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Resistencia

Un pequeño hilo de esperma separaba la boca de Ken del pene de Daisuke, necesitaba recuperar un poco de aire, se había metido hasta lo más hondo de su garganta toda la longitud del pene de Daisuke mientras este le sujetaba el cabello, tuvo un minuto para descansar mientras tragaba sus propios flujos salivales y miraba a Daisuke a los ojos, como él le había ordenado antes de empezar este ritual de amor

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– Mírame a los ojos en todo momento, deseo ver tu belleza

– Como usted quiera

– No, Debes decir la palabra clave, seguro que no quieres no quieres recibir fuertes castigos. ¿Verdad?

– Como usted quiera, mi señor.

– Me gusta -. Sonrió maliciosamente Daisuke.

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Fluídos de semen estaban esparcidos por toda la boca de Ken, incluyendo mejillas, nariz y la propia boca, su rostro estaba enrojecido, no era por sentirse avergonzado, se sentía bien por estar cumpliendo con las ordenes estrictas impuestas por Daisuke, estaban jugando a un juego muy sexual.

Ken obedecía en todo momento, debia complacer y hacer feliz a su señor, a Daisuke, quien desde arriba le miraba con una expresión de satisfacción extrema, había cumplido otra de sus muchas fantasías sexuales con él, verle en una completa dominación profunda significaba mucho para él y lo mejor de todo era que Ken no tenía ningun derecho a quejarse, era un pacto, un pacto entre amigos especiales, de esa manera lo habían decidido.

– ¿Quién es un perfecto sumiso?

– Yo, mi señor. -. Respondió de rodillas con todo el esperma por la boca

– ¿Quién te ha ordenado que estés vestido de esta manera?

– Usted, mi señor.

– ¿Como te sientes ahora mismo?

– Muy bien, es mi deber de sumiso complacerle en todo, usted es mi señor, mi salvador

– Mm Mal, Ken, no te siento diciendolo con muchas ganas, es como si te vieras forzado a decirlo y no me gusta

– Es mi manera de ser -. Daisuke se acercó a él y con un dedo tapó su boca

– Te dije que no hablases, no debes decir como te sientes, no eres una persona, eres un objeto y debo usarte como yo quiera

Ken no respondió, miró hacia abajo, sabía que humillaciones como estas iban a llegar pero debía continuar con la oferta que hizo con Daisuke

– ¿No vas a defenderte? Vamos, llora, sabes que quieres hacerlo -. Daisuke tenía en sus manos una cadena que le unía al cuello de Ken, tiró de la cadena y Ken apretó los ojos por el dolor al igual que su cuerpo que empezó a emitir pequeños temblores

– Me encanta que estés con mi traje favorito, amo que estés de rodillas, adoro verte inmovilizado… !!Esto es el jodido paraíso!! -. Daisuke empezó a reir de manera malévola, metiendose muy bien en el papel de amo para Ken, parecía que había estado esperando por este momento años.

Ken estaba atado con sus manos hacia atrás con una cuerda muy fuerte, de rodillas, y su cuerpo estaba adornado por aquel vestido de mujer que usaron algún tiempo, aquel vestido de sirvienta que les dieron muy buenos momentos, el famoso vestido de “Maid” Daisuke le habia ordenado volvérselo a poner para él y obedecer todas las normas que él pusiera, esto no era un castigo, era amor verdadero, era una prueba mas de la profunda conexión física y psiquica que había entre los dos.

– Mírame una vez más.

Ken obedeció, miró con ojos especiales a Daisuke, sólo le miró, sin hablar, sin articular ningun movimiento con su cuerpo

– Amo la mirada de mi perfecto y leal sumiso, ¿Estás tan excitado como yo?

– Lo estoy, mi señor

– ¿Me amas?

– Estoy profundamente enamorado de usted, mi señor, mucho más de lo que mi cuerpo físico puede mostrar

– ¿Que es lo que sientes ahora mismo?

– Siento ganas de beber, mi señor y sólo usted puede darme lo que mi cuerpo extraña en ese momento

Daisuke y su pene se acercaron más a Ken hasta que este tenia el pene de Daisuke a un milimetro de su cara, desde arriba mirandole, Daisuke dijo tirando de la cadena y haciendo que Ken le mirase un poco con las lagrimas saliendo de su rostro

– ¿Quieres tragar más?

– Lo deseo, mi señor -. Respondió intentando respirar, la cadena hacia daño en su cuello

– Puedes empezar

El pene de Daisuke entró dentro de la boca de Ken y este succionó a la velocidad que Daisuke quería, más fuerte, provocando que sus propios flujos salivales cayeran de su boca al vestido

– Me enamoras -. Contestó Daisuke mientras Ken luchaba por respirar mientras se estaba tragando el pene de Daisuke.

De pronto, empezó a recordar todo lo que había sucedido hasta ese momento.

Un día antes…

Ken se encontraba leyendo algo que estaba llamando su atención cuando fué abrazado por las manos inquietas de Daisuke, una mano acarició su cintura y la otra estaba justo en la garganta de Ken tratando de que este echara la cabeza hacia atrás

– ¿Qué estás haciendo? Estabas muy tranquilo hace unos momentos

– Mmm lo sé pero ya sabes que detesto estar en calma, no soy como tú -. Dijo dandole suaves besos en el cuello, los dos estaban en la habitación de Daisuke, este estaba jugando con videojuegos en su cama y Ken sentado en el suelo con su espalda apoyada en la cama, leía algo muy interesante, pero el tener a Daisuke de forma insistente le hizo terminar con la lectura

– De acuerdo de Daisuke ¿Qué es lo que quieres?

– Provocar que termines de leer y que me hagas caso

– Enhorabuena. Lo conseguiste, ¿y ahora?

– Quiero hacer el amor… pero… De forma diferente, algo nuevo y muy excitante -. Decía mientras le iba dando pequeñas mordidas en el cuello y acariciando su garganta de forma sensual

– Hemos hecho tantas cosas perversas…ya no hay nada nuevo para nosotros

– Seguro que las hay. Sólo debemos de pensar

– Bueno, hay algo que sería muy interesante de hacer

– ¿Como qué?

– ¿Has oído hablar sobre el BDSM?

