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El coreógrafo (segunda parte)

Empezaron las clases con el coreógrafo, al llegar ella moría de nervios por lo que había pasado la ocasión anterior en que se encontraron.

Cuando entró a la academia, él la recibió con un beso en la boca, lo cual la dejó atónita y a los demás alumnos que no la conocían también. La clase comenzó, y mientras se desarrollaba, el coreógrafo no perdía la oportunidad para acercarse a ella, poniéndole especial atención, cuando debían hacer giros, él la detenía y aprovechaba para restregar su miembro contra las nalgas de ella, lo cual la hacía sentirse algo incómoda, pero la iba excitando cada vez más. Sin importar que los demás bailarines se encontraran ahi, él se acercaba y le daba alguna nalgada o apretón en el trasero, dejando ver que algo pasaba o pasaría entre ellos dos.

Al finalizar la sesión, él le comentó que debía quedarse porque quería que hiciera algunos otros ejercicios para ejercitar sus nalgas y al finalizar harían estiramientos, ella accedió y empezaron a “trabajar”. Puso una colchoneta en el suelo y le dijo que se pusiera en cuatro para colocarle una mancuerna en la rodilla para hacer elevaciones de pierna, pero cuál fue la sorpresa para ella que en lugar de la mancuerna, comenzó a sentir su mano, primero acariciando el contorno de su nalga y luego su vagina, cosa que le sorprendió, pero le gustó tanto lo que sentía que lanzó un gemido de placer, lo que al parecer a él lo prendió aún más y siguió, hasta que empezó a bajar sus pantalones pero no su tanga, le acarició nuevamente las nalgas y finalmente la hizo a un lado para insertar un dedo en su vagina, pudo comprobar lo excitada que ella estaba por lo mojada que la tenía, y ella aún en cuatro, se abalanzó hacia atrás sin pensar para que su dedo entrara más profundo. Él metió un dedo más y los sacó y volvió a meter un par de veces, hasta que estaba tan erecto por la imagen de la chica en esa posición y su mano dentro de ella, que le gritó que se quitara el resto de la ropa, ella preguntó si nadie iba a entrar en el salón y él corrió a cerrar, mientras volvía se iba deshaciendo de sus respectivas prendas, finalmente la recostó boca arriba y le clavó su miembro bien erecto y ella maulló, así estuvieron un rato hasta que él la aventó porque estuvo a punto de venirse dentro. Apenas pasó eso y llamaron a la puerta, él tuvo que vestirse rápidamente, ella corrió al cuarto de pesas para medio arreglarse y salir porque ya iba a comenzar la siguiente clase. 

Al salir, él se acercó de nuevo, y le dijo que esa no sería la última vez…

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