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Una guardia en día feriado

Esto pasó durante el tiempo en que trabajé como vigilante de una universidad, ya en un relato les hablé de eso, realmente el día suele ser aburrido, solo ver entrar y salir gente, de vez en cuando hacer un recorrido para verificar que todo esté en su lugar.

Era un día feriado, aunque de igual forma debía ir porque a pesar de no haber nadie en la institución termina siendo uno de los momentos más peligrosos, pero la guardia si fue muy aburrida, los días comunes al menos ves a la gente pasar, en días feriados no, o al menos eso creía yo.

Estaba en mi lugar de trabajo cuando ella llegó, la coordinadora de la facultad de medicina, una mujer de más o menos 1,65 de alto, contextura normal, cabello negro y piel morena, lindo rostro adornado por anteojos que la hacían verse muy sensual, iba vestida con un leggings azul eléctrico y una franela negra con cuello en V que dejaba a la vista un buen escote:

-Buenos días…

Dijo mirándome por un segundo y luego siguió su camino, era de esas mujeres que al pasar no puedes dejar de verla y te hace imaginar todo tipo de cosas, la miré hasta que entro al edificio.

Ya eran las 12 del mediodía, no volví a ver a la coordinadora por lo que supuse que aún no había salido así que cerré la puerta de salida y comencé con el recorrido, cuando pasé por la coordinación allí estaba ella, en su oficina, pasé y saludé de nuevo, ella me devolvió el saludo y seguí mi camino, ya estaba a unos metros de la puerta cuando escuché la voz de la coordinadora llamándome, para que la ayudara a cargar unas cosas pesadas:

-Que fuerte…

Decía en tono de juego, pero yo seguía ayudándola, a fin de cuentas no había nadie más, al terminar de ayudarle con las cajas me dijo que ya estaba por salir, iba a comer algo y luego saldría

-Acompáñame, no quiero comer sola

Me dijo, y yo accedí a su petición, no podía evitar mirarla, sus enormes senos llamaban a mis ojos, comenzamos a hablar de cualquier cosa, eso me sirvió de distracción hasta que entramos en el tema sexual, en cierto momento le pregunté si ya había tenido sexo en una oficina, pero no me respondió, me percaté que le había dado vergüenza la pregunta porque sonrió y comenzó a mirar en todas direcciones, le dije que lo olvidara en tono de broma, pero me sorprendió escuchar su respuesta.

-No… pero quisiera intentarlo…

Esa fue mi señal, le di la vuelta al escritorio y me coloqué frente a ella, la tomé de las manos y la coloqué de pie.

-Te deseo…

Le dije al oído, vi como su piel se erizaba, comencé a besarla, nuestros besos hacían subir la temperatura, la tomé en mis brazos y la subí al escritorio, comencé a besar su cuello, el olor de su fragancia me hacía no querer dejar de besarla, ella quitó mi camisa y yo la suya, nuestra piel ya estaba haciendo contacto y la excitación se apoderaba de nosotros, quité su brasier dejando al aire sus perfectos senos y comencé a besarlos, pasando mi lengua por sus pezones, ella gemía con total libertad porque no había nadie en la institución.

Bajé por su abdomen hasta llegar a su vagina, que ya estaba muy mojada, la terminé de desnudar y mientras la besaba tocaba su vagina, haciéndola gemir aún más, la llevé al borde de la mesa y metí mi pene en ella. Inhaló fuerte hasta que lo tenía totalmente dentro, las embestidas eran cada vez más rápidas.

– Ay… ay… ay… así… así…

Saqué mi pene y la coloqué boca abajo en el escritorio, volví a penetrarla, metiendo mi pene hasta el fondo, hasta donde más podía, ella ya no podía mas y acabó, segundos después también acabé yo dejando todo mi semen en su vagina, sus piernas temblaron por unos segundos.

Después de descansar un rato nos vestimos y la acompañe hasta la salida, mi turno aun no terminaba, nos despedimos con un beso y desde ese día ella también iba a la universidad en días feriados, y por supuesto, yo iba a la misma hora a hacer mi recorrido para ver que todo estuviera en su lugar.

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