2
Como solía ser el miércoles cada noche, Sonia Martorell volvía a la residencia universitaria tarde de sus prácticas en el hospital. Ya era cerca de la una de la madrugaba y solo anhelaba coger la cama y descansar.
Llegó a los ascensores y llamó a uno de ellos.
Le pesaban los párpados como placas de cemento.
Llegó el ascensor y entró. Ni siquiera se percató que alguien entró con ella detrás. Se cerraron las puertas como si fuese la entrada a los infiernos.
3
Enseguida Ana lo percibió. Cuchicheos. Carreras. Caras preocupadas. Movimiento de policías. Incluso pasillos acordonados. Estaba claro que algo ocurría.
-¡Ani, Ani! –apareció corriendo Pamela Calatayud-. ¿Te has enterado?
-¿De qué?
-¿Conoces a Sonia Martorell?
-Claro, la capitana de las cheerleaders. Hará dos días desayunamos juntas.
-Pues anoche la violaron con un cuchillo y la destriparon.
-¿Qué? No puede ser.
-La hallaron en uno de los ascensores. Era dantesco. Había trozos de tripa y de carne por todos lados.
-Joder, qué fuerte.
-La policía está interrogando a su círculo de amigos. Hay una buena liada. Salimos incluso en todos los telediarios.
-¿Hay algún sospechoso?
-Ni idea. Nadie dice nada. Hay mucho miedo.
-Habrá que enterarse.
-Tu estate quieta, Ani, porque la cosa pinta muy mal.
-¿No lo ves? Hay un asesino misógino en el campus y pienso cazarlo.
-¿Cómo? Creo que he escuchado mal.
-Lo que oyes. No pienso quedarme cruzada de brazos. La próxima puede ser tú o yo.
-No metas la nariz, Ani. Deja trabajar a la policía.
-La policía no debe saber nada. Como siempre. Mucha placa y pocos cojones.
-¿Quieres hacerme caso? La policía científica está recabando huellas y pistas. Seguro que cogen a ese cabrón.
-Lo dudo. La policía hace el paripé para justificar cada mes el sueldo.
-¿Y qué piensas hacer? Ese asesino se cebó con Sonia. ¿Quieres que te ocurra lo mismo?
-¿Me ayudas o no?
-¿Cómo? A mí no me metas. Bastante tengo con los cuatro exámenes que tengo esta semana.
-¿Me vas a dejar en la estacada?
-Que esto no es un juego, Ani. Hablamos de un universitario sádico y puede que vuelva a actuar.
-Por eso hay que darse prisa.
-¿Y cómo lo harás? La policía controla toda la facultad.
-Tengo mis métodos.
-Eres una loca de primera categoría. ¿Es que no te da miedo?
-El miedo no sirve de nada. Solo te bloquea y te paraliza.
-Joder…
-Vamos, Pamela, es nuestra oportunidad.
-¿Oportunidad de qué? ¿De ser la siguiente?
-Pienso pillar a ese cabronazo y si tengo que hacerlo sola no me importa.
-Ay, joder. Vale.
-¡Gracias! Eres mi guarra favorita.
-Ya, ya.
-Nos vemos luego. Me meo entera.
-Qué fina eres.
-Bueno, me voy a miccionar, ¿te vale así?
-Me da más miedo tú que ese asesino universitario.
-Lo tomaré por un piropo.
-Loca de mierda.
Ana se alejó riendo.
…continuará.