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Rica experiencia con nuestro amigo Carlos

Soy fiel lector de esta página de relatos eróticos desde hace poco, desde que la encontré me he sumergido en un mar de fantasías sexuales que desde hace mucho tiempo yo las había imaginado y algunas también que he realizado. Solo que no había buscado la manera de desahogarme hasta ahora que encontré este sitio y me gusta que no haya ningún tipo de limitación en la imaginación de cada persona.

Bueno sin más preámbulo quisiera poder contarles parte de mi vida de soltero y de casado, totalmente real. Comenzare describiéndome, soy un hombre de 35 años, estatura mediana 1.64 para ser exactos, delgado, moreno claro, con una verga de buen tamaño algo gruesa digamos que 20 cm de jugoso trozo de carne.

Para este relato mi hermosa esposa será el principal personaje. Ella es una mujer de 36 años chaparrita, morena clara cabello largo hasta la cintura, dueña de un par de hermosas tetas talla 36D, para su estatura se ven grandes, tiene un pequeño y bien paradito culo que me encanta.

Tenemos 2 hijos uno de 10 años y mi hija de 18 que en realidad es mi hijastra, pero para mí es mi hija la crie desde los 6 años.

A mí me gusta mi mujer se vista muy sexy a donde quiera que vayamos, hasta para ir a comprar la comida de la semana.

Esto que les voy a contar sucedió un día cualquiera, nuestra relación se estaba poniendo un poco difícil tal vez por la rutina, el sexo estaba disminuyendo considerablemente y para poder salir de ese bache la invité a salir para recuperar nuestra relación. Entonces salimos a divertirnos un rato después de una semana dura de trabajo. Ese día le compré un vestido negro entallado con un buen escote que dejaba ver casi la comisura de sus pezones con un tono café oscuro.

Le dije que se lo pusiera para salir y al probarlo se puso roja al darse cuenta que estaba muy corto quedaba muy apenas debajo de sus ricas nalgas y se notaban mucho sus pechos, en ese instante tuve una erección bien rica solo de pensar que la quedarían viendo todos los hombres en el lugar al que iríamos. No estaba totalmente convencida de salir así, pero le dije que se miraba bien hermosa y que a mí me encantaría verla salir así para poder presumirla ante todos. Total aceptó y salimos.

Al llegar al lugar que era un restaurat-bar estaba tranquilo, había comida, música, karaoke y hasta para bailar. Había también parejas y muchos soltero(a)s. Empezamos a comer y tomar unos tragos, mientras tanto le tocaba por debajo de la mesa sus lindas piernas y le alzaba su vestido y con mis dedos le comencé a sonar su vagina por encima de su tanga, instantáneamente se mojó su vagina y se separó. Me dijo:

-Cálmate que nos pueden ver.

Con tono de nervios y molestia. Yo le dije:

-Nadie está mirando todos están en su ambiente además la luz está muy bajita. -Pero le hice caso para no romper el encanto de nuestra salida.

Enseguida me dijo:

-Voy al baño a limpiarme.

Claro, porque estaba completamente mojada por la excitación. Al levantar se bajó el vestido. Mientras ella se fue le dije al mesero que limpiara la mesa y que sólo nos trajera solo cervezas. Cuando regresó se veía más relajada, y continuamos disfrutando de nuestra velada, comenzar a abrazarla y besarle el cuello, su piel se erizaba sus pezones se sentían sobre el vestido al tocarlos. Yo estaba en haciendo mi faena, cuando de repente mi esposa dice:

-Carlos que tal como estas, que andas haciendo por aquí.

Carlos es un amigo de ambos, pero más mío. Los 3 trabajamos en la misma empresa ellos en el primer turno y yo en el segundo. Lo saludé y lo invité a sentarse con nosotros. Ellos tenían más tiempo de verse. Carlos es un buen amigo él también es casado. Es moreno, alto, delgado.

Nos dijo que había quedado de verse con unos amigos en el lugar, pero parece que él se había equivocado y que no era ahí. Mi esposa le dijo que se quedara con nosotros y me preguntó:

-No te molesta verdad?

Dentro de mi dije “ya valió mi plan”. Pero contesté que no había problema. Comenzamos a platicar y ella se miraba muy interesada en la conversación con Carlos, me dio algo de celos, pero no quise ponerme impertinente. Él le decía que se miraba muy bonita, que ese vestido le quedaba bien y puros halagos hacia mi mujer y ella solo sonreía y le daba las gracias. Todo lo que le decía en vez de molestarme me hizo sentir raro, excitado, tenía la verga dura.

Ya me estaba mareando por las cervezas, les dije que iría al baño y Carlos me dijo “te acompaño”. Ya en el baño nos colocamos juntos. Le pregunté:

-Oye sin mentiras te gusta mi esposa? Y no salgas con cuentos por qué te conozco y sé que eres bien perro con las mujeres.

