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Un empresario multimillonario y una inocente estudiante

Mi nombre es Fernanda, tengo 22 años y voy a contar la historia detallada de cómo un poderoso empresario se convirtió en mi suggar daddy y pasé de ser una estudiante becada de bajos recursos a una mujer rica

Para empezar a poner las cosas en contexto:

Provengo de una familia de escasos recursos, mis padres fueron los típicos padres sobre protectores y estrictos. Durante toda mi adolescencia incluso parte de mi adultez me prohibían salir, tener novio, etc. Me dedicaba por completo al estudio y rara vez salía de mi casa para algo que no fuera el colegio. Siempre era la “nerd” del salón, y por la crianza de mis padres, era tímida e inocente. Me gradué del colegio muy joven a los 16 años y hasta ese momento no había tenido un novio ni había perdido mi virginidad, no por ser fea porque varios hombres me coqueteaban y me habían dicho que era atractiva, sino por ser inexperta y torpe.

A pesar de ser de escasos recursos, debido a que fui la mejor alumna de mi promoción, me otorgaron una beca para estudiar con todos los gastos pagos en una de las universidades más caras del país, elegí una carrera de gestión empresarial porque siempre me ha llamado la atención todo el mundo corporativo. A pesar de que a mis padres no les gustaba la idea porque me tenía que mudar a otra ciudad para estudiar en dicha universidad obviamente no iba rechazar la beca. Comencé mis estudios y poco a poco me fui soltando más, después de los primeros semestres tenía muchos amigos, incluso conocí a un chico: “Camilo” era un chico culto que siempre tenía un tema interesante para conversar, practicaba deportes y sabía hacerme sentir muy especial, en fin me propuso que fuera novios y yo acepte.

Ser la mejor alumna de mi carrera tenía muchos beneficios, uno de esos era que la universidad me financiaba viajes a conferencias, simposios y eventos empresariales a otras ciudades a veces incluso fuera del país. Fue en uno de esos eventos en los que participaban importantes empresas y universidades que conocí al que sería mi suggar daddy.

El evento era el más importante en su tipo del país, se llevó acabo en la capital del país en el centro de convenciones más grande de la ciudad. Durante el evento tuve que dar una exposición sobre mi trabajo de investigación ante un auditorio lleno de los empresarios y hombres de la academia más importantes del país. Me estaba muriendo de los nervios pero me las arreglé para hacerlo bien. Después de terminadas las exposiciones estaba en el salón de principal caminando entre los stands cuando un hombre se me acerco: era un hombre mayor alto con el cabello y la barba salpicadas de canas. Me saludo cortésmente con una voz gruesa e imponente:

El: Buenas noches jovencita, ¿Cómo la estás pasando esta noche?

Yo: Buenas noches, la estoy pasando muy bien gracias.

El: ¿Sí?, que bien. ¿Te gusta este lugar?

Yo: Si señor me encanta es muy bonito

El: Fernanda ¿cierto?

Yo: Si señor ese mi nombre.

El: Mucho gusto Fernanda, me llamo “Gustavo Grandes”, soy el gerente ejecutivo del grupo empresarial ADH, si has escuchado hablar de este?

Yo: Si señor por supuesto, sé que son una de las empresas más importantes de la región.

Gustavo: Me ha llamado mucho la atención tu trabajo Fernanda, te quiero hacer una propuesta si te interesa.

Yo: Si señor, por supuesto que me interesa. ¿De qué se trata?

Gustavo: Excelente Fernanda, mira ahora mismo tengo una reunión de negocios importante, porque no me acompañas y aprendes como se mueve el mundo empresarial en la vida real, después podemos conversar sobre tu trabajo y a lo mejor concretamos algo te parece.

Yo: ¿Aahora mismo?, eeste, ¿será demorado?, vengo con dos compañeros, ¿les puedo avisar?

Gustavo: La reunión empieza en 15 minutos, si el negocio nos conviene a ambas partes probamente sea una reunión breve y fructífera, quiero que me ayudes a decidir, la forma como te desenvolviste en tu presentación me convenció de que sabes más que la mayoría de mis asesores.

Yo: Muchas gracias, estaría encantada don Gustavo.

Gustavo: Muy bien, la reunión será en la sala de juntas 2B, en el segundo piso, si necesitas avisar a tus compañeros de la universidad te espero allí en 15 minutos.

