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Clase de sexualidad

Hola! Soy una chica tierna, no tengo un cuerpo escultural, a pesar de ser robusta tengo buen cuerpo, senos grandes, nalgas duras y redondas, soy caderona, me gustan mucho mis piernas. A diferencia de muchas mujeres que escriben sus experiencias aquí, yo soy muy distinta, nunca he vestido de manera reveladora o sexy, no me gusta, siempre uso, jeans, blusas de cuello redondo o polo, sweater o chamarras, bufandas, tenis o botas, eso sí, me gusta usar brasieres o tops que resalten mis senos, siempre he sido así, a decir verdad quien me conoce nunca creería esta faceta mía, porque siempre me muestro como alguien que es “correcta” según la sociedad, me gusta mucho el sexo, es algo muy rico, claro que no lo demuestro abiertamente.

En fin comenzaré con mi historia, fue cuando tenía 18 años y aún estudiaba el nivel medio superior, no era la más bonita o popular del salón a consideración de otros, pero tengo que admitir que tengo un buen cuerpo y mis amigos me lo decían de una manera respetuosa.

Un compañero Aldair, un año más grande que yo, me enviaba mensajes diciéndome que quería probar mis labios y tal vez algo más conmigo, al principio me negué pero no podía ocultar la excitación que me causaba su confesión de querer besarme y cogerme.

Un día la maestra de la última clase nos dejó salir más temprano de lo habitual, me iba a ir, pero antes de eso Aldair me dijo que lo esperara un momento, ya sabía que era lo que quería, así que le dije que iría a la cafetería primero y regresaría cuando los demás ya se hubieran ido para que no sospecharan nada.

Cuando regresé, ahí estaba, afuera del salón esperándome, me sentí asustada y nerviosa, iba a ser la primera vez que estaría sola con un chico después de mucho tiempo (en otra historia tal vez lo contaré), él no era de los chicos que consideraban guapos o populares de la escuela y yo tampoco, simplemente éramos dos lujuriosos el seguramente urgido de tener sexo y yo curiosa de cómo se siente.

Entro al salón antes de acercarme más, yo también entre, era un salón muy cerrado, las ventanas era pequeñas en la parte de arriba de las paredes así que queda alto para que alguien se asomara. Él estaba cerca de puerta, esperando que me acercara a él, pero me fui a la esquina del salón no quería que nadie nos viera, el entendió eso y fue a la esquina conmigo.

Dejé mi mochila en una banca, él hizo lo mismo y se acercó a mi acorralándome en la esquina del salón, nos quedamos viendo un instante y de un momento a otro paso a besarme, estaba muy nerviosa, mi cuerpo empezó a temblar, el noto eso y me dijo “me gusta sentir tu temblor, tu nerviosismo me excita” yo no dije nada, no tenía que decir, volvió a besarme, sentí como iba subiendo la intensidad de sus besos, el empezaba a excitarse, agarro mi mano y la puso sobre su pantalón para que pudiera sentir su pene, ya estaba duro, eso hizo que me empezara a excitar también, sus besos bajaron hacia mi cuello, me besaba de manera muy intensa, me excitaba cada vez más, me empezó a tocar por encima de mi ropa mis senos y mi vagina, sentía muy rico, le susurré en el oído lo excitada que estaba, en ese momento metió su mano entre mi pantalón y mi calzón, ya estaba muy mojada, y eso lo excito aún más, empezó a masturbarme en mi clítoris haciendo movimientos circulares con sus dedos, sentía muy rico, me empezaba a excitar más y más apretaba fuertemente su espalda, en un momento volteé hacia la puerta y vi al maestro de física ¿cuánto tiempo llevaba ahí? Me despegue de mi compañero y rápidamente tomamos nuestras cosas y nos fuimos. El maestro no nos dijo nada, solo se nos quedaba mirando, supongo que estaba sorprendido de haberme visto ya que yo siempre fui la más tranquila y callada del salón para todos los maestros.

