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Amantes de Universidad

Mi dulce compañera Ivett, una mujer joven, caderona, un busto delicioso, unos labios grandes que al besarlos se siente la suavidad que te envuelve la boca. Había conocido a esta chica a principios de enero, todo empezó por una red social, empezamos a hablar poco a poco de nuestro día e intereses, afortunadamente estudiábamos en cierta forma lo mismo, pero en diferentes escuelas. Un par de veces la llegué a ver, con esas piernotas que felizmente podría morir ahorcado… pero jamás me atreví a hablarle en persona, todo era por chat, todo empezó bien, pero conforme se fueron dando los mensajes todo cambio a un plan mas caliente, ¿y como no? Si en cada foto se miraba mas y mas deliciosa que la anterior.

Lo bueno empieza un día que le pedí ayuda para unas planeaciones didácticas para una clase, ella acepto ofrecerme su ayuda, pero como ambos teníamos cosas que hacer y el único horario que ambos podíamos era por la tarde-noche, nos pusimos de acuerdo, ofrecí mi casa para trabajar y una noche antes ansiaba que fuera ya de tarde para conocerla, miraba sus fotos en traje de baño imaginándome quitando poco a poco la parte superior, quedando al aire sus ricas tetas… lo caliente que ponía pensar en mi amiga, mi falo me punzaba, yo solo jugaba con el tocándome la cabeza mi miembro, sintiendo como se humedecía, mis ganas eran tantas que en el bóxer quedo húmedo por el borde del donde se sobresalía un poco mi miembro. Quería y necesitaba sentir la humedad de su rica conchita caliente, empecé a imaginarla arriba de mí, saltando y moviendo sus ricos pechos, con esa carita tan perversa que tiene, tome mi pene y empecé a subirlo y bajarlo, sintiendo placer cada vez que acariciaba mi glande, subí la intensidad hasta que broto mis fluidos quedando embarrados en mi abdomen, creí que así podría dormir un poco, así que me di un baño, con la verga un poco flácida pero no del todo, tocaba mis testículos hasta empezar a notar la firmeza de mi falo para volver a masturbarme ¡Eran tantas mis ganas por Ivette!

Llego la mañana, tome mis cosas y me fui a la universidad, pensando y deseando que ya pasaran las horas… por un momento olvide el trabajo con el que me ayudaría y solo me enfocaba en las 100 formas de satisfacer a esa rica mujer.

A las 5 pm sonó mi celular, era un mensaje de ella, donde decía:

-Ivett: Hola, ¿te veo hoy a las 8?

-Claro, muchas gracias por ayudarme, ¿paso por ti?

-Ivett: Si quieres nos vemos en un punto medio

-Claro, solo avísame donde y yo paso, ¿va?

-Ivett: Me parece muy bien, ¿ya comiste?

-No, de hecho, quería preguntarte que quieres comer para pasar a comprar, es lo mínimo que puedo hacer por ayudarme.

-Ivett: Mejor llegamos a tu casa y pedimos algo

-Perfecto. – Le conteste

Estaba ansiando verla, hasta que por fin llegó la hora, quedamos de acuerdo en una plaza cerca de la casa de ambos, llegue 15 minutos antes para tratar de calmar sin nervios… hasta que por fin apareció, con pantalón y una camisa super pegada, dejando ver por entre los botones un poco de sus pechos, controle mi mirada hacia sus ojos, que debo de confesar que tiene una mirada penetrante y perversa, hacen el juego perfecto con sus deliciosos labios.

La vi caminando hacia mí, moviendo su cadera como si fuese una pasarela, era una mujer tan bella y ardiente, te hacia pecar inconscientemente.

-Ivett: ¡Hola!, ¿estas espantado?

-No, no, no… es que jaja me perdí viéndote. Le conteste un poco apenado mirando hacia otro lado.

-Ivett: ¿Por qué, tan fea estoy?

-¡No! Todo lo contrario, de cerca te ves mucho mejor, no me hago responsable de lo que pase en mi casa, he. – Le conteste riéndome

Ella se sonrojo y se carcajeo, creo que pensó que era broma, si supiera que anoche en mi mente me corrí en sus tetas y en su espalda.