Yo: Muy bien, en 15 minutos, muchas gracias.

No me fue difícil encontrar a mis dos compañeros, estaban a pocos metros observando todo, cuando les conté lo que me había dicho aquel hombre, se voltearon a mirar con cara de incredulidad.

Luis (Compañero): ¿El gerente ejecutivo de ADH?, ¿me estas tomando el pelo verdad?

Yo: En serio Luis!! el tipo quiere que vaya con él a una reunión de negocios dentro de 15 minutos en el segundo piso, dios que ¿hago?

Luis: Pero no entiendo, ¿porque te quiere llevar a una reunión de negocios si te acaba de conocer?

Yo: Dijo que le gusto mi exposición…

Luis: Yo creo que le gusto otra cosa…

Yo: ¿Qué quieres decir?

Luis: Jajaja nada nada, pues ve a lo mejor lo convences y te propone algo muy bueno, serias tonta si dejas pasar la oportunidad.

Julio (compañero): Joder! Que fácil que lo tienen las mujeres.

Yo: Ay cállate idiota, si no te hubiera dado miedo exponer a lo mejor te lo hubieran propuesto a ti.

Julio: Ha! Si como no… mejor vete ya que si llegas tarde la lías, suerte.

Me despedí de mis compañeros y fui al segundo piso a buscar la sala de juntas 2B, había mucha gente en los pasillos pero pude ver a Gustavo que hablaba con otro hombre afuera de un sala. Gustavo era un hombre alto yo mido 1.75 y él era una cabeza más alto que yo a pesar de que se le notaban los años seguía siendo un hombre imponente, sobre todo su voz le daba un toque de jefe muy distintivo.

Me acerqué tímidamente a los dos hombres, Gustavo me rodeo los hombros con su grueso brazo y le dijo al otro hombre:

Gustavo: Mira quien llego Jaimes te presento a Fernanda, mi nueva asistente personal.

Yo: Mucho conocerlo justo señor.

Jaimes: El gusto es mío, definitivamente don Grandes tiene buen ojo para los negocios y las mujeres jaja.

El hombre nos invitó a pasar al salón. La reunión duro alrededor de una hora, se hablaron todos los por mayores y por menores del negocio, se hicieron los arreglos y al final se acordó el negocio de manera no formal. Durante toda la reunión Gustavo me preguntaba mi opinión, me pedía concejo técnico y me sonreía mucho.

Cuando salimos de la sala Gustavo se despidió del hombre, y me propuso ir a cenar para hablar de una propuesta laboral que quería hacerme. Yo acepte de inmediato, estaba admirada con ese hombre, durante la reunión demostró unas dotes de negociación y una diplomacia exquisita, imponía respeto con solo con su porte y voz.

Foto real de Gustavo y Fernanda el dia del evento

Salimos juntos del centro de convenciones, me llevo en su camioneta hasta el restaurante más fino y lujoso que hubiera visto en mi vida. Gustavo pidió un vino que costaba casi lo de un salario mínimo mensual y un plato con un nombre extraño y me dijo con mucha cortesía que podía pedir lo que quisiera que hoy era su invitada. No quería abusar así que pedí uno de los platos más baratos, pero el insistió en que probara un plato que costaba el triple así que accedí.

La velada fue muy agradable, me conto anécdotas de su vida empresarial, me hablo de su empresa, de los planes de expansión que tenían, discutimos sobre mi proyecto académico, me pregunto sobre mi familia, y mi vida personal.

Fernanda durante la cena

Gustavo era un tipo muy encantador, la forma como hablaba, como comía, como me trataba demostraba educación, estatus y poder. Desprendía una poderosa energía masculina que me hacía sentir acogida, atraída hacia él. Al final de la cena me dijo:

Gustavo: Eres una mujer muy encantadora Fernanda, he disfrutado mucho cenar contigo.

Yo: Ay muchas gracias Gustavo, el gusto es mío.

Gustavo: Mira necesito una mujer inteligente, joven y ambiciosa que trabaje para mí, estoy pensando que serias la mujer indicada Fernanda.

Yo: Me encantaría trabajar para ti Gustavo, ¿Qué tipo de trabajo seria? Es que aún me falta por terminar la carrera.