– Mmm… Algo he oído hablar

– Entonces deberías leer esto

Le entregó la revista que estaba leyendo y Daisuke empezó a leer todo de forma curiosa, a cada parrafo su expresión cambiaba, cada linea que leía le excitaba más, sobre todo al leer lo que significaba cada palabra de la definicion

B ~> Bondage, esclavitud

D ~> Domimacion

S ~> Sadismo

M ~> Masoquismo

Unas palabras que concordaban perfectamente con ellos, despues de leer todo era obvio que su cabeza no se iba a detener a preguntar lo que Ken estaba esperando que dijera

– ¿Quieres que hagamos esto?

– ¿Porqué no? Quién mejor que tú para ejercer una buena dominación para mi y quién mejor que yo para acatar las normas puestas por tí.

Ken hablaba tan en serio que Daisuke le costaba creer lo que su chico le estaba diciendo, se incorporó de la cama y se sentó en ella

– ¿Me estás hablando en serio?

– Totalmente, esto es mucho más que tener sexo, es mucho más que una conexión de cuerpos físicos, es algo que no se puede ver, es una conexión de almas, una perfecta comunicación entre el dominante y el dominado, esto es amor, amor profundo, de hecho… es algo que llevaba mucho tiempo queriendo hacer esto, así que ahora soy yo quien te lo pido, Daisuke, quiere ejercer mi completa sumisión para tí, me dejo llevar por tí, me dejo hacer por lo que tu mente quiera -. Ken le miraba de una manera especial, muy decidida a dejarse ” humillar” por amor por el, Daisuke poco a poco entraba en la realidad de lo que muy pronto iban a vivir, dejó hablar a Ken un poco más

– Lo vamos a hacer, pero quiero que insistas un poco más

– Te necesito, es tan dificil de encontrar un alma que esté tan conectada a ti… Te busqué, te encontré y ahora eres muy difícil de soltar.

– ¿Sabes que te conviertes en mi responsabilidad? Lo que suceda corre por cuenta de mis manos y de mi mente, no tienes ningun derecho a quejarte, me pertenecerás completamente, te usaré como quiera.

Ken se incorporó, se puso de rodillas, se hizo hueco entre las piernas de Daisuke quién seguía sentado y le dijo hablando en un tono de completa sumision acariciando la tela del pantalon.

– Ya soy tuyo desde el primer momento en que mis ojos se pusieron en los tuyos, soy tuyo desde nuestra primera caricia, nuestras primeras palabras tiernas, desde nuestro primer beso, ya soy tuyo desde hace mucho tiempo, no dejo de pensar en ti, te amo tanto que quiero hacer todo lo inimaginable que pase por tu mente, no me pertenezco a mi, te perteezco a tí, dominas cada uno de mis pensamientos

Debian empezar a crear el ambiente hablando en los términos que habían leido, el primero en empezar fué Daisuke, su mano cogió la barbilla de

Ken, se miraron a los ojos y le dijo

– Entonces… ¿aceptas ser de mi propiedad y lo haces con voluntad propia y entrega absolutamente completa hacia mi?

– Quiero ser feliz, en libertad, en completa libertad con usted, mi señor, usted será el que me de la libertad que necesito

-¿Vas a obedecer todo lo que yo te diga?

– En todo, mi señor.

– ¿Aguantarás todo lo que yo te haga?

– Cada lágrima caída por mis ojos o cada fluido que caiga por mi cuerpo significará que usted hace arte con mi cuerpo

El ambiente cada vez era más erótico y más intimo, era como si lo iban a hacer allí mismo pero no fué asi

– Mañana será el día de nuestro encuentro prohibido, ¿estás preparado?

– Siempre estoy preparado para usted, mi señor.

– Quiero que utilices ese sensual traje de sirvienta que usaste hace un tiempo, ese que tanto te incomoda, ¿todavia lo conservas?

– No me incomoda, me hace feliz usarlo para mi señor, y sí, mi señor, lo conservo, es un regalo al que yo debo de tener mucho aprecio

– ¿No te vas a arrepentir de entregarte a mi?

– Estoy completamente a sus pies, mi señor -. Ken en un acto de necesidad se agachó para besar los pies de Daisuke en actitud completamente de sumiso, Daisuke estaba completamente en el cielo, Ken no debía qiejarse de nada, gracias a eso las ideas mas perversas estaban rondando por su mente

– Vamos a hacer un contrato entre mejores amigos con derecho a roce, vamos a jugar, el primero en caer en la sumisión eres tú, pero después quién caerá seré yo, quiero sentir la rabia que mañana sé que te dará cuando no tengas ningún derecho a quejarte, ¿Aceptas el contrato?

– Lo acepto, mi señor.

– Solo con condición, esto pasará si aguantas mis golpes y humillaciones de amor, de esa manera me tendrás de perfecto sumiso para tí

Ahora Ken pareció volver a su yo normal, esa era la profunda comunicación que los dos tenían, el saber de como actuar de una forma u otra.

– Intentaré esforzarme para verte como yo mañana estaré para tí, completamente arrodillado, completamente a tus pies, suplicando amor puro y sincero.

– Yo también lo haré, mis morbos seran tus pasiones y mis órdenes, tu felicidad, daré lo mejor de mi para ti porque… Me urge tanto tu boca… -.

Metió dos de sus dedos en la boca de Ken de forma muy perversa y este cerró los ojos sintiendo el movimiento de los dedos de su chico dentro de su boca

– Me pasaría el día y los minutos tan solo observando tu perfecta boca, es muy sensual

Agarró ahora con sus manos el rostro de Ken y se miraron, los dos, conteniendo la respiración, Daisuke se estaba dejando llevar por la sensualidad de Ken, no podía evitarlo, le tenía hipnotizado su belleza

– Quiero tu boca, ahora mismo, eres vicio, perfecto vicio, me estás dominando sin hablar, eres alguien muy insano.

– Mi belleza está expuesta para usted, mi señor.

– Mañana será un gran día, esos ojos lloraran placer

– Deseo ser uno con usted mañana, mi señor. Entre profundamente en mi alma, no habrá miedo ni temores

Ken había entendido perfectamente las reglas y todo lo que conllevaba todo, no había dudas de que los dos pasarían unos electrizantes momentos juntos.

Las horas pasaron y en su casa, Ken encontró su vestido de sirvienta de la otra vez, estaba como el lo dejó cuando se lo quitó.

