Saltar al contenido

Para vengarme convertí a mi esposa en puta

Me llamo David y tengo 50 años… Estuve casado por 19 años con una bella y caliente mujer de nombre Tarella… Mi ahora ex mujer es 8 años menor y se gasta un cuerpo menudo, pero muy bien proporcionado, que si bien mide 1.50 m, posee un bello rostro, una piel blanca y suave, sus senos son de formas perfectas y de medianas dimensiones, coronados por dos rosados, formados y sensibles pezones, todo rematado por un culito que es más bien pequeño, pero perfectamente formado y delicadamente coronado por dos singulares margaritas…

Tarella gusta del verano, pues le encanta vestir con chalas de terraplén con los cuales muestra sus hermosos pies, minifaldas que al sentarse le resulta inevitable no mostrar los calzones y poleras con escotes generosos, pues le encanta “calentar el agüita”, mostrando sus atributos como que no quiere la cosa…

A pesar de haber disfrutado de un buen matrimonio durante los primeros 12 años la relación fue enfriándose irreversiblemente. Todo cambió en mi mente y mi corazón cuando descubrí que mantenía una relación paralela por casi dos años con un tipo del trabajo. Corrían los últimos días del año 2009. Esa noticia me devastó, empero la perdoné, creyendo que todo pasaría al olvido con el paso del tiempo.

En ese entonces la amaba y la verdad me hice el desentendido con tal de tenerla todas las noches en mi cama, pues les contaré que es una diosa del sexo, de tal modo que si la excitas lo suficiente se convierte en una verdadera puta. Así pasaron los años y a pesar de sentir que me seguía mintiendo, era difícil aún para mi notar la diferencia entre las medias verdades y medias mentiras que siempre mezclaba para contarme sobre todo lo que había hecho durante su “largo” día.

La mañana del primer lunes de enero (2017), esperábamos a nuestro abogado en la oficina que está ubicada a la mitad de un sitio de unos 70 metros de profundidad, en un segundo piso y la única forma de llegar a ella es por un pasillo estrecho franqueado por autos en desarme y repuestos usados. Al final del sendero se ve una construcción de dos pisos con oficinas en ambos. Rodeando la estructura por la izquierda aparece una escalera al aire libre con los peldaños sin fondo, lo que permite ver el cielo desde debajo de los escalones. Esos 18 escalones terminan en una plataforma. Al dar vuelta hacia la derecha aparece la puerta de entrada.

Al abrirse la puerta se puede ver una muralla a casi un metro por lo que para ver el interior del lugar se debe dar un paso hacia ingresar y voltear la mirada hacia la derecha… Entonces se pueden ver dos sillones de cuero de tres cuerpos cada uno mirándose uno al otro y tras el de la izquierda dos ventanas de 70×90 alineadas a un metro y veinte cm del suelo. En medio de los blancos sillones había una mesa de vidrio muy resistente como pude notarlo después… Dos metros más hacia el fondo, se ve un escritorio sin tapa piernas con una pantalla grande, muchos lápices y cuadernillos y un considerable alto de carpetas plásticas de colores… Luego una elegante y cómoda silla de cuero enmarcada en un ventanal de doble ventana de 1 y medio metros de alto por 2 y medio de ancho. Desde ahí podía verse la parte trasera de la desarmaduría…

Minutos antes de las 11, hora de la reunión con el abogado Patricio Parrón, Tarella había estado algo inquieta, yendo y viniendo desde su butaca hasta uno de los sofás cada 5 minutos. Estaba en el sofá, con la mirada perdida y las piernas ligeramente abiertas cuando, levantándose dijo que bajaría al patio a esperarlo… Me pareció extraño, pues rara vez lo hacía, pero le dije, picado por la curiosidad, que yo la esperaba en la oficina. Ella dio la vuelta y se fue…

