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Una historia de amor real

Hay historias y relatos que nos suenan totalmente irreales, producto de una mente muy prolífica. Y para como quien como yo las recoge, verdaderamente nos suenan de la misma forma. Esta es una.

Es la historia de Porter, un hombre que en este momento tiene 60 años de edad, me fue relatada por él mismo, y por tan distante que me parecía, busqué comprobarla de varias fuentes y realmente era cierta. Un amigo decía: “Hay una vida mejor, pero es mucho más cara”.

Porter a los 20 años, entró a trabajar en una firma financiera de primer nivel. Sus jefes le vieron condiciones y lo alentaron a estudiar algo relacionado. Primero fue Economía, y luego, Psicología, porque decía que muchos procesos económicos no se pueden explicar desde la economía y si desde la Psicología. Mientras escalaba posiciones, y a los 35 años tenía una fortuna personal de varios millones, por los bonos que le daban por productividad. Se fue de la firma y se dedicó a hacer inversiones y asesoramiento directo, gracias a que todos conocían en el ambiente su valor.

A los 50 llegó a su número ideal: quinientos millones de dólares, en propiedades, títulos, un avión jet. En sus términos, había alcanzado la felicidad completa. Tenía una hermosa mujer de 40 años, su propia firma donde tenía un plantel de gente excelente en los que podía delegar, no tenían hijos por decisión de vida, amigo, consideración de colegas, salud. Todo.

De pronto, “todo” se empezó a desmoronar. Primero fue la muerte de su mujer en un accidente vial. Eso lo quebró emocionalmente, no quería ir a la oficina, trabajaba desde la casa, no salía, no recibía amigos en su casa, ni él iba a las invitaciones que le hacían. De a poco llegó a hablar solamente con dos empleados de la firma, y tres amigos, que nunca dejaron de llamarlo.

Un piso frente al Central Park reemplazó a la casa de Los Hamptons. Solo una mujer atendía su departamento y cocinaba para él.

Sos años después, una mañana lo encontró tirado en el piso del living. Lo internaron en el Monte Sinaí, cerca de su domicilio. Diagnóstico: Tumor Cerebral. Alguien avisó a la firma y desde allí a un amigo, y este a los otros. Lo operaron, pudieron sacar toda la masa. Cuando volvió a su piso, los amigos se turnaban para cuidarlo.

Con el acompañamiento y el apoyo de ellos, pudo empezar a salir adelante. Meses después, los reunió a todos para festejar su cumpleaños

“Muchachos, mil gracias por la amistad, por los cuidados. Les quiero contar que tomé una decisión de vida: Me retiro. Voy a vender mi firma, todas las propiedades menos esta, solo me quedaré con la Suburban nueva, la moto, y el avión. La venta de todo, más lo que tengo en títulos, y los voy a poner a administrar.”

“Pero, ¿qué vas a hacer de tu vida, del día a día, otra vez encerrado? Le dijo un amigo.

“No. Por eso me quedo con el avión, porque voy a viajar, donde quiera y cuando quiera. Creo que voy a comprar una casa en el caribe y pasaré mucho tiempo allí”

“¿Y por casualidad no pensaste en una mujer, todavía sos joven? Le dijo otro

“Estoy grande para andar de conquistador, y mi cuerpo no ayuda, estoy pasado en kilos, pelado, deja.”

“Escuchame, hay sitios en internet que te solucionan todo. “Buscando Arreglos” es uno, y te aseguro que funciona” dijo uno. Los otros se rieron, cómplices.

“Bueno, voy a aceptar tu consejo” dijo Porter riendo, y guiñando un ojo a los amigos.

Al día siguiente, por curiosidad, abrió una cuenta Premium, para poder enviar mensajes, y casi buscando no ser elegido puso que estaba pasado en kilos, que medía un metro setenta, que era semi calvo, que era viudo, pero no puso su patrimonio real, sino 10 millones y ganancias anuales de 1.