Estaba tranquilo, pero su corazón bombeaba de forma muy rapida, estaba como intranquilo, sin saber si podría pegar ojo, debía ser al día siguiente un sumiso con una exenuante belleza y no un chico de 18 años lleno de dudas y con muchas ojeras, cada vez los nervios eran más grandes en él pero pudo dormir sin problemas… O casi… en la madrugada despertó con esta pregunta en su cabeza

– ¿Porque estoy sintiendo que puedo fracasar como sumiso? Es lo mismo que hago siempre pero llevando el juego a un punto más extremo, estoy junto a él, como buen dominante él cuidará y velará por mi, a fin de cuentas es mi pareja y yo detrás de esta alma de sumiso soy persona, si no pudiera continuar más estoy seguro que se daría cuenta, tengo que esforzarme, tengo que esforzarme… Tengo… Que… Esforzarme… -. El sueño le venció y se quedó dormido finalmente

Al día siguiente, justo despues de desayunar, recibió un mensaje en el D- terminal de Daisuke, lo leyó todo muy detenidamente

-” Querido sumiso, llegó el día de nuestro encuentro, en una hora pasaré a recogerte a tu casa, quiero que cojas una bolsa y en ella lleves dos cosas, tu hermoso traje de sirvienta que me vuelve loco y tu alma de sumiso completa, te ordeno que te comportes como un buen sumiso y no me retes a nada de lo contrario no saldrá como yo lo tengo planeado, esto que vamos a hacer es un acto de amor profundo que yo siento hacia ti, los dos vamos a vivir lo mismo y debe de salir todo perfecto, te amo, mi sumiso, mi amor, mi vida, mi mejor amigo, tu dominante”

Daisuke se metió completamente en el papel de dominante, eran unas palabras totalmente inspiradoras y eso hizo inquietarse aún más a Ken, el tiempo de espera se le estaba haciendo totalmente eterno, se sentía muy muy nervioso y a la vez excitado, su cabeza le hacia pensar en Daisuke más de la cuenta y el deseo de hacerlo todo bien, pensaba que esta situación le podía superar y no sabía si iba a controlar sus propias emociones, pero él mismo eligió hacerlo y debía hacerlo.

No quería ser así, no quería depender tanto de él, no quería tener los pensamientos tan alterados, para relajarse pensó en tomar una buena ducha y es lo que hizo.

Se estaba duchando con Daisuke totalmente en su cabeza, no sabía porqué pero su cabeza le hacía pensar en él constatemente y en el momento en el que el le arrastrase a su infierno de más infinita perversión.

Mientras las gotas de agua caían sobre su cuerpo se imaginó una escena, él atado sin poder moverse y Daisuke metiendo cada uno de sus dedos en su ano, causandole cinco orgasmos seguidos y varias eyaculaciones, el ambiente ayudaba… o no ayudaba… pero el vapor de agua y la sensación de calor le animaban a tocarse y a masturbarse, no debía hacerlo… No podía hacerlo, su cuerpo pertenecía a Daisuke no a él, si lo hacia cumpliria una de las normas de los sumisos

– No puedo evitarlo… Lo siento… Daisuke… Mi amo… Pero vives de forma… Ahh… Ah… De forma… Ahh… Daisuke… Daisuke… -. El mismo se metió un dedo su ano y una mano empezó a masturbar su propio pene

– Daisuke… Daisuke… -. Gemía el nombre de su amor, sabiendo que estaba imcumpliendo una norma, pero afoerunadamente no llegó a eyacular,

Daisuke llamó a casa y su madre abrió la puerta

– Ken, es Daisuke, ¿Puede pasar?

– Mmm Salgo enseguida, dile que espere

Su pene esta erecto pero lo supo disimular bien poniendose la bolsa tapando la erección, con mucha prisa salió de la ducha y de su habitación, se despidió de su madre idicando que volveria más tarde y se fueron

Por el camino, Ken estaba muy serio mirando en todo momento al suelo con la bolsa tapandole la entrepierna

– ¿Porqué estás tan serio?

– No, no es nada -. Mentía, por supuesto que pasaba algo y debía contarlo

– ¿Te preocupa algo de lo que vaya a pasar en los próximos minutos? Creo que ya sabes que si ninguno de los tuviese la capacidad de seguir todo terminaría pero creo que tambien debes saber que entre el dominante y el sumiso no deben haber secretos para una buena comunicación

Daisuke tenía mucha razón, Ken estaba haciendo las cosas mal y debía contarlas, le daba igual si después de esto venía un castigo,

– Lamento ser un fracaso como sumiso

– ¿Qué?

– Necesito estar con la conciencia tranquila y que no haya incomodidades entre nosotros así que te lo voy a decir, me desperté muy tranquilo pero después de leer tu mensaje los nervios se apoderaron de mi cuerpo, y en mi mente tu aparecias todo el rato, quise darme una ducha pero inconscientemente aparecias de forma mas salvaje en mis pensamientos, imaginé lo que me gustaria que me hicieras y… casi eyaculo en la ducha. Me masturbé a mi mismo, lo siento Daisuke, lo siento mucho

– ¿Y por eso te tapas con la bolsa? ¿no quieres que vea tu erección?

– Así es… me siento sucio porque he tocado un cuerpo que no me pertenece

– Déjame ver tu erección.

Ken se apartó la bolsa y del pantalón sobresalía un pequeño bulto, ahora menos visible conforme pasaba el tiempo

– Eso es ser un sumiso desobediente

– Lo sé, lamento tener esta dependencia de tí.

– Mereces un castigo

– tambien lo sé, haz conmigo lo que quieras.

– Ya queda muy poco para llegar al sitio que he elegido

– ¿Qué sitio es?

– Tú solo acompañame

Andaron un poco más y unas cuantas calles más del apartamento de Ken entraron en una calle que daba a una mansión vieja abandonada, no vivia nadie allí, era un buen lugar

– ¿Y esto? -. Preguntó Ken

– La vi hace unos dias cuando daba una vuelta por tu barrio, al no ver nadie entré y vi que estaba abandonada. Lo tiene todo para pasar un buen rato, ¿Entramos?

– Está bien…

Los dos cogidos de las manos entraron dentro de la casa abandonada sin ser vistos.

El ambiente en la casa era de dejadez y de completo abandono, ayudaba mucho porque así, nadie se atrevería a entrar

Ken miraba alrededor agarrado a la bolsa como si su vida dependiera de ello, Daisuke le acarició una mano y le dijo

– ¿Estás preparado?

