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Mi novia me pone los cuernos y quiere dejarme

Llámenme Andrés, de 23 años al igual que mi novia, Ángela.

Ella es una chica muy hermosa, con nalgas firmes y grandes, y de pechos de tamaño mediano e igual de firmes que su culo, además de tener unos ojos hermosos de color café y no es alta en absoluto, ella es de piel clara y es delgada, en resumen, el deseo de muchos hombres.

Nos conocimos hace tiempo, al entrar a la universidad, pero nos saldríamos ambos tiempo después por problemáticas diferentes, yo por problemas familiares, y ella por problemas económicos, así que ambos estando fuera de la universidad tuvimos que dedicarnos a trabajar, el problema fue más tarde, cuando mi novia me dejó de hablar tan seguido como antes.

Un amigo que tenemos en común, aunque por suerte (O no tanto) era más amigo mío, así que un día de repente me llamó, diciéndome que mi novia seguía yendo a la universidad a visitar a “Amigos” según lo que ella decía, así que yo como buen novio decidí pedirle que me dijera algo si le parecía sospechoso, pero que no me creía que estuviera haciendo algo malo.

Pasó el tiempo y no hubo noticias, Ángela y yo seguíamos hablando cuando ella tenía tiempo, de vez en cuando se iba repentinamente, pero no me parecía nada sospechoso, hasta que nuestro amigo me volvió a llamar, y me dijo que se enteró de que mi novia estaba saliendo en secreto con otro amigo que llamamos Eddy. Eduardo es un chico bastante alto, de cuerpo fornido y que se ejercita muy seguido, y desde ahora digo que tiene un pene realmente grande, muy grande.

En ese momento sentía como si me fuera a morir, pensar en que me estaba engañando fue una sensación horrible, además de que también me llamó a la semana siguiente y simplemente me dijo que deberíamos hablar, únicamente diciéndome “Ya no me siento muy a gusto contigo”. Todo esto fue un duro golpe para mí, pero lo asimilé como pude. Al día siguiente de lo ocurrido me dirigí a su casa, no estaba cuando llegué y simplemente me metí, pues ambos tenemos las llaves de la casa del otro (Por cuestiones de seguridad). No supe si debía quedarme o no, pero me dediqué a pasearme por su casa, no llegaba y yo me desesperé con el tiempo.

Cuando menos lo esperaba, mi novia llegó, pero no solo ella, desde su habitación escuchaba risas e incluso besos, se le olvidó que me había dicho que tenía que ir, o quizá no haya sido así. Me metí al clóset de mi novia para evitar que me vieran. Ellos entraron a su habitación, besándose, acariciándose y sobre todo, tocándose de una manera que nunca pude hacerlo con ella.

Sentía como el aire se me iba, quería salir y armarles el drama más grande de todos, pero no tuve la fuerza, así que simplemente los dejé, entre lágrimas me dediqué a ignorarlos hasta que acabaran, pero no pude ignorarlos, simplemente miré por donde pude y seguían besándose, hasta que se acostaron en su cama y comenzaron a quitarse la ropa, ahí fue donde le vi la verga a Eduardo, medía como 22 centímetros, me sentía inferior porque apenas llego a los 16 centímetros, en ese momento entendí el porqué me quería dejar.

Seguí mirándolos, después de que se desnudaran, él se acostó para dejar que mi novia se puso a darle una mamada. Me sorprendió mucho, ella no me dejaba hacerle nada más que besarla, y solo me dejaba hacerlo a ratos, pero a él se la chupa como si lo hubiera hecho antes, duró un buen rato, me sorprendía que él no hubiera eyaculado para ese momento, pero finalmente mi novia dejó de chupársela, él se levantó y la puso en cuatro sobre la cama, se besaron otra vez y Eduardo se la metió toda, haciéndola gemir muy fuerte como puta, yo dejé de llorar, pues estaba muy excitado por toda la situación, en especial porque las únicas palabras que dijeron fueron sobre mi:

Ángela: ¡Así, métemela toda!

Eduardo: ¿Te gusta puta? ¿Y tu novio?

Ángela: ¡Ya no me gusta, la tiene chica y es un idiota, yo solo te amo a ti!

Esas palabras hicieron que el corazón me quisiera explotar en el pecho, pero no por miedo ni tampoco enojo, sino porque en serio comenzaba a gustarme, me la saqué en ese mismo instante y comencé a masturbarme, era tan rico que me vine realmente rápido, mientras que ellos seguían cogiendo, se veían tan bien, como una pareja perfecta, ya ni siquiera estaba molesto o triste, simplemente estaba esperando un poco más para volver a masturbarme.

Después de un buen rato él terminó, se tardaron como 1 hora cogiendo, mi novia se quedó acostada y él se fue, en ese momento me armé de valor y salí de allí, miré a mi novia con una tristeza y enojo, pero no le dije nada, ella solo se disculpó y lo único que me dijo, casi como si quisiera humillarme fue:

“Perdóname amor, pero me encantó su verga y no quiero dejarlo, así que tengo que dejarte a ti”

Escribiré otro relato más tarde. Espero que les agrade mi primer relato y espero sus comentarios.

Muchas gracias por su atención.

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