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La amiga culona de mi hija

Mi hija tenía una amiga llamada Micaela que en ese entonces tenía 18 años y que para mi era la más hermosa de ese grupito de amigas, pero no para ella. Mica como así la llamó de forma cariñosa es una chica petisa y culona, pero aparte también es media cachetona y un poco ancha de cintura, pero no llega a ser gorda, aun así se ganó el apodo de gordita y debido a eso le costaba tener relaciones con jóvenes de su edad. Yo como no le hago asco a nada y menos a una culona de 18 años me fijé en ella e hice todo lo posible para que me entregue el orto.

Sucedía que a veces volvía de trabajar y me la encontraba a ella en casa junto con otras amigas de mi hija y era un disfrute verla ya que a veces venía vestida con una calza negra que hacía que se le marcase todo y tremenda burra tenía la hija de re mil puta. En más de una de ocasión me le acerque en mi casa y le hacía saber que estaba tremenda pero de una forma más sutil y no tan bestia como lo haría de verdad. Un día junto con otra amiga de mi hija se quedaron a cenar y luego yo tuve que llevarlas a su casa y doy gracias a Dios que eso haya sucedido porque ese fue mi primer acercamiento de verdad a ella con resultados más que positivos.

Primero lleve a la otra chica y luego yendo a dos por hora lleve a Mica a su casa y en el trayecto hablamos de todo y le hice saber mis intenciones ya que le pregunté si tenía novio y ahí es cuando me cuenta lo que conté al principio del relato. Yo para sumar puntos le dije que no era gorda porque para mí no lo era y le repetí lo que le dije en varias ocasiones en mi casa que tenía un cuerpo espectacular y que a mi me volvía loco. Entonces cuando llegamos a su casa y antes de que baje de mi coche le pedí su número y ella me lo paso y eso fue el principio de todo lo que vino después.

Empezamos a mensajearnos durante mis horarios de trabajo y la mayoría de mis mensajes eran para preguntarle como se encontraba y para decirle cosas lindas, entonces sucedió que ella empezó a ir más seguido a casa para verme y a insistirle a mi hija de querer quedarse a cenar para que luego yo la llevé a su casa y que tengamos pequeños encuentros, encuentros que pasaron a ser charlas más distendidas con abrazos y besos en la mejilla, hasta que un día sucedió lo que ya era algo inevitable.

Como había tanta buena química entre los dos yo antes de llevarla a su casa me metía en una avenida y estacionaba el coche en medio de varios autos, luego apagaba todas las luces y nos poníamos a charlar entre unos 5 o 10 minutos. Sucedió que en una de esas ocasiones yo sin pensarlo dos veces y siguiendo mi impulsó natural de querer copular con ella la bese en la boca y nuestras lenguas se tocaron por primera vez porque empezamos a besarnos los dos. Entonces con todas las luces apagadas yo no me pude contener ante la situación e hice algo que quería hacer desde hace bastante que era manosearla y la toque por donde pude mientras la besaba, luego la empecé a chuponear por el cuello pero me tuve que detener porque por un lado no quería quedar como un depravado sabiendo que ya iba a tener la oportunidad de hacerle lo que quisiera aunque ella en todo momento se dejó y por otro lado aunque era de noche había alguna que otra persona circulando y no quería que vean semejante espectáculo. Entonces la lleve a su casa y cuando regrese a la mía tuve que meterme en el baño ya que tenía la necesidad de hacerme una paja debido a todo lo que había sucedido.

Luego de ese día nació en mi cierta necesidad de verla todos los días ya que quería besarla, tocarla y si es posible garchamela así que le empecé a escribir para que nos veamos más seguido, entonces comencé a mentir en mi casa diciendo que iba a llegar tarde algunos días algunas veces por temas laborales y otras por supuestas reuniones con algunos compañeros de trabajo pero la realidad era que la pasaba a buscar en algún sitio y luego me la llevaba por ahí. En un par de ocasiones la lleve a cenar, en otras a tomar un helado y en otras ocasiones no salíamos del auto ya que un día le enseñe lo que podíamos hacer en el asiento trasero.

Yo las ganas de cogérmela la tenía siempre así que en una de las primeras veces que nos vimos a la salida de mi trabajo la lleve a un lugar oscuro y apartado en donde no circulaba mucha gente, entonces apagué todas las luces y nos pasamos al asiento trasero, allí yo la empecé a manosear por todas partes hasta que sentí que tenía la pija bien dura y entonces decidí que era hora de enseñársela por primera vez, así que me baje el pantalón y por pedido mío me empezó a pajear y a disfrutar de cómo yo lo gozaba pero el placer total lo sentí cuando la tome de la cabeza e hice que se la metiera en la boca.

Entonces ella me la empezó a chupar y a lamer y se notaba su falta de experiencia en el tema y en un momento con una vocecita de trola me pregunta si lo estaba haciendo bien y yo lo estaba disfrutando a pesar de su falta de experiencia así que le dije que siga como lo estaba haciendo y ella siguió. Mientras ella hacia eso yo aproveché la situación de que se encontraba en cuatro sobre el asiento y le metí mano al tremendo orto que saco estando en esa posición, mi mano derecha se hizo un festín con sus nalgotas.

Después de todo eso la puse en cuatro con su culo apuntando hacia mi y luego de admirar sus nalgotas por un instante empecé a perforarle la vagina como un verdadero hijo de puta. Primero me agarre de su cintura para embestirla y luego cuando su coño se acomodó a mi poronga la agarre del cabello y la empecé a embestir con todas las ganas que le tenía y no sólo fue un disfrute para mi ya que ella también lo gozó ya que gritaba como todo una trola. Cuando sentí que me venía me saque el preservativo y le acabe todo en una de sus nalgas, tremendo orgasmo tuve cuando lo hice.

Esta modalidad de tener sexo en el auto la hicimos un par de veces más hasta que un día la lleve al departamento de un amigo y me la garché junto con él, pero eso ya es para una segunda parte.

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