Se quedó en silencio unos minutos y respondió

– Prometeme que si no pudiera continuar más te darás cuenta

– Por supuesto, tu seguridad y la mía esta ante todo, no te preocupes, mi amor -. Le acarició de forma muy dulce para volver de nuevo a decir, ahora como dominante

– Agachate un momento

Ken obedeció dejando la bolsa a un lado y se puso a los pies de Daisuke

– Quiero que como número final, tengamos una lluvia dorada, ¿estás dispuesto a que tu cuerpo se llene de mi orina?

– Estoy dispuesto

– Si dijera que debes bebertela, ¿lo harias?

– Por usted señor, lo que sea

– Tienes miedo

– No tengo ningún miedo, usted con sus palabras me hace sentir en completa seguridad

– Los dos queremos esto, ya no hay escapatoria

– No quiero escapar, deseo sentir mil y una sensaciones con usted

Daisuke deseaba empezar asi que le dijo

– Mírame sumiso

Ken alzó la cabeza y los dos se miraron a los ojos

– Ponte delante de mi el traje de sirvienta, desnudate y pontelo

– Como usted quiera, mi señor, estoy aquí para complacerle.

Se incorporó y dió varios pasos hacia atrás quitandose poco a poco toda su ropa, sin rechistar, sin quejarse, delante de Daisuke quién permanecía con una expresión de dominación absoluta tratando de ocultar sus perversiones, las iba a hacer realidad y debía hacerlo con toda la calma del mundo, hasta el límite, hasta que el cuerpo de Ken no pudiese más debido a la sangre o las gran marcas de las cuerdas

Al quedarse desnudo, Daisuke ordenó

– Quédate quieto un momento

Ken se quedó estático, su pene ahora estaba en baja posición y su cuerpo estaba calmado, su dominante quiso saber por su bienestar

– ¿Estás nervioso? -. Al mismo tiempo le acariciaba la extensión del pene

– No estoy nervioso porque estoy a su lado, mi señor, usted cuida de mi alma mente y cuerpo -Contestó mientras las caricias familiares de Daisuke le hacian estar más calmado

– Haces muy bien, yo superviso por tu bienestar físico y emocional, puedes ponerte el traje

Se alejó y Daisuke cogió la bolsa, agarró el traje de sirvienta y en un minuto ya lo tenia puesto, todo era igual que la otra vez, las medidas del vestido se ajustaban a su perfecto cuerpo afeminado, la diferencia que ahora no llevaba brsguitas de mujer, su pene estaba al aire pero apenas se notaba por la tela gruesa del vestido

Daisuke se acercó hasta él más, fué por detrás, olió su aroma, su dulce piel, su espalda estaba totalmemte desnuda y libre del vestido así que aprovechó para hacer con su dedo un camino por la columna vertebral dedicandole tiempo a cada hueso de la columna, sobre todo los omóplatos, amaba tanto volver a verle así que lentamente con una mano le agarró de la cintura y con la otra empezó por la clavicula y termino llegando a la garganta, provocando que Ken echase la cabeza hacia atrás, hindiendo su cabeza en el hombro de Daisuke

– Echaba de menos verte con este traje, ¿recuerdas cuando te avergonzabas de llevarlo puesto? -. La mano que estaba en la cintura fué lentamente bajando, ahora iba por los muslos, casi acabando con el vestido

– Si señor, sí -. La mano de Daisuke en su piel le hacia tener escalofrios

– Dijiste que nunca más lo volverias a usar, pero nunca debes decir nunca, de nuevo este vestido y yo nos encontramos, y me invita a hacer locuras

-. La yema de sus manos tocaron con suavidad el frenillo del pene de Ken, notando que estaba en posición baja, al estar empezando a ser sensible,

Ken cerró los ojos.. No quería sentir, pero…Daisuke le hacía sentir mas de mil maneras en un solo segundo

– Tú y este vestido sois uno, estás listo para dejarte llevar? Te haré llorar, querido sumiso, te haré sangrar… Mmm… Tu cuello… Tan delicioso… blanco y aromatico… me vuelve loco -. Daisuke tenía su atención y su caliente respiración en el cuello de Ken, Este se iba excitando poco a poco, cerraba los ojos más y alzaba la mano para intentar acariciar el cabello de su chico como forma de agarre ante el inminente placer que llegaba.

Daisuke capturó su mano y la agarró fuerte a la suya

– No te agarres a nada, tampoco tienes derecho a agarrarte a nada, ¿Me oyes?

– Entendido, mi señor, pero… Sus manos… Sus manos en mi zona húmeda… Mmmm

– ¿Ya estás excitado? Me gusta que ya te estés excitandote para tu señor -. Su boca permanecia en el cuello dandole pequeñas lamidas mientras una mano seguía haciendo su trabajo en el pene y la otea fué directa a uno de sus pezones a traves de la tela del vestido, lo manipuló uno de ellos retorciendolo y Ken aguantando las ganas de gemir descansó su cabeza en el hombro de Daisuke apretando los ojos y empezando a soltar las primeras lagrimas

– Me gustaria que gimieses, que te dieras por vencido, quiero que pierdas la apuesta, se que tu venganza será fuerte pero por otra parte me encanta verte llorar, sufrir. Esto es solo el principio, deseas que pare con este sufrimiento y vaya a otra zona de tu cue… -. Oh… que es esto? Mi mano se ha mojado, te acabas de correr en mi mano

– Usted me hace correrme por mi cuenta… Su voz es poderosa

– Mmm está caliente, siente tu propio esperma, mira, mira -. Le restregó varios fluidos de semen por el rostro y un poco más por la garganta, era la primera humillación de Ken.

– Por cada vez que eyacules el esperma va a parar a tu cara, es tu castigo por masturbarte, recuerda que tu cuerpo me pertenece

– obedezco su orden, mi amo, me lo merezco

– Eres “una zorra mala” que solo piensa en el sexo

– Lo soy, lo soy… Lo so… -De nuevo la mano de Daisuke masajeó el pene soltando pequeñas cantidades de esperma, las recogió y se las entregó en el rostro

– Me pones tan cachondo… Mmmm ¿Sabes? Quiero morder, adivina donde van a ir a parar mis dientes

Hubo un intervalo de 10 segundos donde el silencio se hizo presente, un silencio que le hacía acelerar el corazón a Ken y a la vez le excitaba.

