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La novia de mi amigo y su secreto (1) -interactivo al final

Llegó el verano, y como cada año, todos los de la oficina decidimos salir a cenar y de fiesta, durante la cena todos bebimos y nos lo pasamos muy bien, lo chicos y chicas de mi oficina no son mis amigos, pero tenemos muy buen rollo y siempre nos reímos cuando salimos en navidad y verano. Tras una cena en la que bebimos de más, y aprovechando que las chicas de la oficina decidieron irse, a David se le ocurrió una idea.

-¿Que os parece si vamos a un club de striptease?

Todos nos reímos.

-¿Tu qué opinas Hugo? ¿Nos animamos? -Me preguntó

-Venga va, pero vayamos a alguno lejos, no vaya a ser que alguna de vuestras mujeres os pillen -Dije

-Olé, mira que eres listo -Dijo David besándome la cabeza- Si no hay objeciones, ¡en marcha!

Nos montamos en dos taxis y nos dirigimos a un local de las afueras. Al llegar entramos y el local estaba muy bien, estaba decorado con tonos rojos, había una larga barra y sillones por toda la sala, unos reservados al fondo y un escenario con una barra de pol. En la puerta una mujer mayor, nos comentó que a las chicas no se les puede tocar, pero que si queríamos algún servicio especial, todo sería mirarlo.

Nada más entrar pasaron dos chicas que nos sonrieron, los chicos se volvieron locos y se fueron tras ellas, David y yo nos sentamos en unos sillones, pero yo aproveche para ir al baño, al volver una chica estaba bailándole a David. Negrita, morena, delgadita, y con un buen culo.

-Ven Hugo, siéntate aquí a mi lado y disfruta. -Dijo señalando el sillón de enfrente, me senté y tenía una visión perfecta de su culo, se giró y empezó a restregar su culo con David, cuando le vi la cara.

Era Samira, la novia de un amigo mío, de Roberto, que aunque no era mi amigo como tal, salía con el grupo de mis amigos y habíamos coincidido muchas veces, ella me miró y tras un segundo de duda, supo perfectamente quien era, sus ojos cambiaron, y paró de bailar, yo le sonreí y le guiñe el ojo.

-¿Porque paras? Bueno báilale a mi colega, yo voy al baño ahora. – Se levantó y se fue, momento que aprovechó Samira para acercarse.

-¿Hugo? ¿Qué haces aqui?

-¿Yo? ¿Y tú? Roberto sabe ¿Esto?

-No, verás me despidieron y aquí se gana mucho dinero y no trabajo tanto, pero Roberto no sabe nada – Pasó otra chica cerca mía, y Samira se puso a bailar delante de mí, contoneándose, para no levantar sospechas creo. – Que vergüenza madre mía.

-Yo he venido con los del trabajo, pues cuando se entere Roberto le va a dar algo -Roberto era muy celoso, casi parecía el karma que Samira trabajará ahí.

-No, no puede enterarse, por favor. -Dijo apoyando su mano en mi pierna.

-Ya estoy aquí -Dijo David- ¿Te gusta esta chica? ¿Cuánto por un baile privado para nosotros dos?

Yo asentí tanto para Samira como para David. Samira se acercó al oído de David, dejando su culo en mi vista.

-No, pero mi colega también viene, no puedo dejarlo solo – La muy cabrona quería dejarme sin el baile privado, y estaba intentando convencer a David de irse solos.

Tras mucho insistir llegaron a un acuerdo, y nos pidió que la acompañásemos a un reservado, al entrar corrió las cortinas, dándonos privacidad y nos hizo sentar en unos sillones. Casi en la penumbra, se puso a moverse sensualmente, y se desabrochó el sujetador, dejándolo caer poco a poco, mientras se tapaba las tetas, de vez en cuando me miraba a los ojos, y veía que le daba vergüenza hacerlo delante de mí.

