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Compañera de entrenamiento (II)

Al día siguiente yo llegué tarde al entrenamiento, me sentí frustrado porque planee llegar temprano para aprovechar que hubiera poco personal para terminar lo que habíamos empezado en el baño, me disculpé con el supervisor por la tardanza y tome asiento justo al lado de ella. Nos dimos los buenos días acostumbrados y ambos sonreímos con una mirada cómplice. Le expliqué que llegué tarde por los embotellamientos en el camino y que estaba un poco molesto por eso, ella sonrió y nos concentramos en el entrenamiento.

Noté que su ropa era más suelta que el día anterior, como preparada para que la cogida que pretendíamos darnos ese día fuera más fácil, bromee con ella al respecto y ella me confesó mis sospechas “no traigo pantys”, creo que en ese momento algún compañero pudo haber sospechado, porque nuestras risas en verdad eran algo obviamente cómplices de algo. La mañana transcurrió normal y nuestro supervisor estaba bastante vago ese día, porque había solicitado un trabajador y se lo darían la siguiente semana.

En un momento aproveche y le dije mirándola a los ojos: “voy al baño”, ella sonrió y al yo estar parado en la puerta del baño la vi pasar hacia el baño de chicas, espere un momento ya que la conserje del lugar estaba haciendo las labores y se dio cuenta que estaba mirando hacia el baño de chicas. Entonces vino la decepción al comenzar uno de los brakes para descanso, mucha gente entró a ambos baños y pues, no pudimos hacer nada.

Después de volver al entrenamiento solo pensaba en que otro momento aprovechar para poder darnos esa cogida, ella solo me miraba pensativo, me preguntaba en qué pensaba y yo con miradas insinuadoras le respondía que ella ya bien sabía en qué pensaba, todo era risas entre nosotros, pero intentábamos disimular para que los compañeros no dieran por hecho el que algo andaba entre nosotros, al mediodía nos dieron nuestro descanso para el almuerzo, comimos normal en grupo, y todo paso medio lento, en un momento ella se me acercó y me dijo que si no aprovechamos ese día tendríamos que esperar varios días más porque sentía que su periodo se acercaba, eso solo alimento mi ansiedad y al volver al entrenamiento solo buscaba la forma de como hacer para irnos al baño.

En un momento me percaté de que nuestro supervisor no estaba en el piso, así que le apreté la mano que me quedaba más cerca y con los ojos le hice señas de que ahora, me levanté, dije vengo ahora por si preguntan por mi, y me dirigí al baño de caballeros, espere más o menos 1 minuto y medio y ella llegó, revisó el baño de chicas, estaba despejado, entre igual que la vez anterior al último cubículo y ella entro tras de mí, nos miramos, reímos y nos comenzamos a comer la boca, recuerdo que ella bromeó diciendo que estábamos locos, y yo le apreté contra mi amasando sus nalgas, entre besos tomé sus tetas y comencé a mamarlas, otra vez escuchaba sus gemidos ahogados para que nadie nos escuchará y me encantaban.

En cierto momento miré hacia la puerta y me di cuenta que si alguien entraba podría ver por la pequeña ranura de la puerta del cubículo, así que nos pegamos más hacia el lado contrario y ella descendió y comenzó a hacerme la mamada, yo quería disfrutar de su bella cara sonriente mientras me hacía la mamada pero estaba desesperado por cogérmela, así que saqué el condón que llevaba y se lo mostré, ella me miró sonrió, se levantó y bajo su pantalón hasta las rodillas y lo confirmé, no traía pantys, el hecho de confirmarlo me encantó, me puse el condón y ella tomó la posición de perrito, la penetré lento mientras veía como ella dejaba caer su cabeza hacia el frente.

Ya le había dicho que coger en un baño público era de las pocas cosas que no había hecho hasta el momento, ella me dijo que tampoco lo había hecho, así que ahí estábamos los dos, en nuestro nuevo lugar de trabajo, cogiendo en el baño… con mi mano izquierda le di vueltas a su largo pelo y la comencé a alar, y con mi mano derecha le agarré su teta derecha, y comencé a acelerar la cogida, sus gemidos ahogados solo le ponían más morbo a la situación y ya tenía deseos que de alguien entrara al baño, nos moví un poco hacia atrás para poder mirar por la ranura de la puerta, la excitación del momento me ponía en mente ese deseo de que alguien entrara y se diera cuenta que estaban cogiendo en ese cubículo.

Ella volteó a mirarme, yo vi la expresión de placer en su cara, la estaba pasando bien y yo la estaba pasando excelente, quería hacerle tantas cosas, nalguearla, ser agresivo, pero no sé cómo, me contuve, seguimos en la misma posición, su vagina estaba bien apretada y veía su culo de tez clara rebotar contra mi pelvis… al cabo de algunos minutos sentía que me iba a venir, acelere las arremetida y me dejé llevar, escuchamos que en el otro baño (el de caballeros) había gente, después de venirme seguí con las arremetida un poco más hasta que ya había expulsado todo.

Nos miramos, sonreímos, nos volvimos a besar, esperamos que hubiera calma u silencio y ella salió delante, me hizo señas y al yo salir justo en el espacio donde están las dos puertas de ambos baños entró otra compañera, la expresión de su cara era obvia de que se dio cuenta que yo salí del baño de damas, yo solo sonreía y entré al de caballeros, mi cómplice salió dirigiéndose al área de entrenamiento mientras la otra chica entro al baño de damas, yo sabía que si le quedaba alguna duda de lo que vió, el condón usado en los zafacones le confirmaría sus sospechas.

Al cabo de unos minutos entré al área de entrenamiento, me senté de nuevo a su lado y ella me preguntó si vi a la chica que iba entrando, entre risas le dije que si, y ella también sonrió, hablamos de la aventura y dejamos en claro que eso solo había sido un rápido. El resto del día todo fue risas y miradas cómplices, y lo que más divertido era es que ninguno de nuestro grupo sospechaba, aunque la chica del mismo piso que nos vio salir podría significar algo.

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