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Se cumple mi fantasía con mi concuño (segunda parte)

Hola, en el primer relato (pueden ir a leerlo para entender bien mi historia, que fue algo real) ya les conté de como eran mis fantasías que tenía con mi concuño y como fue la primera vez que pude probar su rica verga, dándome él, la cogida que tanto deseaba.

En este nuevo relato les contaré cómo no pudimos quedarnos con las ganas de seguir cogiendo y volvimos a hacerlo en la casa de mi suegra, esto se fue haciendo cada vez más excitante.

Una tarde fui al rancho de mi concuño a pasar el rato con el, su esposa y unos amigos.

Obviamente esa visita ya era con la intención de estar cerca de el, comimos juntos y me invitó a tomar una cerveza con ellos. Quizá, el también deseaba que volviera a suceder lo de aquella noche.

Llegó la tarde noche, y yo junto con nuestros amigos tuvimos que regresar a casa, el se tuvo que quedar en el rancho junto con su esposa, o sea mi cuñada.

Cómo yo ya estaba tomada uno de ellos me ayudó a manejar mi carro y se encargo de dejarme sana y salva en la casa de mi suegra, sin saber que en esa noche me iban a dar la cogida que jamás olvidaré.

Cuando ya estaba en la casa me llegó un mensaje de mi concuño, era la foto de su deliciosa verga, muy parada, preguntándome si a caso esa noche iba a querer verga en mi boquita, lo cual me calentó mucho.

Y en ese momento me llamó, y me dijo lo caliente que el se sentía y las ganas que tenía de cogerme, me dijo que quería llegar en la noche o que me escapara para poder ir al motel.

La verdad, en esos momentos me traicionaron los nervios ya que la primera vez que cogimos estuvimos a punto de que nos cachara mi suegra, pero por otra parte no me iba a arriesgar a salirme ya que mi esposo me llamaba por las noches, y también mi suegra se daría cuenta que iba a salir.

Después de tanta insistencia por parte de mi cogelon concuño y ante lo mojada y palpitante que tenía mi pucha, acepte que el llegara a la casa de la suegra, pero con la condición de que entrara por la parte de atrás, ya que ahí estaba una ventana por la cual se podía volver a salir después de cogerme.

Paso como 50 minutos y me marco para bajar a abrir la ventana sin hacer ruido. Al entrar a la casa lo primero que hizo fue besarme para después caminar juntos de puntas y hacer el menor ruido posible.

Ya estando en mi cuarto, la verdad aún los dos tomados, nos convertimos en un par de locos apasionados, estábamos llenos de ganas de cogernos, nos comíamos a besos, le baje su pantalón y le empecé a chaquetear la verga y él me metía los dedos a mi pichita y así por un buen rato.

Nos quitamos la ropa y nos metimos a la cama, cómo era de esperarse, eran tantas las ganas de coger que me empezó a penetrar muy fuerte.

Y a quien no le ha pasado que cuando te cogen tan duro, la cama siempre hace ruido, yo le pedía que fuéramos más discretos ya que mi suegra o su pareja podrían escucharnos.

Pero aun así, entre respiración agitada, la cama, las penetraciones duras, mi pichita mojada y los gemidos que se nos escapaban ante tanto placer, eso era una bomba a punto de reventar para que ahora si fuéramos descubiertos.

Tan duras eran las embestidas que tuve que decirle que cambiarnos de posición, mi rajita estaba tan mojada, que al sacar su verga hacia que mis jugos mojaran mis nalgas y mi ano, sus huevos también estaban mojados.

Yo le pedía que me dejara cabalgar en su verga, me monte dándole la espalda, el bien excitado me dijo que parecía una putita profesional. Haciendo que mi pichita se tallara super rico lo cual hizo que nos vinieramos, dejando toda su leche dentro de mi.

Yo le pedí que por favor ya se fuera, estaba llena de placer pero nerviosa, el me decía que se quería quedar conmigo toda la noche y pues la calentura nos volvió a ganar.

Al poco rato tomo mi mano y la llevo hacia su verga y nuevamente estaba erecta.

Nunca me imaginé que mi concuño tuviera tanta resistencia, algo fuera de lo normal. Les confieso que cuando cogía con mi esposo, máximo eran 3 veces por noche y la verdad es que en la tercera vez su pene ya no se ponía tan duro como la primera vez, y lo mismo sucedía con mis parejas anteriores.

Y lo que en estos momentos les contaré es algo real, pero mi concuño salió más cogelon de lo que yo creía que un hombre podría aguantar.

En la sexta cogida la verdad yo no podía creerlo, nos levantamos para tomar un poco de agua, ya que de tanto coger moriamos de sed, me abrazo por detrás, me penetro nuevamente y así caminamos hasta la cocina, bien trabaditos, ahí fue la séptima vez que se vino dentro de mi. Tomamos el agua y regresamos a la cama y seguimos cogiendo.

Para no hacerles tan largo el relato se los resumiré, fue una noche increíble, ya que fui cogida 14 veces por mi concuño, en esa noche conocí lo que es un macho de verdad.

Ya casi amanecía y le dije que por favor ya se fuera ya era casi la hora en la que mi suegra se levantaba., ya era demasiado lo que había cogido y la verdad ya mi pepita estaba muy adolorida de recibir tanto placer y súper empapada de recibir tanta leche.

Y pues la verdad no me arrepiento, fue una noche que jamás olvidaré, única, llena de pasión, de lujuria que se que jamás se volverá a repetir.

En la mañana muy serenamente mi suegra me pidió hablar conmigo, toda la noche escucho como su yerno y su nuera se daban placer, quizá ella lo comprendió muy bien ya que ella es igual de putita que yo, le encanta la verga, a cada rato le pone los cuernos al hombre que vive con ella.

Recuerden esta historia es 100% real.

Me gustaría recibir sus comentarios y poderles subir mis otras historias.

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