-Joder como me pones tía, con esa carita de niña buena -Dijo mientras se metía la mano en el pantalón -Hugo a ti no te gusta ¿o qué?

-Si… me encanta -Dije mirándola a los ojos, mientras dejaba sus tetas morenas al aire, tenía unas areolas rosadas y un pezón grande, ella sonrió.

Se acercó a nosotros y puso su culo encima de David, las manos cogiendo el sillón y empezó a refregarse sensualmente al ritmo de la música, desabroché mi pantalón y metí mi mano en el pantalón, empecé a movérmela por bajo del pantalón y la puse recta, para que Samira notara mis 21 cm de polla en su culo cuando se restregara. Se acercó a mi y vio mi pantalón abierto y el bulto que se marcaba en mi calzoncillo blanco, luego me miró sorprendida, y se giró para refregarse, mientras lo hacía yo notaba como se recreaba en el roce, no lo hacía con la música, si no por el placer, me acerqué a su oído y le dije.

-¿Te gusta no? ¿Esto es por lo que trabajas aquí? ¿Porque te gusta refregarte con pollas de desconocidos? -Le susurré.

-Te equivocas, es un trabajo como cualquier otro, pero con pollas así se hace mas llevadero la verdad -Dijo sin parar de rozarse.

-A mi me estas poniendo mucho, siempre imaginé que tenías unas tetas bonitas, pero la verdad supera a la imaginación.

-Yo nunca imaginé que guardabas ese secreto en los pantalones.

-¡Eh chicos que habláis que no me entero! -Dijo bastante contento por el alcohol David, mientras se sobaba la polla que ya tenía al aire- ¿No te molestará que me toque mientras le bailas a mi amigo no?

-No, mientras te la guardes cuando yo vaya -Dijo Samira, mientras se giraba dejándome las tetas en la cara y subiendo las rodillas al reposa manos.

Empezó a refregar sus tetas por mi cuerpo, a tocarme el pelo, los brazos y bajarlos por mi cuerpo, estaba disfrutando y yo estaba a mil. Se levantó y fue hacía David, y repitió el proceso subiéndose encima de él con las tetas en su cara.

-¿Qué servicios especiales ofreces? -Le dijo.

-Emm, ninguno -Dijo ella cortándose de repente. Una cosa es bailarme y otra follar pensaría.

-¿Como que no? -Añadí- A mi me has dicho que ofreces mamada.

-¿que yo que? -Dijo asustada.

-Bueno, siempre podemos decírselo al jefe de club, como se llamaba ¿Roberto? -Dije sonriendo.

-No, no está bien, las mamadas son a… -y le susurró a David.

-Hecho – Dijo sacando el dinero y dejándolo en la mesa de al lado suya.

Samira se acercó a mi oído y dijo:

-Eres un cabronazo, que sepas…

-Cállate y chupa, estás deseando, se te nota en la cara, y no voy a pagar la mamada, como premio a mi fidelidad contigo -Le dije mientras sacaba mi polla.

Se quedó sin palabras, y miró mi polla, me dedicó una mirada de odio, y la cogió con una mano, mientras David se acercaba y le ponía la otra cerca, para que pudiera coger una con cada mano, y luego se metió la polla de David en la boca, mientras me pajeaba fuertemente.

-Tranquila fiera – Le dijo David – Que son todas para ti.

Ella le sonrió.

-Dedícate a él ahora mismo, no te preocupes – Dije yo soltándole mi polla de su mano, y recostándome para ver el espectáculo.

Allí estaba Samira, la novia de mi conocido haciéndole una mamada a un compañero con las tetas al aire, esas perfectas y redondas tetas, sacaba la boca y lamía las pelotas de David mientras lo pajeaba fuerte, mientras lo hacía me dedicó una mirada de odio, a lo que yo le contesté mandándole un beso.

-Oh joder, sigue -David no paraba de jadear- Eres una profesional me voy a correr ya.