Luego de escuchar que había terminado de bajar la escalera, la seguí… Al llegar a la esquina para dar con el patio, pude notar que mi ex saludó con la mano al abogado que venía entrando. Estaba a unos 20 metros… Fue cuando Tarella, comenzó a caminar hacia él muy lentamente, contorneando sus caderas a cada paso de forma exagerada… Al quinto paso dio vuelta hacia su izquierda con dirección a un chasis desmantelado, quedando de espaldas al abogado. Al llegar al carro se detuvo frente a lo que alguna vez fue una puerta y sin más se agachó, con las piernas sin flectar, mostrando -sin filtro- los pequeños y transparentes calzones que llevaba. Sentí mucha ira por lo maraca y regalada que había sido, pero al mismo tiempo, y por las mismas razones, mi polla punzaba, rasgo inequívoco que me había excitado con la escena…

Pero no solo el tinterillo había quedado con la boca abierta, pues sin que ella lo quisiera también fue espectador del show de mí, en ese momento esposita, el “Trucho”, un peruano musculoso. Medía un poco menos de 1.70 m y rondaba los 35 años. Era medio lento de entendimiento, pero muy leal y buen trabajador. El Trucho estaba tapado por unas pilas de cremalleras por lo que Tare nunca lo vio, ya que solo se levantó cuando mi ex ya estaba de espaldas y el abogado solo tenía ojos para la hembra que se contoneaba frente a él…

Para terminar con el Trucho, puedo agregar que era uno de los dos que vendía repuestos usados de la desarmaduría. Tarella lo detestaba porque rara vez se bañaba dado que apestaba a sudor y era mal carado y de malos modales. Además, siempre que podía estaba cerca de las escaleras cuando Tare bajaba o subía…

En fin… Sigo… Parrón, tras la impresión, se recompuso casi de inmediato, ayudado por mis llamadas a voz en cuello que provenían desde la vuelta de la esquina, por lo que supuestamente no había visto nada, pues recién venía llegando… No lo podía creer, pero en el fondo lo sabía… Mi mujer era una zorra de primera… Y lo que de verdad me irritaba hasta la saturación estribaba en lo puta que era con todos, menos conmigo… Por primera vez sentí odio hacia ella… Quise matarla con mis manos, pero es la madre de mis hijos… Quise que pareciera accidente, pero… Es la madre de mis hijos… Quise hacerle daño de muchas maneras, pero… Es la madre de mis hijos…

Entonces, comenzó a crecer en mí el deseo de darle en el gusto y tratarla como lo que realmente era… Una completa y absoluta PUTA, pero MI puta… Entiendan que lo que me hizo arder el hoyo fue el hecho que fuera mentirosa y manipuladora… El que fuera puta me gustaba y ese factor era precisamente la palanca que debía jalar adecuadamente para convertirla en mi esclava dada su adicción al placer carnal.

En la reunión que llevamos a efecto en los sillones, urdimos las estrategias para realizar un jugoso y casi totalmente legal negocio con unos tipos de la capital. Parrón, que estaba sentado frente a Tare, supuestamente escuchándome, no le sacaba los ojos a su entrepierna que no paraba de moverse de modo de darle una vista perfecta de su ropa interior, la que, por ser transparente, permitía ver claramente el coño depilado de mi mujercita.

En esos momentos fue cuando algo en mi se terminó de romper por completo y sin pensarlo, sin proponérmelo, comencé a urdir un plan con el fin de vengarme de mi puta esposa y de todos los infelices que se habían reído a mis expensas, usándola… y… de paso, satisfacer ciertos deseos que me llenaban la mente desde algún tiempo ya. Pensamientos generados gracias a la lasciva conducta de Tarella… Ergo, dado que contaba con el material, pensé… Por qué no???

Lo primero que hice al otro día fue hacerme de las grabaciones de las cámaras de la desarmaduría que mi ex no sabía que estaban porque las habían instalado cuando ella estaba de viaje en la capital y el asunto nunca fue mencionado, dado que en ese momento me pareció irrelevante… En ellas, desde 4 ángulos se podía ver a mi ex, primero saludando al mono y luego realizando su acrobacia porno…

Les cuento que, en total, contando el local y las dos oficinas con sus baños, hay 36 cámaras. De ellas, 9 son visibles, el resto están ocultas y distribuidas en el patio adelante (5) y atrás (5), la escalera (2), los dos baños (1 por cada uno) y las dos oficinas (7 en la nuestra y 6 en la del primer piso)… Todas las ocultas fueron instaladas durante el mencionado viaje y ayudado por el Trucho.

