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Cogiendo viejos y maduros casados a domicilio

Mi nombre es Jazmín y tengo 26 años y quiero contarles cómo es que hago para follarme a viejos y maduros casados, quiero relatar una de mis tantas experiencias con uno de ellos, ya que creo que de todas las experiencias que he tenido esta es la mejor. Sin nada más que añadir aquí les dejo la historia.

Bueno, quiero empezar diciéndoles que no es de extrañar que pueda cogerme a maduros y viejos aunque sean casados, ya que considero que tengo un cuerpo bastante atractivo, para empezar como ya les había mencionado, soy joven, tengo 26 años y como se lo pueden ya estar imaginando, la mayoría de las esposas de esos hombres a los que yo me follo, ya son señoras normalmente viejas, de 50 a 70 años y se podría decir que ninguna de ellas es atractiva, de hecho la mayoría de ellas son señoras gordas y de rostro nada bonito, diría que son feas.

Por lo que no me parece de extrañar que sus esposos que son de la misma edad que ellas, estén cansados de sus esposas y prefieran a alguien más joven como yo para satisfacerse, sobre todo porque como ya les había mencionado tengo un cuerpo bastante atractivo, soy de piel blanca, tengo cara bonita, tetas grandes, pelo castaño, piernas bonitas, y sobre todo unas nalgas enormes que ponen loco a cualquiera, y más a estos señores que están insatisfechos con sus feas y gordas esposas, de hecho la mayoría de estos señores a los que me he cogido, me han confesado que ya no tenían relaciones con sus esposas, por lo que no me parecía nada extraño que con todo esto no tuvieran ganas de follarme, y lo terminaban haciendo, y si no yo los convencía de que me cogieran, lo cual era bastante fácil.

Tal vez muchos de ustedes piensen que me siento mal por meterme a la cama con hombres viejos y casados, pero la verdad es que no, de hecho me siento muy bien cuando lo hago y disfruto hacerlo, porque siento que le hago un favor a ambos, a sus esposas porque hago el trabajo que ellas a su edad ya no pueden hacer, y a sus esposos porque les doy la satisfacción y el placer que sus gordas esposas jamás les dieron, así que ambos salen ganando, incluyéndome a mí porque me gusta hacerlo, más que nada porque estos señores por su edad ya tienen más experiencia, y saben follarme muy bien. Aunque muchas veces también me los cojo por capricho, por ejemplo una vez me folle bien rico al esposo de una señora ya vieja, porque me debía dinero y no quería pagármelo, así que en venganza yo me cogí a su esposo, obviamente a escondidas de ella sin que lo supiera, pero bueno esa esa es otra historia que tal vez relate otro día.

Bueno, pues resulta que yo trabajo de empleada doméstica, o sea voy a casas a hacer la limpieza, y si, por si ya lo estaban pensando así es como me cojo a esos señores viejos y casados, voy a su casas trabajo durante unos días para que sus esposas en verdad crean que voy a trabajar, y cuando ya me tienen confianza de dejarme sola en la casa con sus esposos mientras ellas se van de compras o salen de la casa, es cuando aprovecho para follarme a sus esposos. Bueno pues algo así fue lo que sucedió en este relato, una señora me contacto para pedirme que fuera a su casa a trabajar en la limpieza, obviamente yo siempre pregunto primero si viven con alguien más, para saber si quiero ir a una casa o no, ya que si me dicen que no tienen esposo o no viven con él, pues entonces no voy a esas casas, porque a mi lo que me interesa es cogerme a sus maridos.

Afortunadamente no era el caso de esta señora, y me dijo que solamente vivían ella y su esposo en esa casa, así que quedamos de acuerdo, ella me dio la dirección de su casa y me dijo que me veía en una semana. Así que yo empecé a preparar la ropa que me iba a poner ese día, para ir calentando a su esposo y darle una buena impresión. Finalmente se cumplió la semana y fui a la dirección que me indico la señora, me fui vestida con unas mallas ajustadas que resaltaban mis nalgas muy bien, y con una blusa escotada por donde se alcanzaban a ver parte de mis tetas, en mi bolso llevaba unos tacones altos transparentes, y una lencería negra.