Gustavo: Quiero que seas mi asistente personal, mi anterior asistente no cumplía su labor de manera correcta así que tuve que finalizar su contrato, los hombres de negocios exitosos necesitamos asistentes que satisfagan todas nuestras necesidades al completo (me dirigió una sonrisa enigmática).

Yo: Seria como un sueño hecho realidad para mi Gustavo, pero aun no tengo mi título profesional, me faltan algunos semestres y te confieso que no tengo experiencia laboral, no sé si eso sea un problema.

Gustavo: Tienes razón, es muy importante que tengas tu título profesional, me parece muy responsable de tu parte, mmmmh déjame pensar… te quiero proponer algo Fernanda, me puedes proveer tus servicios de otra forma, soy un hombre que viaja muy seguido por cuestiones de negocios como te podrás imaginar, me hace mucha falta una asistente que se encargue de la logística durante esos viajes, tu podrías ser esa asistente, me ayudarías a organizar toda mi logística, me prestarías su asesoría técnica y otros servicios que convengamos después ¿qué te parece?

Yo: Ay Gustavo es una oferta increíble, no se… no sabría que decirte, la verdad no sé si este capacitada, es que pues no tengo experiencia…

Gustavo: Vale ya sé lo que quieres escuchar, te pagaría un sueldo básico como si fueras mi asistente personal a tiempo completo, serían unos $3.000 dólares, aparte te ofrezco recargos por cada viajes que hagamos, los tiquetes de avión en clase ejecutiva y los viáticos corren por mi cuenta por supuesto, además podrías ganar más dinero si me prestas ciertos servicio especiales durante los viajes ¿no sé si me entiendes?

Yo quede estupefacta ante semejante oferta, $3.000 dólares al mes era demasiado dinero para mí, casi me parecía una broma, no tenía sentido, ¿porque me ofrecía un trato tan bueno si solo era una estudiante que acababa de conocer?, ¿acaso estaba soñando? Estaba procesando la propuesta de Gustavo cuando me di cuenta de algo: “podrías ganar más dinero si me prestas ciertos servicios especiales durante los viajes”, ¿a qué se refería con eso?

Yo: Pues… es una oferta increíble don Gustavo, no la puedo rechazar, definitivamente acepto pero puedo preguntarte ¿A qué te refieres con servicios especiales?

Gustavo sonrió y empezó a hablar:

Gustavo: Mira jovencita, déjame enseñarte algo sobre el mundo empresarial, los hombres como yo somos personas muy ocupadas, tenemos la responsabilidad de dirigir empresas de las cuales depende el futuro económico de cientos de familias, no me creerías si te dijo la cantidad de dinero que mueve mi empresa, tantas responsabilidades hace que descuidemos cosas como la familia, la salud incluso ciertos entretenimientos y placeres que pasan a segundo plano pero que necesitan ser complacidos. Dime Fernanda, ¿No te has preguntado porque la mayoría de ejecutivos exitosos tienen de secretarias y asistentes personales a mujeres jóvenes y hermosas?

Yo: Pues yo creo que… es un trabajo que las mujeres hacen mejor.

Gustavo: Jajaja claro tienes razón. Te voy a contar un secreto a voces del mundo corporativo. Las mujeres que empiezan en este mundo tienen una ventaja sobre los hombres para ir escalando, pero deben saber usarla ¿sabes cuál es?

Yo: Este, yo no sabría…

Gustavo: Jajaja me encanta tu inocencia, mira una mujer puede prestarle ciertos servicios especiales a su jefe, complacerlo y recibir privilegios a cambio de esto, ¿si me entiendes?

Yo: No sé qué… Oh!, ¿te refieres a ssexo? (solo pronunciar la palabra me hizo sentir apenada)

Gustavo: Jajaja por supuesto, ya ves como empiezas a entender cómo funciona el mundo empresarial. Es algo más normal de lo que crees, pero se maneja con mucha discreción, por supuesto muchos tenemos familia, y un paso en falso nos puede costar nuestro puesto y nuestra reputación. Es un secreto a voces. Mira Fernanda desde que te vi en salón de exposiciones me encantaste, eres pura inocencia, eres hermosa e inteligente, por eso quiero que trabajes para mí, piénsalo es una oportunidad que no volverás a tener en la vida.

Yo: Yo no sé… dices que me voy a ganar $3.000 dólares?

Gustavo: No, mucho más que eso si me complaces en todo lo que te pida.

