Saltar al contenido

Mis fantasías con Antonio (Parte I)

Mi nombre es Luna tengo 32 años, soy rellenita, pero con unas buenas tetas y un culazo de puta madre caderas anchas, tengo 10 años de casada mi vida ha sido tranquila criar a mis hijos, trabajar y momentos en familia, hasta que se me cruzo Antonio un compañero de la oficina que solo con mirarme me desnuda me incita a pecar.

Una tarde en el comedor se me acercó y comenzó a sacarme conversación, indagando más sobre mí, hasta que no dudo en decirme que sentía una atracción por mí, pero entendía que era casada, yo estaba sorprendida, pero solo sonreí pues yo también sentía lo mismo. Me invitó a tomar unas copas al salir, lo cual acepté ya que ese día mi marido estaría fuera de la ciudad.

Al salir nos fuimos a una taberna cerca bien acogedora, comenzamos a conocernos nuestras preferencias y gusto, hasta tocar el tema del sexo, diciéndome sus más locas fantasías y eso me provoco una excitación, sintiendo muchas cosas, luego coloco una mano en mis muslo recorriéndolos, yo quería que se detuviera, pero mis instintos querían que continuara así que metió sus manos en mi sexo rosando mis labios carnosos y me zampo un beso apasionado jugando con mi lengua yo le correspondí me deje llevar, sin embargo se detuvo y me susurro al oído que nos fuéramos a su casa, lo cual acepte estaba súper caliente quería saber que era capaz de hacerme y saber que podía sentir.

Así que nos fuimos de inmediato, él vivía en un apartamento muy acogedor. al llevar sin dudarlo comenzamos a besarnos mientras sus manos recorrían mi cuerpo, me quito la blusa, y el brasier y al ver mis tetas sus ojos se sobresaltaron y comenzó a chuparlas inmediatamente mis pezones comenzaron a endurecer, luego me bajo la falda y mis tangas medio la vuelta y admiro mi culote y me dio una nalgada eso me enloqueció me tumbo al sueldo en 4 y me pidió que le chupara la polla lo cual lo hice lo tenía bien erecto carnoso y jugoso y comencé a darle la mejor mamada le chupe las bolas su cabecita rica y pude escuchar sus gemidos, luego le implore que me penetrara lo cual no dudo, y lo hizo con fuerza sentir sus bolas golpear mis nalgas me excitaba aún más comencé a gemir de una manera que lo calentaba más y le decía así que rico no pares más duro y él se movía más duro apretando mis caderas y mis nalgotas contra él.

Tuve un orgasmo que pude sentir correrme y el al sentir esto se vino dentro de mi sentir su leche caliente bajar por mi vagina fue una sensación increíble. Quedamos tumbados en el piso. Queriendo seguir hasta que nos quedáramos sin aliento sin fuerzas.

Ese fue el primer encuentro de muchos que vinieron después…

Deja un comentario