-Por correrte en mi hay suplemento.

-Toma -Dejo caer un billete de 100- déjame correrme en tus tetas, venga joder, mastúrbame.

Samira cogió su polla con las dos manos y empezó a masturbarlo fuertemente hasta que una corrida enorme la manchó entera las tetas, en cuanto paró de salir, ella se levantó y cogió pañuelos de la mesita para limpiarse bien.

-Te toca amigo -Dijo David sentándose.

-Eso, me toca – Dije sonriendo.

Samira, miró a David como la observaba, y se acercó a mi que estaba sentado en el sillón, se arrodilló y cogió mi polla con una mano, asombrándose de su tamaño dijo con despreció:

-No te mereces este pedazo de polla.

-Pero tu si, no mientas, tienes ganas, desde el primer momento que nos vimos aquí sabías que ibas a acabar en esta posición, ¿A que sí?

Ella calló y se empezó a lamer mi polla de arriba a abajo mientras con la otra mano tocaba mis huevos.

-Um, lo haces muy bien, disculpa si te molesta, pero hace mucho que me había fijado en ti.

Su cara cambió y dijo:

-¿De verdad?

-Si, no entendía que hacía un bombón como tu con Roberto.

-Bueno, me trata bien, pero sexualmente… -Dijo mientras me masturbaba suavemente.

-¿No te complace?

-No, no tiene mala polla pero… -Dijo mientras hundía su boca en mi polla, sin llegar ni a la mitad. – Además no me folla casi ya, hace mucho que no tengo un orgasmo.

-¿Que habláis tanto? -Dijo David.

-¡Nada que le he dicho que me gustaría que se tocara si quiere mientras me la chupa! -Le dije guiñando el ojo.

Ella sonrió y metió su mano en su tanga mientras empezó a chupármela, arriba y abajo, yo empecé a ponerme a mil, y ella jadeaba mientras me la chupaba. Miré a David, y se había quedado dormido en el sillón, pero decidí no decirle nada a Samira, por si paraba de chupármela.

-Joder, menuda polla -Dijo mientras seguía tocándose

-¿Te pone? Córrete para mi -Le dije mientras le quité la mano, me levanté y empecé a masturbarme cerca de cara y a poner la punta de mi polla en sus labios.

-No me queda mucho – empezó a tocarse más rápido mientras que con la otra mano se metía los dedos – Me voy a correr. Joderrr -Dijo mientras sus ojos se ponían blancos, se quedó tirada en el suelo, con cara de satisfacción, se giró hacía David y dijo- ¿Estaba durmiendo? Creí que se enfadaría. ¿Quieres correrte en mi cara? Es lo más caro, ya que estas invitado.

Cogió mi polla y empezó a masturbarme fuerte mientras me escupía en la polla, con mucha dedicación, era una experta, me hizo la mejor paja de mi vida con las dos manos.

-Me corro -Y puso mi polla en su cara, donde la bañe de semen entera.

-Menuda corrida -Dijo mientras se limpiaba- Deberías despertar a tu amigo, ¿Estamos en paz entonces?

Sonreí y ella entendió que aquello era solo el principio.

-No, y de ahora en adelante, vas a ser mi puta particular, eso si, te prometo que siempre te vas a correr.

Puso al principio cara de miedo y terror, pero cuando acabé la frase, sonrió y dijo:

-Pero será nuestro secreto ¿no?

-Siempre que te portes bien, si -Le dije mientras me iba.

Unos días después de mi encuentro con Samira, de vacaciones ya, quedé con mis amigos, Roberto entre ellos, no le había escrito a Samira, porque por una parte no quería joderle la vida, pero por otra me ponía mucho y sabía que en el fondo seguro que ella esperaba que le escribiera.

Nos sentamos en una terraza al lado de la playa todos mis amigos y yo, éramos cinco contando a Roberto, que es más amigo de Jesús que del resto, pero como es un tío simpático, pues siempre se apunta a todo. Aproveche para escribirle a Samira, que estaba en línea.