Luego se puso a buscar una casa en el caribe. Buscaba algo especial, con lugar para una lancha, con playa privada, y obviamente frente al mar. Vio varias en Bahamas, las Caimán, Rep. Dominicana. Una en Turks and Caicos lo maravilló por el lugar, Guardó la página en la barra de herramientas, y cuando lo autorizasen a volar, iría.

Pasaron los días, y le acordó de revisar el sitio de “búsquedas”. La sorpresa fue total: casi 40 mujeres lo habían marcado como favorito. De todas partes, edades, físicos, eran las mujeres. Fue borrando y solo quedaron 10 de Nueva York y cercanías. Una nueva revisión viendo sus perfiles dejo 4, pero una destacaba sobre el resto. Tenía 30 años, un metro setenta como él, morocha, y la foto mostraba una chica que no parecía mayor de 25. Un Photoshop, pensó. Cuando iba a eliminarla, vio que en una foto en la que estaba en la calle, se veía un auto cero kilómetro. Abogada, divorciada, con un hijo, y tres fotos privadas. La marcó como favorita y pidió ver las fotos.

Como la chica estaba en línea, ella le pidió ver las privadas de él. Contestó secamente “No tengo”, le quitó la marca de favorita, y cerró la pestaña.

“Listo, una menos” pensó.

Pero dos minutos después, un mensaje de ella le decía que le había dado acceso nuevamente. Las fotos mostraban a la misma chica, hermosa, de un metro setenta, como él, ojos verdes, no lentes de contacto, pelo negro brillante largo, y una figura tremenda. “Esta debe ser una modelito, y se hace pasar por abogada”. Pero le gustaba.

Le mandó un mensaje invitándola para el sábado a la noche en un restaurant un poco alejado, pero frente al mar y donde se come muy bien. Ella, aceptó, pero le pidió si podía ser al mediodía. El accedió. Se encontrarían allí.

Él fue en su Harley, y cuando estaba estacionando vio que ella bajaba de un taxi. Se acercó, se quitó el casco y se presentó.

Entraron, eligieron una mesa separada, y comenzaron a charlar.

“Empecemos por el principio. Mi nombre es Porter.”

“Encantada Porte, el mío es Emily pero me llaman Em.” Dijo ella. Se hizo un silencio que Porter rompió.

“Em, mirá, es la primera vez que entro al sitio, y la primera mujer con la que me encuentro. Los datos que puse son ciertos, como veras soy semi calvo, pasado en algunos kilos, y hace dos años me operaron de un tumor cerebral. Yo no estoy buscando una chica para ir a la cama, bueno, no solamente. Quizás te parezca tonto, pero todavía respeto a las mujeres. Busco una mujer que pueda charlar, que tenga ganas de salir a cenar de vez en cuando, que sea madura, que no pida regalitos todo el tiempo. No soy un ATM. Entiendo lo del arreglo, pero sinceramente no me gusta. Ah, y que esté dispuesta a viajar.”

“Porter, te recuerdo que vos me invitaste a almorzar, y hasta ahora no hemos pedido nada porque te pusiste a hablar. Y por la forma que estás hablando y lo que decís, creo que en realidad querés que me levante y me vaya. Sos demasiado frontal, hasta podría decir grosero. Si querés que me vaya, solo decímelo, no tengo ganas de pasar un mal rato con alguien que me invita a almorzar.”

Él se quedó duro. Nunca esperaba que esa mujer le pusiera los puntos de esa forma. Re pensó que y como había hablado y se dio cuenta que tenía razón.

“Em, te pido disculpas. Realmente fui grosero, pero sin intención. No estoy acostumbrado a este tipo de citas, hace mucho que no charlo con una mujer. Soy un tonto. Y tenés todo el derecho de levantarte e irte.”

“Se aceptan las disculpas, pero por que estas tan… no sé cómo explicarlo, tenso, casi con culpa, es raro como te veo.”

“Em, no es momento de aburrirte y contarte mis últimos años, pero no han sido buenos. Estoy tratando de empezar una nueva vida. Dejar la anterior atrás.”

“Te respeto, y si en algún momento tenés ganas de hablar, hablas” le dijo.