Tras ese silencio llegó lo esperado

Daisuke agarró con fuerza las dos manos de Ken poniendolas a su espalda apretó su cuerpo junto a él, apretujandolo y le mordió el cuello como si de un vampiro sediento de sangre se tratase, Ke cerró los ojos mucho más, sentía como los dientes de Daisuke apretaban en su carne con mucha rabia, parece que era como una venganza por todad esas veces en las que Ken tenía el dominio sobre él, ahora era su turno y no iba a parar hasta dejar arte en su cuerpo, era su forma de demostrar amor

– Señor… Sus dientes… Su amor… -. Las piernas de Ken ya empezaban a temblar y su respiración se entrecortaba a momentos

El mordisco seguía en el cuello mientras Daisuke cuando no mordia, lamía y escupía en la zona, poco a poco aquella parte se estaba convirtiendo en un tono morado contrastado con el blanco pureza de Ken.

Daisuke se detuvo, cuando vió que obtuvo lo que quería, un rasguño de sangre en el cuello de Ken

– Y esto, mi sumiso, es arte, algo que nadie más que yo puedo hacer, mi amor está en esta herida, esto es pasión y al mismo tiempo un castigo, que debes hacer la proxima vez que te calientes pensando en tu señor?

– Esperar a que usted me use como quiera

– Te gusta mi obra de arte en tu cuello, mira que deliciosa sangre, puedo hasta dibujar con ella -. Daisuke se río y con lo poco que salía del cuello hizo un corazón en pleno esternón de Ken que era muy visible.

– Agachate de nuevo, es hora de decorar tu cuerpo

Ken se agachó, se sentía humillado totalmente y con dolor pero debía aguantar, queria ganar la recompensa sería muy satisfactoria para él

– No te muevas, quedate quieto, sucio pervertido

En otra ocasion, Ken le hubiera reclamado que él no era nungún pervertido pero esta vez solo agachó la cabeza tragando y masticando aquellas palabras tan malsonantes para él

Daisuke volvió con unas cuerdas y un collar de cadenas, se puso de rodillas para estar a su altura y le dijo mientras le acariciaba la garganta de forma sútil al mismo tiempo que volvía a mordisquear la misma zona del cuello de antes donde ya apenas salía sangre pero el de encargó de nuevo en que apareciera escupiendo mordiendo y con sus labios llevamdose un buen trozo de piel y carne mientras Ken simplemente respiraba.

– Como me pones… Tus bellos ojos están muy pendientes de mi… Y tu actitud es tan morbosa..vamos a disfrutar un poco más, dejate amar por mi.

Mientras le ponia el collar de cadenas, le iba besando la sangre en forma de corazón que estaba en su esternon, Daisuke lo disfrutaba porque Ken estaba tan tenso que sus huesos y músculos eran más visibles en su cuerpo

– No estés tan asustado mi pequeño sumiso, todo esto es con amor puro

Se levantó dejando a Ken todavía en el suelo, fué detrás de él y se inclinó para decirle en el oído mientras le ataba con las cuerdas

– Te amo.

Ahora que estaba más indefenso que antes, Daisuke besó su clavicula, lamiendo y mordiendo en el lugar de nuevo con bastante tiempo y dedicación, la lengua de Ken se relamía de placer, se estaba muriendo y no podía agarrarse a nada, le hacía perder el conocimento esa situación, tanto que en un momento de confusión mientras Daisuke empezaba ya a morder en la piel dijo

– Daisuke… -. No podía evitar susurrar e nombre de su chico lo amaba y tenerle dejando marcas de amor es lo que más deseaba tener.

El dueño del nombre le agarró del pelo y le dijo levantandole el vestido y dandole cuatro palmadas muy fuertes en sus nalgas

– Ese NO es mi nombre, no me enfades, y dí bien el nombre de tu amo, !Perro! -. Le empujó con rabia mandandole al suelo quedando boca abajo

Con las manos atadas, Daisuke se unió a él y le agarró fuerte del collar de cadenas poniendo a Ken de nuevo en posición de rodillas y ahogandole un poco con la cadena, solo cuando Ken empezó a soltar lagrimas y a toser un poco Daisuke respondió

– Es tu castigo, ¿Te duele?, vamos, contesta !Te duele! !! HABLA!!

– N- N..- no me duele -. Contestaba entre lagrimas y casi en la asfixia

– ¿Porque pronuncias mi nombre? Está prohibido decir mi nombre -. Le atraía hacia él con la cadena, Ken y su cuerpo temblaban pero tenia fuerzas para decir alguna que otra palabra de forma muy tranquila

– Usted provoca muchos sentimientos en mi, lo siento si usted causa en mi muchas emociones

Pero a Daisuke le estaba excitando ver a Ken medio magullado y con espasmos y emblores, le ponía cachondo esa situación, le veía y como que le quería hacer más daño.

Se levantó, tiró de la cadena haciendo que Ken tambien se levantase le atrajo hasta él, se quitó de en medio y con un empujón lo mandó al sillón mas cercano cayendo Ken en el asiento del sillón con su culo envuelto en el vestido expuesto a Daisuke

Este se puso de rodillas de nuevo, levantó la tela del vestido y le dijo acariciando sus nalgas

– Mereces que te la metan muy adentro solo por haberme llamado por mi nombre, y a mi me pone muy cachondo ver la sangre correr, dime que tú quieres lo mismo

– Todo lo usted haga con mi cuerpo es poco para lo mucho que yo lo amo. Haga conmigo lo que quiera, necesito aprender la lección -. Ken ya sabía lo que venía y se estaba preparando psicologicamente aunque con Daisuke nunca se sabía porde iba a salir.