Yo: Es que no se si pueda, yo… no he terminado mi carrera y no creo correcto pues eh…

Gustavo: Vale déjame proponerte algo para que veas que va enserio. Si aceptas ya mismo te ofrezco un adelanto de $1.000 dólares y esta misma noche me acompañas a mi suite cinco estrellas y me prestas tus servicios, solo por esta noche, considéralo una entrevista laboral.

Yo: ¿En serio?

Gustavo: Te hablo en serio, puedo transferir el dinero a tu cuenta ya mismo si quieres, ¿qué dices?

Yo no sabía que decir, $1.000 dólares era demasiado dinero, me imagine todas las cosas que me podría comprar con ese dinero, además Gustavo era un tipo encantador y muy adinerado, supongo que no estaría mal.

Yo: Esta bien, trato hecho.

Gustavo: Eres una mujer lista Fernanda, muchas mujeres darían lo que fuera por estar en tu posición en estos momentos, considérate afortunada.

Gustavo saco su celular y transfirió el dinero a mi cuenta, pero no fueron $1.000 dólares fueron ¡$2.000 dólares! cuando vio la expresión que puse al revisar mi celular, se rio y dijo “Es para que veas lo generoso que soy”.

Gustavo pago la cuenta (cerca de $400 dólares) y fuimos en su camioneta hacia el hotel donde estaba hospedado, mientras íbamos en el ascensor, Gustavo empezó a acariciar mi cabello y me beso. Sentía como sus poderosas manos me sostenían el rostro mientras me besaba. No podía creer lo en lo que me había metido pero ya no había marcha atrás…

Entramos a la suite, era una habitación grande y lujosa, Gustavo cerró la puerta y procedió a quitarse la chaqueta del traje, saco una botella de una estantería y sirvió dos tragos de whisky, nos sentamos en el borde de la cama, se tomó su whisky de un tirón y yo lo imite aunque la garganta me quedo ardiendo (un presagio de lo que pasaría a continuación), puso las copas sobre la mesa al lado de la cama y me empezó a desabotonar la camisa, cuando termino me quito el sostén, me acaricio mis pequeños senos y me dio chupones en los pezones y luego me beso apasionadamente, yo me sentía dominada por esos fuertes brazos, después se quitó la camisa y se desabrocho los pantalones. Podía ver el enorme bulto que formaba su miembro en sus pantalones a medio abrochar, Gustavo tomo mi mano he hizo que le sentiría el bulto, estaba duro y se sentía enorme, entonces se levantó de la cama y se desnudó por completo y pude ver su miembro masculino completamente: era enorme y grueso y se le marcaban las venas, quede impresionada, ni envolviéndolo con ambas manos cubría toda su longitud, instintivamente empecé a masturbarlo con una mano, era tan grueso que alcanzaba justo a cerrar mi mano alrededor de él. Gustavo me tomo del cabello y acerco mi rostro a su miembro, abrí la boca casi que por reflejo y me metí la cabeza de su miembro en mi boca, era tan grande que solo me cabía la cabeza y un poco más en mi boca. Gustavo me apremio “Vamos amorcito, chupa ese pene hazle caso a tu jefe”, lo obedecí y empecé a chupar su miembro de manera un poco torpe, yo no tenía mucha experiencia en temas sexuales, el pene de mi novio no era ni siquiera de la mitad del tamaño de este.

Mientras le daba placer con mi boca Gustavo emitía gruñidos de placer. Luego de un rato me ordeno que abriera la boca lo más que pudiera y sacara la lengua, me dijo “Cuidado con los dientes amorcito, trata de metértela toda en la boca”, yo lo intente pero solo fui capaz de llegar hasta la mitad cuando sentí ganas de vomitar, “Muy bien amorcito, trata de hacerlo otra vez, saca bien la lengua vamos”, volví a tratar de meter todo su miembro en mi boca, esta vez fui más lejos y dure un poco más, pero de nuevo sentí ganas de vomitar, Gustavo soltó un gemido de placer y dijo “Vamos amorcito otra vez, ya casi lo logras”, lo volví a intentar, esta vez Gustavo me sujeto del cabello y presiono su miembro contra mi boca, sentí como se introducía toda hasta lo profundo de mi garganta, cerré los ojos y aguante las ganas de vomitar mientras Gustavo emitía gemidos de placer.