“Gracias. En serio tenés 30 años, en las fotos y personalmente pareces de mucho menos, no más de 25. Y encima tu perfil dice que sos abogada”

“Si, tengo 30 años, gracias por el piropo, y acá tenés la credencial que me acredita como miembro de la barra de Nueva York.”

“Impresionante, te felicito realmente. Bellísima y muy inteligente, peligrosa combinación”

Siguieron charlando, Porter se fue relajando y abriendo.

“Em, no quiero ser grosero, por favor entendeme. Pero ¿cómo funciona lo del arreglo, cuánto dinero es y como se pacta?”

“Grosero no, pero frontal, seguro. Es la primera vez que estoy en el sitio, sos el cuarto con quien me encuentro. Me han ofrecido desde 1000 dólares por encuentro, a 5.000 por mes, por “todo servicio. Nunca acepté.”

“Yo tengo mucho dinero, compro cosas, muebles, ropa, comida. Pero personas y menos mujeres nunca. Por la gente lucho, lucho por su respeto, su reconocimiento hasta he luchado por amor. Por eso es parte la incomodidad que sentía el principio.”

“Qué bueno. Es claro que si los dos entramos al sitio es que sentimos que nos falta algo. Te propongo que el tema dinero lo dejemos de lado y veamos”

“Me parece genial”

Almorzaron, y cuando estaban terminando él le ofreció llevarla.

“Porter, si no te diste cuenta, estoy con pollera, y vos estas en una moto.”

“Tenés razón, en realidad no pensaba salir acompañado”. Dijo Porter

“¿Sos un hombre discreto, y que cumple su palabra?”

“Si, por supuesto”

“Si vos me prometes no mirar, y tenés un casco, te invito a caminar por el Central Park y un helado”

“Prometido”

Salieron, el subió primero, ella subió atrás, arremangando la pollera. Cuando se iban a poner los cascos ella le dijo

“Igual, no te ilusiones, tengo bombacha, ah, y es negra.” Se rieron y fueron al parque. Caminaron ella invitó a tomar el helado.

“¿Vivís lejos Em? Preguntó Porter.

“Y, más o menos. A 30 millas. ¿Y vos?”

“Y más o menos a 30 metros. Si querés cuento los pasos”

“¿En serio me decís? ¿O sea que sola me metí en las fauces del león?” dijo Em y se rieron.

Al rato ella le pregunta

“¿No me vas a invitar a tu departamento?”

“No Em, no”

“Gracias Porter, me iba a sentir muy incómoda diciendo que no.”

Intercambiaron números de teléfono, pero sin quedar en nada. Ella se fue en un Uber. Los siguientes días, Porter sintió que estaba conforme con el encuentro. Por medio de un amigo, pudo averiguar dónde quedaba el bufete donde trabajaba y el jueves siguiente le mandó un ramo de flores y una caja de bombones”

Ella lo llamó

“Hola Porter, gracias por la flores, son hermosas. En cuanto a los bombones son mi perdición. Sí que sabes alagar a una mujer.”

“Estoy desempolvando viejas técnicas. Gracias por tu llamado” y colgó.

Segundos después nuevamente Em.

“Esto me está molestando un poco. Me cortaste Porter”

“Si, perdón, me puse nervioso.”

“Bueno, entonces búscate un médico y que te recete algo, porque el sábado te espero a almorzar en mi casa y sabes que, vamos a estar solos”

“No te burles de mi”

“Ahora te mando un mensaje con la dirección. Y ahora corto yo”

Y le cortó. Uno de sus amigos llamó y le contó las novedades. El amigo lo felicitó y lo alentó a seguir saliendo adelante.

El sábado llegó puntual a la casa de Em, que era muy bonita, típica de los suburbios de NY. Fue en la camioneta, y con dos botellas de vino, blanco y tinto.

Ella lo recibió con una sonrisa hermosa.

