¡Ay! Mujer. !Si fuera mujer!
A tus brazos iría enajenada
para en ti, mis utopías tejer
los besos de dama enamorada
en labios rojos de otra mujer
hasta quedar allí embriagada.
¡Ay! Mujer. ¡Si fuera doncella!
En tus muslos quisiera anidar
para ver el cielo y las estrellas;
los planetas a tu alrededor girar,
tu rostro de Venus que sulibella;
y en tu órbita siempre gravitar.
¡Ay! Mujer. ¡Si fuera dama!
de mis pechos que tu amor ansía,
que por ellos ambrosía derraman,
y verter en tu boca y en la mía
que con afan y anhelos acibaran
la miel que sublima cada día.
¡Ay! Mujer. ¡Si fuera princesa!
Tú serías mi cortesana favorita,
la dueña que mi amor embelesa,
la que las penas de Lesbos quita,
la que por tus esencias reza,
y que le dio el ¡sí! la Margarita.
¡Ay! mujer. ¡Si fueras mi amiga!
A un paraíso te llevara ahora,
esta triste persona que en vida
por no ser mujer de pena llora
y que por esta maldita diatriba,
su alma en un infierno mora.