Cuando llegué a la casa, estaban afuera esperándome la señora y su esposo, ambos eran ya mayores como de unos 62 años, la señora era gorda al igual que su esposo, pero bueno en fin, cuando llegué los saludé a ambos, y pude notar como la señora hizo una cara de desprecio hacia a mí, supongo que era porque iba vestida algo provocativa, pero no me importó ya me esperaba esa reacción de ella, en cambio su esposo me saludó normalmente, y aunque intentaba ocultarlo, como era de esperarse estaba casi babeando por mí, esto me ponía muy caliente.

Después de presentarme con ambos, me pasaron a su casa, y la señora comenzó a explicarme que es lo que quería que limpiara y como quería que lo hiciera, finalmente terminó de explicarme y de darme instrucciones, y me adelantó la paga de ese día, después ella dijo que estaría en la habitación de arriba durmiendo porque estaba muy cansada, invitó a su esposo a que fuera con ella a dormir, pero él se negó y dijo que no tenía sueño, aunque yo sabía que la verdadera razón por la que no quería ir con su esposa a la habitación de arriba, era porque quería estar viéndome el cuerpo. Su esposa solo hizo cara de indignación ante la respuesta de su esposo, pero no dijo nada y subió a la habitación de arriba algo molesta, y yo me puse aún más caliente de lo que ya estaba porque sabía que solo le dijo eso a su esposa, para poder estar mirándome todo el rato.

Así que la señora se quedó en la habitación de arriba para dormir, y su esposo se quedó en el sofá de la habitación de abajo donde estaba yo también, para disimular el señor prendió la televisión, para que yo no tuviera sospechas, aunque yo ya sabía para que se había quedado. En ese momento yo estaba tan caliente por lo que estaba ocurriendo que ya no podía esperar más para poner mi plan en práctica, y cogerme al esposo de la señora, como les había mencionado, normalmente siempre espero a que me dejen en la casa sola con sus esposos para poder cogérmelos, pero en ese momento ya estaba tan caliente y excitada, que no me importó que la esposa del señor estuviera también en la casa en la habitación de arriba, porque estaba yo ya estaba demasiado caliente como para pensar en las consecuencias.

Así que le dije al señor:

Yo: Puedo pasar a su baño, para ponerme mi ropa de trabajo.

Esposo: Claro que puedes pasar, no necesitas pedírmelo preciosa, mi casa es tu casa.

Así que entré al baño a vestirme, pero no precisamente con ropa de trabajo, me puse mi lencería negra y mis tacones altos y transparentes, que llevaba en mi bolso. Luego salí vestida así para que el me viera, se sorprendió mucho:

Esposo: (sorprendido pero a la vez algo caliente) Pero por qué te vistes así? mi esposa está arriba, puede bajar en cualquier momento y verte.

Yo: (con tono coqueto) Que acaso no te gusta cómo me veo mi amor?

Esposo: Si mucho pero…

Yo: Shhh guarda silencio mi amor, tú solo fóllame y ya, yo sé que quieres hacerlo, a la mierda tu puta esposa.

Esposo: Sabes que tienes razón, a la mierda esa puta, vente pa’ ca.

Yo: Así se habla mi amor, manda a esa perra a la mierda, y fóllame a mi. (Le decía mientras me acercaba lentamente a él, caminando con mis tacones y poniéndole mi culo en la cara).

Esposo: (mientras me besaba las nalgas y me manoseaba) Que ricas están tus nalgas mi amor me encantan.

Yo: Que bueno que te gusten mi amor, porque me las vas a dejar bien cogidas ok.

Esposo: Por supuesto que si chiquita hermosa, te voy a dejar bien cogida (Me decía mientras se tocaba la verga)

Yo: ¿Quieres que te de una mamada?

Esposo: ¿Lo dices en serio? jamás me han dado una, ni siquiera mi esposa.

Yo: Si mi amor lo digo en serio, te la voy a mamar como tu puta esposa jamás lo hizo.

Él se saca la verga sentado en el sillón.

Yo: Que rica se ve tu verga mi amor, me voy a atragantar con ella.

Me hinqué de frente a él, y agarrándole la verga con mi mano izquierda, se la empecé a mamar como nunca.

Esposo: (Con los ojos blancos del placer) Que rico mamas putita, sigue así.

