hasta que con ese jugueteo y caricias conseguí ponerlo duro de nuevo. Me dio unas cuantas cogidas ahí pero decidimos salir de la tina para pasar a un sillón, donde él se sentó y yo de espaldas a él me di de sentones en su verga.

No sé qué me pasa cuando estoy con él que me vuelvo muy escandalosa. Me hace gemir de una manera que no sabía que podía hacerlo. Deseo tener cada centímetro de su verga dentro de mí y quiero cumplirle cualquier cosa que me pida.

Después de estar sentada en sus muslos, dijo: “Me voy a venir, pero, ¿puedo pedirte algo?”. “Lo que quieras, cumpleañero” le respondí. Quiero venirme en tu cara, ¿te gustaría? Lo que tú ordenes, amor, termina donde quieras; en mi pecho, en mi culo, en mi boca o dentro de ella, le dije. Así que salió de mí, me hincó y comenzó a jalársela mientras yo debajo esperaba besándole los huevos. Verlo tan varonil y sudoroso masturbándose me hizo tocarme también, hasta que pasó; explotó justo en mi cara como de película porno. Mi rostro completo quedó cubierto de su semen caliente, por lo que no pude resistir y lo probé con mi lengua.

Estuvo delicioso.

Después de estar tirados en la cama por un rato, nos arreglamos y salimos del cuarto. Nos dimos un último abrazo en el pasillo que da al estacionamiento y le di su otro regalo, una camisa a cuadros que le compré para que la use el día que celebre con su familia. Cada quien subió a su auto y tomamos caminos separados.

Así comienzo este 2022: sin pareja formal, pero siendo amante del padre de mi ex novia.

Besos.

Bellota.

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