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-¡Ani! ¡Ani, espera! –la llamó Nuria casi a la carrera por el pasillo. Amy, detrás, intentaba no distanciarse mucho.
Ana, con su mochila al hombro y sus guantes de kickboxing colgando de un hombro, tampoco hizo mucho caso. Por eso Nuria tuvo que correr más para alcanzarla.
-Ani, joder, ¿quieres esperar un minuto?
-Tengo el tiempo justo para ducharme e ir a clase.
-Sólo quiero presentarte a Amy. Está loquita por tus huesos.
-¿Otra zorra con las hormonas revolucionadas?
-Oh, no, es más que eso. Es virgen.
Fue cuando atrajo la atención de Ana.
-¿Esa golfa de ahí? Si tiene cara de marrana.
-Que va, créeme. Tiene el himen intacto.
-¿Lo has comprobado?
-Pues no. No he tenido la oportunidad.
-Hola, Ana –esbozó Amy su mejor sonrisa.
-Buffff… -dio Ana una vuelta a su alrededor examinando el ejemplar.
-¿A que está buena?
-Ya lo creo. ¿Cómo te llamas, pichoncito?
-Amy.
-Si fueras virgen me ha tocado el premio gordo de navidad. Buen culo. Buenas tetas. Buen porte. Podría hacer un pedazo de vídeo contigo, preciosa. ¿Te gustaría?
-Depende del precio.
-Así me gusta –rió Ana-. Seguidme. Las duchas están por allí, venga.
Ana se fijó en los andares de Amy y su movimiento pélvico.
-Nuri, ¿de dónde has sacado a este diamante?
-Te dije que te encontraría uno y ya ves.
-Serás muy bien recompensada, eso sí, solo si es virgen. Encontrar esta especie en el campus es como encontrar una santa en un puticlub.
-Mírala cómo anda. Parece que está desfilando en una pasarela de putas.
-Y menudo chasis tiene detrás. Esta rompe nueces con las nalgas. Buen trabajo, Nuri, choca.
-Yeahhh…
-¿Por dónde es? –buscaba Amy las duchas.
-Ven, pichoncito –la cogió Ana de la mano y la llevó hasta una puerta que conducía al vestuario femenino. Aquí chicas vaivenían desnudas o mojadas. Todas iban saludando a Ana a su paso.
-Hola, Ani, ¿follamos luego?
-Claro.
-Hey, Ani, grabamos mañana, ¿vale?
-Ahí estaré.
A medida que Ana se adentraba se iba desnudando.
Amy se quedó babeando mirándola, sin saber aún que Nuria también se desnudó del todo.
-Amy, esto son duchas. No una tienda de Zara. A despelotarse –la ordenó Nuria.
-Joder… -Amy alucinó al ver el precioso cuerpazo de Nuria. Sin ropa ganaba más.
Dos rubias se cruzaron mojaditas y desnudas, y la mirada de Amy se fue tras sus culos duros.
-Coño…
Sin más, Nuria se encargó de desnudarla de modo rápido. Lo último fueron las bragas, que se las sacó, las olió con gustazo y se las guardó en su mochila.
-Guapetona…
-Olé ese potorro…
-Puta bonita… -piropearon a Amy tres chicas desnudas que pasaron cerca. Pero Amy se sintió halagada e incluso honrada.
-Ven, Amy, cariño –la llevó Nuria hasta una ducha donde esperaba Ana bajo el chorro de agua. Amy sintió un cosquilleo clitoridiano nada más verla allí, exótica, mojada y preciosa-. Vamos, entra –la animó con una palmadita en el culo. Y Amy obedeció.
-Date la vuelta y contra la pared –ordenó Ana.
-¿Así?
-Eso es… -se arrodilló Ana tras ella.
-Separa los muslos… más… un poco más… perfecto.
-No te muevas, cariño –la tranquilizó Nuria mientras la agarraba de las caderas para evitar movimientos por esa zona-. Mírame. Tranquila, ¿vale?
-Vale.
Ana introdujo dos dedos.
-Mmmmmmm… -sintió Amy un intenso placer.
-Será puta… -rió Ana.
-¿Se ha corrido? –se sorprendió Nuria.
-Casi casi. Venía ya con la escopeta cargada.
-Amy, tranquila, amor.
-Vale.