“-Hola guapa, ¿cómo estás?

-Hola, bien.

-¿No me preguntas como estoy?

-¿Qué quieres Hugo?

-Espera”

Aprovechando la reunión nos hicimos todos una foto y automáticamente se la pase a ella.

“-Mira, así estoy, tomando algo.

-¿No le habrás dicho…?

-No, no, simplemente era para que vieras como estoy hoy, ¿tu no me vas a enviar una foto tuya?

-Hugo, yo… lo del otro día no…

-Tranquila cariño, sé que no quieres que le diga nada a Roberto, y que en parte te gustó.

-No…

-¿No te gustó?

-Si, si que me gustó pero…

-¿Recuerdas que te prometí que tendrías más orgasmos verdad?

-Si.

-Muy bien ahora quiero que me seas sincera, ¿crees que mi polla podría darte mas orgasmos?”

No contestó, y nosotros seguimos hablando de nuestras cosas. Vi como Roberto cogía el móvil y empezaba a contestar mensajes.

-¿Te reclama la novia Roberto? -Le pregunté, ya que de los cinco era el único con novia formal, los demás tenían rolletes o eran solteros.

-Jajaja, no solo me preguntaba que como me iba. -mientras seguía escribiendo

-Dale un saludo de mi parte -Le dije.

-Claro.

-¿Y cómo te va con novia? -Le preguntó Ivan

-Muy bien, la verdad.

-¿Follarás mucho no? – Dijo Juan

-Bueno, no me quejo la verdad, Samira es increíble en la cama -Y todos no reímos- Y hace unas mamadas… -“No hace falta que lo jures” pensé.- Samira que saludos para ti también Hugo.

Me vibró el móvil.

“-¿Le acabas de pedir que me mande saludos de tu parte?

-Si, pero espérate que Roberto está fardando de las mamadas que haces

-¿¿¿Como???

-Si, dice que eres increíble en la cama.

-¿Le has preguntado tú?

-No, Juan creo, pero es curioso que diga que te tiene muy satisfecha, ¿es eso verdad?

-Menudo cara dura, hace meses que no tengo un orgasmo, salvo el del otro día…

-Me parece de mal gusto estar hablando de ti así, delante nuestra, ¿sabes que yo no hablaría de lo del otro día verdad?

-Si, espera.”

Volví a la charla de la mesa, seguían aún con el tema.

-¿Anal? No, ya se queda suficiente satisfecha con lo que le doy por delante – Y empezó a reírse.

-Ah vale, pensaba que a las morenitas les gustaba… -Dijo Iván.

-Eso es el porno que te tiene machacada la cabeza -Añadió Roberto.

-Pues la chica con la que estoy quedando le encanta -Dijo Juan- Siempre me lo pide.

Móvil, agachó la cabeza, es una foto de la cara de Samira, sonriendo con un café.

“-¿No querías saber cómo estaba? Así estoy.

-¿Y una de tu cuerpo no tienes?

-Tampoco te pases.

-Roberto sigue hablando de intimidades vuestras, como que no te gusta el anal.

-¿Que no? Él que no aguanta, ni le gusta hacer cosas diferentes…

-Pues mándame una foto de esas tetas preciosas, si no quieres que le diga que según tengo entendido si que te gusta, aparte de chupar otras pollas.

-No, por favor, eres un cabrón.

-Si, pero recuerda que soy un cabrón muy discreto.

-Espera.”

Los chicos habían cambiado de tema, pero Samira no tenía por qué saberlo, quería recordar esas tetas negras con el pezón rosado.

-¿Y tu Hugo? ¿No hay ninguna tía por ahí? -Me preguntó Jesús.

-Bueno algo hay.

-Va cuenta – Dijo Iván

-Un caballero no cuenta sus conquistas, pero estoy hablando con una.