Cuando me libero, me acaricio el rostro y me dijo “Buena chica, lo haces muy bien amorcito, ahora lo vamos a hacer más rápido” yo asentí, no podía negarme a nada de lo que mi jefe me pidiera sentía como su energía masculina me sometía, me dominaba, esa sensación de sumisión me hizo sentir muy excitada, me tomo del cabello nuevamente y empezó a meter y sacar su polla de mi boca, cada vez iba más profundo hasta lo más profundo de mi garganta, “¡Aguanta!” dijo con su poderosa voz, yo cerré los ojos y me aguante las ganas de vomitar, Gustavo gruñía de placer mientras se follaba mi garganta, me quede sin aire así que me libere de su enorme verga y respire profusamente, “Eso amorcito lo haces muy bien, toma aire, vamos otra vez prepárate” volvió a meterme la polla hasta lo profundo de mi garganta y siguió follándome por la boca, esta vez no sentí muchas ganas de vomitar, me estaba usando como quería y a mi gustaba.

 

Cuando termino de follarme por la boca, Gustavo me quito el pantalón, la ropa interior y me tendió boca arriba en la cama, tomo mis piernas con sus manos fuertes y las separo para ponerse en medio y empezar a follarme. Empezó a introducir su enorme miembro en mi estrecha vagina, solo al entrar la punta sentí dolor, su miembro era muy grande y yo no estaba acostumbrada al sexo, solté un gemido de dolor y él se dio cuenta.

Yo: Es muy grande

Gustavo: ¿Eres virgen Fernanda?

Yo: Si… (En realidad no era virgen, pero le mentí no sé porque)

Gustavo: Me encanta escuchar eso amorcito, ¿me vas a dar este regalito verdad?

Yo: Si, ¡quítame la virginidad Gustavo!

Gustavo: Muy bien amorcito, vamos a ir despacio hasta que te entre toda, vas a follarte esta verga como una experta ¿Entendido?

Yo: Si jefe.

Introdujo su enorme polla en mi vagina de manera pausada y lenta al principio, yo sentía como poco a poco me iba llenando, como se iba estirando mi vagina, sentía dolor sí, pero una vez me acostumbre empecé a sentir mucho placer. Gustavo empezó a aumentar el ritmo y la fuerza de la penetración, a pesar de sus años ese hombre tenía más energía que un adolecente, cada vez que me penetraba sentía como su enorme miembro me llenaba, como se introducía profundo dentro de mí ser, me sentía dominada, sometida completamente a la voluntad de Gustavo y su poderoso miembro.

Empecé a gemir de placer y al escucharme Gustavo empezó a embestirme de manera agresiva con miembro, todos los sonidos formaban una melodía de lujuria: cada vez que su cuerpo chocaba contra el mío, el sonido de la cama que se crujía debajo de nosotros mis gemidos y sus gruñidos de placer, todo era muy intenso. De repente me invadió un espasmo que recorrió todo mi cuerpo, mis piernas se tensaron, la vista se me nublo, y sentí un intenso estallido de placer sexual por todo mi cuerpo, había tenido el primer orgasmo de mi vida.

Gustavo se detuvo, me beso en los labios y me susurro “Lo has muy bien amorcito”, se levantó de la cama y se sirvió otro trajo de whisky, mientras se lo bebía note como había un parche de humedad en las sabanas: yo las había mojado durante aquel orgasmo tan intenso. Mi vagina estaba roja y me sentía un poco dolorida, pero mi jefe volvía por más. Me tomo por las caderas y me volteo para quedar boca abajo, me manejaba como una muñeca con sus fuertes brazos, me puso en cuatro patas y empezó a follarme de nuevo, sentía como me embestía con furia desde atrás, me daba nalgadas y me sujetaba del cabello. Era un hombre dominante en la cama. Yo gemía como loca.

Gustavo: Como te encanta esta verga amorcito, eres toda una putita, ¡ooh que rico!, ¿te gusta ser mi putita Fernanda?

Yo: Si

Gustavo: ¡Dilo!

Yo: ¡Me encanta ser tu putita Gustavo!

Gustavo: Oh que rico, te voy a llenar con mi leche, ¿quieres mi leche dentro de ti Fernanda?

Yo: Si por favor

Gustavo: ¿Quieres que te haga hijo Fernanda?

