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Perversión en pareja

Hola a todos, este es mi primer relato, me presento, mi nombre es Luis, tengo 25 años, soy un chico de estatura media, rubio y corpulento, al que le encanta cumplir las más perversas fantasías con su pareja, Bea, de 23 años, bajita, morena, de ojos verdes, con un culo espectacular y un ansia insaciable de sexo.

Os voy a contar nuestra última y más excéntrica fantasía cumplida.

Después de mucho tiempo pensando, finalmente nos lanzamos y decidimos tramar nuestra más enorme y lujuriosa perversión. Lo primero fue contactar con una sala erótica que frecuentamos para que nos ayudara a realizar la fantasía. Lo segundo fue publicar el anuncio en una página erótica. Buscábamos a 15 chicos, de entre 20 y 40 años, con pcr negativa y test de ETS también negativo, relativa buena forma física y ningún tipo de escrúpulo.

Tras más o menos dos meses de búsqueda ya teníamos todo lo necesario y vía sala erótica contactemos con los chicos para informarles del día.

Bea y yo llegamos más o menos media hora antes para prepararlo todo. La até a una mesa con las piernas abiertas, completamente desnuda, solamente adornaban su hermoso cuerpo unas medias lenceras negras, a juego con su pelo y con mis perversiones. Acto seguido, le puse una máscara de gata de estilo veneciano, para ocultar su identidad, que dejaba libre su boca y sus ojos esmeralda. A continuación, yo me puse también una máscara similar, que dejaba al descubierto también mi boca, hice pasar entonces a los chicos, que finalmente resultaron ser 13. Ellos traían también máscaras, aunque distintas a las nuestras, las suyas ellas blancas, y cubrían todo el rostro. Les expliqué de nuevo las tres únicas condiciones, la primera, nada de besos, en ninguna parte del cuerpo, la segunda, nada de violencia y la tercera y más importante, por lo menos 10 debían correrse en el coño de Bea, sin limpiarlo, uno detrás de otro, los otros 3, si lo deseaban, podían correrse en su boca o en el resto de su cuerpo.

Los chicos empezaron a desnudarse, cuando todos estaban desnudos, yo lo hice también, y llené a mi novia de aceite de masaje. Eso le encanta, literalmente cogí todo un cubo de aceite y se lo eché por encima, la masajeé por todo el cuerpo y comencé a comerle el coño. He de decir que de todas las mujeres con las que me he acostado ninguna tenía un coño como el de Bea. Unos labios perfectos, abultado, con un clítoris fácilmente localizable hasta para el más inexperto, y con una densa mata de vello justo encima, en forma de triángulo. Mientras se lo comía comenzaba a gemir, cada vez de forma más exagerada, hasta que se corrió. Entonces, puse mi enorme polla (24 cm) sobre su coño. El calor y la dureza de mi polla sobre su clítoris la volvía completamente loca, la empecé a mover suavemente sobre todo el coño, en ese instante, entre sus gemidos, miré hacia atrás, todos se tocaban, algunos de forma más impetuosa, otros despacio, cuando Bea se corrió, esta vez con un impresionante squirt, se la metí, muy despacio y suavemente, eso le gusta y la pone enormemente cachonda, cuando se corrió de nuevo, invité al chicho que tenía más cerca, con una polla casi tan larga como la mía, a que se la follara, no sin antes habérsela lubricado bien en la boca de mi novia. Mientras, yo puse mi polla en la boca de Bea, que fue chupando todos los fluidos vaginales que le quedaban, para luego comerme los huevos, hasta que me corrí en su boca.

Dejé entonces vía libre a todos los chicos, mientras el primero seguía aún bombeando fuertemente, un par de ellos le pasaban sus pollas por la boca, otro se acercaba a su mano atada para que le pajeara, y el resto tocaba su cuerpo, su clítoris, o simplemente se pajeaba, esperando ansiosos su turno.