“Gracias por venir Porter. Y gracias por los vinos. Vení que te presento a alguien”

“Porter te presento a Anna, ella es mi hija, tiene 6 años. Anna, Porter es un amigo que viene a almorzar con nosotras”

“Hola Porter, ¿vos sos el novio de mamá?”

“Anna, por favor, no empecemos con tus preguntas locas.”

“Bueno, pero ella es muy bonita, y se puso ese vestido porque venías vos me dijo”

“Anna, por favor, basta”

“Si, Claro que es muy bonita, hermosa, pero no se lo digas porque se va a poner colorada. Y vos, tenés novio?

“No, soy chica”

Anna fue a jugar con sus juguetes.

“Perdoname, pero recién me acaba de llamar la chica que iba a atenderla que no podía venir. Lo lamento”

“Em, me encanta, yo no tengo hijos, y me arrepiento de la decisión que tomamos. Y tu hija es hermosa como vos pero más simpática. Ah, te queda muy lindo el vestido”

“Como gozas este momento…” dijo Em.

“Gracias a Dios, y a vos sí.”

Almorzaron los tres, Anna sentada al lado de Porter, copando su atención. Cuando terminaron de almorzar Em quiso que la pequeña vaya a su cuarto pero no quería.

“Anna, viniendo para acá voy que hay un shopping grande, seguro que venden helados. Te parece si dentro de un rato vamos los tres.”

“Anna, si, genial. Mamá, me voy a mi cuarto a descansar un poco, porque Porter nos va a llevar a tomar helado”

“Bueno Anna” dijo Em

Porter se rio.

“Vos reí nomas. Vas a tener que cumplir, porque te va a volver loco.” Dijo Em.

“No sabes lo bien que me siento. Hace años que no me siento así. Y tu hija me compró.”

“En tu cara se ve que estas distinto”

“Em, hace tres años en un accidente murió la mujer que amaba, muchos años juntos, yo llegué donde llegué por su apoyo incondicional. Me quebré por completo, entre en depresión. Un día mi empleada me encontró en el piso. Tumor cerebral. Operación recuperación. Tres amigos no dejaron que me deprima más. Incondicionales día y noche. Me sacaron adelante. Uno de ellos me dijo del sitio. Y hoy, poder compartir este lindo almuerzo, von vos, con tu hija…”

“Gracias por contarme Porter, te entiendo tu sufrimiento. Y me alegra que tengas la voluntad de salir adelante.”

“Te hago una pregunta Em: ¿por qué dejarías tu carrera profesional?”

“Sin hablar de un caso como el tuyo, por nada”

Estaban sentados en sillones enfrentados, se miraban y charlaban, pero daban lugar a silencios que hablaban más que palabras.

“Podrías ser mi hija”

“Si, pero prefiero pensar que vos podrías ser mi amante” le contestó filosa Em.

“¿Siempre sos tan filosa?”

Ella no contesto, solo le guiño el ojo

“Perdoname, que vaya a un tema jodido, del tumor, no tuviste secuelas”

“No por suerte, esta semana casi seguro que me dan el alta. Espero. Tengo ganas de hacer tantas cosas, viajar, sobre todo”

“Seguro que va a salir todo bien” dijo EM

“¿Te gusta viajar? ¿Viajas mucho?” preguntó Porter.

“Mucho no, hace 6 meses fuimos con Anna a Londres, por una semana”

“Que suerte que el padre te firma para que la puedas llevar” dije.

“Anna no tiene papá. Soy madre soltera.” Dijo con orgullo.

“Me gusta con el orgullo que lo decís”

“Claro que sí, me costó mucho todo. Estudiar, trabajar, criarla”

“Porter, ya descansé, vamos?

Fueron al shopping en la camioneta, Anna llevaba a los dos de la mano, en su rostro había felicidad. Tomaron un helado y al pasar por una juguetería Anna quedó fascinada con un peluche gigante.

Él se despidió. El domingo Em lo llamó temprano.

“Porter, perdona hora, pero si no te llamo, hoy la mato. Te paso con Anna.”