Este último se incorporó dejando a Ken expuesto con su culo, se puso al lado de uno de los sillones y sus manos expandieron un poco más sus nalgas para dejar ver ese hermoso y sensual ano dilatado abierto de antes

Escupiendo directamente en el agujero y bañandolo con saliva con un dedo suyo

– ¿Recuerdas esa noche en el hotel? Estabas tan cachondo… Tan caliente de que te la metiese… ese cubito de hielo hizo maravillas… Mmmm -. Cada uno de sus dedos jugaba en la entrada del ano, estaba justo en la entrada pero no lo metía en el interior… Aún, jugaba al despiste, Ken seguía en el sillon, maniatado, esperando el mortal ataque, sus piernas temblaban un poco producto del placer

Pero Daisuke no quería retrasar el dulce momento más así que prosiguió

No respetó a Ken y a sus gemidos en ningún momento, a cada dedo metido, Ken jadeaba porque Daisuke arremetía con fuerza, y sin lubricar, todo de forma muy directa, metía un dedo y lo sacaba y entraba sin piedad

– Señor… Ahh… Ahh Ahh…

– Gime más, no estoy conforme

Metió tres dedos dando vueltas alrededor y adentro, su intención era meter el puño, y lo conseguía, además iba a una velocidad de vertigo, todo iba muy deprisa, sin descanso, Daisuke lo disfrutaba, Ken gritaba lloraba y gemía al mismo tiempo, para Daisuke era muy placentero el ver a Ken llorar, era como que deseaba verle sufrir

– Te gusta sufrir… siempre has querido sufrir, sufre más… sufre, siempre has sido un desgraciado, vamos, correte para mi mientras sufres, vamos vamos -. Empezaba a sudar porque el calor que Ken tenía mas los fluidos le llegaban a él, al final los dos sudaban y la adredalina era muchísimo más grande y fuerte, el ano de Ken se derretía era un constante el y salir y entrar de fluidos

Pero no acababa aquí, cuando terminó con una mano era el turno de la otra, la misma operación, sin lubricar porque ya no hacía falta, metió esta vez todos los cinco dedos dentro, al fondo, casi hasta llegar a tocar la punta de la próstata del pene de Ken que no paraba de gritar, de gemir, nadie iba a buscarle, nadie le iba a oir, podría estar así hasta quedarse sin voz

Despues de los 5 dedos, fue entrando uno detrás de otro, dejando el agujero del ano más dilatado, mas abierto, Daisuke se estaba consumiendo en el placer, estaba en todo lo alto, tanto que mordió las nalgas, una cada una, apretando con fuerza con ira, acompañado de fuertes nalgadas en cada una.

El resultado, marcas rojas de sangre, huellas de manos marcadas y chorro de fluidos cayendo por los testiculos de Ken con un agujero aún más abierto y dilatado que antes, le habia abierto el ano un poco más, todo mientras Ken intentaba respirar mientras temblaba y sin parar .

Y todavia Daisuke no estaba conforme, le ponía demasiado ver a Ken sufrir, ese ano… ese culo tan perfecto para él

– Dios… tu culo… Tu jodido culo. Me vuelves loco, no lo puedo evitar, quiero metertela, quiero hacerlo

Se desabrochó el pantalón hasta tenerlo en los tobillos, y sin lubricar su pene que estaba demasiado rojo y grande apunto de estallar, lo metió de forma directa, aunque Ken casi no lo notó, estaba tan cansado de tanta diltación que apenas se dió cuenta de que el pene de Daisuke ya estaba dentro, solo se dió cuenta cuando Daisuke puso sus manos en el espaldero del sillon y empezó a empujar de nuevo con fuerza, Ken estaba aprisionado, entre el sillon y el pene de Daisuke, estaba enjaulado y al mismo tiempo maniatado, lo unoco que podía hacer era resistir cada golpe y fuerte embestida hasta que Daisuke se cansase

Las embestidas eran fuertes, directa, empujaba con un golpe seco, haciendo que el sillon pegase un fuerte bote y Ken gimiera de dolor, el pene de Daisuke estaba muy adentro, muy hondo pero hasta este ultimo estaba aburrido de tanta embestida suave, quería fuerza y dominio asi que durante los proximos 5 minutos, fueron minutos donde Ken creía que iba a morir directamente, la cadera de Daisuke iba a un ritmo frenetico empujaba mucho, y solo una vez eyaculó en el ano de Ken, el semen salía del ano de Ken con facilidad, contrastado con los suyos propios, todo era una mezcla muy caliente, Ken se quemaba con esos fluidos que le hicieron tener un orgasmo allí mismo, estaba bañado e sudor, brillaba su piel y las gotas de sudor resbalaban por su espalda y sus piernas al igual que algo que mató a Daisuke de placer, habia penetrado hasta perforar casi la prostata de Ken que un hilo fino de sangre caía por los muslos de Ken manchando el suelo y el poco esperma que caía en el suelo

– Mmm sangre -. Daisuke se agachó para saborear la rica sangre del ano de Ken cmezclada con semen, eso mientras Ken temblaba y tenia espasmos en sus piernas no se podía mantener ni de rodillas ni de pie, estaba muerto literalmente, pensando hacia si mismo que debía haber acabado con esto cuando tuvo la ocasion, el estar maniatado y el no tener drecho a quejarse jugaban en su contra y sabia el deseo desmedido de Daisuke sobre él, se sentía mal. Pero no lo podía expresar, solo darle las gracias

– ¿Algo que decir?

– G… Gracias… grac… gra… c… ia… s señor… Po… r s… u ca… stig… o

Se podía decir que hubo una violación, pero todo era bajo consentimiento, no habia derecho a quejarse.

Pero todo lo que sube baja, y la tormenta debe amainar para dar paso a la calidez del amor.

Se puso a su lado y le ordenó

– Levantate

Ken hizo el esfuerzo pero no podía, la embestida fué tan fuerte que literalmente habia perdido la capacidad de andar

Daisuke se agachó para estar a su altura y le cogió de la barbilla haciendo que le mirase a los ojos, los dos se miraron pero Ken estaba muy debil, estaba claro lo que venía ahora

– Vamos a descansar.

Daisuke sentó en el sillón y Ken se quedó quieto, mirandole con una expresión de agotamiento y con los ojos completamente rojos, su rostro brillaba entero por el sudor al igual que todo su cuerpo, su ano escocía, sentía como algo bajaba por sus tobillos al suelo, miró para comprobar que una fina hilera de sangre había en el suelo

– Mírame

Ken obedeció, aunque estaba agotado, en su mirada había una chispa de rabia

– ¿Qué es lo que te dije antes de empezar?

