Saltar al contenido

Mi compañera fotógrafa (Parte 1): Descubrimiento

Era mi primer año de facultad y viviría lo impensado gracias a mi compañera Maia, explotarían deseos que nunca creí tener y cosas que nunca habría pensado hacer, algo en mi iba a cambiar y yo estaba dispuesto a explotarlo.

Vamos al inicio, yo, Marcos, 18 años, de contextura atlética y de altura normal, con mi novia de secundaria, con quien llevaba un gran noviazgo, inocentes y recién iniciados ambos en el sexo, ella tímida aún y yo muy enamorado. Ambos con poca experiencia.

El fin de la secundaria marcó nuestra separación diaria, empezando distintas carreras en distintos lugares ambos.

Cada vez nos veíamos menos y yo al entrar a la facultad afronté un cambio inmenso, mujeres de todas las edades, de todo tipo, con quienes podía tener conversaciones mucho más interesantes que con mi novia y amistades anteriores, gente que podía hablar de sexualidad tan abiertamente como nunca había visto, gente con relaciones abiertas, bisexuales, etc. Mis hormonas estaban a full y exploraba una libido que no creí tener hasta entonces.

Y ahí apareció ella, Maia, quien siempre se llevaba todas mis miradas en las clases, ella de 23 años, pelo corto oscuro, bajita y flaca, bien blanca, pálida, que denotaba más al usar casi siempre ropa negra, su cuerpito desproporcionado a las hermosas tetas que gustaba de lucir en atrevidos escotes o remeritas sin corpiño, remeras de red que denotaba el contorno de sus pechos, unas piernas hermosas bien apretadas por medias altas y polleras a juego, además de su belleza me causaba un morbo enorme y que desconocía su choker pegado a su hermoso cuello. Esto despertaba un deseo particular que luego descubriría. Yo estaba a full, ella era la dueña de mis pajas, explotaba mi perversión.

Además de mi morbo siempre observaba como ella cargaba una cámara, tenía que entrarle por donde fuera (en todo sentido) y por ahí empecé. Lanzado de una como siempre y sin saber que buscaba la encaré al salir a los pasillos cuando la encontré sola, distraída con su celular, y me acerqué:

-Hola como andas? somos compañeros en (nombre de la materia)

-Si si, lo sé (sonriendo de forma desafiante que me desarmó completamente)

-Ah, em bueno, te iba a pedir apuntes y em… veo que tenés una cámara analógica (estaba tirando todos los argumentos a la cancha de una, su mirada me tiro todo abajo)

-Mira, eso querés? Pensé que mirándome tanto como me venís mirando me ibas a salir con otra cosa

-Como? Yo te venía a pedir lo de hoy nomas (tratando de articular palabras nerviosamente)

-Ai nene, de verdad? Bueno, parecías más interesante… está bien, ahí te paso los “apuntes”.

Me pasó lo que estúpidamente fui a pedir y se fue, medio molesta y yo con mi autoestima por el piso. Pero… porque estaría molesta?

Esta duda me carcomió por semanas y yo culpándome por boludo de no prever que fuera una piba tan directa, ya no estaba encarando pibitas de mi edad que esbozarían una risa nerviosa o timidez al verme prestando atención a ellas, a ese juego de miradas de apartarlas al cruzar la vista, esto era distinto, acá me sentía un pajero que nunca se había dado cuenta que esta piba siempre supo mis intenciones y estaba esperando un paso adelante mío, un paso adelante que fue patético, pasaron los días y me estaba muriendo por ella y cada vez que veía a mi novia era volver a andar con una nena, sus charlas eran repetitivas, aburridas, nada de ella me despertaba lo mismo que con mi compañera de clase.

Pasó el tiempo hasta que me agregan a un grupo de Whatsapp de la materia, viendo mensajes y nombres la terminé encontrando a ella, a “M><" no tenía idea quien era y no tenía foto, éramos de los dos que más hablábamos en el grupo y terminamos hablando entre nosotros porque nadie nos aguantaba, hablando vimos que teníamos bastante en común, hasta que una noche fue pasando a lo sexual la conversación y me fui calentando, ella me contó al pasar que ya no era de salir fijo con alguien, que terminaban mal las cosas y mejor no engancharse, sino salir con más de un chico e ir cambiando, usaba términos como "estancamiento", "monotonía", que me hacían repensarme a mi mismo, a la vez que me calentaban por ciertos detalles que daba. Seguimos hablando:

-Veo que tenés experiencia

-Que? qué te pasa, me estás diciendo trola?

-Nono, digo que parece que estuviste con varios pibes y sabes cosas no?

-O sea que soy re trola

-No, bueno perdóname, soy un desastre

-Jajaja te estoy jodiendo pibe

Y puede que sea medio trola

Yo a esta altura hervía, no me estaba tirando onda, pero a esta edad cualquier cosa de este estilo me llevaba directo a una paja, mis hormonas y mi pija vivían a full.

-Ah, que bueno saberlo

-Si? Por qué? te querés ganar puntos conmigo?

-Pero si todavía no se quien sos, no puedo ni ver tu foto todavía

-A ver, ahí te agrego, te lo ganaste

Me agrega como contacto, y aparece una foto de sus piernas abiertas y una cámara en el medio, estaba en blanco y negro, pero pará, yo conocía esa cámara, esas piernas, las miraba siempre, eran la fuente de mi deseo… Me puse completamente nervioso, no sabía que decir, me había llevado adonde quería y me tenía en jaque, como pude me puse a escribir y borrar como por 5 minutos hasta que me llega un whatsapp.

-Te diste cuenta no? Pendejito vueltero

Seguía en blanco, no sabía que hacer

-Dale che, mira que me aburro y me voy de nuevo eh

-Acá estoy, perdona, si, me di cuenta quien sos

-Jajaja que chiquito que sos, me gusta eso

Deja un comentario