Saltar al contenido

Mi primer trío con mi novio y Braulio

Les quiero contar como fue mi primer trío. Yo tenía 24 años, soy mediana de estatua, no delgada no gorda, pero con grandes pechis y nalgas proporcionadas. Mi novio -a quien llamaré Gerardo- tenía un año más que yo, alto, fornido. Él llevaba tiempo insistiéndome en que hiciéramos un trío con un compañero suyo al que llamaré Braulio, un día de pronto me dijo que Braulio estaba por llegar, ya me había dicho eso antes y no era verdad, así que no le tomé importancia. Nos acabábamos de despertar después de una larga noche de sexo, yo únicamente vestía una playera suya y mis pantis e incrédulamente no hice por vestirme.

Unos minutos más tarde sonó el timbre y él fue a abrir la puerta, cuando volvió venía acompañado de Braulio, yo estaba medio en shok en primera porque realmente estaba él ahí… En la habitación!! Y yo estaba muy poco vestida acostada en la cama cubierta por mantas… Y para variar: súper caliente pues Gerardo había estado manoseándome ampliamente antes de que Braulio llegara.

Nuestro invitado es bastante más alto que mi novio, delgado pero con anchos hombros y manos tentadoras, tan pronto como entraron, Gerardo lo invitó a ponerse cómodo en la cama, no era la primera vez que lo veía por lo que me saludó pícaramente, aunque hasta ese momento no había habido ni coqueteo ni nada entre él y yo.

En fin, quedé entre ambos y Gerardo luego de una breve conversación sin importancia, comenzó a besarme y siguió recorriendo mi cuerpo bajo las mantas, yo intentaba resistirme ante la mirada juguetona de Braulio, pero al final lo caliente me ganó. Gerardo me quito la playera bajo la cobija y poco a poco se fue bajando a instalar su cara entre mis piernas. Intenté mantener una expresión normal en el rostro pero era súper difícil porque por un lado, Braulio sabía lo que estaba ocurriendo bajo la manta: Su amigo estaba haciéndome sexo oral. Y por otro, sentía la lengua de mi novio recorriendo mi vagina, entrando y saliendo de mí. Chupando mis labios vaginales y mis jugos a la vez que introducía sus dedos para masturbarme.

Al principio Braulio solo me miraba, pero cuando ya no pude más y cerré los ojos abandonándome a las sensaciones… Bajo la manta para dejar al descubierto mis pechos, sin decir nada, tomó uno con su mano y comenzó a masajearlo, apretando suavemente el pezón que se erigía para él, al mismo tiempo que chupaba y mordisqueaba el otro. Era una sensación gloriosa, en parte también por la adrenalina y el morbo de tener a dos hombres recorriéndome así.

Cuando terminé en un fuerte orgasmo, Gerardo se levantó, quitando por completo la manta de encima de mí. De inmediato se fue a besarme como nunca, yo estaba como hipnotizada, pero me percaté de que Braulio estaba aprovechando para desvestirse, Gerardo me instó a que le acariciara la entrepierna a su compañero y vaya sorpresa, estaba mucho mejor dotado que mi novio que le dijo a Braulio que me probará y este ni tardo ni perezoso fue a continuar con la labor que mi novio hacía unos momentos antes entre mis piernas.

Pasado un rato y mucho placer, Gerardo acercó su miembro a mi boca para que le devolviera el favor, lo cual me era difícil pues sentía como Braulio jugaba entre mis otros labios con esa enorme verga suya. Sabía que de un momento a otro iba a ser penetrada por él… Me dolería? Gerardo no es que esté mal dotado, pero no hay punto de comparación tomando en cuenta lo gruesa que se sentía.

Cuando por fin se decidió, sentí como se iba abriendo paso entre mis entrañas, fue extraña la sensación pero muuuy placentera, tenía un gran trozo de carne dentro de mí, mientras se la chupaba a mi novio la suya estaba durísima lo cual quería decir que estaba tan excitado como yo con aquella situación… Y cuando Braulio se empezó a mover, fue primero despacio hasta entrar totalmente, luego se retiró lento solo para volver a meter el completa de golpe y ya no se paró, iba dentro y fuera con frenesí y yo adquiría ese ritmo con mi boca en la de mi amado, no merecía menos de premio por dejarme sentir tal cogida.

No sé cuántas veces terminé antes de que Gerardo lo hiciera, Braulio parecía incansable. Cambiamos de posición dejando que Braulio se te diera sobre el colchón y ensartándome yo sola en su mástil mientras me comía deliciosamente los pechos a la vez que mordía mis pezones, no quería parar, estaba encantada ahí montada y me ponía peor de ver a Gerardo que en ratos me metía la verga en la boca o se masturbaba como si no hubiese un mañana…

Luego, se le ocurrió aprovechar mi posición sobre Braulio, me hizo empinarme más sobre él para él poder metérmela por atrás, ya lo habíamos hecho en otras ocasiones pero está vez lo había trabajado menos, por lo que al principio me dolió bastante, sin embargo lo compensaba la cogida que me estaba dando el otro. Cuando mi ano se adaptó a mi novio y pude disfrutar de tenerlos dentro mío a los dos al mismo tiempo, estalle en un orgasmo descomunal y mi novio se dejó ir conmigo.

Se retiró, acostándose a un lado y yo aproveche para besarlo apasionadamente en agradecimiento, entre besos, le dijo a su amigo que terminara también, para entonces yo ya estaba bastante agotada por lo que lo único que hice fue levantar el trasero quedándome en cuatro mientras seguía besando a mi novio. A Braulio le agradó mi pose y se acercó desde atrás, jalándome por la cadera un poco más para la orilla: primero me dio unos cuantos lengüetazos sobre el clítoris para luego dejármela ir sin duda alguna, duro y hasta el fondo tomándome por la cadera y dando una que otra nalgada, en ese punto creo que grite más que gemir, cambiaba sus manos de mi cadera a mis pechos pero sin dejar de bombear en mi interior…

Apenas se retiró a tiempo para vaciar su semen que era bastante en mi espalda y nalgas, fue delicioso. Después muy cortes, se vistió y se fue dejándonos solos para hacer recuento de lo pasado.

Lo hicimos varias veces más, incluso Gerardo me dejó después verlo a solas… Hasta la actualidad, con o sin su permiso… Quieren que les cuente?

Deja un comentario