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Victoria, a tus pies. (Parte II)

Gracias por los votos y las visitas de mi primer relato.

Aquí va la continuación. Si os sigue gustando me plantearé contaros más anécdotas.

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1

12 de Julio.

Vicky, mi dueña.

Tras aquella tarde inolvidable, sus ojos cambiaron, ya no me miraba de la misma forma y las últimas semanas de clase las acabamos sin apenas hacer contacto visual. Quizás se lamentaba de aquello, quizás alguien se dio cuenta, quizás tenía novio… No lo sabía. Todos nos dispersamos tras la entrega de notas y certificados.

Llevaba dos semanas de verano desperdiciadas, había estado en casa y salvo excepciones, solo salía para hacer la compra y volver o para ir a la casa de algún amigo y pasar la tarde viendo el mundial. Ya no me motivaba nada, pensaba que tras aquella tarde al fin se había acabado mi miedo con las chicas, que al fin iba a cambiar todo ahora que podía tener una “relación”… pero iluso de mí, seguro que sólo lo hizo para anotarse a otro chico en su libreta de “ligues”, yo era un número más y me había dejado embaucar.

Envidiaba a aquellos musculosos guaperas que iban por la calle con varias chicas al lado, todas atractivas me decía… Y yo… Yo era el último eslabón… nadie se fijaba en mí.

Hoy iba a ser un día más, me levanto a las 8, doy un paseo con el perro, vuelvo a casa, desayuno, a las 11 voy de compras, vuelvo a las 13, como, llegan las 16, veo el partido de España contra Ghana y así iba a pasar la tarde… pero el día había empezado con un calor infernal, de aquellas mañanas que parecían mediodía, ni pude pasear al perro ni pude salir de compras… Solo me quedaba tumbarme en el sofá, con el ventilador al lado y pasar la tarde chateando por Facebook. 

Yo: Manuel bff ¿Te has fijado que calor hace hoy macho?

Manuel: Sí, sí verdad… Yo no puedo aguantarlo más

Yo: Yo estoy con 2 ventiladores jajaja

Manuel: Jajaja eh pues hoy voy a ir con los chavales a las piscinas, vente con nosotros.

Yo: ¿Hoy? ¿A qué hora? Juega España.

Manuel: Después de comer, han instalado unas teles en el bar de las piscis, ahí podremos ver el partido.

Yo: Genial entonces, ¿Dónde nos encontramos?

Manuel: En el puente, a las 14.

Al fin, salir un poco de la rutina me decía, más por necesidad que por diversión. Aquel calor no era normal, me apetecía meterme en agua fría y no salir.

Tras comer pronto, salgo de casa a las 13:50 y en cinco minutos llego al puente, estaba ansioso y no quería llegar tarde y que me esperen al sol… Y parece que ellos tampoco querían que yo esperara… Los veo saludándome.

-Me han dicho que las piscinas están abarrotadas, sobre todo por el partido – dice un amigo de Manuel.

Ya me lo esperaba, dije yo mentalmente. Nos ponemos a andar y en pocos minutos llegamos a las piscinas municipales… Decir que estaban abarrotadas era decir poco… ahí no cabía nadie más.

-¿Y ahora por dónde pasamos? – dije más enfadado que dubitativo.

-Pues habrá que empujar – dice con una sonrisa Manuel.

En realidad… yo no era gran amigo de Manuel, ni siquiera hablábamos… Me parecía muy estúpido, hacía comentarios siempre fuera de lugar, pero aquella mañana, extrañamente, me dieron ganas de hablar con él.

Al fin logramos encontrar una parcela libre, dejamos las toallas, y me dirigí a los baños para ducharme… como era de esperarse había cola y muy larga… 

Tras la duchita voy a sentarme junto a ellos… Los veo hablando con tres chicas… las tres con sus encantos.

-Ven, Álvaro – me dicen. Me dirijo cuidadosamente evitando a las demás personas.

-Te presento a María, Cintia y Lara – me dice dirigiendo sus manos.

-Hola – digo nerviosamente.

Tras las típicas conversaciones iniciales, edad, estudios, hobbies, empezamos a hablar más profundamente y a conocernos más y más… María era rubia, un poco rellenita y la más habladora del grupo, me hacía gracia la forma en la que se movía su nariz al hablar; Cintia era toda contraria a María, era flaca, morena y no hablaba, parecía introvertida y cada vez que le dirigíamos palabra nos miraba con una cara despistada y decía ¿Eh?; Lara era la más guapa del grupo, morena también y con un cuerpo más rellenito que flaco, pero le favorecía. Tras unos quince minutos de conversación y jueguecitos, Manuel parece echarle el ojo a Lara y le dice algo en la oreja… segundos después ambos desaparecen. En verdad estaba atónito… las acabábamos de conocer.