“Si, dale”

“Hola Porter, te quería decir que la pasé muy bien ayer con vos, y que si querés podes ser el novio de mamá.” Se escuchó el grito de Em de fondo. “Anna, te mato”

“Hola Anna, yo también la pasé muy bien con vos y con tu mamá. Sobre lo del novio, hay que ver todavía.”

“Bueno, pero ya sabes. ¿Hoy no vas a venir?”

“No Anna”

“¿Por qué?”

“Porque seguramente tu mamá tendrá cosas que hacer y no pudo invitarme.”

“¿Mamá por qué no lo invitaste a Porter?”

“Hola Porter esto es un bochorno total, estoy roja de vergüenza por el comportamiento de Anna”

“Hey, tranquila. ¿Cuál es el problema?”

Em se quedó callada.

“Porter, te llamo en la semana, ahora, perdoname. Un besito en la mejilla”

“Y sin esperar respuesta colgó”

Pensó en Em toda la semana, o hasta el jueves. Em no se había comunicado. Fue al médico por la mañana y le dio el alta, llamó emocionado a los amigos, les contó de Em. La llamó.

“Hola Em. Soy Porter”

“¿Hola Porter, cómo estás?

“Bien, ¿podes hablar o interrumpo algo?”

“Si claro, puedo hablar”

“Siento que hay algo que te molesta conmigo y me gustaría que almorcemos juntos y charlemos. Eso si vos también pensas que nos debemos una charla”

“Es que… Si tenes razón hay que hablarlo personalmente.”

“Bueno, yo el sábado tengo una reunión por la tarde. Pero es lejos. Si te parece, te paso a buscar a las 7:00 y tenemos todo el viaje para charlar.”

“¿Siete de la mañana? Bueno. Un besito”

Hizo varios arreglos y el sábado 7 en punto de la mañana estaba en la casa de Em.

“Hola, buen día Em. Me olvidé decirte que traigas el pasaporte”

“¿Pasaporte?”

“Si.”

Mientras lo buscaba apareció Anna.

“Hola Porter, te extrañé.”

“Y yo a vos preciosa”

“Vas a salir con mamá, ¿no?” dijo con cara mezcla de tristona y alegre.

“Anna, esto me va a traer problemas con tu mamá y seguramente se enoje conmigo, pero ¿Querés venir con nosotros?”

“Si” dijo bajito para que la madre no escuche

“Em, estaba hablando con Anna, y sé que estuve mal, pero la invité a venir con nosotros, eso si vos querés”

“Pero íbamos a hablar.”

“Si, lo sé”

Anna la miraba con una cara de circunstancia tremenda.

“Vamos a cambiarte rápido por favor”

“Y acordate del pasaporte de ella”

Enseguida salieron y Anna era la cara misma de la felicidad.

“Donde vamos Porter” le preguntó la niña

“Al aeropuerto, nos espera un avión”

“En avión es el viaje” dijo Em.

Llegaron, hicieron inmigración y subieron al avión.

Anna estaba súper excitada. Despegaron y al poco tiempo Anna se durmió.

“Em, ahora le hacen una cama en mi cabina, y llevala a dormir ahí”

“Tu cabina”

La llevaron y les sirvieron un café

“Porter, me podes explicar dónde vamos”

“A Turks y Caicos. Nos esperan en el aeropuerto, vamos a una reunión, almorzamos y volvemos”

“Entiendo. Y este avión, es tuyo”

“Si. Que pasa Em. Ni me preguntaste como me había ido con el médico”

“Por Dios, tenes razón. Perdoname, Contame”

“Pues genial, ya tengo el alta, por eso estamos volando. Gracias a Dios, ninguna secuela.”

“Me alegro tanto, te lo juro”

“Em, bueno, estamos solos, un poco alto, volando a 950 km/h. ¿Me podes decir que te pasa?

“Es que se me fueron las cosas de las manos. Y me preocupa y molesta. Y vos lo único que haces, sin darte cuenta por supuesto, es empeorar la situación. No me siento bien por haber mezclado a Anna. Por ella sobre todo y por vos. Flor de Sugar Baby terminé siendo.”