-¿Pero esta soltera?

-No, pero como si lo estuviese, el novio ni la toca.

-¿Y esta buena? -Preguntó Roberto

-Mucho -Le dije sonriendo.- Pero no voy a contar nada, cambiemos de tema, ¿nos pedimos otra ronda?

-No cambies de tema -Dijo Jesús

-Yo invito

Todos gritaron y cambiamos de tema, mi móvil vibró.

“-¿Esto querías? -Una foto en la que solo se veía sus tetas y la camiseta subida.

-Bueno, de momento me vale, ¿Te he dicho que son preciosas?

-Gracias.

-Me quedé con ganas de chuparlas, ¿Te gusta?

-Si, me pone mucho que me las chupen.

-Yo te lo haré como te gusta.

-(icono del mono tapándose la cara) No vas a hacerlo.

-Pasaré mi lengua por tus pezones, mientras bajo poco a poco, a comerme ese coñito tan rico que vi el otro día, ¿Te gustaría? -Samira empezaba a olvidarse del tema.

-Puede, en teoría me lo debes -Ya había picado.

-Pues quizás te lo pague la próxima vez que nos veamos.

-¿La próxima vez?

-Claro, que no te quedó claro el otro día, vamos a divertirnos juntos.

-Pero Roberto…

-No se enterará será nuestro secreto, mientras te portes bien (icono del diablo)

-Me portaré bien. (icono del angelito) Uff que calor me ha entrado de repente.

-Sería un buen momento para que viera todo lo que me voy a comer ¿no?

-No

-Así puedo ir haciéndome una idea de cómo voy a comerte entera hasta que te corras.

-Uff, bueno espera.”

Ya la tenía pescada, tendría que utilizar el chantaje para conseguir todo lo que quisiera, pero pienso que ella le gusta ya que así no se ve otra opción.

Me vibró el móvil, y al abrir la foto, pude ver una foto de cuerpo entero de Samira frente al espejo, desnuda, su cuerpo moreno, sus grandes tetas rosadas y su coñito, que esta vez se lo había depilado dejando una fina franja de pelito moreno, pese a tener las piernas cerradas sus labios vaginales sobresalían un poco, y con el móvil se tapaba la cara.

“-¿Así bien? -Dijo

-Perfecto, con esto ya tengo con que masturbarme hoy.

-¿Te vas a masturbar con mis fotos?

-¿Indignada o cachonda?

-mmmm

-Lo tomaré como ambas, ya sabes que si quieres una mía, solo tienes que pedirlo.

-¡No!, Yo solo te la he mandado porque me chantajeas.

-Bueno, yo te dejo esa opción, con que me digas “mándamela” te la enviaré cuando sea.

-No hace falta, bueno voy a irme que he quedado con mi familia.

-Vale cielo, un beso donde tu quieras.

-Un beso.”

Estuvimos un rato más en el chiringuito, y luego cada uno a su casa, por la tarde fui al gimnasio, y cuando salí de la ducha leí un mensaje en el móvil. “mándamela”. Sonreí me abrí la toalla y me hice una foto en el espejo, tapándome la cara, aunque no me importaba que se viera. Se la mande sin ningún texto, ella se puso a escribir, lo borró todo y se desconectó.

Al día siguiente tuve ganas de hablarle, pero no sabía si estaría Roberto cerca y eso me coartaba bastante, me llene de valor y al medio día, le escribí un mensaje de Samira.

“-Hola, no me dijiste que te pareció la foto.

-Hola, si, emmm no sé porque te la pedí la verdad.

-¿Te lo digo? Estabas cachonda y querías verme desnudo

-Si claro, con la cantidad de porno que hay, voy a necesitar una foto para eso.

-La diferencia es que sabes que esto te lo vas a comer. -No contestó- ¿Te apetece que sea hoy?

-Hoy he quedado con una amiga, y luego por la tarde me voy con Roberto de compras.