Yo: Si por favor Gustavo, hazme un hijo. oooh!!!

Gustavo empezó a penetrarme con más fuerza y rapidez duro así unos instantes y luego sentí como el cuerpo de Gustavo se tensiono y como en medio de un gruñido de placer se venía dentro de mí.

Sentía su semen caliente dentro de lo profundo de mi vagina, me tumbe a un lado exhausta y dolorida con la semilla de Gustavo en mi interior. Me dio un beso dulce y se metió a la ducha, yo me quede acostada en la cama mirando al techo tratando de procesar todo lo que había pasado, me sentía extasiada, como si estuviera en un sueño. Tome mi celular y abrí la aplicación del banco: los $2.000 dólares seguían en mi cuenta. No podía creer que tuviera tanto dinero. Ahora era toda de Gustavo, me había poseído de una forma que ningún hombre me podía poseer. Pensé en todo el dinero que podría sacarle si lo complacía como esa noche, y tome la decisión de que eso era lo que haría, iba ser su asistente, su secretaria, su asesora, su amante, su puta lo que el deseara, siempre que me diera mucho dinero.

En ese momento la niña inocente y estudiosa que no se atrevía a desobedecer a sus padres murió y dentro de mí nació una mujer fuerte, manipuladora y llena de ambición.

Las cosas fueron como lo planeamos, seguí con mis estudios, Gustavo me llamaba casi que a diario, me enviaba regalitos todas las semanas: un celular último modelo, vestidos hermosos, Lencería sexy, Relojes finos, Zapatos, etc. Llegue a tener mi closet lleno de ropa cara. Cada vez que tenía un viaje de negocios, me enviaba los tiquetes de avión siempre en clase ejecutiva y me consignaba una fuerte cantidad de dinero a mi cuenta.

Durante los viajes nos hospedábamos en los hoteles más lujosos, comíamos en los restaurantes más finos. Me rodeaba de hombres de negocios, empresarios, políticos. Siempre que podía me llevaba a sus reuniones. Yo cumplía mi labor de asistente personal: organizaba su calendario, respondía sus correos electrónicos, redactada las actas y los contratos, le prestaba asesoría técnica, averiguaba información para él… y durante las noches o cuando él quisiera era su amante.

El insistía en que quería yo tuviera un hijo suyo, pero eso nos hubiera traído muchos problemas a los dos, él era un hombre casado, con tres hijos: dos de ellos mayores de edad. El hombre estaba completamente enamorado de mí y eso era justo lo que yo buscaba. Le seguía dando falsas esperanzas pero en realidad siempre llevaba una pastilla post day y cada vez que me follaba y derramaba su semilla dentro de mí yo esperaba a que se quedara dormido y me la tomaba, nunca se daba cuenta.

Gustavo era un tipo asquerosamente rico, todo el dinero y los regalos que me daba no era gran cosa para él, como su asistente personal yo sabía que él tenía varias cuentas bancarias con varios millones de dólares, sabia más o menos cuales propiedades tenia, cuánto dinero movían sus contratos. Si quería que le diera un hijo tenía que dejar de tratarme como su puta y empezar a tratarme como su reina.

Después de varios meses de ser su “asistente personal” llegue a tener mucho dinero: varios miles de dólares en mis cuentas, me vestía con ropa de las marcas más finas, tenía un apartamento en la zona más exclusiva de la ciudad, incluso llegue a pedirle un Mini Cooper para mi cumpleaños y de verdad me lo regalo, era difícil explicarle a mi familia y las personas que me conocían de donde salía tanto dinero, cuando se tocaba el tema yo simplemente decía “negocios”.

Pero Gustavo me enseñó a ser ambiciosa y me había vuelto muy ambiciosa. Su matrimonio era un obstáculo para mis ambiciones o una oportunidad dependiendo de cómo lo mirase, llegue a confesarle que estaba tomando pastillas anticonceptivas y le dije que estaba dispuesta a darle un hijo pero habían condiciones: primero quería que pusiera algunas de sus propiedades a mi nombre, segundo que me nombrara como una de sus herederas y tercero que el 10% de sus ganancias netas mensuales serian para mí.

El idiota estaba tan enamorado de mí que acepto pero por desgracia cuando estaba a punto de lograr mis objetivos, su esposa y sus hijos se entrometieron y mis planes se fueron por la borda.

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