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Quiero oírte aún más

Habían pasado ya 4 meses desde que empecé a salir con mi novio, un chico tranquilo, amable, tierno y lindo, siempre esforzándose para hacerse un mejor hombre para mi.

En los momentos más íntimos que compartíamos en su apartamento, luego de una “tarde de estudio” la mayoría de las veces terminábamos con caricias y besos fogosos que siempre me calentaban, pero era solo eso, besos y caricias que terminaban en abrazos y yo dormida en su pecho, lo cual me frustraba en cierto punto, ya que quería, necesitaba ir aún más lejos.

—¿Hmm? ¿Adónde vas? —Pregunté al ver que se levantaba de la mesa donde estaban los libros de texto y demás.

—Voy a la cocina un momento, prepararé algo para comer, tú espérame aquí —Dijo para al final dedicarme una de sus radiantes sonrisas.

Yo solo asentí mientras él se dirigía a la cocina. Aburrida de los libros, mis pensamientos se dirigieron hacia otros más candentes. Empecé a imaginarme su tacto en mi piel, a él tocando todos los rincones de mi cuerpo, sus labios rozando los míos…

Cuando me di cuenta, me sentía un poco húmeda ahí abajo.

Imagine cómo sería su tacto en mi zona húmeda, sus dedos tocando mi clítoris de forma suave y continua, mientras me miraba a los ojos… me preguntaba cuál sería su expresión al tocar mis pechos mientras me masturbaba.

Pensando en eso, subí un poco mi falda, mis dedos empezaron a tocar por encima de mis bragas, mientras la otra de mis manos se metían debajo de mi camisa y seguidamente debajo de mi brasier, simulando la acción que acababa de imaginar.

Ahora estaba masturbándome mientras mi novio estaba en la cocina. Pensé que él podría llegar en cualquier momento y encontrarme en ese estado y ese pensamiento solo me calentó aún más.

Mis movimientos empezaron a hacerse más rápidos y mi respiración empezaba a ser algo irregular. Levanté mi camisa, dejando al aire mi sostén, mostrando mi escote. Quise ser más atrevida y me atreví a soltar un gemido, en parte involuntariamente y en parte para que él me escuchara.

Metí mi mano derecha por debajo de mis bragas, tocando directamente mis labios.

—Yoosung… —Solté el nombre de mi novio en un suspiro.

—Lily… —Me giré rápidamente al origen de la voz, encontrándome con el rostro sonrojado de mi novio

Rápidamente detuve mi acción y saqué mis manos de debajo de mi ropa.

—¿C-Cuanto tiempo llevas ahí? —Pregunté mientras sentía mi rostro en llamas.

—Te escuché gemir mi nombre… —Dijo mientras se acercaba a mi rostro, colocándose en frente de mi, a pocos centímetros de mis labios.

Nos miramos unos segundos hasta que el empezó a besarme con pasión, tomo mi rostro en su mano izquierda mientras nuestros labios se unían en un caliente y apasionado beso.

Me recostó del sofá mientras seguía besándome, con él encima de mí. Dejo un rastro de besos desde mi boca hasta mi cuello, donde me lamía, besaba y mordía, dejando pequeñas marcas.

Yo enredé mis dedos en su cabello mientras jadeaba. Sentí su mano aventurándose dentro de mi camisa, mientras subía lentamente hacia mis pechos.

Su boca bajo aún más, besando y dejando chupetones en la zona de la clavícula.

Se separó de mis labios para levantarme la camisa, una vez que me la quitó, levantó mi brasier para empezar a tocar y apretar mis pechos.

—Hoy estás… Más atrevido de lo usual… —Alcancé a decir.

Él se acercó a mi oreja y susurró con su voz algo grave —Verte hacer esas cosas… Gemir mi nombre… Eso me prendió mucho —dijo para luego morder mi lóbulo mientras sentí un escalofrío bajar por mi columna.

Luego de eso acercó su boca a uno de mis pezones y empezó a succionar y lamerlo suavemente, mientras su mano dejaba mi pecho derecho y bajaba hacia mis bragas, empezando a rozar por encima de la tela, haciendo círculos y presión en la zona del clítoris.

Empecé a subir su sudadera para quitársela, una vez que la tiré en algún lugar de la sala, comencé a pasear mis manos por su pecho.

Él se separó de mí y desabrochó su pantalón y empezó a bajarlo, yo repetí la misma acción con mi falda. Noté el enorme bulto que tenía entre sus piernas. Me senté sobre él y apoyé mis brazos en sus hombros. Él me tomó de las caderas y empezamos a rozar nuestras partes íntimas por encima de la tela. Movía mis caderas en movimientos lentos y sensuales, con la ayuda de él. Apear de que la tela estuviera de por medio, se sentía tan caliente y delicioso que no podíamos parar. Podía sentir su duro pene caliente, deseoso por quitar mis bragas y sentirme completamente.

El me empujó y quitó mis bragas. Una vez que estaban fuera, empezó a besar mis muslos, dejando un rastro de besos hasta mi vagina. Suspiró y bajo sus bóxers, mientras acercaba su rostro.

Primero dio una pequeña lamida, provocando que soltara un gemido. Al ver mi reacción empezó a besar y a lamer toda mi zona, haciendo énfasis en el clítoris, donde se detenía para dar círculo con su lengua y chuparlo.

—¡Ahh! ¡Hmm! —Gemía de placer al sentir su lengua y labios hacer contacto.

—¡Hm! —Soltó un gemido el también al escucharme y empezar a masturbarse.

Cuando sentí que iba a correrme él se alejó y posicionó su polla entre mis labios, para frotarse y lubricarse con mis jugos.

—¡A-Ahh! —Respiraba entrecortadamente.

—¡Hmm! ¡Yoosung! —Grité su nombre al sentirlo entrar en mi

—L-Lily… —Dijo para empezar a besarme mientras empezaba a embestirme.

Las embestidas eran fuertes y rápidas, podía sentir toda su polla dentro de mí, estimulando mi punto G. Tomó mis caderas y las elevó, haciendo las estocadas aún más profundas.

—Di mi nombre… Quiero escucharte mientras te follo —demandó con voz ronca y entre gruñidos

—¡Yoosung! ¡Ah! —decía entra gemidos mientras sentía mi mente ponerse en blanco.

Me corrí y el siguió embistiéndome hasta que el también sacó su miembro y se corrió sobre mí.

Desde ese día, ambos descubrimos lo que era el placer del sexo.

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