Durante una semana Aldair trataba de acercarse lo más que podía a mí, cuando podía intentaba tocarme, los dos nos quedamos con ganas de más, esperaba una buena oportunidad para poder hacerlo con él, le propuse ir a su casa el fin de semana, pero no se pudo.

Un día los maestros de las dos últimas clases no fueron, y pensé que ese podría ser un buen momento para ir a algún lado con Aldair y hacerlo, él también lo pensó, así que lo primero que hice fue despegarme de mis amigas diciendo que tenía que ver lo de un pago y que se adelantaran, después fui hacia el salón y vi a Aldair, dijo que lo siguiera así que lo hice, fuimos al edificio de atrás al último piso en el salón de la esquina, dijo que no había ido el prefecto que revisaba ese edificio así que no habría problema, el grupo del salón de a lado estaba en el laboratorio.

Entramos y dejamos las mochilas en una banca, y nos fuimos a una esquina del salón, empezó a besarme, intensamente como aquella vez, pego mi espalda contra la pared y con una mano empezó a tocar mis senos por encima de mi ropa, abrí el cierre de mi chamarra y paso su mano por debajo de mi playera y mi brasier, el cual desabroche y me lo quite, quedando solo mi chamarra y mi playera eso le excito porque mi playera se transparentaba un poco, después bajo su boca a mis pechos y los empezó a chupar, sentía muy rico, los succionaba de tal manera que ya estaba bien duritos y parados mis pezones, mientras hacía eso, bajo mi pants un poco, y me empezó a masturbar por encima de mi calzón el cual ya estaba también mojado, siguió así, yo me excitaba cada vez más, agarro mi calzón de tal modo que lo rompió y lo quito, empezó a masturbarme en mi clítoris haciendo movimientos circulares con sus dedos, continuó así hasta que llegué a mi primer orgasmo, mi cuerpo vibraba del placer que sentía eso le excitaba aún más.

Después se sentó en una banca y saco su pene, ya bien erecto me acerco a él, abrió mis piernas listo para penetrarme pero lo detuve un momento, le dije que usáramos condón, sin embargo ninguno tenía en ese momento, entonces me acerco a él, metió dos de sus dedos en mi boca haciéndome chuparlos como si fuera pene, al mismo tiempo con su otra mano me seguía frotando en mi clítoris, después me dijo que me empinara recargándome contra la pared, los dedos que me había dado a chupar sentí como los frotaba suavemente en mi ano, le pregunté qué era lo que hacía, a lo que me respondió que confiara en él, sentí como escupió en mi ano y con su pene empezaba a frotar suavemente, me dijo que al no tener condón lo haríamos así para que no pasará nada, yo temerosa intenté decirle que no, pero me sostuvo fuerte y poco a poco sentí como lo intentaba meter, sentía mucho dolor, deje escapar un gemido ahogado, pero al parecer eso le excitó a él y trató de empujar más para meterlo mejor, le decía que me dolía que parará, pero no me escuchaba, después sentí como volvió a escupir sobre mi ano e intento meterlo nuevamente, esa vez sentí que lo había metido por completo, y empezaba a moverse lentamente sin sacarlo, seguía sintiendo dolor, trataba de gemir lo más bajo que podía para que no nos descubrieran pero era difícil, sentía como lo metía y sacaba, lento pero duro en mi ano, hasta que le pedí que parará, había soltado unas cuantas lágrimas por el dolor que sentía.

Se empezó a acomodar la ropa un poco disgustado, yo igual empecé a acomodarme la ropa, me puse mi pantalón e iba a guardar mi calzón el mi brasier pero él ya los había guardado en su mochila.

Al salir de la escuela nos despedimos el me dio un beso en la boca y me dijo al oído “a la próxima si te cojo sin piedad zorrita” sentí un escalofrío en el cuerpo y nos fuimos cada quien por su lado, al subir al camión me fui a la parte de atrás y me senté, después se subió un hombre y noté que se quedó mirando en dirección a mis senos, olvidé que no llevaba brasier y que mi blusa se transparentaba así que rápidamente me cerré mi chamarra, pero ahora había despertado en mi la curiosidad de hacerlo con un hombre con mucha más experiencia en el sexo.

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