Yo estaba muy excitada, estaba ordeñándole la verga, mientras su esposa estaba en la otra habitación sin darse cuenta, y yo mamándosela a su esposo en lencería y tacones.

Yo: Que rica esta tu verga (le decía mientras le sobaba la verga y me la metía hasta la garganta).

Luego él me dijo que se estaba por venir:

Esposo: Abre bien la boca hermosa, porque me voy a correr en tu cara.

Yo: Si mi amor córrete en mi cara, báñame de tu rica leche.

Él se empezó a correr y me aventó todo su semen en mi boca, era tanto que no me cabía, y me escurría por los lados, yo me trague lo que pude.

Yo: Que rica esta tu lechita mi amor, ahora déjame bien follada.

Esposo: Claro que si hermosa, te voy a dejar bien cogidas esas ricas nalgas tienes.

Él me agarro de la cintura y me puso en cuatro en el suelo, me dio una nalgada y me empezó a coger, yo estaba demasiado caliente no me lo podía creer, me estaba follando este señor con su esposa en casa con la que duerme todos los días en su cama, pero no le importaba y a mi mucho menos. En ese punto estaba tan caliente que no me importaba si su puta esposa llegaba a oír mis gemidos y nos descubría.

Yo: ah ah si que rico, méteme tu verga ah si.

Esposo: Ten putita lo que te mereces (me decía mientras me nalgueaba y me cogia)

Yo: ah ah ay si que rico, dame más de tu rica verga, que chingue a su madre tu esposa, tu verga es solo para mi ah ah.

Esposo: Si mi amor es solo tuya, sólo a ti te doy verga, ni siquiera a mi esposa le doy ya.

Yo: Que bien que rico me follas, ah ah y tu puta esposa esta allá arriba sin saber que me estas cogiendo.

Esposo: Si la puta de mi esposa está ahí sin darse cuenta, pero ya no me importa esa puta mi amor, solo me importas tú y tus ricas nalgas.

Yo: Si mi amor, a la mierda esa puta me tienes a mí.

Seguimos en esa posición como por quince minutos, y luego él se sentó de nuevo en el sofá, y yo me senté en su verga, y la empecé a cabalgar como nunca lo había hecho con nadie, mientras lo besaba.

Esposo: Eso hermosa sigue así, que bien lo haces (Me decía mientras agarraba mis pies y mis tacones)

Yo: (Con tono coqueto) Ah ah, ¿te está gustando como me monto en tu verga mi amor?

Esposo: Me está encantando, que rico te mueves y meneas tus nalgas.

Yo: Gracias mi amor, son solo tuyas estas nalgas disfrútalas.

Esposo: (Mientras me nalguea) Mmm claro que las estoy disfrutando como no tienes idea preciosa.

Yo: Que bien mi amor, para que te olvides de tu esposa.

De nuevo seguimos así durante unos 10 minutos, hasta que me aviso que se iba a volver a correr, yo y el ya estábamos muy calientes, y le dije:

Yo: (muy excitada) Quiero que tu esposa vea como me bañas de tu leche mi amor.

Esposo: Claro que si hermosa lo que tú digas

Estábamos tan calientes en ese momento que no nos importó que su esposa nos viera, así que rápidamente subimos a la habitación de arriba donde estaba su esposa durmiendo, y ambos hicimos ruido para despertarla y cuando lo hizo, él se empezó a correr de nuevo en mi cara y mis tetas, dejándome completamente bañada de su leche.

Esposa: PERO QUE MIERDA ESTÁS HACIENDO CON MI ESPOSO!!! (Dijo bastante molesta)

Yo la ignoré y seguí mamándosela a su esposo en lencería y tacones, mientras me escurría su leche por la boca.

Esposa: Que mierda haces con esa puta!!! (Le gritó a su esposo).

Ella agarró a su esposo y me lo quitó de encima, y me dijo que me largara de su casa. Finalmente yo me vestí de nuevo, y me fui de ahí, y no volví a saber de ellos.

Actualmente sigo trabajando de empleada doméstica y sigo cogiéndome a hombres casados y viejos, aquí les dejo mi correo por si quieren platicar conmigo o contactarme o algo.

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