Ken no contestó, sólo le miraba, para Daisuke eso significaba una cosa, le estaba retando con la mirada y con las no palabras, le agarró de la cadena del collar atrayendolo a él

– Te dije que no me retases, aquí el que domina soy yo ¿Te enteras? Bastante has hecho con masturbarte sin mi permiso

– Lo siento -. Contestó Ken con una voz tímida

Daisuke lo veía tan desvalido que se apiadó de él

– Ven aquí, apoya aquí tu cabeza, voy a cuidarte

Ken obedeció una vez más, puso su cabeza en los muslos de Daisuke, necesitaba una buena relajación, se acomodó y rezó mentalmente para que al menos unos minutos todo disminuyese, pero parecía que Daisuke no tenía esa intención

Mientras acariciaba su cabello un dedo tocaba el agujero dilatado al tamaño casi de una pelota de ping pong entre suaves caricias y sintiendo un poco de sangre en sus manos

– Este es el resultado de tu entrega, sabes a deseo, a pasión, sabes muy bien como entregarte, eres un buen sumiso a pesar de todo

Ahora con sus uñas arañó un poco una de las nalgas haciendole daño a Ken, estaba tan sensible que todo le dolía aunque fuesen acciones pequeñas

– Fué intenso todo ¿Verdad?

– Sí.

– Sí Qué -. Apretó un poco con el collar

– Sí, mi señor -. Ken no deseaba hablar, queria estar en silencio, recuperarse de la violación

– ¿Te gustaron mis embestidas especiales?

– Era un regalo que yo merecía, me alegro de que haya sido usted quien me lo haya hecho -. Interiormente, Ken necesitaba llorar, no quería continuar con el juego pero debía aguantar

– Temblabas mucho, pero es por lo desconocido y lo deseado, sentir algo nuevo, es algo que tú y yo queríamos, por fín fue una realidad

Ken seguía callado, quería hasta dormir, tenía sus ojos cerrados

Daisuke a pesar de la situación, conocía a Ken y sabia que esto había sido muy humillante para él, mentalmente pensó

– << Gracias por aguantar, se que me he pasado contigo, pero es lo que me haces sentir, aguanta, me esforzaré para ser un buen sumiso para ti<<

Y hablando abiertamente dijo

– ¿Necesitas algo?

Ken necesitaba decirlo

– Tengo sed, quiero beber

– ¿Cuando dices que tienes ganas de beber te refieres a esa manera especial?

– Sí, quiero beber de su fuente dulce, mi señor, usted me da la energía que necesito

Y llegó el momento donde empezó esta historia, con Ken tragandose el pene y todo el esperma de Daisuke despues de haberle violado salvajemente y haberle dilatado aún más el ano

Ahora se encontraba en una lucha constante por poder sobrevivir, tenía el pene de Daisuke en su boca, tragandoselo entero, Daisuke le tenía agarrado por la parte de atrás del cabello y le empujase desde la parte de atrás de la cabeza para que siguiera chupando, la excitación de ver a Ken atado excitaba a Daisuke y cada vez más fluidos aparecían en la boca de Ken, estaba con las mejillas rojas, su cara estaba roja, y cerraba los ojos por las embestidas contra los huevos de Daisuke.

Hilos grandes de saliva separaran su boca del pene cuando Daisuke le dejaba descansar, al cabo de unos minutos, todo volvía de nuevo, chupaba y chupaba y su respiración se volvía más salvaje.

Al fin todo terminó, ahora Daisuke puso su pene en plena cara de Ken…en sus mejillas, y el esperma caía por su cara.

– Mírame

Ken miró a Daisuke todo cubierto de semen, para Daisuke eso era lo más sexy de la tierra y continuó echando más esperma por su cara, Ken estaba tan cansado que su baba le caía por la garganta, bajaba por el cuello y se perdía en la tela del vestido dejando ver sus pezones completamente erizados

Otra cosa más que excitó a Daisuke, ver sus pezones, en un instinto salvaje, le arrancó la tela del vestido donde se divisaban sus magnificos pezones rectos y muy llamativos, ahora mojados por el sudor y por el esperma que caía sobre ellos

-Me apetece verte ahora con los ojos cerrados ¿Confías en tu señor?

– Lo he hecho hasta ahora, hasta el final con usted

Le dió un beso posesivo y le dijo acariciandoñe la barbilla

– Gracias

Se puso detrás de él y le vendó los ojos con la tela de su vestido, ahora, además de maniatado, estaba ciego, sin ver, más placer para Daisuke, un Ken indefenso es lo más caliente que podrá ver.

– No te muevas y siente el amor que tiene tu señor para ti

Ken se quedó inmovil y de repente todo fué silencio, se oía a si mismo su corazón bombeandole el pecho, nunca se había sentido tan impaciente pero todo cambió cuando sintió algo mojado toxando la punta de su pezón, era el pene de Daisuke, dandole donde más placer le daba, en los pezones

Un pene erecto con esperma caliente tocando los pezones erectos, Ken se moría de la excitación pero aguantaba el gemir, quería disfrutar sin gemir algo que Daisuke no estaba de acuerdo, necesitaba ver su sumiso gemir un poco o llorar de placer

– ¿No te da placer tener mi pene tocandote?

– Es placentero, quiero disfrutarlo

– Lo siento. No estoy de acuerdo. Quiero que gimas, y lo haré de la manera que sea

Apartó su pene y ahora jugó con sus manos, con cada una tocó cada pezón apretandolos y estrujandolos

Ahí Ken si se retorció un poco, aunque tenía la tela del vestido puesta..apretaba sus ojos por el dolor y al final consiguió Daisuke algo… que de los ojos de Ken apareciesen lagrimas de dolor, pero sin quejarse, Ken estaba dispuesto a todo con tal de ganar, algo que no gustó a Daisuke

– ¿Porqué no gimes? Quiero que gimas… que llores… maldita sea

Mordió cada pezón con agresividad extrema, se los quería arrancar pero no conseguía nada de eso, mientras más mordía, Ken lo unico que hacía era llorar en silencio

– Estás ganando la apuesta, eres más astuto de lo que yo creía y por eso te amo, pero veremos de lo que eres capaz de aguantar con esto.

Dejó a Ken a solas un momento en medio de todo el caos, estaba arrodillado, maniatado, violado, dilatado, con hilos de sangre en el suelo y sus pezones rojos con marcas de dientes, fisicamente estaba agotado, Daisuke lo había usado como lo que era él ahora midmo, un objeto, todo por amor, por otra parte, pero interiormente estaba orgulloso de si mismo por aguantar cada embestida y cada hilo de dolor

Al mismo tiempo sentía miedo por lo que iba a ocurrir en los proximos minutos

Daisuke apareció con algo en sus manos, Ken no lo veía pero se sentía nervioso y más cuando escuchó decir

– Vamos a llevar este amor mucho más allá, demuestrame lo que me quieres de forma especial.