Ana hundió los dedos hasta los nudillos y procedió a palpar, pero con mucho tacto.
-Ayyy, coño… -gemía Amy.
Ana buscaba el himen con la yema de los dedos.
-Bufffff, joder…
-Esta zorra se corre –reía Ana.
-¿Lo encuentras? –se impacientaba Nuria.
-Confirmado. Es virgen. Lo tiene entero.
-¡De puta madre! –se alegró Nuria.
-¡COÑO! –alcanzó Amy el orgasmo.
-Este bombón es una joya en bruto –sacó Ana los dedos con un chorro de flujo que se desparramó por el suelo-. Joder con la mojigata. Se corre más rápida que una puta rumana.
-Uy… ay… -sentía Amy pequeños espasmos.
-¿Ves este culo, Nuri? Es de los buenos. Lo palmeas y se mantiene en su sitio, mira. –Y Ana le propinó una bofetada.
-¡Au!
-¿Has visto? La nalga no se ha movido ni un centímetro. Este culo es de gimnasio o algo parecido. Y mira sus muslos. Lleno de tendones bien marcados. Llama a Koke y dile que rodamos en vip esta noche.
-¿Y lo mío?
-Tendrás tu dinero en cuenta antes de las seis de la tarde.
-Genial. Me llevo a Amy.
-¿Para que te de un calentón y te la folles? De eso nada. Esta joyita se queda conmigo. Quiero saber de qué pasta está hecha.
-Veo que te chifla.
-Más me chifla el polvo que eché contigo anoche.
-¿De verdad?
-Anda, zorrón, y localiza a Koke.
-Dime que me quieres.
-Te quiero follar.
-No, solo te quiero.
-No me toques el coño, Nuri. Mueve el culo.
-Puta… -y Nuria se fue.
-¿Nos duchamos juntas, Amy? –le ofreció Ana.
-Vale.
Amy sintió con gusto la cálida agua de la ducha. A pocos metros Ana la grababa con la cámara de su móvil.
-¿Qué haces?
-Esto va para mi muro. Di quién eres, edad y lo que eres.
-Me llamo Amy Matalascañas, tengo 21 años y soy puta.
-Saluda con el coño.
Y Amy se agarró el entremuslo con gracia.
-Esta es mi chica. Di unas palabras para mis followers. Seguro que se harán pajas en masa mirando este vídeo.
-Lo diré cantando. Lalala me fui a Granada y allí me hicieron una mamada lalala me fui a Calcuta y allí me hice puta lalala me fui a la universidad y ¿estudiar? No lalala promiscuidad.
Ana se descojonaba de risa.
-Cuenta un chiste de universitarias, Amy.
-Vale. Una estudiante que se encuentra a otra con la cara pálida. Y le pregunta: “Oye, tía, ¿qué te pasa? ¿A qué viene esa cara?”. Y la otra le dice: “No sabes lo que me pasó anoche. Salía de mis prácticas y cruzando el campus un chico me asaltó, me abofeteó, me arrancó las bragas y el muy cabrón me violó”. “¡No me digas! ¿Y tú qué hiciste?”. Y le dice la otra: “Pues crucé las piernas y me lo llevé a comisaría” –rió Amy mientras se enjabonaba.
Ana flipaba y reía al mismo tiempo.
-Venga, pichoncito, termina de lavarte el chocho que tenemos trabajo.
-¿No vas a clase?
-Esto es mejor –le agarró Ana del coño y haciéndola gemir.
-Ahhhhhh…
-Tranquila. Esta noche es tu noche, y vas a enamorar con lo que tengo en la mano.
-Ahhh, sigue… dale ahí…
-No tengas tanta prisa. Se te ve impulsiva, ambiciosa y muy calentona. Así empecé yo y mira donde estoy, en la cúspide.
-Ahhhh, coñooo…
-Juntas nos vamos a comer este puto campus. ¿Quieres?
-Ohhhh, sí…
-Pues a follar, querida –la abofeteó Ana el clítoris con la mano abierta…
-¡AHHH, JODER!
… y luego salió de la ducha.
-Sigue mi culo, Amy.
-Coño puta… -se lo agarró Amy. Casi se corre otra vez.
-Vamos, pichoncito.
-Buff… voy… -fue Amy detrás como una perrita con su ama.