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La puta de Mery

La puta de Mery, Lica, la puta de Mery. Gorda, tetona y totuda. Lica tenía la fama de puta. Pasaba de macho a macho, todos los machos de la casa de Mery.

Era la mañana de un miércoles, la noche anterior una fiesta en la casa de Mery, había reunido a los amantes que ahora limpiaban sus cuerpos, los residuos… la lefa del toto de Lica, el sudor de él, por tanto esfuerzo, al bombear su pasión en la vulva de Lica, en su ano y finalizar en su boca, curiosamente el mismo lugar donde empezó todo, esa boca carnosa e inesperadamente deliciosa. Aquella noche, en la fiesta de Mery, a escondidas, Lica y Piru, remataban lo que hacía ratos se venía cuajando, un deseo que desemboco en besos desahogados de lengua, sabores, olores y mucha saliva.

Algunos notaron la escapada al pasillo, de Lica y Piru, pero cómplices de su deseo, fingieron no ver, aunque deseosos y fantasiosos del culminen de esa indiscreción. Ya que Lica era casada, y esta era una más de sus aventuras.

Ya tenía el culo abierto, en pompa, y Piru solo deseaba probar algo nuevo… para el al menos, un ano, enrollando su pene desnudo, sentir el calor de aquel agujero humano, de aquel agujero vivo, él deseaba reventarla, pero para su sorpresa, ella ya estaba abierta, acostumbrada a penes más grandes… al fin y al cabo, era la puta de Mery, y Piru era, el “chico nuevo”, el nuevo empotrador.

Después de todo, a la noche siguiente, había nueva fiesta en la casa de Mery. Y un nuevo macho (con suerte) o un viejo conocido, reventaría el toto, el ano y la boca, de La Puta de Mery.

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