El jueves llamé al Trucho y le dije que pusiera la parrilla porque llevaba carne y cervezas para celebrar el buen año que habíamos tenido… Al llegar, estaba todo dispuesto… Llamé a Tarella para que se nos uniera y, no de muy buena gana, lo hizo…

Así estuvimos, conversando y tomando desde el almuerzo hasta que oscureció… Fue cuando mi ex me dijo que se iba para la casa y que si quería me podía quedar con esos dos weones a lo cual le dije que lo haría y se fue… Tare no ocultaba su desprecio por los trabajadores y eso no me gustaba, pues por experiencia propia conocía la humillación…

A los minutos de quedar solos los tres, rompo el silencio sepulcral en el cual había caído… -me fumaría un pitito- suelto jovial, a lo que el boliviano de nombre Edy, de 25 años me dice que puede ir por uno a su casa que estaba a unos 10 minutos de ahí, pero que no tenía como ir, pues carecía de auto… Yo, sonriendo para mis adentros, al tiempo que le pasaba las llaves le recalcaba en tono paternal que no se apurara, pues si chocaba el carro, lo mataría…

Cuando estuvimos solos con el Trucho le conté sin mediar nada, mi plan y su evidente debilidad… El Trucho me miró, pestañeando como no creyendo lo que escuchaba, por lo que tuve que repetírselo dos veces hasta que, cuando entendió la idea y los pasos del plan, asintiéndome con su cabeza me dijo si…

Luego de unos segundos de silencio con la mirada perdida, el Trucho comenzó a pronunciar palabras que no entendí… Respondió a mi llamado dando vuelta la cara. Tenía la mirada perdida, la que enfocó poco a poco… Jefe, me dijo, yo sé cómo ayudarlo… Genial, le dije y agregué… Lo más importante… Nadie debe saber nada de esto ni de lo que pueda pasar después… Estamos??? Mirándome a los ojos me dijo, si, jefe, soy tonto, pero tengo honor… Luego de esas últimas palabras no hablamos más hasta la llegada del compañero del Trucho. Al volver Edy nos fumamos el pitito, conversamos de cosas triviales por media hora más y nos despedimos hasta el día siguiente… Bordeaban las 11 de la noche.

Al otro día le comenté en forma casual a Tare que el sábado (siguiente día), tras la jornada laboral de medio día, haríamos un asado de nuevo, pues Edy se devolvía a Bolivia, ya que su mamá estaba enferma, lo cual era todo verdad… Ella me miró y me dijo que no contara con ella… Contraataqué, señalándole que estaría el dueño del local donde tenemos la desarmaduría y por lo tanto no tenía opción de faltar… Añadí como comentario final: “Es más… Mejor anda pensando en lo que te vas a poner para impresionarlo…” y me retiré tras guiñarle un ojo al pasar por su lado…

El sábado, como de costumbre llegué antes de Tarella… El Trucho me esperaba con un frasco pequeño y cilíndrico de unos 5 cm de alto y 1 de perímetro con un líquido incoloro dentro que parecía agua… Al pasármelo con verdadero aire de misterio, me dijo casi susurrando… Son dos gotitas en 200 ml por cada 50 kilos… El efecto durará 2 horas, lo suficiente para luego… Bueno, usted sabe… Terminando la frase con un alzamiento de los hombros y un exagerado guiño de su ojo derecho. Estuve nervioso todo el resto de la mañana…

Tarella llegó cerca del mediodía, cuando ya estábamos los tres prendiendo el carbón en el patio más el dueño, don Julián, un viejo pelado de 60 años con barriga prominente y gruesos brazos… Se veía asombrosa… Tenía el pelo suelto, usaba sandalias con terraplén alto, mostrando sus hermosos pies, minifalda de mezclilla a medio muslo y una polera de seda con tirantes color lila semi transparente… En otras palabras, estaba lista para servírsela… Miré las caras de todos cuando llegó y cada una de ellas reflejaba lujuria y deseo… Tare lo notó, pues en su rostro se asomó una sonrisa de complacencia.