Llegamos a mi casa y en el camino me iba diciendo que estaba cansada, me platico su día y lo estresante que había sido, yo le propuse que pidamos algo de comer en lo que ella se daba un baño para que no se sintiera tan tensa, ella no se negó, así que en cuanto llegamos, fuimos a mi habitación, le di una toalla y yo baje a esperar la comida, mi idea era subir ya cuando ella saliera del baño pero para mi bendita fortuna, la comida llego antes y subí, lento, tratando de no hacer ruido para de cierta forma llegar desapercibido para por lo menos mirarla en toalla, esa era mi verdadera intención, pero para mi desgracia aun no salía, solo se escuchaba la regadera, así que lo único que me quedaba era esperar, me acosté en la cama que quedaba exactamente al lado de la puerta del baño, y por un pequeño borde de la puerta con la pared se podría ver un poco hacia el baño, pero solo veía un silueta secándose su rico cuerpo, miraba como pasaba la toalla por debajo de sus pechos, dándose un pequeño masaje… con eso fue suficiente para ponerme caliente, tenía mi miembro duro, sentía como me punzaba, tenía la cara caliente y eso que solamente fue un poco.

Ella salió del baño, ya con ropa, ya con el baño se veía un poco menos tensa, empezamos a comer y a platicar de la universidad. Me dijo que compro unos aceites para masajes ya que ella sufría de la espalda, yo nada tonto le propuse que yo le podía dar un masaje y ella me respondió:

-Ivett: Probablemente si te lo acepte, pero después de terminar el trabajo.

-Yo fascinado, pero es mi masaje y son mis reglas.

-Ivett: Ah que listo, ¿y me podrías decir cuáles son esas reglas?

-Como es la espalda debes de quitarte toda la parte de arriba. – Le conteste riéndome y cerrándole un ojo.

-Ivett: ¿Ósea que si me duelen las piernas me vas a querer desnuda de la parte de abajo?

-Así es, aprendes rápido jaja.

-Ivett: Jaja, lo voy a pensar si te portas bien…

Los nervios me inundaron hasta y solamente me reí y le insiste que se acostara para el masaje.

-Ivett: Ah, ¿era en serio?

-Claro, jamás desaprovecharía esa oportunidad.

-Ivett: ¿La oportunidad de verme los pechos?

– aja, no pensaba verte los pechos, pero no niego que me volverías loco

-Ivett: ¿Por qué? ¿Qué harías? -Me pregunto mirándome a los ojos mientras levantaba la ceja.

-Jaja no me tientes, mejor me volteo en lo que te quitas la parte de arriba y te acuestas.

-Ivett: Esta bien, solo no te sorprendas, aquí está el aceite. -Lo saco de su mochila y me lo dio.

Me volteé, en lo que ella se quitaba su blusa y su brasier, bueno eso pensé, pero en realidad se quitó todo, dándome esa rica sorpresa, todo excepto sus ricas bragas negras.

Al darme la vuelta, la vi… Acostada boca abajo, no sabía a donde mirar, recorrí con mi mirada sus pies, pasando por sus piernas, demostrando el rico culo parado que se le notaba, una espalda desnuda con pequeñas marcas del brasier de todo el día.

-Ivett: ¿Te arrepentiste?

-No… Solo que me sorprendiste, ahora solo te voy a pedir dos cosas… Primera, te voy a tapar los ojos con esto, (era un antifaz para dormir) y segundo, no me pidas que pare.

Comencé a ponerle aceite en la espalda media, me puse un poco en las manos y empecé a distribuirlo por toda la espalda, hasta su coxis.

Masajeando toda la espalda, y el cuello, tomé más aceite y empecé a ponerlo en sus muslos hasta llegar a su trasero, con mis manos los tomaba y los apretaba suave, separándolos poco para tratar de ver su coño.

-Ivett: Quítalo si te llega a molestar.

No tomo ni un segundo cuando yo estaba bajándole las bragas, agarre con firmeza su culo y empecé a masajearlo, frotando de arriba hacia abajo, mis dedos entraban a sus labios mayores, y aquí fue donde empezó a lubricar poco a poco, dando pequeños suspiros de placer, intentaba ir lento, que sintiera la desesperación de sentir mis manos tocando su coño, deslice un dedo a la entrada de su vagina para jugar y hacer círculos en la entrada de su coño, mi intención era que me lo mojada poco a poco para empezar a introducirlo.

Lo empecé a meter poco a poco jugando con mis dedos dentro de ella, ella solo suspiraba fuerte al mismo tiempo que yo aumentaba la intensidad, mis dedos estaban totalmente mojados de sus fluidos algo que hacía más fácil el meterlos y sacarlos, jugar un poco con su clítoris y volver a meter mis dedos, así estuvimos 10 minutos, quería tenerla sensible para que me pidiera mi verga.