-Pues ya tienes la excusa, dile a tu amiga que no puedes.

-No, ya si eso otro día…

-No te estoy preguntando, dile a tu amiga que no puedes quedar.

-Eres un idiota

-Eso dímelo cuando estés sobre mi polla cabalgando

-Alé ya le he dicho que no puedo quedar, ¿Que vamos a hacer?

-Tomamos algo, ¿paso a recogerte?

-No, no quedamos en otro sitio, te mando ubicación y me recoges ahí.

-Vale en una hora”

Pasó una hora y fui a recogerla al sitio que me mando, un descampado, sin nadie cerca, ahí estaba ella con un vestidito de tirantes al parar el coche, y al verla acercándose, supe que pese a que esto no estaba bien, ella era preciosa

-Hola cielo. -Se subió sin darme dos besos.

-Arranca.

-Por favor

-Por favor, ¿a dónde vamos, no será cerca?

-No tranquila, vamos a una cafetería cerca de mi casa

-¿Tu casa? No sé dónde está, no he ido nunca a una

-¿Y te apetece?

-No… -Después de decirlo me miró de arriba a abajo.- Pero prefiero ir a tu casa que a algún sitio público la verdad.

-¿De verdad? -Sonreí

-Pero solo a charlar, no te equivoques no voy a desnudarme hoy.

-Sabes que si, que solo lo dices para que te obligue. -Le dije mientras puse mi mano en su pierna, ella la apartó.

-No voy a hacerlo, no es no

-Samira, mírame -Le dije y mirándole fijamente y sonriendo le dije- Quiero que te quites ya el sujetador, que como llevas el vestido no pasa nada.

-Pero…

-¿Pero? y las bragas también.

-Vale, vale me quitó la de arriba. -Y con la elegancia que tienen las mujeres se quitó la parte de arriba, sin enseñar nada de nada, pero aquellas tetazas no se podían disimular, eran espectaculares, trató de echarse el pelo sobre los hombros para tapar un poco el escote y las tetas, pero era imposible con aquellos dos melones.

-Muy bien, sabes que quieres hacerlo, pero si ordenándotelo va a ser más fácil para ti, lo haré

-¿Contento?

-Y tanto mira – Y le señale la erección que crecía en mi pantalón.

-Madre mía, es imposible que ya te hayas puesto.

-Samira, estas buenísima, cualquiera se pondría cachondo contigo.

-Eres un zalamero, seguro que no estas cachondo, y solo me estas tomando el pelo -Yo sé lo que quería.

-Adelante, tócala, compruébalo.

-No, que va.

La miré fijamente y ella accedió, tocándola por encima del pantalón.

-Eres un guarro, ¿Como la tienes ya dura?

-Pues de imaginarme esas tetas de nuevo.

Eso le sentó como un halago.

-¿Ah si? Pues quédate con eso que es lo único que vas a tener hoy -Dijo con voz juguetona.

Aparqué en mi garaje y subimos a mi casa, nos sentamos en el sofá y serví dos copas de vino, después de eso empezamos a conversar, se había quitado los nervios iniciales y estuvimos hablando de que le iba mal con Roberto pero se querían, que habían comprado la casa y ahora eso les unía; no quise decirle que si tanto le quería porque estaba en mi casa conmigo, que iba a dejar el trabajo de stripper porque ya tenía entrevista en otro sitio.

-¿Y por qué trabajabas ahí?

-Me encanta sentirme deseada, nunca se lo había dicho a nadie siempre mentía, y decía que por el dinero, ¿es raro?

-Para nada, la sensación de sentirse deseado es muy fuerte, y si no te sientes así con Roberto, ¿Y conmigo?

-Jajaja, tu eres un cerdo, que solo me usas porque me tienes pillada.

-Para nada, desde el primer momento que te vi, sabía que eras un bombón y pensé que estabas buenísima.

