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Pareja abierta

Hacía tiempo que el sexo estaba caducando. Eso de perder el entusiasmo por enojos y desencuentros. Aldana miraba una serie, él esposo tenía una amante. Ella no sabía, seguro lo intuía. Aldana era bellísima y se estaba aburriendo de Alfredo. Él era un hombre lindo, pero el calor se le gastaba en su amante.

Aldana una noche lo esperó con un trago, le dijo que lo amaba pero sentía el sexo como un movimiento automático. No importaban los orgasmos. Era como una máquina de vapor que movía el tren, siempre hacia la misma estación. Alfredo quedó pasmado. Él era infiel pero era su derecho. Con permiso no le resultaba excitante. Perdía el poder. Ella alegó “tengo 42 años, soy exitosa y quiero vivir todo”. Luego contarnos y motivarnos por lo vívido. Él se negó rotundo. Pidió tiempo. Dos días después ella dijo es esto o nada. Se separaron por 2 semanas. Alfredo volvió desesperado diciendo que aceptaba. Ella brilló, esa misma tarde tuvo una cita. El moría, la siguió. La vio radiante.

Ella volvió y le contó. Tuvieron buen sexo luego de que él se guardara los celos. Ella dijo que él tenía que también ver a alguien. El relató que había arreglado un encuentro. Volvió y le contó a ella su gran hazaña sexual. Ella se excitó, lo sintió poderoso. Volvía la pasión entre ellos. Pero ella se excedió, fue con otro a los dos días, manejaba todo con frialdad. Él le metió una historia de sexo de él y una chica de 20 tantos detalles. Aldana se dio cuenta. Me estás mintiendo, no has visto a nadie. Eso no es lo que quiero. Esa noche durmieron mudos.

El deprimido, decidió comprar lencería para ella la vendedora lo miró de entrada. Él explicaba que la copa de Aldana era parecida, pero el largo le daba dudas, daba vueltas nervioso evitando la mirada de Susan. Ella propuso “me lo pruebo y comparas.” No sé quién aceleró el suceso. El y Susan tuvieron sexo en el vestidor, algo rápido, pero candente.

Está vez Aldana le creyó. Sintió el aroma de perfume femenino y la prenda femenina con algo de sudor de ella.

Entonces sonrió mientras lo besaba. Ahora sí el juego es justo y verdadero.

El sexo volvió y no solo eso. Empezaron a probar algunas variantes con nuevas amistades del nuevo sexo que crecía en estos tiempos.

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