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Cindy ya es madura y esta buenísima

C: ¡Hola como has estado?, que milagro!!

L: ¡Hola, que dicha escucharte!!

C: ¡Estoy en la ciudad, como ves, te invito a comer!

L: Me agarras ocupado, ¡mejor vamos a cenar a donde acostumbrábamos!

C: ¿Ok, a las 8 paso por ti vale?

L: ¡Perfecto! ¿Oye y tu Darío?

C: Se quedó en Sinaloa, bueno te veo al rato, besos, ¡saludos a Lety!

Casi dos años que no veía a mi amiga Cindy, la que ahora también escribe algunos relatos en esta página, la última vez que tuve sexo con ella fue hace 3 años, luego ella conoció a un empresario adinerado y se fue con él, había venido a la ciudad a hacer unos trámites de su carro ya que lo iba a vender.

Lo que me interesaba aparte de saludarla y ver como esta (ya que somos excelentes y buenos amigos, por toda la historia vivida entre nosotros), era ver si es verdad que ahora a sus 41 años de edad estaba más buena como sus fotos de Facebook o Instagram mostraban.

Llegue a la cita en el lugar donde acostumbrábamos comer, le avise a Lety que me encontraría con ella, ¡me pidió le diera saludos y abrazos de su parte y que me tomara el tiempo necesario para ponerme al corriente con ella!

Como siempre ella llego a la cita como 10 o 15 minutos tarde, pero al verla honestamente no podía creer que fuera ella, una mujer de cabellera rubia con el cabello rizado, unas tetas grandes saltaban de una blusa negra entallada y escotada, ¡una licra blanca que marcaba todas sus piernas hasta llegar a su pata de camello bien marcada y un trasero firme y más grande de cómo lo recordaba!

C: ¡Hola Luisito como estas!!

Con una sonrisa de oreja a oreja se acercó a mí y me abrazo, no pude babear al ver su cuerpo, a sus treinta estaba buenísima, ¡pero se veía mucho mejor que esos años!

C: ¿Te comieron la lengua los ratones eh?

L: ¡Dios!!! ¡Te ves muy bien!

C: Jajá, sabía que te impresionaría, ¡eh estado haciendo muchísimo ejercicio!

L: ¡Se nota, estas mejor que nunca!!

C: ¡Gracias, pero pasemos a comer, tengo un hambre y una sed, que para que te cuento!

Ella tena una chispa como una mujer de veinte, no la recordaba tan llena de luz y desprendiendo un aura sexual de su cuerpo, yo no podía dejar de ver sus ricas tetas, ¡las ganas de acariciar sus ricas piernas apenas si las podía contener!

Después de la cena, la invite por unas cervezas, ella acepto y fuimos a un bar donde acostumbrábamos a ir, las miradas de los hombres a su hermoso cuerpo me excitaban, ella las disfrutaba, empezamos a tomar y como la música era muy buena también bailamos un poco.

C: ¡Qué bien me la he pasado, te extrañaba amigo!

L: ¡Y yo a ti, hacía tiempo que no salíamos!

C: ¡Estar aquí me hace recordar viejas épocas!

L: A mí también, esas donde después de bailar íbamos al hotel, o al carro o donde nos agarrara el calor, ¡jajá!

C: Ay, jajá, mira nada más, ¡bien que te acuerdas!

L: ¡Una mujer como tú, no se olvida tan fácil!

C: ¿Pero Lety te cumple bien y en todo no?

L: Si, ¡pero como quisiera revivir esos momentos!!

C: ¡Ya, mejor bailemos!

Ella se puso un poco tensa, desde que empezó a ser novia de Darío dejo de tener sexo casual, ¡pero yo conocía perfecto a Cindy y sabía que la había hecho pensar y recordar!

Pedí más cervezas, yo quería cogérmela nuevamente y sabía que con unas cervezas más ella estaría más accesible, la música cambio a reggaetón y aproveche para acariciar sus piernas tan ricas, sus nalgas se movían bien, ella casi no baila eso, pero las cervezas estaban ayudando, yo con la verga ya dura aprovechaba para encoxarla bien rico, ¡ella solo seguía bailando pegando sus nalgas a mí!

Fue en ese momento que no pude más y empecé a besarle el cuello, ella acepto mis besos y caricias, se hacía para atrás repegandome más su trasero, mis manos acariciaban su abdomen bajando a sus muslos carnosos y torneados, le mordía los hombros, le acariciaba la cadera, ¡estaba excitadísimo!

C: ¡Espérate… yo a eso no vine!!

L: ¡Lo sé, pero estas buenísima!!

C: ¡Somos amigos, además te dije que ya no lo haríamos!!

L: Ándale, sé que quieres, ¡déjame gozar y hacerte gozar!!!

C: ¡Pero con Darío es diferente, no lo puedo engañar!

L: Tu eres Cindy, para ti nada es restringido, además sé que te gusta coger conmigo, vámonos, ¡vamos a coger!

C: Mmm!, ¡bueno vámonos!

Obviamente ella había aceptado porque también quería mi verga y es que los buenos acostones o polvos no se olvidan tan fácil, mas con todas las experiencias que compartimos hace unos años, era tiempo de revivirlas, ¡de regresar a lo que nos volvía más que amigos!

¡Nos fuimos besando todo el camino rumbo a mi auto, ella me besaba tan rico, había olvidado lo adictivo que erran sus labios, mis manos acariciaban sus ricas nalgas, las amasaban como si fuera hacer pan, ella me mordía el labio y me acariciaba la verga que ya estaba palpitando por querer salir y ser comida por ella!