-¿De verdad? y contestando a tu pregunta, contigo me siento deseada, por eso estoy rara…

-Porque sabes que está mal, y que te guste es peor todavía.

-Exacto

-Pues no te martirices, si te hace sentir mejor, la culpa es mía que soy un cerdo que se pone a mil cada vez que te ve desnuda.

-Es que es culpa tuya -dijo sonriendo, y se quitó la parte de abajo del vestido, sin enseñar nada, me la enseñó y la guardó en su bolso- Seguro que hacer esto ya te ha puesto.

Y volvió a tocarme la polla por encima del pantalón.

-¿Lo ves? Morcillona ya, no puede ser contigo -Los dos nos reímos.

-Ahora dime la verdad, porque me pediste la foto.

-Desde que trabajo allí, me siento deseada, pero como un objeto sexual, no como persona, pero cuando te vi el otro día fue distinto, me sentí deseada de verdad, y pensándolo ayer… necesitaba una foto tuya, para recordármelo.

-Y dime, ¿te tocaste? -Mi mano se puso en su pierna, pero esta vez no la quitó.

-Si -Dijo avergonzada- Llevaba meses sin tener un orgasmo, Roberto es muy egoísta en el sexo, no cede, y no me da el placer que necesito, y por tu culpa me he corrido dos veces seguidas, eso me hace sentir mal.

-Y bien

-Y bien, pero yo quiero seguir con Roberto, pero desde la otra noche, solo pienso en ti, en tu cuerpo… y en tu chantaje

-Y yo en ti -Mi mano fue subiendo por su pierna topándose con su vestido – Cada parte de mi te desea, quiere poseerte -la mano llegó a su pantorrilla.- Pero no quiero sentirme como que abuso de ti, por eso solo te tocaré y te follaré si tú me lo pides.

Quité mi mano, ella dio un suspiro, pero no de alivio, si no como esperará deseosa algo que no había pasado.

-¿De verdad?

-Si, así que expláyate, y cuéntame ¿Qué quieres de mi? ¿Que deseas?

-Nada, estoy aquí solo porque si no se lo dirás a Roberto.

-¿De verdad? -Me levanté y abrí la puerta.- Entonces vete.

Samira, sorprendida llegó a la puerta, y dijo cerrando la puerta:

-¡Chantajéame! -Dijo indignada

-¿Cómo dices?

Me miró a los ojos, y lo supe, ella me deseaba con todo su cuerpo, pero no podía decirlo, aquel gesto era lo máximo que iba a tener de ella, sin ordenárselo.

-Vale -Le dije sentándome en el sofá – Quiero un baile, esta vez personal, para mi.

Me dedicó una mirada de odio, y se puso delante de mi.

-¿No tienes música?

-Toma pon lo que quieras en mi móvil, se encenderá en los altavoces.

Puso música sensual y me tiró el móvil, luego comenzó a menearse sensualmente, dejando caer un tirante, poniéndose a cuatro patas y gateando hacía mi, me desabrochó el pantalón y me lo quitó, mi enorme bulto hizo que me mirará y se mordiera el labio, se giró y bajó el otro tirante dejando caer su vestido al suelo y chutándolo con sus tacones, contoneándose se tapó los pechos, me quité la camiseta y ella se acercó, y sin bajarme los calzoncillos se giró poniéndose de espalda y se sentó sobre mi, refregándose con mi polla, arriba y abajo.

-Joder como me pones.

Se giró, me sonrió y me tapó la boca con un dedo, pude ver sus tetas morenas con esos pezones rosados preciosos, sus manos sobre mis hombros y siguió contoneándose, acercando sus tetas a mi, lo suficiente para poder lamerlas, puse mi lengua en su pezón y empecé a jugar con él, un ligero gemido salió de Samira, que aceleró su movimiento pélvico sobre mi polla, cambié a la otra teta y repetí el juego, un gemido mas potente, su respiración comenzó a acelerarse.