Saludó con la mano a todos y pasó de largo hasta la escalera, subiendo de inmediato a su oficina sin mirar atrás… Subí tras ella con un vaso de bebida… Se lo dejé sobre el escritorio y me fui… Al poco rato me pidió una cerveza desde la ventana y yo, presto destapé una, le eché las dos gotas y se la llevé…

Cerca de la hora del cierre me vuelve a llamar sin asomarse a la ventana a que suba… Estaba con la falda arremangada sobre sus caderas, sentada en su silla con las piernas abiertas, sin calzón, masturbándose con tres dedos como una posesa… Me quedé viendo el espectáculo con gozo…

Me acerqué y al llegar la tomé de la barbilla y le levanté la cara… Le dije en tono firme, pero sonriéndole al mismo tiempo, párate y desnúdate, ahora… Casi de inmediato se levantó y se desvistió sin más preámbulo, quedando desnuda solo con sus sandalias y su pulsera de oro en su tobillo izquierdo como únicas vestiduras… Estaba entregada… Sus pezones estaban erguidos y anhelantes… Su piel estaba de gallina y movía en forma espasmódica y refleja sus caderas hacia adelante y atrás… Su mirada inundada de deseo pedía a gritos que la tocara y lo hice…

La senté sobre el borde del escritorio y lentamente ella misma fue subiendo hasta quedar completamente estirada sobre su superficie y a mi completa merced. Entonces comencé a tocarla, acariciarla, chuparla y besarla por todo su cuerpo… Tras varios minutos así, llevé, por fin, mi mano a su vagina. Comencé tocándola muy sutilmente y por los contornos de sus labios vaginales… los separé con la lengua y con ella le recorrí desde el ano hasta el clítoris repetidas veces, entreteniéndome con más dedicación en su botón del placer… Luego fui aumentando la velocidad progresivamente, hasta que sintió su primer orgasmo… Le retiré la lengua, dejándole mi dedo índice puesto sobre su clítoris sin hacer nada excepto una leve presión sobre él… Siempre con mi dedo en su clítoris, con la otra mano continué los masajes en su vagina hasta introducirle el dedo corazón y el anular por completo… En ese punto ya le había soltado su clítoris y cuando sentí que los dedos se habían acomodado inicié un movimiento ascendente – descendente, primero lento para luego ir cada vez más rápido… Gritaba de placer cuando comenzaba a sentir su primera eyaculación, mojando todo lo que estaba a su alrededor con sus fluidos…

Tare quedó tirada sobre la mesa exhausta y con una cara de vicio y satisfacción que no le conocía… Entonces me levanté de la silla donde me había sentado a observarla y le llevé mi polla a su boca, la cual recibió de forma cálida, húmeda y ansiosa… Comencé de inmediato con un ritmo rápido. Literalmente me estaba follando su boca… Tras unos cinco minutos así me fui en su garganta, expulsando una gran cantidad de semen, el cual se tragó todito… Fue entonces cuando supe que estaba lista…

Le retiré la polla limpia de su boca al tiempo que le deslizaba por encima de su cabeza un tapa luz hasta ubicarlo sobre los ojos a modo de venda… El quedar ciega aumentó la excitación de Tarella, pues sus pezones volvieron a crecer hasta su máxima expresión… Me asomé por una de las ventanas frontales y les dije a los que estaban abajo que llevaran todo a la parte de atrás… que bajaba al tiro… La miré de nuevo, su cuerpo desnudo me llenaba los sentidos… estaba tan rica que volvió a ponerme caliente… Me acerqué a su oreja y le dije… ven, párate… yo te llevo… camina… no tengas miedo… otro paso, cariño… eso… Así, lentamente, llegó hasta el borde de la escalera… Los ojos de los tres comensales casi se salieron de sus órbitas… a Tare le dije, da una vuelta, reina… Así… eres una putita muy obediente a lo que ella contestó, si… soy tu putita caliente… mirándola la tomé del brazo y la hice bajar escalón por escalón… durante el trayecto hablamos…

Yo: mira putita, cuando llegues abajo te voy a entregar a tres hombres…

Tare: … pero…

Yo: shhhh… calladita se ve más bonita esta putita… harás lo que digo o nunca más sentirás lo que sentiste allá arriba…

Tare: eres un hijo de puta, maldito…

A pesar que de sus ojos salían llamaradas y lanzas venenosas…su voluntad ya, era mía…

Yo: bueno… estamos o no de acuerdo, putita.