La adrenalina y calentura nos dominó por completo, apenas abrí la puerta del auto, ¡Cindy me bajo el pantalón y saco mi verga que palpitaba y se endurecía en sus manos!

C: ¡Que rica verga, es más grande que la de Darío!

L: ¿La extrañabas verdad amiga?

C: ¡Como no tienes idea!!!

Inmediatamente la llevo a su boca, me la mamaba con desesperación, parecía una bestia hambrienta devorando a su presa, mi verga se endurecía y fluía líquido pre seminal de ella, ¡Cindy lo saboreaba gustosa!

L: ¡Así, que rico mamas, uf, que placer!!

C: Este si es una verga, uhm, ¡había olvidado lo rico que era tener una así en mi boca!

Sus mamadas majestuosas, me hacían jadear, sus manos apretaban mis testículos y mis pezones, yo acariciaba su frente y su cabeza, Cindy le daba mordidas delicadas a mi cabeza para luego engullirla de un solo bocado, bajaba y subía, yo acompañaba con mis manos a su cabeza, ¡le estaba follando rico la boca!

Unos diez minutos aproximadamente me la estuvo mamando, fue entonces que ya no aguante más y le quite su blusa, ella se bajó la calza hasta abajo, acaricie emocionado sus piernas torneadas y blancas, ella subió en mí, hice el asiento del copiloto para atrás, lo más que se podía y lo recline, ¡le hice a un lado la tanga y sentí su vagina húmeda a todo lo que da!

Solita empezó a acomodarse y dejarse caer en mi verga, sentir nuevamente su caliente vagina me excito más, nos besábamos apasionadamente, bruscamente mordí sus tetas y pezones, ella se dejaba caer riquísimo sobre mi verga, uf, ¡no podía creer que nuevamente me estaba partiendo a Cindy y ahora en su versión madura y más buena!

L: Que caliente se siente, ¡mamita que rico coges!

C: ¡Extrañaba tu verga, que dura, que placer!

L: ¿Te hacía falta una buena verga verdad?

C: A él lo amo, ¡pero me hace falta más que eso!

L: Lo sé, toma, ¡gocemos este momento de placer!

Cindy se ayudó de la escotilla de la quema cocos para moverse más rápido, sus movimientos se sentían genial, su vagina apretaba magnifico, no recordaba que apretara tan bien, parecía tener unos 18 años, mis manos acariciaban sus nalgas duras y firmes, eso no había cambiado solo que eran más firmes, el ejercicio le había venido bien, no solo en su cuerpo si no en su condición sexual!

La acosté en el asiento y el levante las piernas hasta donde pude, no me importaba que nos vieran o nos escucharan, habíamos olvidado que estábamos en un estacionamiento, esa no era la primera vez que cogíamos en un carro así que ya sabíamos algunas técnicas, mi verga entraba y salía con fuerza, ¡ella abrazaba el asiento mientras recibía las emboscadas y estrujadas de mi verga!

C: ¡Así nene, agh, cógeme, que dura, mmm!

L: Cindy, aprietas magnifico, dios, ¡que rico!!

Se acomodó boca abajo en el asiento parando todo el trasero, yo apoyándome en la guantera la penetraba subiendo un pie en la puerta, el carro se movía a nuestro ritmo, ella jadeaba y gemía como loca, mi verga entraba y salía fuerte, ¡los ruidos de nuestros cuerpos chocando se volvían música erótica que acompañaba el acto!

L: ¡Que ricas nalgas, te pusiste más buena!

C: ¡Y tu más rico para coger!!

L: ¡Toma mi verga nena, me encantas, apriétala!!

C: ¡Si, así dámela, agh, ah!!!

Se acomodó de perito en el asiento, yo parado afuera del carro al penetraba fuerte, la embestía salvajemente dándole de nalgadas y jalándole el cabéllelo, le decía vulgaridades le apretaba las tetas, ¡la estaba haciendo mi puta!

C: ¡Así mijo, así, cógeme, soy tuya!

L: Viniste desde Sinaloa por verga, ¡toma tu verga nena!

C: ¡Si, que rico, que rico me coges!

L: Te cogería día y noche, quédate aquí, ¡aún tenemos más por vivir!

C: ¡No puedo, el me espera!!

L: ¡Pero no te coge bien!!!

Ella estaba toda empinada sacando fluidos que escurrían por sus piernas, yo sudando la embestía más y más, no me daba cuenta si alguien pasa o no, solo seguía dándole verga a mi amiga, a mi casi hermana, ¡a mi Cindy!

¡La adrenalina subió a tope, ambos nos movíamos fuerte, sentí como se empezó a inflar mi verga, la leche estaba a punto de salir, ella también estaba por estallar, aceleramos y nos movimos con todo, hasta que estallamos juntos en un rico orgasmo, uno que ella tenía tiempo sin sentir!!

C: ¡Agh, si!!! Auch que rico!!!

L: ¡Toma, to… ma!!!

C: ¡Mas leche, quiero tu leche!!!

L: ¡Me dejas seco, agh!!!

C: ¡Si, ah, papi!!!

Fue magnifico, no sé cuánto tiempo estuvimos cogiendo, solo que fue mucho, no me di cuenta si alguien nos vio o no, solo disfruté de la madura Cindy, ¡la cuarentona con cuerpo perfecto, la que ya había sido mía y solo me vio por sexo!

Fumaos un cigarro mientras reposábamos del buen momento.

Bromeamos un rato y la lleve a su casa, a los dos días me escribió que ya se iba para Sinaloa, ya que no podía dejar a Darío, yo le desee suerte y quedamos en reunirnos, ¡pero esta vez para su boda y yo ansío mucho poder darle verga de despedida de soltera!

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