Se puso de rodillas para estar a su misma altura y le dijo

– Túmbate en el suelo, a cambio te desataré las cuerdas

Y para que viera que iba muy en serio, le desató dejando libre las manos llenas de marcas, había apretado mucho y aún sin ellas, Ken todavía sentía la presión de sentirse atado

– ¿Te duele? -. Preguntó viendo sus marcas y tocandolas dulcemente

– No, estas marcas reflejan el simbolismo de estar atado a usted, mi señor.

Daisuke sonrió acercandose a él y le acarició la barbilla mientras le iba empujando al suelo para tumbarle

– Esto es amor puro, se vea de la manera que se vea, y yo hoy siento más amor por tí, tu actitud de entrega con el cuerpo es maravillosa

– Sólo hago lo que mi alma y usted mi señor me dicen hacer, es mi deber

Ken acto seguido se tumbó aún con los ojos cerrados y de nuevo Daisuke ordenó

– Levanta el vestido, es más… Quiero que te lo quites, ya he disfrutado plenamente de él, ahora quiero ver tu cuerpo desnudo

Ken se incorporó un poco y con los ojos atados se quitó el vestido lentamente, brillaba por el sudor y por sus muslos habia unas pequeñas manchas de sangre más hilos finos de semen por el pene añadiendo las marcas de la cuerda que adornaban sus manos

– Me siento orgulloso de hacer una obra de arte con tu cuerpo.

Se levantó ahora, teniendo el cuerpo de Ken debajo de él, entre susurros le dijo

– Has llegado al límite de lo que tenias que llegar sin derecho a quejarte, esta vez voy a ir más lejos, en cualquier momento puedes detener todo diciendo la palabra que te voy a decir

Le susurró algo de forma rápida en el oído, algo que Ken entendió a duras penas, sólo oía el latido de su corazón latiendo deprisa

Daisuke empezó con el ritual, echó sobre el pene y alrededor, un poco de cera caliente de una vela que habia en una mesa vieja, la vela estaba encendida cuando llegaron, él solo tenía que apagarla y verter la cera, Ken sintió escozor placentero, podía aguantar, sentía una masa caliente en todo su pene

Ahora lo esparció por el cuerpo, por el vientre, ombligo hasta llegar al esternon, Ken no se quejó pero alzó su mano para unirse a la mano de Daisuke, el le dió la suya y observó las expresiones de Ken que era puro malestar pero no se quejaba para nada, eataba aguantando a pesar de que la cera ardiendo en su cuerpo dejaba humo y su piel estaba roja y poco a poco irritada

– Tu amor por mi es más fuerte de lo que pensaba, gracias sumiso, tu entrega me hace ser el hombre más feliz de la tierra

– todo por usted, mi señor, quiero demostarle cuanto le amo, no me deje caer, mi mano agarrada a la suya simboliza todo

– Siento tu fuerza e ilusión, sigue hasta el final, quiero ver lo que aguantas.

Ahora Daisuke llegó a la cara de Ken

– Abre la boca, recuerda que puedes detener todo en cualquier momento

Ken la abrió decidido, pero en cuanto la cera entró ardiendo en su boca comprendió que debia parar, la sustancia era muy espesa y tenía miedo de ahogarse, aparte había leido que la cera de la vela es perjudicial para tragarsela.

Sentía un fuerte agobio, su cuerpo le pedía parar pero él quería más, Daisuke insistía metiendo más cera en su boca poco a poco y Ken se estaba

Quemando la boca gratuítamente, fue en ese momento cuando decidió parar todo diciendo la palabra clave

– !STOP! -. Así, sin más, de forma rápida y contundente, aparentando tranquilidad

Daisuke detuvo el juego, todo dominante debía cuidar de su sumiso y respetar el límite de este último.

Apartando la cera lejos de los dos, le dijo

– Has hecho muy bien, pero deberías haber detenido todo hace unos momentos cuando la cera te abrasaba el cuerpo

– Quería demostrar hasta donde soy capaz de llegar

– Debes estar fundiendote en el dolor, ¿No es así?

– Escuece, pero creo que soy capaz de soportarlo

– Quiero unirme a tí, ¿te apetece una ducha especial? Es la recta final, esto termina aquí.

Ken entendió lo que Daisuke estaba diciendo con eso, la lluvia dorada llegaba, ahora era su turno

– Ducheme de su fuente, señor, es lo que necesito

– No abras la boca

Dejó a Ken tumbado y Daisuke puso su pene debajo del cuerpo de Ken estando él arriba, el cuerpo de Ken estaba medio húmedo pero al cabo de unos minutos su cuerpo se lleno de orina de Daisuke, algo como muy caliente y con un olor un poco desagradable le hizo quitar toda la cera del cuerpo, ya estaba completamente mojado y olía a la esencia de Daisuke

Este habiendo finalizado el ritual, se puso de rodillas encima de Ken le quitó la tela del vestido y le abrazó, ya siendo él mismo

– Gracias, Gracias Ken por darme el mejor acto de amor del mundo

– A pesar de todo… fué increible, sabes Daisuke? Estoy orgulloso de mi mismo y de mi capacidad para aguantar

– Siento mucho la sangre el dolor y las heridas que te he causado pero es que cuando experimentas esa sensacion de dominacion extrema es algo que no puedes controlar

– Quiero sentirlo… una proxima vez

– Lo harás, has ganado, y bueno… de paso te dilaté más el culo que es algo que llevaba deseando hacer bastante tiempo

– Quiero hacerlo yo ahora, ¿podras resistir todo lo que pase por mi mente?

– No me importa morir violado por mi amo y señor -. Daisuke empezó a hablar ya como un verdadero sumiso para la proxima vez que tuvieran un encuentro salvaje

– Cuando me recupere de mis heridas, tendremos una noche sin igual, ahora… Me gustaria volver a casa, estoy sucio quiero ducharme

– Hueles y sabes a mi completamente. Es sexy

– Te amo, hoy todo esto entre nosotros se ha hecho más fuerte

Se besaron, y tras esto, Daisuke acompañó a Ken a su casa, le cuidó y mimó hasta que los padres de Ken volvieron a casa, Daisuke volvió a su hogar feliz de haberse comportado como un perfecto dominante y pensando en la próxima vez como un buen sumiso, irá hasta el límite y si es posible.. Un poco más allá

Por Ken será capaz de aguantar el dolor más sangrante del mundo.

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