El primero se corrió después de unos 15 minutos, dejando caer de su coño un fino hilo de semen, al que no le dio tiempo a llegar al suelo, ya que el siguiente metió su polla rápidamente. Ya llevaba 2 pollas. Justo en ese momento, uno se corrió sobre su boca y parte de su cara, mientras otro esparcia el semen por la cara de mi novia con su polla. Entonces el que estaba con su coño, se corrió casi a la vez que mi chica, 3 pollas habían pasado ya por su coñito. Así siguieron hasta que la novena se dispuso a entrar, una polla enorme, casi tan larga como la mía y considerablemente más gruesa, una polla que rápidamente reconocí, era de un “amigo” con el que solíamos follar Bea y yo de vez en cuando. Parece que ella también lo reconoció porque nada más entrar soltó un enorme gemido mientras se reía. En ese momento se desató ya por completo, comenzó a pedir que le llenaran el coño, que era una puta y una zorra. Yo, instintivamente, me acerqué a él, que evidentemente nos había reconocido, y me agaché, (he de aclarar que no me gustan los tíos, pero si que me gusta chupar alguna polla de vez en cuando, siempre con mi novia) él, sacó su polla del coño, que ya chorreaba corrida, y comencé a chupársela.

Estaba llena de semen y aun así seguía sabiendo a coño, me encantaba, dejó paso a otro para que se follara a mi novia, un tío que no duró ni un minuto, entonces nuestro amigo le volvió a meter su polla enorme, mientras otro llenaba la boca de mi novia de corrida. He de aclarar que cuando uno se corría, se vestía rápidamente y se iba, para así al final dejarnos intimidad a mi novia y a mi. Solo quedaban ya dos tíos, nuestro amigo, que la seguía follando sin piedad, y otro que no paraba de follarle la boca. Nuestro amigo, finalmente se corrió, dentro y fuera, una corrida inmensa, pero nada comparado con lo que estaba a punto de venir. Justo cuando nuestro amigo cerraba la puerta para irse y yo me disponía a follarme a mi novia, el chico que follaba la boca de Bea empezó a correrse de una forma brutal. Aquella polla pequeña y gorda no paraba de expulsar enormes chorros de lefa, sobre su máscara, sobre sus mejillas, sobre su pecho, y en su boca, hasta el punto de que Bea no pudo tragar más y le rebosaba por toda la boca la leche de ese fenómeno. Le insté a que se vistiera y se fuera rápidamente, no tardó ni un minuto, entonces empezó lo mejor para mi.

Desaté rápidamente a mi novia y le quite la máscara, nos fundimos en un beso delicioso. Su boca sabía a lefa, a polla, y eso me encantaba. Me cogió y tumbó sobre el suelo. La muy puta, después de haberse follado a 11 tíos durante 2 horas, y de haber tragado más lefa que en toda su vida, puso su coño sobre mi cara, estaba pegajoso, lleno de corridas, por dentro y por fuera. Se lo comí solo unos minutos, ya que no tardó en correrse, entonces, mientras se recomponía, la tumbé en la mesa, a la luz, donde pude observar lo preciosa que estaba. Por todo su cuerpo chorreaba sudor, restos de aceite, y lefa, mucha lefa. Su peludo coño estaba blanco, chorreando sin parar, entonces metí mi polla despacio, pude notar el calor dentro de su coño y toda la corrida que tenía dentro, mientras la follaba tranquilamente. Disfruté durante casi 1 hora follando a mi perversa y zorra novia, hasta que no pude aguantar más y exploté enormemente dentro de ella. Ella, que estaba a punto de correrse, metió sus dedos en el coño, sacó mi lefa, y mientras los chupaba, se tocaba con la otra hasta correrse.

En ese momento nos duchamos, nos vestimos, y nos fuimos por la puerta de atrás, follamos toda la noche como locos, con la lujuria aún en nuestros cuerpos y planeando la siguiente locura.

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