Los dos amigos de Manuel se habían fijado en otras y se fueron a “cazar”. María parecía aburrirse así que llamó con el móvil a un amigo suyo y se fue a buscarle… Al final estaba solo con Cintia y aquello parecía un juego de a ver quién callaba más.

-¿Te has fijado en Manuel y Lara? – le digo.

-Sí… – me mira extrañada.

-¿Se conocían de antes? No sé a dónde habrán ido – miento, sí que lo sabía.

-Ni idea, más bien parece que tenían amigos en común… están allá – señalando con el dedo.

-Ah… – de nuevo, la había cagado.

-Bueno… yo voy a pedir algo en el bar – me dice levantándose.

Me quedé solo, otra vez. En medio de la piscina, todos estaban con sus amigos… los míos se habían separado. Lo pensé un poco, no me apetecía empujar por tener un asiento para ver el partido… tenía que irme directamente…

Así lo hice, recogí mis cosas, les mandé un whatsapp “Me ha llamado una amiga, me voy yendo”, y me fui. Ahora, ya no me apetecía volver a casa para ver el partido… en verdad quería bañarme, así que empecé a pensar rápidamente y decidí ir al río….

En mi ciudad había dos ríos, uno, el principal, era muy grande y a él iban todos aquellos que no podían o querían ir a la piscina, y me imaginaba que un día como el de hoy, donde la piscina estaba a reventar, lo más probable es que la gente fuese ahí… el otro, era un afluente de éste, era más pequeño y estaba más alejado del centro… pero nadie iba, era el lugar perfecto para pasar toda la tarde en el agua.

Eran las 16:15, llegué al río… no vi a nadie alrededor por lo que me quité la ropa, entré al agua y me dejé inundar por mis pensamientos…

El agua no era cristalina como la de la piscina, pero no tenía nada que envidiar a ésta, en verdad era mejor… el agua estaba muy fría, perfecta… los árboles formaban una sombra que no dejaba pasar los rayos del sol por lo que me sentía muy a gusto en el agua… 

Pasé varios minutos en el agua hasta que me entró sed… Había dejado la mochila al lado de un par de árboles, así que fui a beber una coca cola que había comprado en el bar de la piscina… Me encantaba lo silencioso que estaba todo, me inspiraba paz… así que decidí echar una cabezadita… hasta que…

-Toma, están usados. –dijo una voz.

2

No me dio tiempo a mirar hacia arriba, algo cubría mis ojos.

-Los he usado durante varios días. – me dice mientras los aparta para que vea su rostro.

Era ella… otra vez… aparece de la nada.

-Vi-Victoria… ¿Qué hacer aquí? – dije perplejo.

-¿Yo? Quería bañarme. – me dice a carcajadas.

-¿Eso es lo que me dices tras tanto tiempo? ¿Que vienes a bañarte?… Bueno, quédate, yo me voy… – dije furioso

No me sentía a gusto con ella, sabía que iba a volver con sus juegos de siempre y a dejarme de nuevo. Mejor sería volver a casa y olvidar todo aquello al fin y al cabo ya acabé lo que vine a hacer aquí.

-¿Estás enfadado? ¿Por ignorarte? Creía que te ponía cachondo… – dice de nuevo riéndose.

-Vicky, parece que todo te causa gracia, pero yo no me río. Si vas a seguir haciendo tus jueguecitos, mejor me dejas en paz.

-¿Dejarte en paz? ¿Qué eres un crío? Si vas a ponerte así sólo porque pensabas que iba a salir contigo o cualquier chorrada, lo tienes claro. Es verdad, estaba – hace una pausa-  y estoy jugando contigo…

-¿Lo admites?

-Sí lo admito, me gusta jugar contigo.

Realmente no la entendía, pero cada vez que la veía me excitaba a la mínima… No sabía si sólo me ocurría a mí por esta loco por ella o si era un encanto propio y todos los demás lo sentían.

-Jugar… O sea me sigues hasta aquí para “jugar”…

-Sí, te vi en las piscinas… tu “habilidad” con las chicas me impresiona – dice riéndose

-Gracias – dije irónico.

-¿Ves? Mira tu bañador… Ya estás duro… Hay que ver…

Extrañamente esa situación me había puesto cachondo y era difícil esconderlo pues llevaba uno de esos bañadores que apretaban mucho.

-Déjame hacerte una pregunta Vicky, ¿por qué sigues jugando conmigo? – pregunté.

-Ya te lo dije, me gusta juguetear contigo… Nunca lo había hecho así con nadie pero me da gracia lo caliente que te pones a la mínima – me dice señalándome la entrepierna.

-¿Crees que me pongo así con cualquiera? Creo que lo dejé bien claro aquel día… Me había fijado en ti hace tiempo…

-Lo sé… por eso estoy aquí.