“Entiendo y lamento haber causado un problema.”

“Es que vos no lo causaste Porter, fui yo, y mis inseguridades, mis miedos, mis fantasmas. Si hasta tengo miedo de ir a la cama con vos y aburrirte”

“Em, te pido algo. Seguramente ha sido una muy mala idea haberle dicho de venir a Anna, pero su carita pudo conmigo. Pero, tratemos por ella, de pasarla bien. Después nos sentaremos y hablaremos como adultos.”

“Tenés razón, y no me enoja que la hayas invitado. Al contrario muestra que te interesa”

Estaban por aterrizar y despertaron a Anna.

Una persona que los esperaba agilizó los trámites en Migraciones y subieron a una camioneta. Llegaron a una casa hermosa,

“Por favor, que lugar” dijo Em. “Frente al mar, con playa propia, y muelle del otro lado de la calle.”

De otro auto bajaron dos personas que saludaron y los invitaron a pasar. Luego los dejaron que recorran. Em estaba fascinada, Anna caminaba de la mano de Porter y miraba todo. Cuando vio la pileta frente al mar quedó fascinada. En un momento que Em no los vio Porter le dijo algo a Anna al oído y le dio algo. Se juntaron los tres nuevamente junto a la pileta.

“Em, sabes que pasa, es muy simple, vos nunca vas a poder ser una SB, sos demasiado picante, filosa”

“Porter, que pasa, la nena”

Porter le hizo una seña a la nena que le dio una cajita.

“Pero estoy seguro que vas a ser una genial novia” y abrió la cajita donde había un anillo de oro y brillantes.

“Porter, estás loco, de la nada me pedís que sea tu novia. Y vos enana cómplice” por su rostro caían lágrimas de emoción.

“Anna, me parece que no quiere ser mi novia, no escuche nada, y vos”

“Tampoco” dijo la niña

“Claro que quiero, no podía hablar.”

Y le dio un beso tierno y suave.

“Bueno, primer paso listo, ahora, Anna, si pudieras elegir, cual sería tu cuarto”

Anna salió corriendo y Porter tras ella. Em, todavía sin reaccionar, miraba como ellos corrían.

Volvieron y Porter dijo:

“Listo, solucionado, vamos”

Las dos lo siguieron. Se juntaron con los dos hombres.

“Nos gusta mucho. Única y final oferta veinte millones. Ah, y con la lancha incluida, y la casa tal cual está ahora. Sin sacar nada.” Dijo Porter.

“Pero esta publicada en 22 millones.”

“Si, pero desde hace 2 años. Es menos del 10% menos. Ah, la oferta dura 5 minutos”

Los hombres hablaron por teléfono, y cerraron el trato. Quedaron de acuerdo en como concretar la operación y se retiraron, no sin antes decirle que el auto quedaba a su disposición hasta partir.

Volvieron a la parte de la pileta.

“Bueno, listo. Anna me terminó saliendo más cara que vos, Em”

“¿Vos acabas de comprar esta casa?”

“Si, claro.”

El personal de la casa les alcanzó champagne para brindar y jugo a Anna.

Porte se alejó un poco y habló por teléfono. Luego tomó de la mano a la niña y fueron corriendo a la playa. Jugaron un poco y volvían cuando se pararon a hablar y siguieron caminando.

“Los vi hablando, ahora, ¿qué?”

“Le decía a Anna que estaría muy bueno quedarnos a dormir esta noche”

“No empecemos mal. Uds. dos juntos me van a volver loca y no quiero. No, imposible que nos quedemos, no trajimos ropa, ni para dormir ni para cambiarnos, no, es una locura” dijo Em

“Pero mami, Porter me dijo que hay un shopping y que el trajo la tarjeta”

“Porter, te mato. No, y no voy a cambiar de opinión.”

Porter y la niña se quedaron mirándola mientras ella miraba el mar. Fueron solo 30 segundos.

“Por esta vez, pero no se piensen que siempre se van a salir con la suya.”