Tare: ok…

Yo: genial…

En el último escalón se paró en seco… su cuerpo de pronto se tensó… pasé por su lado y situándome delante de ella. Acaricié una de sus tetas con dulzura, mientras a la otra la besaba… Subí hasta su oído y en un susurro le dije… tranquilita mi putita… nadie hará nada que no quieras… y luego, en voz alta para todos, añadí… no tengas miedo, preciosa… nada malo te pasará… yo estaré aquí todo el tiempo para cuidarte… Fue relajándose hasta que ella misma dio el último paso…

Al llegar abajo la puse entre ellos. Tenían al medio una silla en la cual sentaron a Tarella… Sus tetas estaban apuntando erguidas. Su piel de gallina sentía cada una de las manos que la manoseaban por todos lados concienzudamente… Había seis manos y tres lenguas recorriendo cada centímetro de piel de mi mujercita y ella estaba disfrutándolo a reventar…

De pronto, el viejo tomó la vagina de mi esposa entre sus labios y la trabajó a conciencia durante unos minutos mientras la señora gemía de placer como una loca… Cuando justo estaba en medio su orgasmo le dije con un gesto al Trucho que le siguiera chupando las tetas y el muy obediente se lanzó nuevamente sobre ellas…

Tarella no hizo el menor gesto de extrañeza al sentir tres bocas recorriendo su cuerpo… El viejo por su parte no perdía el tiempo y sin pedir indicaciones o permiso, mientras lamía a conciencia el coño, con su dedo índice hurgaba los alrededores del ano… Comenzó despacio y tras tener todo el dedo dentro, lo sacó y comenzó la misma operación, pero ahora con dos dedos…

Subí la escalera y desde arriba se veía como el viejo estaba entre sus piernas y a Tarella con la cabeza echada hacia atrás con el trucho chupándole su teta izquierda y el Edy haciendo lo propio con la derecha… Estuvieron así hasta el orgasmo de ella…

La imagen era tan porno que fui por la cámara… Al bajar crucé mirada con el viejo cuando se levantaba para ensartarle la polla a mi mujercita… con gestos le di a entender que solo la grabaríamos a ella por lo que no se verían nuestros rostros en ningún momento… Cuando la penetró se olvidó de todo lo demás… Comencé a grabar… con esa cámara, ya que llevaba documentando todo el episodio desde sus inicios… pero eso solo yo lo sabía, ya que el trucho no entendía nada de cómo funcionaba el sistema y yo no me molesté en explicárselo…

El viejo estuvo bombeando el coño de Tare por unos tres minutos tras lo cual acabó en una tremenda corrida sobre sus tetas… Inmediatamente después, tomó su lugar el Edy… quien la folló por más tiempo, pero se corrió sin lograr que Tarella tuviera otro orgasmo… Era el turno del trucho… sacó su polla de unos 22 cm y se la clavó de una sola vez en el coño… el ritmo desde el inicio fue frenético… Así Tare estuvo siendo sacudida por más de 15 minutos en las más diversas posturas, logrando en el curso de la follada al menos 3 orgasmos seguidos…

Mientras el trucho tenía a mi ex en cuatro patas me asomé hacia la calle y tuve una idea… fui hasta el portón… no había nadie, pero a los pocos segundos aparecieron dos tipos… Eran camioneros paraguayos… los saludé y les pregunté si querían follarse a una puta hasta acabar… Les di las mismas instrucciones que a los otros y los hice pasar… Justo antes de dar la vuelta les hice callar y que esperaran ahí un momento… No se van a arrepentir por la espera… se los aseguro… y me asomé…

El trucho aumentaba su ritmo aún más hasta acabar en la boca de mi putita. Cuando terminó de tragarse todo el semen se paró y caminó de forma sexy hacia las escaleras… Cuando su pierna derecha estaba en el primero dijo sin darse vuelta… ¿eso es todo lo que tienen chiquillos? Quedé con ganas de más polla… alguien quiere dármela… Terminó la última palabra justo antes de doblar hacia la puerta de la oficina… El reloj anunciaba que eran las 3 y media de la tarde y recién nos habíamos servido la entrada…

Fin de la primera parte.

Deja un comentario