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Tócame… una canción

Ese día estaba en el bar, ya saben, en el mismo de siempre, solo que esta vez no fui a tomar nada, no tenía ganas (ni con quien), el dueño del bar había pedido música en vivo para ese día, la verdad no sé qué estaban celebrando, pero se pondría buena la cosa.

Pasaron una, dos, tres y cuatro horas y nada que llegaban, estaban a punto de cancelarlo todo, hasta que el barman (a quien yo conocía) me preguntó si no me provocaba cantar, pocas veces había cantado en vivo

-Bueno… que más se hace

Le respondí, mas por el hecho de que no quería que suspendieran el evento, se veía muy interesante, subí a la terraza (la cual me trae un buen recuerdo), así podría concentrarme mejor en todo lo que iba a hacer.

Media hora después comenzó todo, hubo comida gratis y toda la cosa, hasta que anunciaron lo de la música en vivo, el evento era por la hija del dueño que se iba a casar pronto, como ocho días después, me pidieron que comenzara a cantar mientras ella llegaba y así lo hice, la verdad no recuerdo haberla visto nunca en todo el tiempo que tengo visitando el bar, pero en fin, yo hacia mi “trabajo”, canté un par de canciones para hacer tiempo como me habían pedido hasta que por fin ella llegó y la verdad no lo podía creer… ¿Recuerdan a “La chica del bar” de hace unos relatos? Pues era ella ¿Qué tal? Ya decía yo que era extraño que alguien como ella pusiera un pie en aquel lugar.

No sé como lo hice, pero seguí cantando y después de unas cuantas canciones terminé la presentación y luego volví a mi lugar en la barra, aun no podía creerlo, ella estaba sentada a unos metros de mí, comencé a mirarla mientras me tomaba un trago, así como aquella vez, ella solo mira su mano jugando con su anillo de compromiso, luego me miró y guardó el anillo en su bolso, y casi de manera automática caminé hacia ella y me senté a su lado.

-No esperaba que fueras músico

Me dijo y dio un sorbo a su trago.

-También hago presentaciones en privado

Dije en broma, ella sonrió y se sonrojo un poco, bajó la mirada y quedamos en silencio por unos segundos hasta que se acercó a mi oído y me respondió a la broma.

-Tócame… algo de música

Si, entendí perfectamente la indirecta, ella se levantó, me tomó del brazo y subimos a una habitación privada.

Apenas entramos a la habitación la halé hacia mí, la tomé por las caderas y comencé a besarla, sabíamos que ese momento era el segundo round que dejamos pendiente aquella vez, mientras la besaba la tomé por la parte de atrás de sus muslos y la levante, podía sentir el rozar de su vagina con mi pene, ella tenía puesto un pantalón de tela delgada, sus brazos los entrelazo por mi cuello, la llevé hasta la cama y fui recorriendo todo su cuerpo con mis besos, desde su boca, pasé por su cuello, su respiración se aceleraba, seguí bajando hasta sus senos, quité su blusa y su bra, en sus pezones me quedé más tiempo, mordiéndolos suavemente, lamiéndolos mientras masajeaba sus senos, bajé por su abdomen, quité su pantalón y su panty al mismo tiempo, su vagina estaba hecha aguas, comencé pasando mi lengua por el exterior, saboreando sus jugos, luego la introduje en su vagina para saborear cada rincón de su intimidad.

-Ay, ah, ah, así…

Gritaba mientras le hacía sexo oral, hasta que no pudo aguantar más y acabó en mi boca, puso sus manos en mis mejillas y llevó mi rostro frente al suyo y de nuevo nos besamos mientras yo me desvestía.

-¡Cógeme!

Me dijo al oído y sin esperar más comencé a penetrarla, suavemente, pero luego aumentando la velocidad, ella no paraba de gemir.

-Ah, ah, ah… voy a acabar…

Yo también estaba por acabar, luego de unos segundos acabamos al mismo tiempo, todo mi semen quedó dentro de ella.

Nos quedamos mirándonos fijamente, como queriendo decir algo, yo iba a preguntar su nombre, pero ella rápidamente puso su dedo índice en mis labios.

-Shh… No lo arruines

Comenzó a tocar mi pene hasta que tuve de nuevo una erección, luego se sentó sobre mi y comenzó a cabalgar, yo metía mi pene hasta lo mas hondo de su sexo, luego se detuvo con mi pene dentro de ella

-Allí es donde quisiera tenerte… dentro de mi…

La verdad es que la palabra “quisiera” no es muy alentadora, ella comenzó a moverse de nuevo hasta que acabamos.

Después de un rato nos duchamos, me vestí y cuando estaba a punto de salir me dijo.

-La semana que viene es mi despedida de soltera, y quiero música en vivo…

-¿Puedo saber cómo te llamas al menos?

Ella no respondió, solo sonrió y se acomodó para descansar, no me quedó mas que salir, no nos volvimos a encontrar, hasta su despedida de soltera, pero eso se los cuento luego.

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