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Una zorra tragona de rabos me la come en un cine porno

De joven había oído que cerca de la plaza más importante de mi ciudad, había un cine porno y que iban putas y te hacían una mamada mientras veías la película. Una tarde que no tenía nada que hacer, decidí ir a probar fortuna y descubrir por mi si aquello era cierto. Me puse mi slip más ajustado, me afeité el vello púbico para que la puta que me eligiera disfrutase a tope de mi masculina verga y hasta me lo perfumé un poco para que se deleitase al comerme la polla. Cuando terminé de vestirme y acicalarme, me dirigí todo caliente y morboso al susodicho cine porno. Fui a la taquilla, pagué la entrada y me metí dentro. Al ser no numeradas las butacas, me situé en la “fila de los mancos” y estaba en las antepenúltimas butacas, y en medio de la fila, para que la puta de turno si situara junto a mí.

Al cabo de 15 minutos, vino una puta madura y sentó junto a mí, – hola guapo, ¿deseas compañía? – me dijo al oído esta fulana. – Claro que si -repuse yo -. Esta fulana era muy tetona y agraciada de cara. A los cinco minutos de estar sentada junto a mí, posó lentamente su mano y con cuidado empezó a desabrochar los botones de mi vaquero -¿estás nervioso, cariño?- expresó esta fulana. Nunca había tenido una experiencia así y quería sentirla en mis carnes. Empezó a meterme mano esta puta zorra y me empezó a magrear y sobar el rabo y los cojones – uuuuhmm – empecé a gemir – uuuff – seguí gimiendo. Me estaba gustando lo que me estaba haciendo la ramera esta – relájate amor, te gustará lo que te voy a hacer – declaro la fulana. Me sacó el cipote del vaquero y lo empezó a masturbar lenta, procaz y libidinosamente, mientras me susurraba al oído una soeces y obscenas guarradas que me estaban empezando a poner cachondo y muy morboso. – tienes una buena verga, amor. Serás un buen follador – reveló la fulana. Ya se me estaba empezando a poner dura – mientras te la como, me podrás sobar las tetazas – añadió esta puta.

En la pantalla hacía 20 minutos que estaban poniendo imágenes de la protagonista follando con jóvenes y hombres de varias edades y hasta alguna escena de lesbianismo, pues la “prota” era una libertina de cojones sin ninguna atadura sexual. – me gusta tu rabo, cabrón. Se te ha puesto muy dura y los cojones están cargados de lefa – observó la ramera. Yo ya estaba más caliente que un horno y más salido que el “pico de una plancha” y deseaba a toda costa que esta ramera madura engullera con presteza mi masculino cipote. – Eres un buen semental, me voy a tragar tu rabo – deseó esta ramera. Se tragó toda de golpe mi polla y ella trataba de no hacer ruido y darme todo el placer. Yo me mordía los labios para aguantar el jadear y no levantar sospecha alguna. Se tragó mi rabo y su cabeza subía y bajaba por las succiones de mi dura verga de macho, subía y bajaba, subía y bajaba, subía y bajaba y yo estaba en un mar de desenfreno y lujuria mientras estaba todo “corrido” de gusto.

Esta maestra sexual, me estaba dando mucho placer y no quería ni loco que esta mamada morbosa terminase. En mi cabeza, bullían mil imágenes sexuales a mucha velocidad y sentía con gozo, éxtasis y placer sexual con la mamada que me estaba haciendo. Se bajó y se puso entre mis piernas para que la mamada fuera más perfecta y yo me abrí de patas para sentir toda su cabeza en mis cojones y que la mamada fuera más placentera. Escuchaba los lametazos de su lengua en mi rabo – ¡chuik!, ¡chok! – y yo seguía y seguía extasiado mientras veía la pelí en la que enculaban satisfactoriamente a la zorra de la prota.  

La ramera esta me comía y tragaba mi rabo y yo continuaba bien abierto de patas. Se sacó un momento mi cipote y manifestó -¡cuando te vayas a correr tirame un rato antes del pelo – Volvió a tragar mi rabo y yo proseguía en un arrebato sexual muy placentero, ya sentía que empezaba a emerger la lefa y le tiré de los pelos, la expulse tanta lefa que la que no tragó, la aparecía en los labios y otro poco más en los pómulos. – eres un macho semental – declaró la ramera -, – me he tragado casi toda tu lefa de macho.

Serás muy viril – añadió. Acto seguido, se sentó junto a mí y sacó un pañuelo y se limpió los restos de mi lefa que le habían manchado los labios y algo los pómulos – adiós machote mío, serás un buen follador, tienes una buena verga de semental y tu lefa es espesa y muy caliente – declaró la fulana. Acto seguido, me dio un beso en los labios y se marchó. Abroché los botones del vaquero y terminé relajadamente de ver la película en la que a la zorra de la “prota” se la tiraba un joven semental. Salí relajado y alegre del cine después de haber tenido un rato de satisfacción sexual con una puta madura.

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