Dieron un grito de alegría, Porter habló con el personal de la casa, les avisó que se quedaban, lo mismo a los pilotos, que volverían el domingo a la tarde, y fueron al shopping.

Las compras fueron motivos de nuevas peleas porque Porter la consentía a Anna en casi todo. Pero en un momento él se puso serio, y le dijo que no a algo. La niña lo miró, sonrió y dijo “Bueno Porter.”

Em se acercó a Porte y le dijo: “La mato, te hace caso” Compraron ropa, ropa interior, bolsos para poner las cosas, zapatillas, mallas, y más.

“Porter, ¿vos tenés idea cuanto gastaste?”

“Si, claro. Lo suficiente para que vos y tu hija estén contentas, y disfrutando. Y yo mucho más que Uds. de verlas así”

Llegaron nuevamente a la casa. Anna le mostro a Em cuál sería su cuarto, el que había elegido con Porter. Porter entró al master bedroom y cuando Em iba a entra a otro para cambiarse, escucho la voz de Anna.

“Mami, ese no es tu cuarto.”

“Si hija, voy a dormir acá, cerca de ti”

“Mami, ya soy grande, y sé. Ahora que son novios tenés que dormir con Porter, son pareja”

Em creyó que se desmayaba. Lo que tanto pensaba como iba a explicar en su momento, otro momento, la nena ya lo había resuelto.

Fue al cuarto con Porter, como le indicara su hija. Entro y se sentó en el borde de la cama sin prestar atención a que su novio se estaba cambiando. “¿Qué pasa?” pregunto él.

“Pasa que el monstruo me dijo que yo debía dormir con vos porque sos mi novio, mi pareja. Faltó poco para que me diga que tengo que hacer en la cama.” Dijo Em.

Porter se rio y ya cambiado se sentó en la cama. Em se paró y miraba todo el cuarto, fue para el baño con la malla.

“Em creo que si le preguntamos a Anna te va a decir que te tenés que cambiar aquí, no en el baño”

“Porter, ni se te ocurra. Todavía no nos dimos un beso como la gente y vos pretendes que me desnude delante de ti. Pues estas loco.”

Porter se levantó, fue hasta ella y abrazándola la besó con pasión, ella lo abrazó. El comenzó a sacarle la ropa, dejándola en ropa interior. Cuando Anna, golpeaba la puerta.

“Vamos a la pile o a la playa”

“Anna, a tu cuarto hasta que te digamos” dijo Porter.

“Voy, pero tienen toda la noche” y se cayó.

Porter y Em, se miraron con resignación. Ella se cambió y fueron disfrutar.

Cenaron una comida exquisita, los dos llevaron a Anna a dormir, y se fueron a tomar un trago a la luz de la luna en una galería que bordea la casa. Estaban sentados un una reposera doble, ella apoyada en su hombro.

“¿Cuándo te empezaste a enganchar? Le preguntó Em

“Cuando me frenaste en la primera cita, y cuando no te importó subirte a la moto con pollera. ¿Vos?

“Antes de frenarte justamente, ahí supe que eras distinto, que verdaderamente buscabas otra cosa. ¿Y que yo sentía algo por vos?”

“Cuando Anna dijo que te habías puesto ese vestido para mí. ¿Y vos?”

“Hoy, cuando vi la casa y tu felicidad empecé a sospechar, pero estaba tan sorprendida e impresionada por la casa, las vistas, la playa que deje de pensar en eso. Y bueno, después cuando me pediste que sea tu novia”

“¿Cómo te sentía ahora?” le preguntó Porter

“La mujer más feliz” dijo Em.

Se quedaron en silencio, el paisaje era maravilloso. Fueron minutos eternos.

“Por vos” dijo Em sentándose encima de Porter.

“Por vos soy feliz, y por vos dejaría mi carrera.” Dijo ella para continuar:” ¿acá o en la playa?”

“En la playa, porque temo que nos quiera decir como hacerlo”

Tomaron unas toallas y bajaron corriendo sin darse cuenta que Anna los miraba sonriendo desde su ventana.

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