Tras acabar la frase, se acerca a mí a un paso lento, me coloca una mano en el ombligo y acerca sus labios, muy cerca pero sin llegar a tocarse con los míos… empieza a bajar su mano hasta tocar mi pene, me habla:

-Ves, te dije que te gusta que juguemos… Hoy tengo algo especial… Lo estaba guardando desde ese día… Seguro que te gusta ¿a que sí? – me dice sugestiva.

Asiento con la cabeza, mi cara estaba roja, la tenía muy cerca pero no podía besarla.

Como leyéndome de nuevo la mente, acerca sus labios con los míos hasta que chocan, ambos calientes y húmedos, empezamos a besarnos… 

-¿Lo estabas esperando? – me susurra.

-Sí…

Empieza a besarme el cuello y va bajando, poquito a poco, me besa la nuez, el lunar del pecho, va bajando, la parte abdominal, el ombligo, se detiene… me baja el bañador… coge mi pene con la mano derecha y se lo mete en la boca sin pensarlo dos veces…

Lo único que suelto es un sonido ahogado… mezcla de placer y sorpresa…

Juguetea con la lengua mientras lo tiene dentro, era algo que no me esperaba, se sentía verdaderamente bien. Ahora empieza a meterlo dentro y sacarlo por turnos…cada vez más al fondo… mi pene no era enorme, le cabía perfectamente en la boca… Me encantaba esa imagen… la forma que me miraba desde abajo con la boca llena… Quería correrme pero no debía…

Se lo saca.

-¿Cómo se siente? – me pregunta con una voz fogosa.

-No tengo palabras…

-¿Quieres correrte ya? – repite.

-Sí… pero no…

Sonríe.

Se quita la camiseta y el sujetador.

-No puedes correrte hasta que te dé todas las sorpresas – me susurra.

-S-Sí…

-Quítame el pantaloncito…

Llevaba un pantalón vaquero corto, de esos que estaban tan de moda y realzaban el trasero de las chicas. Aquellas vistas… no podía ni imaginarme la sorpresa…

-Acércame mi bolsa – me ordena.

Se la entrego y de él saca un objeto, no lo había visto bien. Se lo coloca detrás sin dejarme ver.

Ahora de nuevo se acerca a mí y me empieza a dar besos apasionados y con lengua… me pongo más cachondo…

Coge el calcetín en el suelo y empezamos a olerlo ambos…

-¿Sabes? Nunca habría podido imaginar hacer esto con alguien… pero desde que vi tu pasión por los pies… extrañamente… me he empezado a aficionar a ellos también – me dice sonrojada.

Habían pasado unos minutos… saca el objeto que tenía detrás… ahora lo veía… era un dilatador de los que aparecían en las pelis porno… Me estaba ardiendo la polla…

Ahora se hecha algo en el culo, tampoco lo veo… lo hace todo sin enseñarme…

-Esto te estaba guardando… ¿Te acuerdas que dijiste que te gustaba mi culo?… ¿Lo querías verdad?

-Sí…- dije nervioso

-Vamos…

Se da la vuelta y me enseña aquella preciosidad, la forma, el volumen, el tono… todo encajaba… era como una obra de arte sacada a la realidad… Ni en las películas pornográficas podría verlo de esta forma.

-Colócate el condón – me ordena nuevamente.

Abro el plastiquillo y me lo coloco con prisas… ahora lo acerca, poquito a poco hasta que toca con mi pene… Agarro mi amigo con los dedos y lo introduzco… Gime…

-¿Estás bien Vicky? – le pregunto.

-S-Sí… tranquilo sigue… es mi primera vez también…

La meto hasta el fondo, aquello no podría ser descrito… la forma que aprisionaba contra mi pene, la forma en la que me tragaba… lo podía sentir incluso con el condón puesto.

Empiezo un movimiento de vaivén, dentro fuera… mi pene se derrite… ella no parece pasarlo mal… empieza a masturbarse con una mano mientras con la otra agarra el suelo… Aumento la velocidad… No podía aguantar aquel placer.

-Vicky, creo que no puedo aguantar más… – le digo.

-Entonces, sácalo. 

Le hago caso, paramos. 

Entonces me quita el condón, se mete de nuevo sin pensarlo mi pene en la boca y empieza a tragarme entero… dentro fuera… hacia los lados… jugueteos con la lengua…

-Voy a correrme… Vicky sácalo…

Me dice que siga… Sigo.

Exploto.

Su boca se llena… tose… se lo traga enseñándomelo… Mi pene sigue duro aún tras ayacular.

Ella y sus sorpresas… Para devolverle el favor… le devoro y toco la vagina hasta que no puede más…

Acabamos los dos juntos en el río… riendo…

Mi verano empezaba.

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