Él me dijo:

-Espero que no te enojes, pero si me gusta se ve bien bonita.

Eso hizo que mi verga se pusiera más dura de lo normal.

-No te preocupes está bien. -Le dije- te propongo algo. Me gustaría que en la semana trates de seducir a mi esposa toda la semana que viene. Y para siguiente semana nos ponemos de acuerdo para salir otra vez. Para ese día te digo lo demás. -Él aceptó.

En el transcurso de los días yo le preguntaba a Lucía por Carlos y ella no decía nada fuera de lo normal o que me dijera algo malo de él, o que se estuviera pasando de la raya, pero nada. Llegó el sábado y le dije que saliéramos nuevamente, que hiciéramos cosas que nunca habíamos hecho para reavivar la pasión. Le dije a Carlos donde íbamos a estar. Para que él llegara de sorpresa.

Le dije que se vistiera sexy, le dije que íbamos a ir a un lugar diferente. Se puso un vestido rojo pegado con buen escote, no tan abierto como el anterior. Total salimos y fuimos a un night club. Al llegar se negó a entrar que eso era para hombres. Pero le argumenté que no es cierto es para los que quieren disfrutar al máximo y que eso nos ayudaría para nuestra relación. Al final aceptó. Adentro ya estaba Carlos con lugar como de sillón y se hizo el sorprendido. Nos saludamos y ella estaba roja de vergüenza. Tomamos varios tragos, ella ya se estaba relajando el cuerpo, yo ya estaba ansioso porque se fuera al baño para decirle a Carlos el plan a seguir.

Llegó el momento, ella se fue y nos juntamos y le dije:

-Ya que ella esté más tomada, te vas al baño te tardas unos minutos y cuando regreses te nos unes en el privado.

Me lanzó una sonrisa muy pícara. Ella regresó y seguimos tomando, el ambiente se estaba subiendo de tono. Mi esposa se miraba excitada, aproveché para comenzar a besarla y manosear sus piernas, mis manos recorrían su cuerpo hasta llegar a sus tetas y las comencé a masajear ella comenzaba a gemir suave. De momento reaccionó por Carlos y él dijo “voy al baño”.

Nosotros seguimos en lo nuestro, la tenía abrazada con una mano y la otra alzando su vestido llegando hasta su vagina. La comencé a masturbar con dos dedos, ella movía sus caderas al ritmo de la música. Ella controlaba los movimientos. Seguía gimiendo y le dije:

-Ven vamos a un lugar más privado.

Entramos al cuarto y enseguida me tomó por la cintura y me sentó, se hincó enfrente de mi y me desabrochó el pantalón y me bajó con todo y bóxer. Enseguida tomo mi verga dura y se la metió a su boca y comenzó a chupármela como toda una puta caliente deseosa de verga, la engullía de un solo movimiento.

Mientras ella estaba mamando entró Carlos y sin decir nada se bajó el pantalón y se sacó su verga y quedé sorprendido, la tenía más grande que la mía, se la comenzó a jalar mirando como mi Lucía se tragaba toda mi verga, después Lucía se paró sin voltear y se alzó el vestido y se me echó encima y me dijo:

-Cógeme mi amor quiero ser tuya en este momento, cógeme como las putas de este lugar.

Entonces se acomodó la punta de mi verga en la entrada de su vagina y la fue metiendo lentamente dando un grito de placer, comenzó a cabalgar y yo le mamaba su tetas, mientras le decía “eres mi puta, comete mi verga como si nunca la habías probado”, eso la excitaba más gemía más fuerte y se vino la primera vez. Le dije “quieres más verga? Te daré lo que tú quieras” y ella sin pensar que alguien estaba atrás de ella masajeando semejante verga dijo “sí papi quiero más verga”.

Entonces la levanté y le dije “empínate y chupa mi pene otra vez”, ella sin pensar lo hizo y Carlos ensalivó su tronco y como un experto sin acomodar le dio la gran estocada dejándosela ir despacio. Ella me miró abriendo sus ojos al máximo y desconcertada, los puso en blanco. Eso quiso decir que le gusto la penetrada, solo volteó y miró a Carlos como le metía y sacaba ese trozo de carne, ella solo decía “ay qué rico, que rica verga tienes dámela toda, si papi aayy”.

Yo solo quede como espectador. Mirando como Carlos se cogía a Lucía. Miraba como se le echaba encima para poder tocar sus tetas. Después ella se le montó en su verga de espaldas y cabalgó por otro rato mientras ella me la mamaba. Y con él se volvió a venir otra vez.

Se levantó y me dijo “siéntate amor”, y comenzó a mamarnos la verga a los dos hasta que nos hizo venir a los dos en su cara.

Después habiendo terminado nos fuimos del lugar para nuestros hogares. Pasaron los días y nosotros como si nada hasta que un día…

Eso les contaré en otro relato y les aseguro que les gustará.

Gracias por leer mi relato, espero sus comentarios.

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