-¡Oh si, joder!

-¿Estás cachonda?

-Si, idiota, dios, estoy mojadísima, como siga así…

-No pares.

-¿Aguantarás? -Dijo mientras gemía.

-Si todavía no he empezado.

Empezó a moverse más rápido, estaba disfrutando, sin follar, solo sintiéndose poderosa, sintiéndose que ahí estaba yo para hacerla correrse como si fuera un juguete.

-Me corro.

-Córrete para mi.

-¡Sii, joder!!! -Sus ojos volvieron a ponerse en blanco como en el club, le dieron convulsiones y se abrazó a mi.

-¿Bien?

-Si -Y me dio un beso en la mejilla.- ¿Ahora querrás follarme no?

-No, no voy a follarte hasta que me lo pidas, hasta que cada parte de ti quiera hacerlo.

-Ya sabes, que yo solo voy a hacer lo que me obligues tú.

-Bueno, yo creo que no, porque te ha encantado este orgasmo solo refregándote con mi polla, imagínate con ella dentro.

-Ufff -Se había puesto de pie delante de mi- Joder, pues tiene que ser mejor.

-Ahora te toca -Dije sacando mi polla de mi calzoncillo.- Déjamela seca.

Se mordió el labio, y se arrodilló ante mi, yo tenía unas ganas increíbles de follármela, pero no quería obligarla, quería que ella me lo pidiese y lo conseguiría. Su lengua repasó mi polla de arriba a abajo antes de metérsela en la boca, y sus dos pequeñas manos empezaron a masturbarme.

-Lo quiero en la boca -Dijo mientras aceleraba el movimiento.

-Sonríe -Dije mientras le hacía una foto chupándomela.- Es para el recuerdo.

Ella miró al objetivo y siguió chupándomela, aproveché para hacer un pequeño video del momento.

-¿Me vas a chantajear con esa foto?

-Claro, no pienses ni un momento que voy a dejar que ese cuerpazo se me escape.

Aquello le encantó, y vi como una mano se dirigía a su coño, yo lo vi y decidí recostarme en el sofá.

-Tráeme ese coñito a mi boca mientras me la chupas. -Le ordené.

Sus ojos brillaron, y rápidamente me plantó su coño en mi boca, comencé a jugar con mi lengua con velocidad, mientras ella se restregaba con mi cara. Sus chupadas eran increíbles, escuché como me escupía y con las dos manos me masturbaba fuertemente.

-Joder Samira, si sigues así me voy a correr en tu carita muy rápido, como la chupas y ufff tu coño me encanta.

-Tu no pares -Dijo mientras se restregaba y mi lengua no paraba – No hables y chupa que ufff…

Seguimos un momento y noté que Samira se corría otra vez, las convulsiones, sacó su boca de mi polla.

-Me corro otra vez joder, córrete ya diooosss

Aquello fue la guinda, notarla correrse mientras me la chupaba fue suficiente para que me corriera en su boca, la sacó y la pasó por sus labios, se levantó y llena de semen me dijo:

-Necesito darme una ducha, ¿dónde está? -mientras rechupeteaba el semen.

Se lo señalé, y mientras se duchaba me vestí.

-Llévame a casa -me dijo sin mirarme a la cara.

-¿Qué te pasa? – e pregunté intrigado

-¿Me puedes llevar o no?

-Si claro, ¿estás bien?

-Si -dijo mientras iba hacia la puerta.

Durante el camino traté de hablar con ella pero se negó. Llegamos al sitio donde la recogí y se bajó sin mediar palabra. Repasé mentalmente lo sucedido y no quise darle vueltas.

Pasaron un par de días y no tuve ningún mensaje con ella.

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¿Cómo debe continuar la historia?

A) Hugo llama a Samira para ver si está bien.

B) Espera al cumpleaños de Jesús que es en dos semanas y ahí se verán

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