-Voltéate. – Le dije y al mismo tiempo me sobaba la verga.

-Ivett: Ven comete esto y me harás muy feliz. – Me lo dijo y al mismo tiempo jugándose el clítoris.

La tome por atrás de sus piernas abiertas, primero le bese las pernas hasta llegar a sus labios mayores, con mi lengua recorría alrededor de su concha, subí hasta su clítoris, comencé lamiéndolo, suave, que mi lengua húmeda se empapara de sus fluidos, recorría mi lengua desde la entrada de su vagina hasta la punta de su clítoris, me detenía un poco, para succionarlo y al mismo tiempo dentro de mi boca, pasarle la lengua de lado a lado.

Ella con sus manos solo me tomaba del cabello y me empujaba mas hacia su concha, yo disfrutaba como se volvía loca con mi lengua, mi barbilla estaba húmeda, mojada por sus ricos fluidos, después empecé a meterle los dedos, chupando su clítoris y mis dedos dentro de ella, la follaba con mis dedos, se los movía dentro de ella, y al mismo tiempo disfrutaba comerme su clítoris.

Pare hasta que sentí como sus piernas se tensaban, y sentía como entre mis dedos escurría más y más, la lubricación era tanta que masturbarla era fácil, sonaba cada vez que le metía y sacaba los dedos con fuerza.

Con una mano me empecé a quitar el short y al mismo tiempo seguía mamando su concha, mi verga salía por el bóxer, con la cabeza húmeda y deseoso de penetrarla.

Me levante, ella seguía con los ojos tapados.

-Ahora vas a sentir como me tienes desde hace meses

-Ivett: Quiero sentirte… ven papi.

Tome sus piernas las puse en mis hombros, tome mi falo y empecé a frotárselo en el clítoris, rápidamente con sus fluidos se miraba brillosa.

Comencé a meterlo, lento, sentía como su concha abrazaba mi verga, tan caliente que estaba y húmeda, lo sacaba lento, metía solo la cabeza mi miembro y la sacaba, empecé a embestirla con mas fuerza, tomándola del cuello, que sintiera como mis manos recorrían sus senos hasta su cuello, sentía como mis huevos topaban cuando lo metía todo con fuerza, nuestra excitación era tanta que sentía como poco a poco sus fluidos me iban dejando mas y mas sus fluidos en todo mi falo.

-Ivett: Me gusta sentir esta verga- Me dijo mientras con sus piernas me abrazaba y me tobaba del cabello.

-Te gusta sentir como me pones, te deseaba tanto, ansiaba escucharte gemir.

-Ivett: Sigue dándome y comete mis tetas.

-¿Eso quieres mami?

-Ivett: No pares amor, viene un orgasmo… ¡AHH!

-Vamos termina, ¡moja más mi verga!

-Ivett: No quiero gritar papi, pero es tan rico sentir como me coges.

Su orgasmo llegó, le temblaban las piernas, pero no me detuve, solo aminoré un poco el ritmo, permitiéndole que lo disfrutara.

Me salí poco a poco de ella, tirándome a la cama, ella estaba exhausta, y yo también, pero mi cuerpo necesitaba más de ella, así que la levante sin decirle nada.

-Ivett: Dame un minuto por favor…

-Yo mando esta vez….

La puse recargada en una cajonera, dándome la espalda, le abrí su rico culo y me lo empecé a comer, sentí como apretaba mi cara sus grandes muslos, me pare y empecé a embestirla, una y otra vez, comencé agarrándole la cadera, solo miraba como su coño se comía mi falo, y en cada embestida sonaban nuestros cuerpos, tomándola con más fuerza, sentía como me quería vaciar, sentía mis huevos inflamados de la leche que tenía que salir.

-Me voy a correr mami…

-Ivett: ¡Termina en mi espalda!

-Que rico… dios que mujer tan rica eres, mira mi verga esta dura aun

-Ivett: ¿Quieres que me la coma? Véndame los ojos y me lo voy a devorar como una desesperada.

-¡Cómetelo! Quiero que te entre todo en la boca y me lo dejes lleno de saliva.

Tome mi polla y se lo puse en la frente, dejando que se coma mis huevos, fue una mamada tan rica, como su lengua recorría desde la base de mi pene hasta la punta del glande y al llegar a la punta abría su boca para comérselo todo, primero solo la punta, después se comía todo, pegaba su frente hasta mi pelvis y con la lengua jugaba con mis huevos.

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